miércoles, 18 de agosto de 2010

JUST FEELING LONELY

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Frederick McCubbin in 1889tumblr_kynjzmppFW1qb38gno1_500

(Frederick McCubbin in 1889)

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De: David Lago-Gonzalez <david2305@yahoo.es>
Para: Rolando Morelli <………..>
CC: Kurt Findensein <…………….>
Enviado: mié,18 agosto, 2010 13:35
Asunto: JUST FEELING LONELY

I remember you now because I'm listening to a CD I burnt and named it "The folk years I", with that kind of music some people used to play in the 60s, half folk and half Dylanlike.  I remember you were talking Kurt took you to a concert of some group of those times (they sang Pete Seeger's version "Guantanamera",) and you got very ungry.  Sorry, honey, I love it too.
xoxoxoxo
David
("you don't believe we're under an eve of destruction")

-o-

Bueno, luego he seguido repasando cosas, más bien acústicas. John Mayer (que es actual), ahora James Taylor (who’s tímeles), antes John B. Sebastian. Resulta maravilloso haber ido con el tiempo, con la época. Es algo que el comunismo no pudo impedir, porque el hechizo de la era de Aquarius se imponía mágicamente por encima de todo. “Do you believe in magic?” preguntaban los Lovin’ Spoonful, y por supuesto que había que creer. De la misma forma que el football es lo único que une a España, los años del Flower Power unía a gente que posiblemente hoy serían muy disímiles. Me río yo de los que ahora constantemente claman por la tolerancia. Disfruté de una época en que esa palabra no existía porque existían todas las demás: aceptación; identificación; alegría; música música música; inconsciencia; inocencia; belleza y juventud; espontaneidad; la vocación de reír, sonreír y cantar; el roce bienvenido de cualquier cuerpo; el amor. Sí, realmente había amor en el aire. Existía una manera persistente de divertirnos inconscientemente, hasta cuando corríamos delante de los cascos blancos y sus perros alemanes, y las porras y los jeeps descapotables. Incluso esto era mágico. Luego, alguno que otro terminaba entre nuestras piernas, o nosotros entre las suyas.

En Cuba, en medio de eso que llaman “los años más duros” constituimos una suerte de logia. Nadie se puso de acuerdo, nada fue organizado. Todo fue espontáneo, natural, orgánico. Vuelvo a repetir la palabra “magia”. Quizás nos orientaba el olfato, como a los animales. Habíamos entrado en otra dimensión donde todo era posible, en la que nadie preguntaba y nadie tenía nada que contestar. Solamente dejarte arrastrar por los sentidos, por algo que ni nosotros mismos podíamos controlar. El Estado lo intentó, pero fracasó. Quizás por eso sigue siendo un tema tabú a estas alturas.

Luego todo comenzó a complicarse a partir del underground y el progressive rock. Y la inocencia se convirtió en algo más amargo.

Luego la policía mató a Agapito por la espalda mientras huía de ellos.  No, no era ningún héroe y no luchaba por ninguna patria ni por ninguna ideología: simplemente quería vivir.  La mayor de las heroicidades.

© 2010 David Lago González

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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantaria oir sus anecdotas de esa epoca, supongo que oia esa musica a traves de la radio norteamericana, te creo problemas? aunque si hablas acerca de eso hasta cierto punto "ellos" habran ganado ya que significaria politizar un intento de establecer cierta libertad individual, o es que era una accion politica a pesar de lo que queria? Era resistencia de alguna manera, yo quisiera entenderlo mejor y no puedo ya que no lo vivi. CS

David Lago González dijo...

Ya lo iré haciendo, CS, ya lo voy haciendo. Estoy escribiendo ahora una parte que titulo "Los Reyes del Vinilo", ya la sacaré. Todo fue político, pero nunca hubo ninguna conciencia de ello ni una premeditación específica. Nadie "luchaba" por la patria porque nadie creía en la patria, ni la de entonces ni la de antes ni la de ahora ni, en muchos casos, la de ningún futuro. Pero al mismo tiempo todo se hacía por algo tan natural como vivir tu vida "now and here", elemental, orgánico, y claro individual y personal, lo que inmediatamente chocaba con lo estatal represivo porque nosotros no éramos precisamente lo que el Che habría querido (ni conocí a nadie nunca que quisiera ser como el Che). Comprendo que no puedas o que te sea muy difícil entenderlo; a mí me es muy difícil contarlo, explicarlo, intentar que la gente entienda que la única heroicidad consistía en el deseo de vivir tu vida.

Sí, la mayor parte de la música era de emisoras norteamericanas. Mi inglés se lo debo a la WQAM. En mi casa no se volvió a escuchar una emisora del país, por mi parte, desde el concierto de los Beatles en Miami en 1963, y por parte de mis padres sólo oían La Voz de América. Durante poco tiempo, mi madre oyó una muy contra que emitía desde la isla de Guam, pero era demasiado radical y primitiva. "Radio Swan", ahora me acordé. Tipo María Elvira pero años 60.

Carmen Karin Aldrey dijo...

Me encanta esta serie que estás escribiendo, aunque hay un detalle muy importante que es bueno puntualizar, y es que a partir de las famosas recogidas, las depuraciones en Cultura, las redadas y los detenimientos en el DTI y la SE, más otras circunstancias represivas por parte del gobierno hacia todo y contra todo lo que oliera a liberalidad,los jóvenes ya empezaron a sentir toda esa energía indefinida de otra manera, más desde el punto de vista del disentir, incluso muchos participamos en una manifestación en contra de la intervensión soviética en Checoeslovaquia, y otros pintábamos los muros aledaños a la Universidad de La Habana con letreros en contra del gobierno, y también en el muro del malecón y los bancos de Paseo y de la Ave. de los Presidentes. Lo recuerdo muy bien porque a veces participaba en ello con mi panda de amigos, si bien es cierto que no existía una orientación de grupo en plan organizado, eran sólo quejas del alma, descontentos por la manera en que se nos estaba reprimiendo y aislando, algo así como el graffiti de estos tiempos.
Nunca se me olvida una noche en que mi amigo Alexis y yo íbamos Paseo abajo hacia los carnavales, usualmente nos reuníamos en el Riviera con los demás, entonces él cogió una pluma que llevaba en el bolsillo, se sacó el pene y escribió: "tu madre que te parió". Y yo me quedé en una pieza, porque no entendía aquello. Entonces me dijo:"Si me bajan los pantalones no tengo que hablar". Y era porque la policía cuando aquello, le bajaba los pantalones a los que suponían eran homosexuales para ver si llevaban debajo bikinis, que según las leyes no escritas pero asumidas de la policía, llevarlos era síntoma ineludible de mariconería. O sea, que llegó un punto en que la gente sí respondía a ese poder con un enfrentamiento, hasta violento en algunos casos, por eso creció bestialmente la represión y nos fueron metiendo a todos en la cárcel, muchos por ser menores de edad nos ganamos el castigo paternalista de prisión domiciliaria, menos dolorosa, pero de terribles consecuencias porque entonces éramos torturados por los Comités y el miedo de nuestros padres, no se sabía qué era peor.
En fin, anécdotas de esos tiempos.
Besos, te quiero.
Karin

Carmen Karin Aldrey dijo...

Me encanta esta serie que estás escribiendo, aunque hay un detalle muy importante que es bueno puntualizar, y es que a partir de las famosas recogidas, las depuraciones en Cultura, las redadas y los detenimientos en el DTI y la SE, más otras circunstancias represivas por parte del gobierno hacia todo y contra todo lo que oliera a liberalidad,los jóvenes ya empezaron a sentir toda esa energía indefinida de otra manera, más desde el punto de vista del disentir, incluso muchos participamos en una manifestación en contra de la intervensión soviética en Checoeslovaquia, y otros pintábamos los muros aledaños a la Universidad de La Habana con letreros en contra del gobierno, y también en el muro del malecón y los bancos de Paseo y de la Ave. de los Presidentes. Lo recuerdo muy bien porque a veces participaba en ello con mi panda de amigos, si bien es cierto que no existía una orientación de grupo en plan organizado, eran sólo quejas del alma, descontentos por la manera en que se nos estaba reprimiendo y aislando, algo así como el graffiti de estos tiempos.
Nunca se me olvida una noche en que mi amigo Alexis y yo íbamos Paseo abajo hacia los carnavales, usualmente nos reuníamos en el Riviera con los demás, entonces él cogió una pluma que llevaba en el bolsillo, se sacó el pene y escribió: "tu madre que te parió". Y yo me quedé en una pieza, porque no entendía aquello. Entonces me dijo:"Si me bajan los pantalones no tengo que hablar". Y era porque la policía cuando aquello, le bajaba los pantalones a los que suponían eran homosexuales para ver si llevaban debajo bikinis, que según las leyes no escritas pero asumidas de la policía, llevarlos era síntoma ineludible de mariconería. O sea, que llegó un punto en que la gente sí respondía a ese poder con un enfrentamiento, hasta violento en algunos casos, por eso creció bestialmente la represión y nos fueron metiendo a todos en la cárcel, muchos por ser menores de edad nos ganamos el castigo paternalista de prisión domiciliaria, menos dolorosa, pero de terribles consecuencias porque entonces éramos torturados por los Comités y el miedo de nuestros padres, no se sabía qué era peor.
En fin, anécdotas de esos tiempos.
Besos, te quiero.
Karin

Carmen Karin Aldrey dijo...

Me encanta esta serie que estás escribiendo, aunque hay un detalle muy importante que es bueno puntualizar, y es que a partir de las famosas recogidas, las depuraciones en Cultura, las redadas y los detenimientos en el DTI y la SE, más otras circunstancias represivas por parte del gobierno hacia todo y contra todo lo que oliera a liberalidad,los jóvenes ya empezaron a sentir toda esa energía indefinida de otra manera, más desde el punto de vista del disentir, incluso muchos participamos en una manifestación en contra de la intervensión soviética en Checoeslovaquia, y otros pintábamos los muros aledaños a la Universidad de La Habana con letreros en contra del gobierno, y también en el muro del malecón y los bancos de Paseo y de la Ave. de los Presidentes. Lo recuerdo muy bien porque a veces participaba en ello con mi panda de amigos, si bien es cierto que no existía una orientación de grupo en plan organizado, eran sólo quejas del alma, descontentos por la manera en que se nos estaba reprimiendo y aislando, algo así como el graffiti de estos tiempos.
Nunca se me olvida una noche en que mi amigo Alexis y yo íbamos Paseo abajo hacia los carnavales, usualmente nos reuníamos en el Riviera con los demás, entonces él cogió una pluma que llevaba en el bolsillo, se sacó el pene y escribió: "tu madre que te parió". Y yo me quedé en una pieza, porque no entendía aquello. Entonces me dijo:"Si me bajan los pantalones no tengo que hablar". Y era porque la policía cuando aquello, le bajaba los pantalones a los que suponían eran homosexuales para ver si llevaban debajo bikinis, que según las leyes no escritas pero asumidas de la policía, llevarlos era síntoma ineludible de mariconería. O sea, que llegó un punto en que la gente sí respondía a ese poder con un enfrentamiento, hasta violento en algunos casos, por eso creció bestialmente la represión y nos fueron metiendo a todos en la cárcel, muchos por ser menores de edad nos ganamos el castigo paternalista de prisión domiciliaria, menos dolorosa, pero de terribles consecuencias porque entonces éramos torturados por los Comités y el miedo de nuestros padres, no se sabía qué era peor.
En fin, anécdotas de esos tiempos.
Besos, te quiero.
Karin

Carmen Karin Aldrey dijo...

Me encanta esta serie que estás escribiendo, aunque hay un detalle muy importante que es bueno puntualizar, y es que a partir de las famosas recogidas, las depuraciones en Cultura, las redadas y los detenimientos en el DTI y la SE, más otras circunstancias represivas por parte del gobierno hacia todo y contra todo lo que oliera a liberalidad, los jóvenes ya empezaron a sentir toda esa energía indefinida de otra manera, más desde el punto de vista del disentir, incluso muchos participamos en una manifestación en contra de la intervención soviética en Checoeslovaquia, y otros pintábamos los muros aledaños a la Universidad de La Habana con letreros en contra del gobierno, y también en el muro del malecón y los bancos de Paseo y de la Ave. de los Presidentes. Lo recuerdo muy bien porque a veces participaba en ello con mi panda de amigos, si bien es cierto que no existía una orientación de grupo en plan organizado, eran sólo quejas del alma, descontentos por la manera en que se nos estaba reprimiendo y aislando, algo así como el graffiti de estos tiempos.
Nunca se me olvida una noche en que mi amigo Alexis y yo íbamos Paseo abajo hacia los carnavales, usualmente nos reuníamos en el Riviera con los demás, entonces él cogió una pluma que llevaba en el bolsillo, se sacó el pene y escribió: "tu madre que te parió". Y yo me quedé en una pieza, porque no entendía aquello. Entonces me dijo:"Si me bajan los pantalones no tengo que hablar". Y era porque la policía cuando aquello, le bajaba los pantalones a los que suponían eran homosexuales para ver si llevaban debajo bikinis, que según las leyes no escritas pero asumidas de la policía, llevarlos era síntoma ineludible de mariconería. O sea, que llegó un punto en que la gente sí respondía a ese poder con un enfrentamiento, hasta violento en algunos casos, por eso creció bestialmente la represión y nos fueron metiendo a todos en la cárcel, muchos por ser menores de edad nos ganamos el castigo paternalista de prisión domiciliaria, menos dolorosa, pero de terribles consecuencias porque entonces éramos torturados por los Comités y el miedo de nuestros padres, no se sabía qué era peor.
En fin, anécdotas de esos tiempos.
Besos, te quiero.
Karin