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sábado, 6 de agosto de 2011

ROGER SALAS - “Noche española” con sabor cubano

'Noche española' con sabor cubano

La gran danza del Cuban Classical Ballet of Miami debuta con éxito en el Festival de El Escorial

ROGER SALAS - San Lorenzo de El Escorial - 06/08/2011

http://www.elpais.com/articulo/madrid/Noche/espanola/sabor/cubano/elpepuespmad/20110806elpmad_6/Tes

Lorena_Feijoo -- Lorena Feijóo, del Cuban Classical Ballet of Miami, durante el ensayo en El Escorial.- ANDRÉS DE GABRIEL

Lorena Feijóo, del Cuban Classical Ballet of Miami, durante el ensayo en El Escorial.- ANDRÉS DE GABRIEL

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En el verano de 2010 el Cuban Classical Ballet of Miami (CCBM) o, lo que es lo mismo, el Ballet Cubano de Miami, se quedó con las maletas hechas y los decorados en enormes contenedores en el puerto de Santander. Las malas artes de una empresaria sin escrúpulos los dejaron colgados. Estaban programados en una gira española que comenzaba precisamente donde actuaron ayer día 5 y lo hacen hoy sábado: el teatro auditorio de San Lorenzo de El Escorial. Anoche hicieron vibrar al público ofreciendo un baile espléndido y una energía que solo la gran danza es capaz de transmitir.

La noticia en otros webs

El programa realza las relaciones entre el ballet clásico y las danzas de tradición

El director del CCBM, Pedro Pablo Peña, cambió el programa para estas presentaciones y decidió esta Noche española, donde se realzan y verifican las relaciones entre el ballet clásico y las danzas españolas de tradición, sobre todo la Escuela Bolera que tanto ha influido en el repertorio del siglo XIX y principios del XX.

Para la Noche española, Peña ha reunido a sus principales figuras habituales, artistas cubanos que están repartidos por las mejores compañías del mundo. Y además, con la intervención de dos españoles: los madrileños Carlos López, solista del American Ballet Theatre de Nueva York, y la nueva y prometedora revelación de la danza española, Sergio Bernal. López bailó en el elenco de Majísimo (sobre las danzas de la ópera El Cid de Massenet) y en una recreación de concierto de la danza española del tercer acto de El lago de los cisnes. Bernal, por su parte, bordó con virtuosismo y garra la Farruca de El Molinero de El sombrero de tres picos.

Lorena Feijóo, primera figura, hizo un pas de deux de Carmen que la corona como heredera natural y consciente del rol tras Maya Plisétskaya (para quien se creó) y de Alicia Alonso (que lo particularizó); Feijóo es poderosa en escena, afila la técnica y da el perfil de la auténtica diva de ballet en un momento de madurez espléndida.

Cerró la noche Don Quijote, con un virtuoso Rolando Sarabia y una chispeante y segura Xiomara Reyes (bailarina principal del American Ballet); ellos se comunican bien y dan al dúo su mejor sentido artístico.

Consideremos en el mismo alto nivel de expresividad y ejecutoria a Rainieris Reyes y Nelson Madrigal, el primero en Paquita y el segundo en el Don José de Carmen. El total de las obras pone de relieve unos vasos comunicantes y una retroalimentación tan viva como exitosa: la del ballet y lo español. La obra Majísimo de Jorge García es la mejor demostración de esa estilización capaz de hacer que lo esencialmente español se vincule a lo que es académico y troncal; pasos, frases, acentos y combinaciones que probablemente ya estén fundidas para siempre.

© Roger Salas / El País

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lunes, 27 de junio de 2011

ROGER SALAS - Epístolas desde Mtsensk (I y II)

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Иван Свиридов 1

Иван Свиридов 1

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Epístola I (a los petersburgueses)

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Por mucho alejar la mirada hacia el oeste

No aparece rastro memorial de Petrogrado.

La calma es una representación episódica

Donde la ciudad es convertida en pretexto.

No podría distinguirse el color de la sangre,

En un sitio seca y en otro tono del mármol.

Se comparte el miedo tanto como la miseria,

Ya los cimientos se tambalearon antes aquí

Y ahora toca suerte a la otra parte del mundo.

Esta es la brutalidad del reino de lo inevitable

Pues cualquier gobierno está más interesado

En pasteurizar las ideas antes que los lácteos;

Aprendimos a compartir un miedo equitativo

Tanto como la miseria interior del pan negro.

Mi madre decía: “el mundo se está acabando”

Al tiempo contaba minuciosa los nudos blancos

De su crochet, una intrincada malla perfecta

Donde la precisión es la posibilidad del éxito.

A veces deshacía lo hecho sin remordimiento

Para volver a contar hilos desde el principio.

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Иван Свиридов 2

Иван Свиридов 2

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Epístola II (a los soldados de Vranks)

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Conviertes la función de vigilarme en un arte,

Probablemente te han instruido con sumo detalle

En cómo disparar sin albergar remordimientos

Por segar la vida de algún intruso desconocido

O por mantener el orden dentro de estos muros.

Sin poder preguntarte cosas aparentes o simples

Siento en mi nuca la caricia de tus ojos negros,

Una línea muy astuta trazada entre vida y muerte

Capaz de definir mi secreta y costosa respiración.

Eres un centinela imaginario con forma temeraria

Pues en la maldita Vranks no queda nada de antes

Y el pasado fue suprimido en la misma ordenanza

Donde se asignaron nuevos colores a las banderas.

¿Debíamos estar felices de no tener ese recuerdo?

Me falta tu sombra tanto como un sentido de odio,

Las razones políticas son como esos libros viejos

Dejados a merced de la intemperie, ya olvidados.

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© Roger Salas

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domingo, 24 de abril de 2011

LEYENDO EN WOOSTER (domingo 24 de abril de 2011)

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Contra censores y energúmenos

Vargas Llosa clama por "la libertad y los libros" en Buenos Aires.
Ambiente caldeado en las horas previas a la conferencia que un grupo de intelectuales quiso vetar

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ | Buenos Aires 22/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/cultura/censores/energumenos/elpepucul/20110422elpepucul_1/Tes

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Mario Vargas Llosa no inauguró finalmente la 37ª Edición de la Feria del Libro de Buenos Aires, como estuvo previsto en su momento, pero sí pronunció el discurso "principal" del orador invitado, 24 horas después de la apertura formal de la muestra. "Se supone que la inauguración es un acto único, pero aquí se ha desdoblado en dos días distintos, imagino que para evitar que yo apareciera junto a los políticos el día de la apertura", ha explicado a EL PAÍS el premio Nobel de Literatura 2010. "Mi discurso no cambiará por eso: defender el derecho de los libros a ser libres es defender nuestra libertad de ciudadanos, el precioso fuego que la atiza, mantiene y renueva", afirmó.

La Feria del Libro de Buenos Aires sortea la polémica sobre Vargas Llosa. El ambiente, que parecía más calmado, se caldeó mucho en las últimas horas, con unas imprevistas declaraciones de Aníbal Fernández, jefe de Gabinete de la presidenta. Pareció ignorar las instrucciones de Cristina Kirchner de dejar en paz al escritor y lanzó un furioso ataque tanto contra Vargas Llosa como contra Fernando Savater, que visita también estos días Buenos Aires y que se rio de los intelectuales argentinos que protestan por la presencia del premio Nobel en la Feria del Libro.

El acto de inauguración formal, que se desarrolló el miércoles por la tarde, tampoco ayudó a calmar las cosas. Aunque no asistieron ni la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, ni el intendente de la ciudad, Mauricio Macri, sus enviados y representantes se las arreglaron para alimentar el clima de confrontación. El ministro de Educación, Alberto Sileone, en especial, convirtió la inauguración en un mitin político puro y duro. Logró el extraño prodigio de inaugurar una Feria del Libro en una capital latinoamericana sin mencionar el hecho de que este año un escritor latinoamericano ha sido reconocido con el Nobel.

Vargas Llosa no se sintió ofendido por el cambio de programa, ni alteró por eso el contenido de su discurso, una defensa apasionada del libro que "como árboles de un bosque encantado, se animan al abrirlos". "Basta que celebremos con sus páginas esa operación mágica que es la lectura para que la vida estalle en ellos".

El escritor no rehuyó, sin embargo, la polémica. "Agradezco a la presidenta su oportuna intervención para atajar el intento de veto de algunos colegas y adversarios de mis ideas políticas para desinvitarme al acto", aseguró. "Ojalá esa toma de posición se contagie a todos sus partidarios y sea mantenida por ella misma en su conducta gubernamental".

Enorme expectación

Vargas Llosa quiso que su discurso, esperado con enorme expectación en una sala abarrotada de público, fuera seguido por un diálogo con el periodista y escritor argentino Jorge Fernández Díaz, y que discurrió con toda tranquilidad, en medio de risas, anécdotas y relatos extraordinarios del Premio Nobel.

Vargas Llosa se mostró relajado y disfrutó del coloquio, en el que se tocaron temas literarios, biográficos y también políticos. Reafirmó, en un momento del diálogo, que seguirá criticando todo lo que no le guste tanto de América Latina como de Argentina. "Hay que seguir ejerciendo la libertad con prudencia y sin beligerancia", dijo. Tal afirmación fue recibida con una cerrada ovación del auditorio.

Previamente, el premio Nobel de Literatura tuvo que soportar que un pequeño grupo de piqueteros "ideológicos" cortara el tráfico frente a su hotel y que, con un ensordecedor ruido de bombos, reclamara su marcha del país. "Les vi desde la ventana. No eran muchos, pero hacían mucho ruido. Gritaban contra mí, pero no estaban muy informados porque me decían que Humala va a ganar las presidenciales en Perú, sin saber que yo ya he anunciado que voy a votar por él, para evitar que regrese Fujimori al poder y se legitime su etapa de robo, asesinatos y corrupción".

Vargas Llosa reconoce que este tipo de polémicas le resulta muy cansada y aburrida y que han conseguido estropearle un viaje a Buenos Aires, algo que para él siempre había sido muy agradable y enriquecedor y que ahora le exige, incluso, llevar protección en la calle. "Estoy deseando que elijan un nuevo premio Nobel para que sea el siguiente el que tenga que soportar toda esta presión", reconoce. Pero no está dispuesto a permitir que nadie le impida hablar libremente, y mucho menos en una Feria del Libro. "Eso sería admitir la derrota frente a los energúmenos", protesta. "Sobrellevo todo esto con espíritu deportivo, pero la verdad es que no comprendo por qué la inauguración de una Feria del Libro tan hermosa como la de Buenos Aires no puede ser algo sencillo sino que se convierte en un combate político y en un intento de censura".

Contra ellos, los censores y energúmenos, ha dirigido su discurso "semiinaugural": "El episodio, más allá de lo anecdótico, es un asunto actual: la libertad y los libros", explica. "Manuscritos, impresos o ahora digitales, representan la diversidad (mientras no sea expurgados, claro está). Esta extraordinaria diversidad desaparece cuando gracias a los libros nos sumergimos en lo profundo hasta llegar a aquellas raíces de la especie, pues allí descubrimos lo que hay de solidario y de semejante, una condición, unos anhelos, alegrías y miedos, que establecen una identidad recóndita sobre las diferencias y distancias".

Los libros, cree, ayudan a derrotar los prejuicios y a descubrir que somos iguales en el fondo, que los "otros" somos "nosotros". El premio Nobel ha explicado cómo la Inquisición española prohibió durante casi tres siglos que se imprimieran novelas en América Latina. "Una de las perversas y felices consecuencias de esa prohibición", afirmó, "fue que la ficción prohibida se las arregló para contaminarlo todo. Eso ha sido muy beneficioso en los dominios del arte y la literatura, pero bastante catastrófico en otros en los que, sin una buena dosis de pragmatismo y de realismo, un país puede irse a pique". "Los comisarios políticos han reemplazado en la vida moderna a los inquisidores de antaño", denunció.

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NOTA DEL BLOGGER: Pues de censores y comisarios políticos del arte y la literatura, todos energúmenos, sabemos bastante los cubanos, así como los rusos y todos los súbditos de los países que han sido comunistas. Lo triste es que esos sub-personajes siguen campeando a diestra y siniestra, y con la anuencia de la mayor parte del colectivo del ghetto (o exilio, o diáspora) cubana y la cuña de la mayor parte de la oligarquía literaria internacional. Pasaron de ser deplorables a respetables. (DLG)

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Bardem, Bollaín y Casas, premiados en Nueva York

La Asociación de Cronistas reconoce a actores y cineastas en su gala anual

AGENCIAS - Nueva York - 24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/gente/tv/Bardem/Bollain/Casas/premiados/Nueva/York/elpepugen/20110424elpepuage_1/Tes

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NOTA DEL BLOGGER: EE UU es uno de los pocos países del mundo que llega al colmo de premiar incluso a aquellos que le desprecian, como es el caso de tantos actores y directores de cine de mejor y peor valía que se han pasado la vida criticando el encasillamiento de Hollywood para con los actores hispanos (que por lo general siempre terminan haciendo papeles, no de españoles, sino de sudacas) mientras ellos no dan eso que llaman “el salto a Hollywood”. ¿Inocencia, ingenuidad, bondad, respeto a la profesionalidad del otro? Valores muy poco profesados en suelo patrio. (DLG)

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Procesiones ateas

CLARA SÁNCHEZ 24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/madrid/Procesiones/ateas/elpepiespmad/20110424elpmad_9/Tes

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La Semana Santa se repite con bastante precisión año tras año incluso en tiempos tan sorprendentes como los nuestros. Comienza con sol el Domingo de Ramos para seguir con tormenta y nubarrones el Viernes Santo. Un calco del libro de historia sagrada de mi infancia en que en una lámina Jesús entraba triunfante en Jerusalén montado en burro y en otra había tres solitarias cruces en el Calvario bajo un cielo tenebroso. Una escena era alegre y multitudinaria y la otra de una soledad aplastante. Espinas, dolor, sangre y temblor de tierra. La siguiente lámina representaba la ascensión del hijo de Dios a los cielos.

Sí que me molesta que los católicos sean tan susceptibles

La historia es de una gran sencillez mitad realista, mitad mágica; mitad humana, mitad divina: al mundo de los seres humanos llega otro ser superior, más elevado, para mostrarnos un camino espiritual. Siente compasión por nosotros porque somos unos descerebrados crueles que, en sus propias palabras, no sabemos lo que hacemos, y la verdad es que algunos milenios después continuamos igual o peor. Pero para comprendernos de verdad este ser con poderes extraordinarios ha de ser uno de los nuestros y sentir nuestras pasiones, deseos y limitaciones. Ha de vivir en un momento histórico y social concreto, por lo que nace, crece y muere, aunque como sabemos que es un ser especial el que ascienda a los cielos no lo consideramos un giro completamente gratuito en la narración, porque desde el mismo momento de su atípico nacimiento su existencia va acompañada de unas cuantas pinceladas sobrenaturales sabiamente repartidas hasta el final apoteósico con el advenimiento del Espíritu Santo, representado en la lámina con una paloma.

¿Inverosímil? ¿Increíble? El creyente no se cuestiona estos detalles. Y para el no creyente puede ser el más bello relato de ciencia ficción de la historia. Su encanto reside en la frescura y el candor con los que transmite todo tipo de sensaciones y sentimientos: amor, odio, traición, culpa, remordimientos, compasión, dolor, alegría, y unas cuantas imágenes de una eficacia demoledora, como "la última cena", que aún está en explotación comercial, como la "sábana santa", la corona de espinas, la copa, la cruz. ¿Qué no daría cualquier líder político por tener a un asesor al que se le ocurriesen frases del tipo: "Dejad que los niños se acerquen a mí", "los últimos serán los primeros", "poned la otra mejilla", "todo está consumado"?

A veces la gente muy religiosa, que todo lo basa en la fe, no llega a saborear la gran libertad creativa de esta narración. Yo no me considero religiosa en ese sentido. No me he empapado de religiosidad entre otras cosas porque fui de las pocas niñas de mi generación que no asistió a un colegio de monjas y que solo me acercaba por la iglesia en bautizos, bodas y comuniones, lo que en el fondo me hacía sentirme fuera del sistema en un país en que en Semana Santa solo se escuchaban las cadenas de los penitentes.

Las procesiones a la fuerza tampoco me gustaban, me entristecían. En cambio ahora empiezo a entenderlas. Me gusta ver la emoción de la gente, el clima que se crea en torno a una sensación, el colorido, el barroquismo. La gente se disfraza, llora y canta. El ambiente es contagioso y hay que ser muy frío para no dejarse llevar por todo ese delirio. Y lo mismo ocurre en las procesiones del interior, mucho más austeras y sobrias, como las de nuestro Madrid. Las procesiones y la Semana Santa, sobre todo en Andalucía, hoy por hoy son una atracción cultural y turística de enorme envergadura, que genera mucho dinero y que se ha convertido en marca, en postal. Del mismo modo que la fiesta del Orgullo está llena de heteros, las procesiones de Semana Santa están llenas de ateos. Lo que importa es la fiesta y el calor humano, la energía colectiva, como en los conciertos y en el fútbol.

A mi vida no le afectan negativamente estas fiestas, salvo que los hoteles estén abarrotados y no encuentre habitación. Pero sí que me molesta que los católicos sean tan susceptibles. Y si lo son que se aguanten. En este país siempre ha habido católicos radicales y ateos radicales. Y si los ateos quieren hacer una marcha, que la hagan, están en su derecho. Y si hay sátira que la haya. ¡Ya está bien!

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NOTA DEL BLOGGER: De acuerdo en todo con Clara Sánchez, salvo en ¿la ingenuidad? de no prever que en la sátira va implícita la provocación. Tan gratuita como la quema del Corán por parte del estúpido fanático evangelista en EE UU. Claro, que los nazarenos luego no van a ir a decapitar a Cayo Lara ni a Almudena Grandes. (DLG)

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La semana por delante DANZA

Un gran clásico

ROGER SALAS 24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/madrid/gran/clasico/elpepuespmad/20110424elpmad_17/Tes

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Coincidiendo con el Día Internacional de la Danza, pero sin que se pueda asimilar como una celebración específica de significado reivindicativo, los Teatros del Canal presentan de nuevo en Madrid el Real Ballet de Suecia (del 29 de abril al 1 de mayo, a las 20.00), una de las compañías más antiguas de Europa y un verdadero poso importante de la historia del ballet europeo desde el XVIII.

La compañía nórdica, ahora bajo la dirección de Madeleine Onne, con una tradición muy específica dentro del ballet dramático y moderno (desde Mijail Fokin a Antony Tudor, o de Ivo Kramer a Birgit Cullberg) ha dado un giro radical a su repertorio activo, centrándose en los modos más contemporáneos. Dos obras de creación componen el programa: Tableau perdu, de Christian Spuck, talento de 41 años que despunta en varias compañías y que usa la sinfonía italiana de Mendelssohn. Lo que más promete es Rättika, del sueco Mats Ek sobre el concierto para violín Opus 77 de Brahms. Ek ha tenido como asistente coreográfica a la importante intérprete Ana Laguna.

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La semana por delante ARTE

Ficciones africanas

FIETTA JARQUE 24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/madrid/Ficciones/africanas/elpepuespmad/20110424elpmad_16/Tes

Personajes vestidos con elegantes trajes de estilo victoriano o de la época de la Revolución Francesa, realizados íntegramente con telas de estampado típicamente africano. Una versión distinta y ficticia de la historia, como si los africanos -por entonces colonizados y esclavizados- hubiesen participado en la pompa y los lujos de la clase dominante de aquellas épocas.

Las metáforas que usa el artista británico de origen nigeriano Yinka Shonibare (Londres, 1962) son vistosas, irónicas, directas, eficaces. Estos estampados se han convertido casi en su marca de fábrica. Los utiliza como símbolo de un continente que ha permanecido mudo e invisible en los grandes acontecimientos del pasado. Aunque el artista explica, para colmo de paradojas, que esos estampados que los africanos actuales consideran como propios son originalmente indonesios.

Esculturas, pinturas y un vídeo fastuoso. La exposición de Shonibare en la sala de la Comunidad de Madrid, Alcalá 31 (hasta el 5 de junio), es una magnífica oportunidad para ver una amplia selección del trabajo de este artista, uno de los más valorados en el panorama del arte británico actual.

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Yinka Shonibare, Scramble-for-Africa

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TRIBUNA: MÓNICA ZGUSTOVA

Libros en el 'gulag'

MÓNICA ZGUSTOVA

24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Libros/gulag/elpepuopi/20110424elpepiopi_5/Tes

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Hace dos semanas, en Moscú, visité a varias mujeres que habían pasado su juventud en el gulag estalinista. Para llegar a sus apartamentos en los enormes bloques de pisos de paneles prefabricados llamados jrushchovki, era preciso coger el metro y luego el tren o el trolebús. Allí, en la periferia de la capital, las expresas políticas me recibieron con la proverbial hospitalidad rusa. Nunca rehabilitadas del todo, recordaron los años de su cautiverio no sólo con horror. Varias de ellas me confesaron que sin esa experiencia su vida hubiera resultado incompleta.

La amistad y la literatura fueron los refugios de las mujeres rusas desterradas

Me costó entenderlo. Primero pensé que defendían su juventud en el gulag porque no tuvieron otra. Pero a medida que la conversación avanzaba y me mostraban sus fotos y sus libros (todas ellas erigieron en sus humildes pisos unas bibliotecas admirables), lo fui comprendiendo. Lo excepcional que esas mujeres encontraron en el gulag fue la amistad: una amistad invulnerable, abnegada, firme.

Gaira Artiómovna Vesiólaia me enseñó pequeñas libretas hechas a mano: la poesía que se escribía en el gulag. "Puesto que los libros estaban prohibidos, por las noches recitábamos de memoria esos poemas que habían compuesto algunas de nosotras; preferíamos dormir menos y humanizarnos, elevarnos con la poesía," me explicó Gaira. Entonces recordé mi reciente encuentro con Irina Emeliánova, la hija de Olga Ivínskaia que fue el último amor de Borís Pasternak y en quien éste se inspiró para crear el inmortal personaje de Lara, la heroína de Doctor Zhivago. Irina me contó que, tras la muerte de Pasternak, tanto su madre como ella habían ido a parar al gulag. Allí Irina se enamoró de un preso, traductor de poesía. Los dos enamorados se comunicaban ocultando poemas entre los ladrillos del muro que separaba el campo de las mujeres del de los hombres. Él le dejaba poesías francesas, ella poemas de Pasternak en minúsculos trozos de papel.

Valentina Grigórievna Íevleva, actriz que había pasado ocho años en el gulag de Kotlas, un desierto helado, por haber sido la hija de un "enemigo del pueblo" (a su padre lo fusilaron en los años treinta), compartió conmigo un recuerdo. Una vez, tras una brutal paliza que le infligieron los guardianes del campo, tuvieron que intervenirla en una mano. En la barraca de la enfermería por milagro encontró un libro: Guerra y paz. Era el primer libro que tocaba en muchos años. Mientras se recuperaba de la operación lo leyó a escondidas, y tan pronto lo acababa, volvía a empezarlo con avidez. Así, a falta de otros libros, leyó la novela de Tolstói cuatro veces. Al salir del gulag, la habitación que alquilaba, se llenó de libros hasta el techo: "Me pasaba los días y las noches leyendo. Era insaciable," confesó Valentina, hoy minusválida. "Puesto que después del gulag no pude rehacer mi vida -la gente desconfiaba de una antigua presa-, los libros dieron sentido a mi existencia."

Galina Stepánovna Safónova es más joven que las demás porque nació en un gulag siberiano, en los años 40. Puesto que la barraca, que de niña compartía con su madre y otras presas, era lo único que conocía de pequeña, lo vivía como algo natural. Y hasta hoy conserva los libros que las presas confeccionaron para ella. Tomé uno al azar, Caperucita roja: papeles de distinto tamaño, cosidos juntos a mano; en cada página dibujos hechos con lápices de colores: Caperucita con su cesto de regalos; el lobo con la abuela; Caperucita con el lobo disfrazado... y el texto del cuento inscrito con pluma. "¡Qué feliz me hizo cada uno de esos libros!" exclamó Galina: "De niña esos fueron mis únicos puntos de referencia culturales. Mire, los he guardado toda la vida, ¡es mi tesoro!".

Elena Vladímirovna Márkova, que había pasado más de 10 años en un régimen especialmente duro en las minas de Vorkutá, en la taiga más allá del círculo polar, me enseñó un libro de Pushkin, adornado con antiguos grabados, impreso en 1905. "En el campo, este libro de procedencia desconocida, pasó por centenares, tal vez miles de manos. Los libros tienen sus vidas, sus historias y destinos, igual que los hombres." Elena me mostró también un archivo de cartas que le habían mandado a escondidas, de una barraca a otra, algunos presos: filósofos y escritores. Con sumo cuidado toqué esos pedacitos de papel, llenos de una letra minúscula medio borrada, y constaté que hablan de Kierkegaard, Goethe, Beethoven, Gogol. Al salir del campo, a los 37 años Elena se puso a estudiar en la universidad para luego convertirse en una destacada especialista mundial en cibernética. Abandonó su carrera al cumplir los 80, hace siete años. "Todo eso gracias a los escasos libros que pude tocar en el gulag," concluye, y exclama: "Nadie se puede imaginar lo que para los presos significaba un libro: ¡era la salvación! ¡Era la belleza, la libertad y la civilización en medio de la barbarie!"

Monika Zgustova es escritora.

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NOTA DEL BLOGGER: MAGNÍFICO texto de Monika Zgustova. UN VERDADERO REGALO PARA LA MAÑANA DEL DOMINGO, aun cuando el tema es terrible y desolador. Ella, y ellas –sus tristes protagonistas—, lo convierten en algo sumamente humano.

Soy profundamente rusófilo. Una vez oí o leí a no sé qué estúpido colgante de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba), cuyos miembros y miembras, aun uniéndose al ghetto, siguen ostentando en sus currícula la membresía y los premios recibidos (como si todos, o la mayoría de ellos, no estuvieran contagiados de favoritismo y trueque oficial-oficioso) como emulando con los altos militares exsoviéticos engalanados con la chatarrería de sus medallas… bueno, a uno de ellos, creo que era Miguel Barnet, oí diciendo que de la era soviética no había quedado nada en Cuba. O sea, que pasaron por la vida sin saber que pasaban, como el poema del ridículo Buesa, o el no tan mucho mejor Neruda. No sé dónde vivía ese señor, la verdad. Hace tiempo en un poema dije que quien pone su bota, pone también su pie. Quizás es un recurso del pisoteado apreciar más el pie que la bota. Quizás quien dijo eso, vivía siempre con las botas puestas.

En fin, me encantaría ser amigo de Monika Zgustova.

(DLG)

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LA IMAGEN

¿Se acostumbra uno a todo?

JUAN JOSÉ MILLÁS 24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/portada/acostumbra/todo/elpepusoceps/20110424elpepspor_3/Tes

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NOTA DEL BLOGGER: Sí, corazón, incluso al comunismo. (DLG)

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JAVIER MARÍAS LA ZONA FANTASMA

Inmovilizados de pavor

JAVIER MARÍAS 24/04/2011

http://www.elpais.com/articulo/portada/Inmovilizados/pavor/elpepusoceps/20110424elpepspor_20/Tes

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El método más eficaz para cargarse una palabra es su usurpación y su consiguiente ensuciamiento por parte de los usurpadores. A ello han recurrido todas las dictaduras que en el mundo han sido. ¿Cómo creen que quedó el adjetivo "democrático" en el territorio que durante décadas se llamó "República Democrática Alemana" y que no fue sino un Estado totalitario dominado por su ubicua policía secreta, la Stasi? Pero no hace falta una dictadura para llevar a cabo la contaminación. Así lo hemos visto en nuestro país, donde el noble vocablo "liberal" (que, más allá de su acepción económica, no tan noble, significó "Tolerante o respetuoso con las ideas o actitudes de los demás", así como "Partidario del liberalismo", el cual a su vez fue definido como "Doctrina política surgida en el siglo XIX, que aspira a garantizar las libertades individuales de la sociedad"), al habérselo apropiado la derecha más recalcitrante, ha quedado por los suelos. Hasta el punto de que el resultado ha sido aún más grave que el mancillamiento de la palabra (muy malparada sale, en efecto, si se la aplica a sí misma Esperanza Aguirre): se ha acabado con la propia noción o concepto de "liberal", de tal modo que ya casi nadie, ni de izquierdas ni de derechas, está dispuesto a serlo. Y esto, curiosamente, ocurre no sólo en España, sino en todas partes.

Ya casi nadie, ni de izquierdas ni de derechas, está dispuesto a ser 'liberal'.

Ser liberal, en su sentido social y en el uso más coloquial del término, equivalía, entre otras cosas, a no inmiscuirse en la vida y en las costumbres de los demás; a diferenciar entre las capacidades, la competencia y el talento de alguien y su moral, sus vicios particulares, sus ideas y sus creencias. Entre sus obras y su comportamiento en la esfera privada. Esa separación llegó a ser aceptada por la mayoría. Sólo los muy dogmáticos o los muy fanáticos eran incapaces de hacer la distinción. Alguna vez he contado que mi abuela Lola era tan católica que se negaba a ver las películas de Chaplin o Charlot, "porque se ha divorciado muchas veces". Ella se lo perdía, indudablemente, ya que era mujer dulce, afable y de risa fácil, nada iracunda pese a su puritanismo. También recuerdo cómo, durante el franquismo, numerosos falangistas y "leales al régimen" se empeñaban en decir que Picasso era muy mal pintor y que sus "garabatos" estaban al alcance de cualquier niño, sólo porque no podían tragar al individuo con sus ideas "comunistas". Pues bien, este tipo de intolerancia desmedida ha regresado y se le inflige a cualquiera. No ya a los políticos, cuyas andanzas sexuales empezaron a tenerse en cuenta en los países anglosajones y ahora ya son motivo para apartarlos de sus cargos en casi todo lugar, independientemente de lo bien que los desempeñen, sino a los intelectuales, actores, modistos, bailarines y cantantes.

Ya se ha comentado mucho la negativa del Estado francés a rendir homenaje literario al novelista Céline por sus posturas antisemitas, que son muy condenables pero que no influyen en la calidad de sus escritos. Ahora leo que una serie de televisión titulada Glee y protagonizada por Gwyneth Paltrow se plantea suprimir, ante las protestas, una secuencia porque en ella uno de los personajes iba a interpretar una canción -¡de 1973!- compuesta por Gary Glitter, antigua estrella del pop británico que -con mucha posterioridad, en 1999- fue condenado por posesión de pornografía infantil; luego, en 2002, deportado de Camboya a Vietnam bajo sospecha de actividades pedófilas, y, tras cumplir condena en este último país, devuelto al Reino Unido, donde está inscrito en el registro de delincuentes sexuales y tiene prohibido volar en compañías aéreas (?), como si en el transcurso de un trayecto, rodeado de pasajeros, fuera a poder practicar sus depravaciones. A mí me parece bien que contra el señor Glitter se tomen todas las medidas posibles para que no reincida, pero no entiendo que una canción de 1973, por el mero hecho de haberla compuesto él, tenga que ser castigada y nunca más escuchada, sobre todo si la canción es buena. No sé, es como si las editoriales del mundo decidieran no volver a reeditar la maravillosa novela Bajo el volcán, de Malcolm Lowry, porque es sabido que éste, alcoholizado, intentó estrangular un par de veces a su mujer, sin mucho ahínco, todo sea dicho. Aun así, las sanciones contra el ciudadano Lowry me habrían parecido justas y necesarias; las adoptadas contra su obra, semejantes a la represalia de mi abuela contra Chaplin por sus muchos divorcios.

Veo también que en Rusia el director de bailarines de la compañía Bolshoi, Guennadi Yanin, ha perdido el puesto y toda posibilidad de convertirse en director artístico porque "un emisor anónimo" envió a millares de emails y webs de todo el planeta "imágenes de un hombre muy parecido a Yanin en posturas sexualmente atrevidas". El diario Kommersant observó que el hombre había sido víctima de una técnica utilizada por grupos cercanos al Kremlin para desprestigiar a opositores y críticos: "Poco importa que las imágenes sean auténticas. El daño ya está hecho y el objetivo cumplido". En un mundo mínimamente liberal, esas imágenes, aunque hubieran sido auténticas, no deberían haber tenido la menor consecuencia para el señor Yanin, si hacía bien su trabajo. Nos estamos deslizando hacia unas sociedades tan fanáticas, puritanas y represoras como la que albergó la época de mayor esplendor de nuestra malfamada Inquisición. Sólo que lo que hoy se denuncia y condena es tan variado que pronto nos quedaremos todos inmovilizados de pavor.

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NOTA DEL BLOGGER: MAGNÍFICO también. Lo que yo llamo “la perversión de las palabras”. Produce satisfacción cuando uno encuentra pensamientos afines expresados en ese mismo momento por personas que tienen acceso a expresarse públicamente y que son escuchados o refutados –no da lo mismo pero es igual— pero para los que al menos el tiempo no pasa entre el sonido atenuado de los blogs. (DLG)

domingo, 6 de marzo de 2011

ROGER SALAS - El salto a la libertad

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Tamara Karsawina

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REPORTAJE

El salto a la libertad

No cesa la huida de bailarines cubanos y se reaviva la lucha por la sucesión de Alicia Alonso al frente del ballet cubano

ROGER SALAS - Madrid - 06/03/2011

http://www.elpais.com/articulo/cultura/salto/libertad/elpepucul/20110306elpepicul_4/Tes

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El pasado 29 de octubre de 2010 el desfile inaugural del Festival Internacional de Ballet de La Habana se abría con un pomposo aparato coreográfico al estilo de cómo lo hace cada año la Ópera de París, con más de dos centenares de estudiantes y toda la plantilla del Ballet Nacional de Cuba (BNE) en escena. El desfile se cierra siempre con la aparición de Alicia Alonso, que ya apenas puede andar, y esta vez fue del brazo de dos de las actuales estrellas del conjunto. La sostenía por la derecha Elier Bourzac, el mismo que ha encabezado la deserción en la tarde del 28 de febrero en Toronto, Canadá, la misma ciudad donde Mijail Barishnikov desertó de las filas de Ballet Kirov de Leningrado tras su última actuación; entonces Misha saltó desde una ventana trasera del Centro O'Keefe escurriéndose al cerco de sus vigilantes de KGB.

Elier Bourzac dice que se fugaron por motivos artísticos, no políticos

En el palco de honor del Gran Teatro de La Habana veía la escena del desfile Raúl Castro flanqueado por Loipa Araújo y el marido de Alicia Alonso, Pedro Simón, dos personajes en la sombra pero muy importantes en la lucha por la sucesión de la nonagenaria directora al frente de las estructuras del ballet cubano. La fanfarria no hacía presagiar algo así.

Los cuatro bailarines que han desertado en Canadá junto a Elier Bourzac, de 26 años y nacido en Santiago de Cuba, son su esposa, Patricia González, de 24; el solista Jorge Villazón, de 32 años y nacido en Matanzas, además de los nuevos graduados Hugo Rodríguez y Yadil Suárez, de 20 y 22 años, respectivamente. Bourzac ha dicho, como portavoz del grupo, que sus razones son artísticas y no políticas, con lo que despertado las iras de parte del exilio cubano, donde se ha llegado a acuñar la frase "el asilo por motivos artísticos no existe". Los cuatro primeros permanecen en Toronto y toman clases regulares en las sedes del ballet local como invitados. Catherine Chang, portavoz del Ballet Nacional de Canadá, no especificó si ya estos artistas estaban sometidos a un proceso de audición y admisión "porque eso es confidencial".

Yadil Suárez, que permanece separado de los otros cuatro artistas en Montreal por decisión propia, había sido escogido recientemente en La Habana, el pasado 21 de diciembre de 2010, fecha en que se celebraba una gala por el 90º cumpleaños de Alicia Alonso (que en realidad son 92, pues la diva nació en esa fecha pero en 1917: su pasaporte fue cambiado en 1964 y así figura en las principales enciclopedias de ballet), para bailar un pas de deux junto a Viengsay Valdés, actualmente la máxima figura femenina de la agrupación cubana. Era una selección simbólica: en ese jubileo, Yadil, reputado como un buen partenaire y con una buena presencia física, representaba el futuro, la nueva generación masculina del ballet cubano y así era publicitado. Apenas 60 días después de cantarle el cumpleaños feliz a su jefa máxima, desertaba en Canadá; una jefa que probablemente nunca le ha visto bailar, porque en realidad Alicia Alonso está prácticamente ciega desde hace 30 años, a lo que se suman sus agravados problemas de motricidad por el Parkinson que padece en grado muy avanzado y una lesión de la cadera derecha que se niega a operar y que le impide andar. En todos los mentideros internacionales del ballet se preguntan desde hace años cómo puede seguir al frente del BNE una persona en sus condiciones a pesar de su tesón, y se atribuye parte de la decepción de las nuevas generaciones a esta situación anquilosada y sin salida.

Son la coincidencia trágica de los últimos achaques de la mítica bailarina cubana y los últimos avatares de una diáspora, la cubana, consensuada como la más importante de la historia universal del ballet además de la rusa, que comenzó en 1966 con la huida en París de 10 bailarines, entre ellos Lorenzo Monreal, padre del único nieto de Alicia Alonso y entonces una de las principales figuras masculinas del BNC, que actuaban en la Ópera de París; toda esa defección sucedía a menos de cuatro años de que lo hiciera Rudolf Nureyev también en un aeropuerto de la capital francesa. Desde entonces, los bailarines cubanos no han dejado de salir de Cuba por todos los medios posibles, saltando por las ventanas de los hoteles, imitando el cuerpo durmiente con tres almohadas, llenando de ladrillos una maleta para que pareciera llena de ropa de ballet o simplemente corriendo hacia la libertad en cualquier ciudad del mundo: como en las películas; algunos más traumaticamente que otros pero con una lectura única: escapar de las presiones internas de Alonso y su cúpula, del asfixiante ballet oficial criollo y de la angustiosa realidad política y social cubanas.

"Algún día se contará, se escribirá la verdadera historia del ballet cubano con el sufrimiento a que el sistema sometió a sus artistas durante décadas. Eso se ha silenciado con la complicidad de mucha gente de dentro y de fuera de Cuba", comenta sin ambages Pedro Pablo Peña, fundador y director del Cuban Classical Ballet of Miami, y que también ha declarado anteayer a la televisión en el Condado de Dade estar dispuesto a acoger a todos los bailarines cubanos que decidan hacer lo mismo: "Ya lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo", ha dicho telefónicamente a este periódico desde la sede de su compañía en el Teatro Manuel Artime de Miami: "Es una época dura, pero los artistas cubanos siempre nos hemos ayudado unos a otros. Es un deber cívico que a veces choca con la burocracia y los trámites oficiales, que son duros y lentos y no siempre comprensivos con la urgencia y las particularidades de la vida y carrera de un bailarín. Los rusos siempre lo tuvieron más fácil". Peña, que fue bailarín del BNE en su juventud y coreógrafo titular del Teatro Musical de La Habana, huyó de Cuba con lo puesto en los días del éxodo del Puerto del Mariel en 1980. Ahora dirige además de su compañía, el Festival Internacional de Ballet de Miami, que este año 2011 llega a su 16ª edición y que compite con el de La Habana en algo más que la cercanía geográfica: potenciar el amor al ballet clásico.

Su razonamiento es claro: "Poco a poco, los mejores se fueron marchando de Cuba en busca de libertad y de oportunidades artísticas. La lista es enorme. En nuestro festival han bailado año tras año todos los que se han ido, como las hermanas Lorna y Lorena Feijóo, dos de las más grandes e indiscutibles artistas hispanas y mundiales de los últimos años".

La vida de las hermanas Feijóo da para una bellísima y emocionante película o para un sabroso ballet de argumento. Lorna, primera bailarina en Boston y Lorena, estrella mimada de la Ópera de San Francisco y que también ha hecho cine con Andy García. En Miami volvieron a bailar juntas en Giselle. Son grandes estrellas internacionales y Cuba las ignora.

Es así que la sucesión de Alicia Alonso como directora del Ballet Nacional de Cuba planea espectralmente detrás de cada deserción o escapada de algún artista. Todavía se recuerda la crisis que comenzó en 1992 con la petición de asilo político en Roma de la primera figura masculina del BNC y partenaire de la propia Alonso durante casi 20 años, Jorge Esquivel. A eso se unió la huida discreta de seis artistas solistas en Madrid, París, Lyón, México y Canadá y la destitución fulminante de Alonso como directora artística del Gran Teatro de La Habana por los escándalos económicos y personales en los que se implicó a Pedro Simón, su marido y director del Museo de la Danza de La Habana.

Los primeros en abandonar el BNC en Madrid fueron Fernando Garcés y Marisela Alonso, a los que le siguieron en París Pompeyo Pino Pich (muy cercano a Alonso y jefe de prensa y relaciones públicas del BNC), la regidora jefa del conjunto Silvia Marina y su marido, el bailarín Emilio Manzano. Dos días antes el prometedor solista Ismael Lorenzo desapareció del hotel en Lyón donde el ballet cubano abría la bienal de la danza dedicada a España y Latinoamérica.

Casi al mismo tiempo, algunos implicados en aquel escándalo habanero de tráfico de artilugios electrónicos y divisas y donde desaparecieron de las arcas del teatro más de un cuarto de millón de dólares, aparecieron instalados en Madrid bajo el paraguas de la Cátedra de Ballet Alicia Alonso fundada por Gustavo Villapalos cuando era rector de la Universidad Complutense y donde Alonso devengaba un alto sueldo mensual en carácter de asesora (300.000 pesetas de entonces); se habló de que Alonso comenzaba así un discreto y camuflado exilio dorado, pero la historia tomó un giro diferente. Luego la cátedra tuvo que cambiar de universidad, y el chorreo de discretos exilios dorados continúa hasta hoy, con que, según los propios artistas del ballet, se frenan en parte las deserciones airadas y se acogen a esa fórmula consensuada. Actualmente en Madrid viven más de 25 miembros del BNE repartidos por academias y compañías; las últimas en llegar, cuatro bailarinas del Ballet de Camagüey que luchan por regularizar su situación como cualquier emigrante.

Una maestra de ballet cubano residente en Atlanta lleva desde fines de los años sesenta del siglo pasado una ajada libreta (que en realidad son ya dos cuadernos) donde la lista de artistas cubanos de la danza huidos pasa de 180 y no deja de crecer (si le suman otros profesionales del sector como coreógrafos, diseñadores o técnicos, pasa de 300). Allí ha anotado la fecha de deserción, el primer destino y lo que ha podido saber desde su retiro de cada uno, unas anotaciones que comenzaron cuando no existían ni Internet ni facebook ni twitter. Su hijo está todavía en Cuba y no está ya relacionado con el ballet pero las sombras alargadas son las mismas. No quiere dar su nombre y sigue teniendo miedo pero pone su libreta a nuestra disposición.

El caso de Rosario Suárez, la más famosa bailarina cubana después de Alonso, con un aura de verdadera estrella, ganadora de premios internacionales muy prestigiosos en Moscú, Varna y Tokio y adorada por el público cubano, ha sido de los más dolorosos y trágicos. Tras pedir asilo político en Madrid en septiembre de 1994, éste le fue denegado por las durísimas presiones diplomáticas y de los servicios secretos cubanos, que la hostigaron sin tregua. Suárez apenas consiguió un escuálido permiso de residencia que no le permitía trabajar establemente y no pudo acceder siquiera a un puesto de maestra en un conservatorio madrileño, lo que la obligó junto a su hija pequeña a volver a emigrar, esta vez a Norteamérica, donde por fin obtuvo reconocimiento profesional y ciudadano.

En la víspera del cumpleaños de Alicia Alonso, el 20 de diciembre de 2007, cruzó la frontera de Canadá en el maletero de un coche el joven Taras Domitro Suárez (hoy estrella en ascenso en el Ballet de la Ópera de San Francisco). Su progenitora, la maestra de ballet Magali Suárez, cual madre coraje, había ido a recogerle desde Miami. Otros dos primeros bailarines cubanos que huyeron en esa ocasión fueron Miguel Ángel Blanco (actualmente en el Joffrey Ballet de Chicago) y Hayna Gutiérrez (hoy en el Alberta Ballet de Canadá).

Hay varios casos de heroicos "espaldas mojadas" entre los bailarines cubanos que desertaron en México y que ante la poca cooperación de las autoridades mexicanas, que en ocasiones llegaron a devolver cubanos a la isla, se arriesgaron a cruzar la frontera clandestinamente. En caso más sonado: el primer bailarín Rolando Sarabia, el mejor, cargado de laureles y trofeos, comparado como un nuevo Barishnikov joven, que en agosto de 2005 pide asilo político en Miami tras la peripecia de un largo viaje por autopistas desde Arizona a La Florida. Entonces ya en Miami Sarabia dijo: "Al artista no se le pueden cortar las alas. El artista es un ser libre. No me fui de Cuba en busca de dinero, sino porque me cerraron las puertas en el BNC y llega un momento en que das el gran salto o terminas en la nada". Su hermano, Daniel Sarabia, había desertado un año antes en 2004 por la misma vía mexicana y se reunieron finalmente en el Ballet de Boston. El pasado mes de septiembre Rolando, actualmente en el Cuban Classical Ballet, volvió a bailar en Miami con Xiomara Reyes, la única cubana que ha llegado a primera bailarina del American Ballet Theatre después de Alonso y que está fuera de Cuba desde los 18 años, tras desarrollar una sólida carrera europea como estrella del Ballet de Amberes. Reyes es una excepción a regañadientes del régimen de Castro: se la permitió volver a bailar en La Habana con la delegación norteamericana al festival de noviembre de 2010 tras las presiones de la compañía neoyorkina y la diplomacia de Washington a la organización den evento, que en un principio desestimó la presencia de la cubana como representante estelar de un ballet extranjero en La Habana. El último "espalda mojada" del ballet cubano es el joven de 20 años Christopher Rodríguez, que cruzó la frontera mexicana con 18 y ya actuó con el Cuban Classical Ballet of Miami como el Torero España en las representaciones de Don Quijote de mayo del año pasado en Miami Beach. El mundillo de la danza y los periódicos en La Florida asegura que está sobrado de talento y llegará lejos.

Todos los bailarines cubanos que han dejado Cuba y quieren mantener un contacto con sus familias o la propiedad de una casa en Cuba deben pegan unos altísimos cánones al propio BNC y a la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba) que rondan entre el 25 y 30 % de sus salarios en el extranjero. No se trata de impuestos regulares, sino de un canon casi punitivo para poder mantener su pasaporte en regla, poder viajar a Cuba a ver a sus parientes y no ver confiscados una casa o un coche, que es lo máximo que poseen en la isla. Los que orbitan en el extranjero, especialmente en España alrededor de la cátedra madrileña y de otras misiones especiales de la propia Alonso, lo tiene más fácil: no sólo no han perdido su puesto en Cuba sino que se les cobra menos de ese canon irregular que ya en su momento fue cuestionado por las propias autoridades cubanas cuando Marcia Leyseca era viceministra de cultura de Cuba, que inició una investigación que el propio Fidel Castro abortó y que costó el puesto a Leyseca: Alicia Alonso es incuestionable, fue la conclusión de aquella tormenta mediática y política. Ni a Jorge Esquivel ni a Rosario Suárez, entre otros artistas, se los permitió volver a Cuba durante muchos años. Algunos casos de falsos escapados terminaron por trabajar de nuevo en el extranjero para Alicia y para el ballet cubano, lo que resulta desmoralizador; en España hay varios de ellos. Tiende a olvidarse que solamente entre 1992 y 1994, 83 artistas de ballet cubano desertaron con casos muy pintorescos. Las hermanas Ivette y Lisette Regueiro salieron del hotel en Madrid y llegaron a Suiza al otro día; esa misma tarde Jorge Orozco fue "a la esquina un momento". Hasta hoy. El coreógrafo más importante de la historia del ballet cubano, y cuñado de Alicia, Alberto Alonso, en exactas fechas pide asilo político en Nueva York junto a su mujer la bailarina Sonia Calero, asqueado por los escándalos dentro del ballet cubano. El 12 de octubre de 1993, 16 artistas de un grupo de danzas españolas del Gran Teatro de La Habana abandona a sus jefes en Madrid. Sólo nueve vuelan de regreso a La Habana y la administración del teatro habanero les concede "un permiso especial sin sueldo" para evitar la figura de la deserción masiva.

A mediados de 2010 otros tres primeros bailarines (los mejores de su promoción) del Ballet Nacional de Cuba dejaban la compañía y se marchaban al extranjero instalándose en Madrid con un contrato en el Ballet de la Comunidad de Madrid que dirige Víctor Ullate: Yolanda Correa, para muchos la más importante artista femenina surgida de las filas cubanas en los últimos 15 años, su pareja Joel Carreño y Dayron Vera resistieron poco en Madrid. Correa y Carreño están actualmente en Oslo como figuras centrales del Real Ballet de Noruega y Vera es primer bailarín del Corella Ballet de Castilla-León. Todos ellos han desaparecido de las reseñas y las webs del ballet oficial cubano, han dejado de existir incluso para los hagiógrafos locales de Alonso, eludiendo citarles en las reseñas históricas del ballet cubano. Es el mismo cruel destino que antes han experimentado desde los 10 artistas de París de 1966 a Jorge Esquivel y Rosario Suárez y lo más parecido en el mundo contemporáneo a la práctica estalinista de borrar de las fotografías a los defenestrados, otro elemento más que parangona sin exageraciones la diáspora de los bailarines cubanos con la rusa de otros tiempos. Pero la diáspora rusa terminó, y sin embargo la dolorosa historia de los bailarines cubanos sigue ahí con la complicidad de muchos políticos, periodistas y medios especializados occidentales a los que les puede más la devoción memorial por la diva criolla y por un fantasma de revolución que desde hace medio siglo es una dictadura de la que, si se puede, hay que escapar como sea.

El Ballet Nacional de Cuba emprende estos días una gira por México que empieza en Cancún y continúa por siete ciudades del sur del país. En junio, todo el elenco hará otra intensa gira por California que comprende como principales plazas San Francisco y Los Ángeles dentro de un programa de divulgación de la danza en forma de temporada patrocinado por la millonaria y mecenas de origen judío Glorya Kauffman, y en el que participará también la compañía española de Ángel Corella. La maestra de Atlanta tiene el cuaderno abierto y el lápiz afilado: "Habrá sorpresas", afirma. Por su parte, Pedro Pablo Peña acelera las obras del nuevo Miami Hispanic Cultural Art Center, que será sede definitiva del ballet y del nuevo Archivo del Ballet Cubano en el Exilio, ubicado en una preciosa construcción monumental del siglo XIX, una mansión de estilo colonial georgiano que albergará también una galería de arte y un museo memorial. Junto a ella, se construyen las nuevas aulas de ballet: "Espero que todo esté listo para el otoño de este año al tiempo de nuestro festival y de poder recibir a los nuevos artistas, si es que vienen a los Estados Unidos. The White House of Ballet, que así se llama el centro, es el resultado de 30 años de trabajo del ballet cubano, de los artistas cubanos que dieron el salto hacia la libertad", concluye.

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La lucha por la corona

Cada vez que la vida interna del BNC se agita por las deserciones, vuelve la "rumorología de zapatillas" a tomar cartas en el asunto y el principal argumento de citación es: "¿Por fin ha llegado la hora del relevo? ¿Quién sucederá a Alicia Alonso en el puesto de la dirección del BNC?". De los desertores no se vuelve a hablar, pero del futuro jefe debe hablarse siempre por lo bajo y a hurtadillas. Ley de silencio.

Hay dos claros bandos enfrentados. Uno que pude calificarse continuista y que está apoyado por el Partido Comunista que quiere mantener las cosas como están y que ven en la exbailarina y maestra Loipa Araujo la mano de hierro, en lo político y en lo profesional, para ocupar la silla de Alonso. Araujo, miembro del partido y beneficiada por la Cátedra madrileña con un puesto fijo, pasa gran parte del año entre Madrid y otros compromisos en compañías internacionales. Recientemente ha obtenido también un visado para entrar en los Estados Unidos.

Por otro lado, un sector de renovadores, a los que se suma el actual ministro de cultura del régimen castrista, Abel Prieto, es partidario de una renovación profunda de la institución y ve en el bailarín habanero Carlos Acosta el candidato ideal. De hecho, el Ministerio de Cultura cubano ha tenido serios y prolongados contactos con el artista, que reside entre La Habana y el Reino Unido (donde es primera figura del Royal Ballet de Londres y pareja escénica habitual de Tamara Rojo). Acosta es el caso más notorio del emigrante tolerado y representa a la vez muchas cosas que encajarían perfectamente a un lavado integral de imagen: mulato, de origen muy humilde, reconocido internacionalmente, buen bailarín, se reconoce también como ferviente revolucionario y amigo de los Castro aunque en sus memorias no deja muy bien parada a Alicia Alonso, a la que prácticamente tacha de racista (el calificativo no es nuevo). Se cuenta que una vez le dijo la Directora a Carlos Acosta: "Dedícate a otras cosas, un negro no vale para príncipe". En el libro autobiográfico de Acosta esta anécdota está suavizada, pero sustancialmente dice lo mismo. Y es muy probable que el insulto lo lanzara a la búsqueda de un mundo mejor.

domingo, 20 de febrero de 2011

ROGER SALAS - La pasividad de Oblomov (mensaje y poema)

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Andrei Tarkovsky - film still from Zerkalo [The Mirror], 1975

Andrei Tarkovsky - film still from Zerkalo [The Mirror], 1975

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subject: la pasividad de Oblomov

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De: ROGERSALAS@…………

Para: david2305@yahoo.es


me he vuelto a leer tu artículo y por eso debemos conceder su lugar, el que merece, a la poesía en nuestra vida (a pesar de lo que dice Olga Savonarola o La Cruel). En 2008 yo escribí LAS NIEVES DE OBLOMOV y te lo dediqué, cuando regresamos de aquella manifestación en Sol que, al menos a mí, marcó un antes y un después en mi condición de exiliado. ¿Por qué Oblomov? Hoy, más de dos años después, tenemos la respuesta. El personaje homónimo de la gran novela de Iván Goncharov de 1858 se ha convertido en el paradigma de la pasividad ante los hechos de la historia en tanto sus dimensiones mayores o domésticas, a la que agrego eso que decía mi madre machaconamente:

"no hay nada que hacer: en Cuba edificaron el odio encima de la miseria".

Para que no tengas que buscar, te lo pego aquí en su versión definitiva del libro.

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LAS NIEVES DE OBLOMOV

 

(para D.L.G. Manifestación en Sol)

 

Merecemos la nieve, no es ajena ni copiosa

como extraño podemos entender su silencio.

Al bajar en forma de telón abisal, su gesto

se transforma sobre nosotros en gran sudario.

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¿A quién conocerá cuando derretida, sucia

arrastre nuestras mejores ideas o recuerdos

que pueden contener banderas, otra bandera?

Cada enseña es un puñal, un torpe afeite.

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No podría levantar la voz ni tampoco escuchar.

Es tan simple como agitar un jirón de la mortaja.

Estamos rodeados de cientos de banderas

Como vestiduras de hielo, sangre, o cristal.

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Banderas a rayas azules y nieve espolvoreada.

Pero advierte que el distante triángulo rojo

es una lámina de sangre seca, húmeda

por mor de los copos que cayendo sentencian.

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La pintura es tan trágica como presumible:

cuando el dique teatral da paso a la escarcha

las sombras bajo abrigos anticuados corren

y abandonan el sendero de abedules desnudos.

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Respiran costosamente desdichados incautos

invocan la letanía de los mártires destronados,

recitan la hebra del fruto confitado en hiel,

la que se adorna con bayas de la cobardía.

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Ansia estúpida del orante al deseo de la nieve

que no cuaja bajo la tierra y se hace peor barro

en la torpe memoria de la isla cruzada a cuchillo.

Alzan aves muertas, complacen como banderas.

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Migajas en la mesa del banquete de Oblomov

respetable entonces como ahora, mintiéndose;

hay triángulos rojos, trozos del pastel baratario

en aguanieve trufados de sangre, hielo, cristal.

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(Madrid, 2008)

© Roger Salas

martes, 15 de febrero de 2011

ROGER SALAS - REALPOLITIK

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SOVIET VINTAGE POSTER- LA LAMPE D’ILITCH

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REALPOLITIK

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Los viejos lobos comunistas se posicionan de nuevo,

Mantienen intacto su prestigio de supuestos luchadores

Pero ¿por qué luchan con el ahínco de un constructor?

Y ¿Quién dijo que todo acabó con la caída del Muro?

A mí (nada importante por decir) se me sigue mirando

Como apestado en medio de la nueva selva diseñada,

Esa orfebrería de nuevos buenos y recuperados malos;

Y en la isla de las promesas no hay pan, leche, huevos.

No es nada nuevo ni es noticia ni nos llega a importar.

¿Con qué factores del lenguaje debe jugarse esta vez?

Ponte cómodo ¿De qué podemos hacer un poema político,

Dónde está la materia necesaria si uno no juega al twitter?

Puedes escandalizarte sin recato ante estos titulares,

Venden cuarto y mitad de héroe en cualquier esquina,

Te lo adornan con los laureles (plásticos) de democracia

Y tendrán lista una larga biografía de sus grandes gestos.

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En la Casa de los Locos de La Habana han muerto de frío

Un montón de internos. La cifra exacta es un misterio.

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No es hipócrita el que miente, sino quien acepta la mentira.

Discutes citando a Emerson como un triste recurso

Cuando la radio manda escupiendo esos mismos himnos.

Dependiendo del informador, murieron de inanición

O de frío junto al poder letal de la molicie burocrática.

Es también el resultado de una brutal corrupción política.

Hasta la versión de los corresponsales extranjeros

Sonrojaba al más prudente de los analistas diplomáticos.

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Los locos, antes, daban vueltas a un patio con césped,

Parecía siempre recién cortado y brillante, casi artificial.

El jardín desapareció y allí excavaron fosas para desechos:

Resultaba pavoroso verles cavar y cavar de sol a sol.

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Como buen ateo creo a pie juntillas en los milagros

Y rezo todos los días por no morir antes de ver ciertas cosas;

Algunas ya están pasando a una velocidad no esperada

Pero también deberé hacer la necrológica de la ballerina

(Unos dicen que está ciega, otros que murió hace años)

Más generaciones se han ido sin ver la caída de Castro.

Me libré en dos claras ocasiones de terminar en Mazorra.

No pretendo exaltar mi biografía frente a la de los locos,

Pero la realpolitik tiene en los grandes y pequeños hechos

Su irónica manera de hacerse presente incluso aquí dentro.

Después de cerrar las fosas vinieron los carros militares

Y construyeron apresuradamente un barracón de uralita.

No sé nada más y esto intuyo merecía ser al menos contado.

Hay un tipo de compasión que te deja sin respuesta. ¿Los oyes?

El piano siempre empieza a afinarse por el La natural central,

Es una costumbre convertida en rito aunque hay discrepancia.

Podemos cambiar la música de fondo o también el decorado

Pero nunca el desarrollo del argumento ni el final de la trama.

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Cuando me masturbo siento una creciente ternura por mí,

No me siento responsable de lo que hago, pero no me detengo

Ni razono alrededor de esos absurdos sentidos de culpa,

No me propongo soluciones elevadas ni pretendo ser libre:

Es mi triste desnudo de anciano frente a un gran espejo,

La carne rota y vencida debe tener algún orgullo desconocido,

No hay alivio en recordar el vértigo loco de otros tiempos

Pues tampoco fue exactamente así como hoy lo dibujamos,

La fraudulencia de reconstruir nuestra vida es perdonable.

Me he dividido en dos y una mitad mía le dice a la otra:

“Es tan difícil alcanzarte, no sé si podremos reencontrarnos”.

Salen apenas dos gotitas de semen con un hilillo rosáceo,

Un acto violento desde su quietud más cerca de la muerte.

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En algunos periódicos salen de nuevo fotografías enormes

Del hospital de los locos de La Habana (llamado Mazorra),

De nuevo han pintado la fachada toscamente neoclásica y

El jardín del gran patio central parece estar en construcción.

Es un capricho mío hilar la trenza entre dos locuras ajenas

Pero no hay tanta diferencia entre mi intimidad y aquella.

Nada ha cambiado aunque el miedo tenga un traje nuevo.

No tengo ganas de polemizar y mucho menos con un muerto.

 

Madrid 2010-2011

© Roger Salas

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domingo, 19 de diciembre de 2010

ROGER SALAS - El Barishnikov chino (reportaje para El País Semanal)

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(“El último bailarín de Mao”, foto de la película)

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REPORTAJE: PERSONAJE

El Barishnikov chino

ROGER SALAS 19/12/2010

http://www.elpais.com/articulo/portada/Barishnikov/chino/elpepusoceps/20101219elpepspor_6/Tes

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De una humilde familia campesina a estrella del ballet en Pekín. De la rigidez comunista a apostar por la libertad desde EE UU. La deserción de Li Cunxin recuerda mucho a Nureyev y Barishnikov. Ahora, ya retirado, una película relanza su fama.

El caso de Li Cunxin resulta conmovedor. Parte de una historia autobiográfica contada con sencillez y de un drama: el deseo de libertad en la vida y en el arte, por ese orden. Hoy, con 49 años, bailarín retirado y alejado de la profesión de la danza, el artista pasaría por uno más de los miles de empresarios chinos que pululan por todas partes. En cierto sentido, él es parte de esa diáspora gigantesca, pero oculta unas razones muy diferentes.

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La noticia en otros webs

"Cubanos y rusos podían bailar 'Giselle' o 'Don Quijote'. Nosotros los chinos solo podíamos hacer ballets políticos"

"Quiero que mis hijos valoren su herencia china y estén orgullosos de haber nacido en un mundo libre"

"Con la Revolución Cultural, a los maestros los mandaron a granjas de cerdos; algún maestro mío sufrió esa persecución"

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A simple vista, sería difícil calcular la edad de Li Cunxin; delgado, elástico, su mata de pelo liso negro intacta junto a una piel lozana y unos modales corteses muy orientales. No falta la sonrisa, expansiva y constante, como un sello. En su caso no podemos hablar de vocación por la danza y el ballet: "Al principio no me gustaba nada, odiaba el ballet", comienza a relatar con cierta parsimonia. "Cuando me eligieron, no tenía idea de lo que era aquello y me hacía una imagen lejana de las bailarinas en las puntas de los pies en equilibrio. En mi zona, las campesinas llevaban los pies vendados y caminaban sobre los talones; así que tenía miedo de terminar como ellas. Los primeros tres años fueron muy difíciles, el ballet era aburridísimo para mí, un muchacho de campo. Me sentía como un pájaro enjaulado, quería salir, escapar; no le encontraba sentido alguno al ballet, pero entonces, gracias a mis profesores, empecé a amar aquello. Especialmente el profesor Xiao fue importante en esto, que me demostró que podía hacerlo y desarrollar mi talento".

Hoy Li Cunxin tiene sobradas razones para sonreír: su libro autobiográfico con más de un millón de ejemplares vendidos y un filme en cartelera dirigido por el oscarizado Bruce Beresford: El último bailarín de Mao (recién estrenado en España). Ahora está de gira promocional por todo el mundo con agotadores pases de la película, preguntas, sesiones fotográficas... Pero Li Cunxin parece estar discretamente encantado de su éxito. Ya estaba acostumbrado a los aplausos en su carrera de bailarín clásico, primero en China y luego en Norteamérica. Le descubrió muy joven el coreógrafo inglés Ben Stevenson en su primer viaje a China, e hizo que fuera invitado a Houston (Texas), donde se enamoró y protagonizó un sonado escándalo diplomático cuando estuvo retenido contra su voluntad en el consulado chino. Consiguió lo que se proponía, y bailó en libertad hasta recalar en Australia, donde vive apaciblemente instalado con su mujer, una ex bailarina que fue partenaire de sus éxitos, tres hijos y una vida con leyenda.

Después de las grandes deserciones de los rusos Rudolf Nureyev, Mijaíl Barishnikov o Natalia Makarova, de los cubanos Rosario Suárez y Rolando Sarabia (por solo mencionar grandes estrellas), estaba cantado que faltaba un bailarín de ballet chino que huyera del régimen maoísta. La escapada de Li Cunxin fue algo tardía, pues ya la férrea estructura dictatorial estaba resquebrajada. Ballet y libertad parecen que van unidos, sin embargo han florecido en regímenes terribles y dictatoriales (la Unión Soviética, China, Cuba), pero a la vez, el ballet sirve después para llegar a la libertad. El mundo del ballet está plagado de historias de defecciones como la suya: "Rusos y cubanos tenían una formación que partía de los métodos rusos, y en realidad los bailarines chinos también teníamos algo parecido: la raíz en la escuela rusa. Es cierto que la presión política en mi época era terrible y mientras los cubanos y los rusos podían bailar El lago de los cisnes, Giselle o Don Quijote, nosotros los chinos solo podíamos hacer ballets políticos. ¡Soñábamos con los ballets románticos! Y creo que de ahí parte ese deseo de libertad artística, de entender el ballet como una forma artística universal donde al querer llegar a ser el mejor solo puedes conseguirlo sin restricciones territoriales o fronteras".

Li Cunxin estuvo en medio de una generación que vivió los avatares de la Revolución Cultural y donde el ballet era una rareza, pues como dice Hsu Tao-ching, la verdadera demostración de la universalidad del ballet llega con la asimilación de la danza clásica occidental en China, con tan diferentes metros musicales y conceptos estéticos; a lo que el bailarín puntualiza: "La danza tradicional china tiene unos patrones contrarios a los del ballet y muy diferente a las formas occidentales; en cuanto a los movimientos, lo mismo, pues la ópera china responde a diferentes estímulos físicos, y ese fue uno de los empeños absurdos de Madame Mao, unirlos. Las posiciones del cuerpo y las líneas son muy diferentes; mientras en el ballet se gira el cuerpo hacia fuera, en la danza china es hacia dentro".

Parte de la explosión china hacia el exterior se ha basado en un estilo de ballet acrobático muy popular donde las bailarinas trepan en puntas hasta la cabeza del acompañante, una cosa que horroriza a los puristas y que a Li Cunxin también produce dentera: "Lo veo más cercano al circo, no lo puedo ver como ballet de verdad, no es artístico, no hay sentimientos expresados sino solamente una técnica espectacular, deslumbrante dentro de nuestra tradición acrobática, pero carente de contenido. Creo que esas acrobacias entretienen, pero no llegan al corazón de las personas".

Tras tranquilizarse las cosas, al menos en parte, Li Cunxin ha comenzado a volver a China, pero no le gusta todo lo que ve allí: "Sí y no. Es contradictorio, es un choque de culturas. Por un lado, ahora tienen una vida mejor, pero también se pierden tradiciones muy valiosas".

Li Cunxin ha tenido tres hijos con su mujer, la bailarina australiana que le ha acompañado todos estos años, e insiste en que sus hijos amen su parte china: "He inculcado a mis hijos que valoren su herencia china, pues cuando pase el tiempo es importante que sepan objetivamente qué ha pasado y que se sientan orgullosos de haber nacido en un mundo libre, que valoren la suerte que han tenido. De mis tres hijos, el chico solo piensa en el baloncesto; a las dos niñas les gusta la danza, pero no creo que para dedicarse a ello profesionalmente. Al vivir en Australia, estoy cerca de China, y voy dos o tres veces al año a ver a mi madre".

El ídolo de Li Cunxin era Mijaíl Barishnikov (en la escuela veían a escondidas los vídeos del bailarín disidente), pero otros bailarines también le habían encandilado: "Rudolf Nureyev y Vladimir Vasiliev fueron los mejores, los más perfectos. Una vez en Nueva York bailé El Lago de los cisnes; al día siguiente, en una sala de ensayos, Barishnikov pasó a mi lado, me palmeó el hombro y me dijo: '¡Muy bien!'. Me parecía un sueño que mi ídolo me hubiera visto bailar y luego me dijera eso".

Tanto en el libro como en la película quedan muy bien reflejadas las duras condiciones de vida de la escuela de Pekín, un centro que estaba alejado de la escuela oficial del Ballet Nacional de China, algo así como una escuela alternativa más politizada: "Era exactamente así. Madame Mao [Jiang Qin, la esposa de Mao Zedong] quería que estuviéramos alejados de las distracciones y tentaciones de la ciudad, más cerca de los campesinos". Esta temible señora cercenó carreras y prohibió mencionar a otros, como el notorio caso de Wu Xiaobang, uno de los pioneros del ballet moderno en China, cuya biografía fue censurada. "Con la Revolución Cultural muchos artistas de esa época fueron represaliados y hasta asesinados, las academias estuvieron cerradas 10 años, a los maestros los mandaron a granjas de cerdos y algún profesor mío sufrió ese mismo tipo de persecución". Y hay quien piensa que todas las heridas no están cerradas y que en China no todos han perdonado a Li Cunxin. "La nueva generación de líderes quizás sí me ha perdonado de verdad, pero para los antiguos dirigentes sigo siendo un desertor".

China ha cambiado tanto que los productos de la Revolución Cultural donde las bailarinas aparecían sobre las zapatillas de puntas, pero de uniforme y con un fusil, como en El destacamento rojo de mujeres o La chica del pelo blanco, se ven ya como cosas exóticas. La gran duda es si deben ser preservados, si tienen algún valor artístico. "Yo mismo bailé La chica del pelo blanco. Artísticamente puedo decir que no hay valores, pero en su contexto específico se deben mantener como elementos históricos. Le puedo decir que era terrible bailarlos... ¡y verlos!".

Cuando nuestro héroe dejó de bailar se alejó de la danza, lo que resulta extraño, pues casi todos los bailarines cuando se retiran continúan vinculados a ese mundo, como maestros, coreógrafos, directores de compañía... "Mi mujer renunció a su carrera porque nuestra hija mayor nació sorda y ella se dedicó por completo a enseñarla a hablar. Sigo teniendo relación con el Ballet Nacional de Australia y, de vez en cuando, ayudo a bailarines jóvenes que empiezan".

Al mirar atrás y verse sobre la escena, Li Cunxin no puede ocultar un deje romántico: "Me gustaba hacer Romeo y Julieta, y me gustaban sobre todo las nuevas creaciones, el reto de desentrañar lo que el coreógrafo quería obtener, trabajar juntos durante semanas y a veces desechar todo y empezar de cero otra vez".

En esta vida novelesca, el coreógrafo inglés Ben Stevenson juega un papel decisivo al fijarse en él durante su primer viaje a China: "Sin duda Ben es muy importante en mi vida. Ha sido como un segundo padre. Cuando me retiré, creó un último ballet para mí, lo que fue muy emocionante. Nos reencontramos en el estreno de la película y así subimos al escenario los personajes reales y los actores que nos interpretan". El propio Li participó en el casting para seleccionar al bailarín que se mete en su papel en el filme: "Hay tres actores en la película, uno niño, otro adolescente y el que hace de Li Cunxin adulto, que es hijo de dos de mis profesores de la academia".

¿Cree que se verá en China la película El último bailarín de Mao? "No lo creo. Por ahora no lo veo factible".