viernes, 6 de agosto de 2010

Cosas que se piensan cruzando la Plaza Mayor de Madrid, anoche, de madrugada

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plaza_mayor_noch-81(Plaza Mayor, Madrid) 

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A estas alturas de la marcha galopante del mundo hacia ninguna parte y hacia sus más mezquinos intereses personales, la gente miente tanto que cuando alguien dice alguna verdad es inmediata y precisamente tachado de “mentiroso”. El más ligero etiquetado que se le puede dar a ese alguien despistado que nada al margen de la corriente, es el de “tonto” o el de “loco”. La consideración de “mentiroso” viene a ser, digamos, el centro del balance, del equilibrio, de la vara defenestradora. El otro extremo, ése, está lleno de desprestigios de todo tipo, que van desde lo moral a lo político pasando incluso por lo físico y la genética. Es tal el disparate que la vida cotidiana y sencilla, normal, corriente, se convierte en un fardo de peso insufrible.

© 2010 David Lago González

2 comentarios:

Zoé Valdés dijo...

¡Cómo me hubiera gustado ir contigo a comernos unos huevos fritos, en Los Huevos de Don José!

David Lago González dijo...

Pues no hubiera venido nada mal la compañía, amiga, porque estaba hecho polvo.