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domingo, 24 de abril de 2011

LEYENDO EN WOOSTER (domingo 24 de abril de 2011)

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Contra censores y energúmenos

Vargas Llosa clama por "la libertad y los libros" en Buenos Aires.
Ambiente caldeado en las horas previas a la conferencia que un grupo de intelectuales quiso vetar

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ | Buenos Aires 22/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/cultura/censores/energumenos/elpepucul/20110422elpepucul_1/Tes

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Mario Vargas Llosa no inauguró finalmente la 37ª Edición de la Feria del Libro de Buenos Aires, como estuvo previsto en su momento, pero sí pronunció el discurso "principal" del orador invitado, 24 horas después de la apertura formal de la muestra. "Se supone que la inauguración es un acto único, pero aquí se ha desdoblado en dos días distintos, imagino que para evitar que yo apareciera junto a los políticos el día de la apertura", ha explicado a EL PAÍS el premio Nobel de Literatura 2010. "Mi discurso no cambiará por eso: defender el derecho de los libros a ser libres es defender nuestra libertad de ciudadanos, el precioso fuego que la atiza, mantiene y renueva", afirmó.

La Feria del Libro de Buenos Aires sortea la polémica sobre Vargas Llosa. El ambiente, que parecía más calmado, se caldeó mucho en las últimas horas, con unas imprevistas declaraciones de Aníbal Fernández, jefe de Gabinete de la presidenta. Pareció ignorar las instrucciones de Cristina Kirchner de dejar en paz al escritor y lanzó un furioso ataque tanto contra Vargas Llosa como contra Fernando Savater, que visita también estos días Buenos Aires y que se rio de los intelectuales argentinos que protestan por la presencia del premio Nobel en la Feria del Libro.

El acto de inauguración formal, que se desarrolló el miércoles por la tarde, tampoco ayudó a calmar las cosas. Aunque no asistieron ni la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ni el intendente de la ciudad, Mauricio Macri, sus enviados y representantes se las arreglaron para alimentar el clima de confrontación. El ministro de Educación, Alberto Sileone, en especial, convirtió la inauguración en un mitin político puro y duro. Logró el extraño prodigio de inaugurar una Feria del Libro en una capital latinoamericana sin mencionar el hecho de que este año un escritor latinoamericano ha sido reconocido con el Nobel.

Vargas Llosa no se sintió ofendido por el cambio de programa, ni alteró por eso el contenido de su discurso, una defensa apasionada del libro que "como árboles de un bosque encantado, se animan al abrirlos". "Basta que celebremos con sus páginas esa operación mágica que es la lectura para que la vida estalle en ellos".

El escritor no rehuyó, sin embargo, la polémica. "Agradezco a la presidenta su oportuna intervención para atajar el intento de veto de algunos colegas y adversarios de mis ideas políticas para desinvitarme al acto", aseguró. "Ojalá esa toma de posición se contagie a todos sus partidarios y sea mantenida por ella misma en su conducta gubernamental".

Enorme expectación

Vargas Llosa quiso que su discurso, esperado con enorme expectación en una sala abarrotada de público, fuera seguido por un diálogo con el periodista y escritor argentino Jorge Fernández Díaz, y que discurrió con toda tranquilidad, en medio de risas, anécdotas y relatos extraordinarios del Premio Nobel.

Vargas Llosa se mostró relajado y disfrutó del coloquio, en el que se tocaron temas literarios, biográficos y también políticos. Reafirmó, en un momento del diálogo, que seguirá criticando todo lo que no le guste tanto de América Latina como de Argentina. "Hay que seguir ejerciendo la libertad con prudencia y sin beligerancia", dijo. Tal afirmación fue recibida con una cerrada ovación del auditorio.

Previamente, el premio Nobel de Literatura tuvo que soportar que un pequeño grupo de piqueteros "ideológicos" cortara el tráfico frente a su hotel y que, con un ensordecedor ruido de bombos, reclamara su marcha del país. "Les vi desde la ventana. No eran muchos, pero hacían mucho ruido. Gritaban contra mí, pero no estaban muy informados porque me decían que Humala va a ganar las presidenciales en Perú, sin saber que yo ya he anunciado que voy a votar por él, para evitar que regrese Fujimori al poder y se legitime su etapa de robo, asesinatos y corrupción".

Vargas Llosa reconoce que este tipo de polémicas le resulta muy cansada y aburrida y que han conseguido estropearle un viaje a Buenos Aires, algo que para él siempre había sido muy agradable y enriquecedor y que ahora le exige, incluso, llevar protección en la calle. "Estoy deseando que elijan un nuevo premio Nobel para que sea el siguiente el que tenga que soportar toda esta presión", reconoce. Pero no está dispuesto a permitir que nadie le impida hablar libremente, y mucho menos en una Feria del Libro. "Eso sería admitir la derrota frente a los energúmenos", protesta. "Sobrellevo todo esto con espíritu deportivo, pero la verdad es que no comprendo por qué la inauguración de una Feria del Libro tan hermosa como la de Buenos Aires no puede ser algo sencillo sino que se convierte en un combate político y en un intento de censura".

Contra ellos, los censores y energúmenos, ha dirigido su discurso "semiinaugural": "El episodio, más allá de lo anecdótico, es un asunto actual: la libertad y los libros", explica. "Manuscritos, impresos o ahora digitales, representan la diversidad (mientras no sea expurgados, claro está). Esta extraordinaria diversidad desaparece cuando gracias a los libros nos sumergimos en lo profundo hasta llegar a aquellas raíces de la especie, pues allí descubrimos lo que hay de solidario y de semejante, una condición, unos anhelos, alegrías y miedos, que establecen una identidad recóndita sobre las diferencias y distancias".

Los libros, cree, ayudan a derrotar los prejuicios y a descubrir que somos iguales en el fondo, que los "otros" somos "nosotros". El premio Nobel ha explicado cómo la Inquisición española prohibió durante casi tres siglos que se imprimieran novelas en América Latina. "Una de las perversas y felices consecuencias de esa prohibición", afirmó, "fue que la ficción prohibida se las arregló para contaminarlo todo. Eso ha sido muy beneficioso en los dominios del arte y la literatura, pero bastante catastrófico en otros en los que, sin una buena dosis de pragmatismo y de realismo, un país puede irse a pique". "Los comisarios políticos han reemplazado en la vida moderna a los inquisidores de antaño", denunció.

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NOTA DEL BLOGGER: Pues de censores y comisarios políticos del arte y la literatura, todos energúmenos, sabemos bastante los cubanos, así como los rusos y todos los súbditos de los países que han sido comunistas. Lo triste es que esos sub-personajes siguen campeando a diestra y siniestra, y con la anuencia de la mayor parte del colectivo del ghetto (o exilio, o diáspora) cubana y la cuña de la mayor parte de la oligarquía literaria internacional. Pasaron de ser deplorables a respetables. (DLG)

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Bardem, Bollaín y Casas, premiados en Nueva York

La Asociación de Cronistas reconoce a actores y cineastas en su gala anual

AGENCIAS - Nueva York - 24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/gente/tv/Bardem/Bollain/Casas/premiados/Nueva/York/elpepugen/20110424elpepuage_1/Tes

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NOTA DEL BLOGGER: EE UU es uno de los pocos países del mundo que llega al colmo de premiar incluso a aquellos que le desprecian, como es el caso de tantos actores y directores de cine de mejor y peor valía que se han pasado la vida criticando el encasillamiento de Hollywood para con los actores hispanos (que por lo general siempre terminan haciendo papeles, no de españoles, sino de sudacas) mientras ellos no dan eso que llaman “el salto a Hollywood”. ¿Inocencia, ingenuidad, bondad, respeto a la profesionalidad del otro? Valores muy poco profesados en suelo patrio. (DLG)

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Procesiones ateas

CLARA SÁNCHEZ 24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/madrid/Procesiones/ateas/elpepiespmad/20110424elpmad_9/Tes

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La Semana Santa se repite con bastante precisión año tras año incluso en tiempos tan sorprendentes como los nuestros. Comienza con sol el Domingo de Ramos para seguir con tormenta y nubarrones el Viernes Santo. Un calco del libro de historia sagrada de mi infancia en que en una lámina Jesús entraba triunfante en Jerusalén montado en burro y en otra había tres solitarias cruces en el Calvario bajo un cielo tenebroso. Una escena era alegre y multitudinaria y la otra de una soledad aplastante. Espinas, dolor, sangre y temblor de tierra. La siguiente lámina representaba la ascensión del hijo de Dios a los cielos.

Sí que me molesta que los católicos sean tan susceptibles

La historia es de una gran sencillez mitad realista, mitad mágica; mitad humana, mitad divina: al mundo de los seres humanos llega otro ser superior, más elevado, para mostrarnos un camino espiritual. Siente compasión por nosotros porque somos unos descerebrados crueles que, en sus propias palabras, no sabemos lo que hacemos, y la verdad es que algunos milenios después continuamos igual o peor. Pero para comprendernos de verdad este ser con poderes extraordinarios ha de ser uno de los nuestros y sentir nuestras pasiones, deseos y limitaciones. Ha de vivir en un momento histórico y social concreto, por lo que nace, crece y muere, aunque como sabemos que es un ser especial el que ascienda a los cielos no lo consideramos un giro completamente gratuito en la narración, porque desde el mismo momento de su atípico nacimiento su existencia va acompañada de unas cuantas pinceladas sobrenaturales sabiamente repartidas hasta el final apoteósico con el advenimiento del Espíritu Santo, representado en la lámina con una paloma.

¿Inverosímil? ¿Increíble? El creyente no se cuestiona estos detalles. Y para el no creyente puede ser el más bello relato de ciencia ficción de la historia. Su encanto reside en la frescura y el candor con los que transmite todo tipo de sensaciones y sentimientos: amor, odio, traición, culpa, remordimientos, compasión, dolor, alegría, y unas cuantas imágenes de una eficacia demoledora, como "la última cena", que aún está en explotación comercial, como la "sábana santa", la corona de espinas, la copa, la cruz. ¿Qué no daría cualquier líder político por tener a un asesor al que se le ocurriesen frases del tipo: "Dejad que los niños se acerquen a mí", "los últimos serán los primeros", "poned la otra mejilla", "todo está consumado"?

A veces la gente muy religiosa, que todo lo basa en la fe, no llega a saborear la gran libertad creativa de esta narración. Yo no me considero religiosa en ese sentido. No me he empapado de religiosidad entre otras cosas porque fui de las pocas niñas de mi generación que no asistió a un colegio de monjas y que solo me acercaba por la iglesia en bautizos, bodas y comuniones, lo que en el fondo me hacía sentirme fuera del sistema en un país en que en Semana Santa solo se escuchaban las cadenas de los penitentes.

Las procesiones a la fuerza tampoco me gustaban, me entristecían. En cambio ahora empiezo a entenderlas. Me gusta ver la emoción de la gente, el clima que se crea en torno a una sensación, el colorido, el barroquismo. La gente se disfraza, llora y canta. El ambiente es contagioso y hay que ser muy frío para no dejarse llevar por todo ese delirio. Y lo mismo ocurre en las procesiones del interior, mucho más austeras y sobrias, como las de nuestro Madrid. Las procesiones y la Semana Santa, sobre todo en Andalucía, hoy por hoy son una atracción cultural y turística de enorme envergadura, que genera mucho dinero y que se ha convertido en marca, en postal. Del mismo modo que la fiesta del Orgullo está llena de heteros, las procesiones de Semana Santa están llenas de ateos. Lo que importa es la fiesta y el calor humano, la energía colectiva, como en los conciertos y en el fútbol.

A mi vida no le afectan negativamente estas fiestas, salvo que los hoteles estén abarrotados y no encuentre habitación. Pero sí que me molesta que los católicos sean tan susceptibles. Y si lo son que se aguanten. En este país siempre ha habido católicos radicales y ateos radicales. Y si los ateos quieren hacer una marcha, que la hagan, están en su derecho. Y si hay sátira que la haya. ¡Ya está bien!

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NOTA DEL BLOGGER: De acuerdo en todo con Clara Sánchez, salvo en ¿la ingenuidad? de no prever que en la sátira va implícita la provocación. Tan gratuita como la quema del Corán por parte del estúpido fanático evangelista en EE UU. Claro, que los nazarenos luego no van a ir a decapitar a Cayo Lara ni a Almudena Grandes. (DLG)

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La semana por delante DANZA

Un gran clásico

ROGER SALAS 24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/madrid/gran/clasico/elpepuespmad/20110424elpmad_17/Tes

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Coincidiendo con el Día Internacional de la Danza, pero sin que se pueda asimilar como una celebración específica de significado reivindicativo, los Teatros del Canal presentan de nuevo en Madrid el Real Ballet de Suecia (del 29 de abril al 1 de mayo, a las 20.00), una de las compañías más antiguas de Europa y un verdadero poso importante de la historia del ballet europeo desde el XVIII.

La compañía nórdica, ahora bajo la dirección de Madeleine Onne, con una tradición muy específica dentro del ballet dramático y moderno (desde Mijail Fokin a Antony Tudor, o de Ivo Kramer a Birgit Cullberg) ha dado un giro radical a su repertorio activo, centrándose en los modos más contemporáneos. Dos obras de creación componen el programa: Tableau perdu, de Christian Spuck, talento de 41 años que despunta en varias compañías y que usa la sinfonía italiana de Mendelssohn. Lo que más promete es Rättika, del sueco Mats Ek sobre el concierto para violín Opus 77 de Brahms. Ek ha tenido como asistente coreográfica a la importante intérprete Ana Laguna.

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La semana por delante ARTE

Ficciones africanas

FIETTA JARQUE 24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/madrid/Ficciones/africanas/elpepuespmad/20110424elpmad_16/Tes

Personajes vestidos con elegantes trajes de estilo victoriano o de la época de la Revolución Francesa, realizados íntegramente con telas de estampado típicamente africano. Una versión distinta y ficticia de la historia, como si los africanos -por entonces colonizados y esclavizados- hubiesen participado en la pompa y los lujos de la clase dominante de aquellas épocas.

Las metáforas que usa el artista británico de origen nigeriano Yinka Shonibare (Londres, 1962) son vistosas, irónicas, directas, eficaces. Estos estampados se han convertido casi en su marca de fábrica. Los utiliza como símbolo de un continente que ha permanecido mudo e invisible en los grandes acontecimientos del pasado. Aunque el artista explica, para colmo de paradojas, que esos estampados que los africanos actuales consideran como propios son originalmente indonesios.

Esculturas, pinturas y un vídeo fastuoso. La exposición de Shonibare en la sala de la Comunidad de Madrid, Alcalá 31 (hasta el 5 de junio), es una magnífica oportunidad para ver una amplia selección del trabajo de este artista, uno de los más valorados en el panorama del arte británico actual.

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Yinka Shonibare, Scramble-for-Africa

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TRIBUNA: MÓNICA ZGUSTOVA

Libros en el 'gulag'

MÓNICA ZGUSTOVA

24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Libros/gulag/elpepuopi/20110424elpepiopi_5/Tes

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Hace dos semanas, en Moscú, visité a varias mujeres que habían pasado su juventud en el gulag estalinista. Para llegar a sus apartamentos en los enormes bloques de pisos de paneles prefabricados llamados jrushchovki, era preciso coger el metro y luego el tren o el trolebús. Allí, en la periferia de la capital, las expresas políticas me recibieron con la proverbial hospitalidad rusa. Nunca rehabilitadas del todo, recordaron los años de su cautiverio no sólo con horror. Varias de ellas me confesaron que sin esa experiencia su vida hubiera resultado incompleta.

La amistad y la literatura fueron los refugios de las mujeres rusas desterradas

Me costó entenderlo. Primero pensé que defendían su juventud en el gulag porque no tuvieron otra. Pero a medida que la conversación avanzaba y me mostraban sus fotos y sus libros (todas ellas erigieron en sus humildes pisos unas bibliotecas admirables), lo fui comprendiendo. Lo excepcional que esas mujeres encontraron en el gulag fue la amistad: una amistad invulnerable, abnegada, firme.

Gaira Artiómovna Vesiólaia me enseñó pequeñas libretas hechas a mano: la poesía que se escribía en el gulag. "Puesto que los libros estaban prohibidos, por las noches recitábamos de memoria esos poemas que habían compuesto algunas de nosotras; preferíamos dormir menos y humanizarnos, elevarnos con la poesía," me explicó Gaira. Entonces recordé mi reciente encuentro con Irina Emeliánova, la hija de Olga Ivínskaia que fue el último amor de Borís Pasternak y en quien éste se inspiró para crear el inmortal personaje de Lara, la heroína de Doctor Zhivago. Irina me contó que, tras la muerte de Pasternak, tanto su madre como ella habían ido a parar al gulag. Allí Irina se enamoró de un preso, traductor de poesía. Los dos enamorados se comunicaban ocultando poemas entre los ladrillos del muro que separaba el campo de las mujeres del de los hombres. Él le dejaba poesías francesas, ella poemas de Pasternak en minúsculos trozos de papel.

Valentina Grigórievna Íevleva, actriz que había pasado ocho años en el gulag de Kotlas, un desierto helado, por haber sido la hija de un "enemigo del pueblo" (a su padre lo fusilaron en los años treinta), compartió conmigo un recuerdo. Una vez, tras una brutal paliza que le infligieron los guardianes del campo, tuvieron que intervenirla en una mano. En la barraca de la enfermería por milagro encontró un libro: Guerra y paz. Era el primer libro que tocaba en muchos años. Mientras se recuperaba de la operación lo leyó a escondidas, y tan pronto lo acababa, volvía a empezarlo con avidez. Así, a falta de otros libros, leyó la novela de Tolstói cuatro veces. Al salir del gulag, la habitación que alquilaba, se llenó de libros hasta el techo: "Me pasaba los días y las noches leyendo. Era insaciable," confesó Valentina, hoy minusválida. "Puesto que después del gulag no pude rehacer mi vida -la gente desconfiaba de una antigua presa-, los libros dieron sentido a mi existencia."

Galina Stepánovna Safónova es más joven que las demás porque nació en un gulag siberiano, en los años 40. Puesto que la barraca, que de niña compartía con su madre y otras presas, era lo único que conocía de pequeña, lo vivía como algo natural. Y hasta hoy conserva los libros que las presas confeccionaron para ella. Tomé uno al azar, Caperucita roja: papeles de distinto tamaño, cosidos juntos a mano; en cada página dibujos hechos con lápices de colores: Caperucita con su cesto de regalos; el lobo con la abuela; Caperucita con el lobo disfrazado... y el texto del cuento inscrito con pluma. "¡Qué feliz me hizo cada uno de esos libros!" exclamó Galina: "De niña esos fueron mis únicos puntos de referencia culturales. Mire, los he guardado toda la vida, ¡es mi tesoro!".

Elena Vladímirovna Márkova, que había pasado más de 10 años en un régimen especialmente duro en las minas de Vorkutá, en la taiga más allá del círculo polar, me enseñó un libro de Pushkin, adornado con antiguos grabados, impreso en 1905. "En el campo, este libro de procedencia desconocida, pasó por centenares, tal vez miles de manos. Los libros tienen sus vidas, sus historias y destinos, igual que los hombres." Elena me mostró también un archivo de cartas que le habían mandado a escondidas, de una barraca a otra, algunos presos: filósofos y escritores. Con sumo cuidado toqué esos pedacitos de papel, llenos de una letra minúscula medio borrada, y constaté que hablan de Kierkegaard, Goethe, Beethoven, Gogol. Al salir del campo, a los 37 años Elena se puso a estudiar en la universidad para luego convertirse en una destacada especialista mundial en cibernética. Abandonó su carrera al cumplir los 80, hace siete años. "Todo eso gracias a los escasos libros que pude tocar en el gulag," concluye, y exclama: "Nadie se puede imaginar lo que para los presos significaba un libro: ¡era la salvación! ¡Era la belleza, la libertad y la civilización en medio de la barbarie!"

Monika Zgustova es escritora.

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NOTA DEL BLOGGER: MAGNÍFICO texto de Monika Zgustova. UN VERDADERO REGALO PARA LA MAÑANA DEL DOMINGO, aun cuando el tema es terrible y desolador. Ella, y ellas –sus tristes protagonistas—, lo convierten en algo sumamente humano.

Soy profundamente rusófilo. Una vez oí o leí a no sé qué estúpido colgante de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba), cuyos miembros y miembras, aun uniéndose al ghetto, siguen ostentando en sus currícula la membresía y los premios recibidos (como si todos, o la mayoría de ellos, no estuvieran contagiados de favoritismo y trueque oficial-oficioso) como emulando con los altos militares exsoviéticos engalanados con la chatarrería de sus medallas… bueno, a uno de ellos, creo que era Miguel Barnet, oí diciendo que de la era soviética no había quedado nada en Cuba. O sea, que pasaron por la vida sin saber que pasaban, como el poema del ridículo Buesa, o el no tan mucho mejor Neruda. No sé dónde vivía ese señor, la verdad. Hace tiempo en un poema dije que quien pone su bota, pone también su pie. Quizás es un recurso del pisoteado apreciar más el pie que la bota. Quizás quien dijo eso, vivía siempre con las botas puestas.

En fin, me encantaría ser amigo de Monika Zgustova.

(DLG)

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LA IMAGEN

¿Se acostumbra uno a todo?

JUAN JOSÉ MILLÁS 24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/portada/acostumbra/todo/elpepusoceps/20110424elpepspor_3/Tes

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NOTA DEL BLOGGER: Sí, corazón, incluso al comunismo. (DLG)

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JAVIER MARÍAS LA ZONA FANTASMA

Inmovilizados de pavor

JAVIER MARÍAS 24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/portada/Inmovilizados/pavor/elpepusoceps/20110424elpepspor_20/Tes

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El método más eficaz para cargarse una palabra es su usurpación y su consiguiente ensuciamiento por parte de los usurpadores. A ello han recurrido todas las dictaduras que en el mundo han sido. ¿Cómo creen que quedó el adjetivo "democrático" en el territorio que durante décadas se llamó "República Democrática Alemana" y que no fue sino un Estado totalitario dominado por su ubicua policía secreta, la Stasi? Pero no hace falta una dictadura para llevar a cabo la contaminación. Así lo hemos visto en nuestro país, donde el noble vocablo "liberal" (que, más allá de su acepción económica, no tan noble, significó "Tolerante o respetuoso con las ideas o actitudes de los demás", así como "Partidario del liberalismo", el cual a su vez fue definido como "Doctrina política surgida en el siglo XIX, que aspira a garantizar las libertades individuales de la sociedad"), al habérselo apropiado la derecha más recalcitrante, ha quedado por los suelos. Hasta el punto de que el resultado ha sido aún más grave que el mancillamiento de la palabra (muy malparada sale, en efecto, si se la aplica a sí misma Esperanza Aguirre): se ha acabado con la propia noción o concepto de "liberal", de tal modo que ya casi nadie, ni de izquierdas ni de derechas, está dispuesto a serlo. Y esto, curiosamente, ocurre no sólo en España, sino en todas partes.

Ya casi nadie, ni de izquierdas ni de derechas, está dispuesto a ser 'liberal'.

Ser liberal, en su sentido social y en el uso más coloquial del término, equivalía, entre otras cosas, a no inmiscuirse en la vida y en las costumbres de los demás; a diferenciar entre las capacidades, la competencia y el talento de alguien y su moral, sus vicios particulares, sus ideas y sus creencias. Entre sus obras y su comportamiento en la esfera privada. Esa separación llegó a ser aceptada por la mayoría. Sólo los muy dogmáticos o los muy fanáticos eran incapaces de hacer la distinción. Alguna vez he contado que mi abuela Lola era tan católica que se negaba a ver las películas de Chaplin o Charlot, "porque se ha divorciado muchas veces". Ella se lo perdía, indudablemente, ya que era mujer dulce, afable y de risa fácil, nada iracunda pese a su puritanismo. También recuerdo cómo, durante el franquismo, numerosos falangistas y "leales al régimen" se empeñaban en decir que Picasso era muy mal pintor y que sus "garabatos" estaban al alcance de cualquier niño, sólo porque no podían tragar al individuo con sus ideas "comunistas". Pues bien, este tipo de intolerancia desmedida ha regresado y se le inflige a cualquiera. No ya a los políticos, cuyas andanzas sexuales empezaron a tenerse en cuenta en los países anglosajones y ahora ya son motivo para apartarlos de sus cargos en casi todo lugar, independientemente de lo bien que los desempeñen, sino a los intelectuales, actores, modistos, bailarines y cantantes.

Ya se ha comentado mucho la negativa del Estado francés a rendir homenaje literario al novelista Céline por sus posturas antisemitas, que son muy condenables pero que no influyen en la calidad de sus escritos. Ahora leo que una serie de televisión titulada Glee y protagonizada por Gwyneth Paltrow se plantea suprimir, ante las protestas, una secuencia porque en ella uno de los personajes iba a interpretar una canción -¡de 1973!- compuesta por Gary Glitter, antigua estrella del pop británico que -con mucha posterioridad, en 1999- fue condenado por posesión de pornografía infantil; luego, en 2002, deportado de Camboya a Vietnam bajo sospecha de actividades pedófilas, y, tras cumplir condena en este último país, devuelto al Reino Unido, donde está inscrito en el registro de delincuentes sexuales y tiene prohibido volar en compañías aéreas (?), como si en el transcurso de un trayecto, rodeado de pasajeros, fuera a poder practicar sus depravaciones. A mí me parece bien que contra el señor Glitter se tomen todas las medidas posibles para que no reincida, pero no entiendo que una canción de 1973, por el mero hecho de haberla compuesto él, tenga que ser castigada y nunca más escuchada, sobre todo si la canción es buena. No sé, es como si las editoriales del mundo decidieran no volver a reeditar la maravillosa novela Bajo el volcán, de Malcolm Lowry, porque es sabido que éste, alcoholizado, intentó estrangular un par de veces a su mujer, sin mucho ahínco, todo sea dicho. Aun así, las sanciones contra el ciudadano Lowry me habrían parecido justas y necesarias; las adoptadas contra su obra, semejantes a la represalia de mi abuela contra Chaplin por sus muchos divorcios.

Veo también que en Rusia el director de bailarines de la compañía Bolshoi, Guennadi Yanin, ha perdido el puesto y toda posibilidad de convertirse en director artístico porque "un emisor anónimo" envió a millares de emails y webs de todo el planeta "imágenes de un hombre muy parecido a Yanin en posturas sexualmente atrevidas". El diario Kommersant observó que el hombre había sido víctima de una técnica utilizada por grupos cercanos al Kremlin para desprestigiar a opositores y críticos: "Poco importa que las imágenes sean auténticas. El daño ya está hecho y el objetivo cumplido". En un mundo mínimamente liberal, esas imágenes, aunque hubieran sido auténticas, no deberían haber tenido la menor consecuencia para el señor Yanin, si hacía bien su trabajo. Nos estamos deslizando hacia unas sociedades tan fanáticas, puritanas y represoras como la que albergó la época de mayor esplendor de nuestra malfamada Inquisición. Sólo que lo que hoy se denuncia y condena es tan variado que pronto nos quedaremos todos inmovilizados de pavor.

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NOTA DEL BLOGGER: MAGNÍFICO también. Lo que yo llamo “la perversión de las palabras”. Produce satisfacción cuando uno encuentra pensamientos afines expresados en ese mismo momento por personas que tienen acceso a expresarse públicamente y que son escuchados o refutados –no da lo mismo pero es igual— pero para los que al menos el tiempo no pasa entre el sonido atenuado de los blogs. (DLG)

lunes, 2 de agosto de 2010

MONIKA ZGUSTOVA - Princesas y dictadores

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Alexey Titarenko

© Alexei Titarenko

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TRIBUNA: MONIKA ZGUSTOVA

Princesas y dictadores

Los regímenes autoritarios del Asia Central postsoviética se resisten a la democracia. EE UU, Rusia, China, la UE y Turquía tienen intereses en esta zona que concentra el grueso de las reservas energéticas mundiales

MONIKA ZGUSTOVA 31/07/2010

(http://www.elpais.com/articulo/opinion/Princesas/dictadores/elpepuopi/20100731elpepiopi_12/Tes)

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Al visitar Uzbekistán, hace un par de meses, pude comprobar que el país es multicultural y multilingüe: además de uzbekos y rusos, en él conviven otras dos minorías étnicas, la tayika y la kirguiza, con sus lenguas de familias farsi y turca, además de otras minorías. Algo parecido sucede en los que hoy son sus Estados vecinos: Kirguizistán, Tayikistán, Kazajistán y Turkmenistán que, además de Uzbekistán, antes de la Revolución de Octubre de 1917 formaban una región dominada por diversos señores feudales o kanes bajo dominio de los zares.

En 1924, según la conocida fórmula divide y vencerás, Stalin cortó la región en pedazos y así estableció distintas repúblicas soviéticas. El dictador soviético tenía prisa porque temía que la unión de esos pueblos bajo la bandera panturca le impidiera realizar sus planes imperialistas. Stalin dibujó unas chapuceras líneas fronterizas que atraviesan montañas, ríos y etnias de manera tosca y arbitraria. De modo que el tijeretazo también dividió, entre Kirguizistán, Uzbekistán y Tayikistán, el fértil valle de Fergana, uno de los mayores productores de algodón del mundo, donde a mediados de junio de este año se produjeron en su zona kirguiza los sangrientos disturbios que generaron cerca de un millón de uzbekos refugiados. Si Stalin logró que los grupos étnicos no se unieran contra él, aseguró asimismo un hervidero de rivalidad y animadversión étnica.

De ese modo, debido a la política soviética de mezclar nacionalidades y trasladarlas de una punta del imperio a otra, Kazajistán encabeza la diversidad étnica en Asia Central: desde kazajos y rusos hasta ucranios, uzbekos y tártaros, el país -autoritario que presenta graves irregularidades en las elecciones, como todos los demás de la zona- cuenta con 131 nacionalidades.

En muchos países de la región, esos odios han sido hasta ahora latentes, porque los regímenes autocráticos y dictatoriales, herederos del modelo soviético, los han vigilado muy estrechamente. En cambio en Tayikistán esas rivalidades y enormes desigualdades entre etnias y clases sociales generaron un sangriento enfrentamiento que duró media década y se cobró casi 100.000 muertos. Los grupos descontentos, que iniciaron la guerra civil en 1992, eran reformistas democratizadores. En la actualidad, el presidente tayiko, Emomali Rahmon, manipula las elecciones de manera corrupta, y lo mismo sucede en los demás países del Asia central pos-soviética.

En cuanto a Turkmenistán, según el World Press Freedom Index de Reporteros sin Fronteras, ocupa el tercer lugar mundial de restricciones de la libertad de prensa. Además de eso, el anterior presidente Niazov prohibió el pelo largo, la ópera y la música reproducida. Ahora, bajo el presidente Berdimushamedov, el ambiente se está relajando tímidamente, aunque los derechos humanos siguen en un nivel muy bajo.

También en Kirguizistán, que hace poco se ha quitado el chaleco de fuerza que le imponían los dictadores para emprender un camino lento hacia una cierta apertura con la aprobación de su primera constitución democrática, las tensiones étnicas han explotado atizadas precisamente por los dictadores depuestos.

Se cumplen 20 años de la desaparición de la Unión Soviética. En junio de 1990, Kirguizistán fue uno de los países más pobres que quedaron en las ruinas del antiguo imperio. Desde entonces, dos autócratas lo han gobernado: el corrupto Akaev, a quien la Revolución de los Tulipanes de 2005 arrebató el poder y Moscú le ofreció un puesto en la universidad; y el no menos corrupto Bakiev, puesto en el poder por Bush junior y desechado el pasado mes de abril por una revuelta popular, que encontró refugio bajo las alas del dictador bielorruso, Lukashenko. Y digamos de paso que, hace unas semanas, el hijo de Bakiev, Maxim, fue detenido en el aeropuerto de Londres al aterrizar allí en su avión privado y pedir asilo político. Roza Otunbaeva, que gobierna ahora la transición hacia la democracia de Kirguizistán, culpa del reciente genocidio contra los uzbekos a este último. En la ciudad de Osh, que cuenta con una importante minoría uzbeka, el ex gobernante, que provenía de allí, organizó con la ayuda de sus parientes y conocidos, o sea en el más puro estilo de la Asia Central, una revuelta para desestabilizar el nuevo Gobierno. YouTube presenta una conversación telefónica en la cual el hijo de Bakiev, Maxim, clama: "¡Destronemos al Gobierno organizando turbulencias en el sur!".

La Asia Central pos-soviética, pues, es digna heredera del legado estalinista, además de estar regida por clanes familiares, como hacían los kanes medievales. Durante mi viaje a Uzbekistán percibí que el presidente, Islam Karímov, bajo una cierta apariencia de prosperidad, tiene en jaque a todo ese país exportador de algodón que en la antigüedad fue el núcleo de la ruta de la seda. Su hija Gulnara, en igual medida glamurosa y oscura, llamada la princesa de los uzbekos, fue señalada en 2009 por la revista suiza Bilan como una de las 10 mujeres con mayor fortuna en Suiza; sin duda esa fortuna le viene de su presidencia de Uzdunrobita, la telefonía móvil uzbeka, un regalo de su padre que asimismo recientemente la proclamó embajadora uzbeka ante las Naciones Unidas y embajadora en España.

En 2005 la Unión Europea impuso a Uzbekistán un embargo de venta de armas por la sangrienta represión de las protestas pacíficas a favor de la liberación de presos islamistas en la ciudad de Andijan, causando centenares de muertos. No obstante, según subrayó el periodista Rafael Poch, el régimen uzbeko sabe que si satisface las exigencias occidentales -disponer de bases militares entre Rusia y China, derecho de paso para suministros necesarios en el conflicto afgano, y acceso a recursos energéticos-, nunca tendrá nada que temer; el Bundeswehr, por ejemplo, entrena a oficiales uzbekos en Alemania. También España tiene sus intereses en Uzbekistán: la empresa Talgo debe construir el AVE entre las principales ciudades, Tashkent, Samarkanda y Bujara. Quizá a eso se deba la programada visita de los reyes de España a Uzbekistán.

Tres grandes potencias mundiales tienen intereses en Asia Central: Estados Unidos, Rusia y China. Junto con la cuenca del Caspio y la región del Golfo, Asia Central concentra el grueso de las reservas energéticas mundiales. Desde hace décadas, estrategas americanos han puesto de manifiesto su prioridad de hacerse con el control de Asia Central. Ese objetivo estratégico se considera como la recompensa de Washington por su victoria en la guerra fría. Estados Unidos y Rusia pusieron sus bases militares cerca de Bishkek, la capital de Kirguizistán. Los americanos usan su transit center, como llaman a esa base aérea, para apoyar a sus tropas en Afganistán. Rusia no ha dejado de considerar a toda Asia Central, que formó parte de su imperio tanto bajo los zares como bajo el poder soviético, como una especie de satélite. Y China la tiene en su punto de mira como una importante fuente de energía. Por todo eso, a nadie le interesa que esa región se suma en problemas étnicos y, pase lo que pase, entre todos mantienen bien tapada esa olla de grillos, favoreciendo regímenes autoritarios si es necesario.

Además, en Uzbekistán pude observar la creciente influencia de Turquía. Los turcos van extendiendo por toda la región de Asia Central un poderoso dominio económico. La Unión Europea, con su negativa a aceptar a Turquía como país miembro, también se niega a extender su influencia, tanto estratégica como económica, a esa parte del mundo que otros juzgan de gran importancia.

Desgraciadamente, la paz en gran parte de Asia Central va de la mano con la dictadura, y es que esos países están dominados por clanes familiares que no permitirán que la democracia les arranque de las manos el poder absoluto que poseen, atizando como hemos visto en Kirguizistán el odio étnico si eso sirve a sus fines. Por eso, el proceso democrático que se abre en ese país es hoy una puerta a la esperanza.

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Monika Zgustova es escritora; su última novela es Jardín de invierno (Destino).

© Monika Zgustova

© El País

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Me cae bien esta escritora del Este, afincada aquí en España.  Por su forma de escribir, por las cosas que le he leído, me gustaría conocerla, y hasta ser amigo suyo.

Que la Prensa nacional (incluido los catalanes y los vascos, hasta que no hagan su revolución…) la acepte y publique sus siempre certeros puntos de vista con respecto a los antiguos países comunistas, aparte de ser una suerte, es también una prueba de la diferencia de consideración que establece el llamado “mundo de izquierda” con respecto a “comunismo para Europa NO” - “comunismo para Cuba y América colonial SI”, tal como me dijo aquel taxista del Madrid profundo cuando la caída del Muro de Berlín.  Si eso no se llama “xenofobia ideológica”, que venga Antonio Elorza y me lo explique.

David Lago

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sábado, 17 de abril de 2010

La banalización del mal, según Monika Zgustova

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Cada vez me gusta más esta escritora húngara, nacionalizada española, que, precisamente por ser europea, puede tener acceso a decir públicamente lo mismo que yo pienso.

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TRIBUNA: MONIKA ZGUSTOVA

¡Pasa tus vacaciones en el 'gulag'!

MONIKA ZGUSTOVA 16/04/2010

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Pasa/vacaciones/gulag/elpepiopi/20100416elpepiopi_5/Tes

 

Hojeando la prensa diaria me llama la atención el siguiente titular: "Vacaciones delirantes: ¡Bienvenidos al gulag!" ¿Se trata de una broma? La propuesta se especifica de la siguiente manera: "Plan de vacaciones Gulag: talar árboles en un bosque lituano con nieve hasta los tobillos, aprender el himno de la URSS, degustar una sopa aguada y un trozo de pan negro y, de postre, ser interrogado por un miembro de la KGB". A continuación, el anuncio propone en clave de ironía: "Todo un festival de placeres y relax".

El turismo organizado a los lugares del mal trivializa el sufrimiento humano, lo convierte en espectáculo

Recuerdo que en su novela Un día en la vida de Iván Denísovich, Solzhenitsin, describe cómo Iván, su álter ego, encerrado en el gulag, saboreaba un pequeño trozo de dicho pan negro y cómo guardaba otro trozo en una bota para repartir las migajas a lo largo del día y disponer de fuerzas suficientes para soportar las 14 horas de trabajo duro. En cuanto a la sopa, Solzhenitsin menciona que algunos se molestaban por la gran cantidad de cucarachas que contenía el líquido, mientras que otros ya se habían habituado a ello: "Todos terminan por acostumbrarse", concluye Solzhenitsin.

Hablando de interrogatorios, el escritor ruso describe en su Archipiélago Gulag que a los detenidos se les interrogaba de día y de noche, y que, durante semanas o meses, no se les permitía dormir ni acostarse, ni siquiera cerrar los ojos. En cuanto al tipo de trabajos forzados, los condenados trabajaban en las minas de carbón o metales preciosos, talaban árboles o construían edificios, carreteras y vías de tren en el norte de Siberia, en ese desierto helado barrido por el viento polar, sumido en la oscuridad durante seis meses del año.

Aparto el periódico y me pregunto si efectivamente el sufrimiento de tantos -en el gulag soviético murieron aproximadamente cinco millones de personas- se ha convertido en un frívolo parque temático para turistas.

Entro en la web oficial de Gulag: en un vídeo, una lituana cuenta que fue divertido (fun) montar esa reliquia del sistema soviético. Tras esa explicación, un estudiante americano suelta riendo: "¡Menudas vacaciones! ¡En vez de tumbarte en la playa, te sometes a bofetadas!". Al final, un joven de India llega a la conclusión de que esta experiencia le ha ayudado a comprender el horror de lo que fue el sistema soviético.

Y es que los campos de concentración soviéticos han desaparecido: las mal construidas barracas de madera, donde vivían los presos, acabaron por desintegrarse en el hielo y la nieve siberianos.

Últimamente, las agencias de viajes han empezado a ofrecer viajes organizados a Auschwitz. Los autocares aparcan cerca del campo y escupen decenas de turistas. El año pasado, sólo de Israel, 30.000 estudiantes visitaron el campo. El escritor Jordi Puntí, que recientemente había visitado Auschwitz, me contó que la presencia de tantos turistas no favorecía la reflexión sobre lo ocurrido. En la web de Auschwitz leo las reacciones de los que ya han visitado el campo de concentración: "Potente y triste: ¡no os lo perdáis!", "Hay que ir: una experiencia conmovedora", "¡Muy recomendable!", "¡Buenos guías!", "Pensad en comer algo antes de la visita y poneros calzado cómodo". Son las mismas reacciones que ante el puente de los suspiros en Venecia o una puesta de sol en Cabo Sunion. En la misma página una agencia de viajes ofrece: "Desde Cracovia te llevaremos a Auschwitz en un cómodo coche, ¡en sólo una hora!". Y en la misma página se ve una playa tropical con palmeras y hamacas, para los que prefieren el Caribe a Auschwitz. El turismo organizado a los lugares del mal acaba trivializando el sufrimiento humano para convertirlo en un espectáculo que contemplamos sin que nos alcance, como no nos horrorizamos ante la tortura de un santo en un cuadro barroco.

La banalidad del mal es conocida: con esa etiqueta Hannah Arendt describió la actitud de Eichmann y otros nazis que durante su juicio se declararon libres de culpa porque sólo habían obedecido órdenes. Banalización del mal es lo que provoca el turismo masivo al gulag y a Auschwitz, sustentado por las frívolas palabras de los anuncios que ofrecen unas "vacaciones delirantes" para convertir en oro lo que sea, incluso el exterminio.

Es imprescindible mantener la memoria histórica para que la Shoa y el gulag no se repitan y para que nadie se atreva a negarlos. Sin embargo, atraer a autocares turísticos a ver los lugares del mal como si de un espectáculo se tratara significa deshonrar la memoria de los que allí sufrieron y perecieron.

Banalizar el mal no sólo es indignante sino que es peligroso. Han sido varios los momentos en la historia en que la banalización del mal ha precedido a la rehabilitación que transformaría el mal en algo más o menos aceptable, y luego en bien.

Monika Zgustova es escritora. Su última novela es Jardín de invierno (Destino).

martes, 23 de marzo de 2010

¿Xenofobia ideológica?

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House of the Speaking Parrots — Horst Friedrichs, undated

(Horst Friedrichs, House of the Speaking Parrots, undated)

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Un breve añadido al sencillo, lógico, racional y humano texto de opinión que la escritora de origen checo, Monika Zgustova, publicó ayer en la sección Tribuna, de El País.  Está incluido en este link:

http://theplacewherenothingisreal.blogspot.com/2009/02/iracundia.html

MONIKA ZGUSTOVA  -  ¿Por qué no aprendemos a escuchar?

http://www.elpais.com/articulo/opinion/aprendemos/escuchar/elpepuopi/20100322elpepiopi_5/Tes

 

Efectivamente no hay para los cubanos personas que puedan comprendernos mejor (y nosotros a ellos) que “nuestros hermanos de la URSS y del campo socialista”.  Pero yo sumo a lo expuesto por Monika Zgustova el “detalle” del comentario que se narra en el link de mi blog: “Está visto que el comunismo no puede avanzar en Europa; tal vez en países de esos como Cuba…”  ¿Cómo podría bautizar esto?  ¿Xenofobia ideológica?

David Lago