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lunes, 6 de junio de 2011

POR QUÉ SOY AMIGO DE ZOÉ VALDÉS

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El Trash Cuban Ghetto me tiene harto con sus indirectas y anónimos mariconiles que me echan en cara mi amistad con la escritora cubano-francesa Zoé Valdés. Y aunque no tengo la más remota obligación de hacer esto que hago, quiero decir, que, en primera, doy mi confianza y amistad a quien yo considere conveniente, independientemente de si pueda estar equivocado o no, pero voy a explicar lo siguiente. Yo no era muy partidario de Zoé Valdés y tenía ciertos recelos, pero hubimos de coincidir en unas jornadas en contra de la represión homosexual en Cuba que se celebraron en Casa de América, Madrid, hace unos años. En esa ocasión, ZV explicó en público, o dijo en público algo muy simple: “yo quería vivir en París”. Esa justificación me pareció totalmente humana, íntima y sincera. Si ZV hubiera dicho “yo quería quedarme en París para luchar por la libertad de la patria cubana” y ese largo y aburrido etcétera de gilipolleces que uno oye de los neo-patriotas de pacotilla, yo me hubiera levantado de mi asiento y habría desaparecido cual alma (o arma) que lleva el diablo.

A partir de entonces, yo comencé a hacerme amigo de Zoé Valdés, a estimarla a ella y a su esposo Ricardo Vega, y a conocer a la persona que tanta gente denigra e insulta.

Espero que quede por fin aclarado.

© 2011 David Lago González

miércoles, 11 de mayo de 2011

ZOÉ VALDÉS - FINAL DE LA ESCENA 52 CON FEOS

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MADRID 029

 

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ZOÉ VALDÉS - FINAL DE LA ESCENA 52 CON FEOS

http://zoevaldes.net/2011/05/11/final-de-la-escena-52-con-feos/#comment-69541

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(Comentario mío dejado en su blog.)

Hace ya bastantes años escribí LA RESACA DEL ABSURDO. La resaca no se termina nunca. Nunca, nunca, nunca. Para eso es lo que hay que prepararse, en el sentido de acostumbrarse y admitirlo como forma de vida. ¿No se aprende a vivir con una enfermedad? Pues es eso: otra enfermedad. Los “side-effects” del comunismo cubano. Una cosa tienen en común: que transcurren lentamente y no de forma violenta.

El mundo no respeta la situación cubana porque, además de las fobias y filias vinculadas, es algo incomprensible.

Y sí, es diabólico. Pero tan sutilmente diabólico que nadie puede entenderlo. Cincuenta y tantos años de una labor de zapa siniestra que consiste particularmente en la culpabilización del otro. De esa treta solo sale victoriosa La Revolución.

Y los que escapamos por DIGNIDAD, asumiendo todas las consecuencias de lo desconocido, somos los que en verdad somos valientes. Lo fácil habría sido quedarse a vivir allí y deformarse hasta el infinito bajo aquellas circunstancias.

DLG

sábado, 19 de febrero de 2011

De querencias y aversiones hacia las revoluciones, y del miedo a la basura

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“We do not know how big the crowd is, and what opposition it is…until we get out of step with it.”

“We do not know how big the crowd is, and what opposition it is… until we get out of step with it.”

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REPORTAJE: IDA Y VUELTA

La revolución y las basuras

ANTONIO MUÑOZ MOLINA 19/02/2011

http://www.elpais.com/articulo/portada/revolucion/basuras/elpepuculbab/20110219elpbabpor_6/Tes

  • Decía Mark Twain que algunas de las peores cosas de su vida no habían llegado a sucederle. Algunas de las revoluciones mejores de la mía les han sucedido a otros. La primera alegría política desbordada de la que tengo recuerdo me sucedió una tarde de finales de abril en Madrid, en 1974, cuando compré el diario Informaciones, que era el que leíamos los antifranquistas, y vi el titular que anunciaba la Revolución de los Claveles en Lisboa. La dictadura acababa de caer, pero había caído al otro lado de la frontera. Para muchos de nosotros la ebriedad de la liberación no era menos estimulante porque fuesen otros los que estaban viviéndola. Tenía un reverso de esperanza, y otro de melancolía. Igual que veía uno las películas queriendo imaginarse que era él quien abrazaba a Faye Dunaway y no Warren Beatty, así miraba las fotos de la gente que se lanzaba vestida a las fuentes de la plaza del Rossio o que trepaba a las orugas de los carros de combate para poner claveles en los fusiles de los soldados. El hábito fortalecido por la literatura y el cine de vivir vicariamente las vidas de otros y de imaginar que las cosas que nos importaban sucedían en lugares y tiempos ajenos a los nuestros se trasladaba intacto a la experiencia política. Aquella primavera del 74 yo me pasaba la vida en el reino encantado que fundó para siempre Víctor Erice en El espíritu de la colmena o en las manifestaciones italianas de las películas en blanco y negro de Bernardo Bertolucci que ponían en la Filmoteca. La cámara recorría morosamente la marcha de una multitud de puños cerrados y banderas con hoces y martillos y cuando la acción pasaba a otro asunto se levantaban en la oscuridad silbidos y gritos de protesta, porque suponíamos que las imágenes de la manifestación habían sido abreviadas por la censura, no por la decisión del director de no seguir recreándose en ellas.

Algunas formas radicales de alegría civil no hemos llegado a experimentarlas nunca. No me quejo. Las cosas son lo que son

Lo que vaya a pasar mañana o el mes que viene no se sabe. Lo que pasa hoy nadie lo vaticinaba hace sólo un mes

Salíamos aturdidos del cine a la borrosa realidad y comprábamos Informaciones o Triunfo para sumergirnos por delegación en las muchedumbres portuguesas, que lo inundaban jovialmente todo, las plazas y las avenidas de una Lisboa en la que no habíamos estado nunca, los balcones, los tejados, los parques públicos, los pedestales con elefantes o con reyes a caballo. La libertad era posible, aunque fuera en otra parte. Nosotros imaginábamos que una dictadura era como una fortaleza de muros de hormigón y troneras blindadas que sólo sería posible tomar por asalto o derribar a cañonazos: pero en Portugal el edificio entero de la dictadura se había desmoronado sin que los militares alzados contra ella dispararan sus fusiles, y sin que los carros de combate tuvieran otra misión que la de servir para que la gente feliz escalara sus torretas. En nuestro país los esbirros de la Brigada Político Social torturaban a los detenidos: en Portugal sus congéneres, los policías de la PIDE, huían como ratas de la ira incruenta de los revolucionarios, que asaltaban las comisarías y tiraban por los balcones los siniestros archivadores metálicos con las fichas de identidad de los perseguidos. Con mi Informaciones de cada día o mi Triunfo de cada miércoles recién comprados en un kiosco de la Puerta del Sol yo miraba los balcones de la Dirección General de Seguridad y me imaginaba entrando por su puerta principal entre un río de gente, corriendo escaleras arriba hacia los despachos de los torturadores, o descendiendo hacia los sótanos donde estaban las celdas, donde abriríamos los cerrojos para soltar a los presos.

Pero la misma Puerta del Sol era el escenario de otra revolución delegada, de la que nos separaban las fronteras del tiempo, más irrevocables todavía que las del espacio. Caminando por ella uno imaginaba la revolución posible que se parecería a la de Lisboa y la otra revolución verdadera que la había llenado de gente el 14 de abril de 1931. En las fotos de Santos Yubero que pudieron verse tan magníficamente ampliadas hace unos meses en Madrid la muchedumbre del 14 de abril se convertía en un conjunto asombroso de retratos individuales, de personas concretas que gritaban o sonreían o trepaban con alpargatas a las copas de los árboles o a los techos de los tranvías. Yo, que tantos hombres he sido, no haber sido nunca -dice el poema de Borges- aquel en cuyo amor desfallecía Matilde Urbach: ni yo ni ninguno de los que compartían aquella felicidad aplazada de 1974 en Lisboa alcanzamos nunca su cumplimiento en nuestro país, en nuestras propias vidas. Tampoco nos echamos a las calles de Teherán en enero de 1979, ni a las de Managua en el verano de aquel mismo año. En eso nos parecíamos a nuestros padres y a nuestros abuelos, que se tuvieron que conformar con ver en los noticiarios del cine el júbilo de París en el día de la Liberación en agosto de 1944. Algunas formas radicales de alegría civil no hemos llegado a experimentarlas nunca.

No me quejo. Las cosas son lo que son. El pasado es inmodificable, aunque tantas personas en España dediquen sus mejores esfuerzos a corregirlo, y la calidad de la democracia española no es inferior a la de la portuguesa, aunque su nacimiento fuera más vacilante, más confuso. En cuanto a las alegrías de Teherán y Managua, nuevos sátrapas con inclinaciones policiales se encargaron muy pronto de desbaratarlas. En noviembre de 1989 el hundimiento súbito de las tiranías comunistas y el gozoso delirio de quienes se encaramaban al muro de Berlín debieron de habernos traído alguna otra felicidad delegada, o al menos solidaria, pero al ensimismamiento español le quedaban lejos aquellos países del corazón de Europa, y una parte considerable de nuestra clase intelectual y periodística aún juzgaba de mal tono la resistencia contra dictaduras que no fueran fascistas. Por una casualidad de la vida me tocó ver en televisión las imágenes de la caída del muro de Berlín en una casa en la que estaban reunidos algunos escritores, editores y críticos de inclinación al parecer progresista. Miraban las imágenes de la gente abrazándose en Berlín como si asistieran lúgubremente a la transmisión de un entierro.

Ahora me acuerdo de aquellas revoluciones siempre ajenas, triunfales o fracasadas, viendo imágenes de las multitudes en esa plaza que de pronto se ha agregado a la geografía de la libertad, la plaza Tahrir, escuchando voces de egipcios en la radio pública americana y en la BBC, leyendo los reportajes admirables de The New York Times, donde el periodismo se sigue ejerciendo como un oficio responsable de adultos. Las decepciones de tantos años, el cinismo instintivo español, no llegan a malograrme la alegría, la antigua alegría delegada por la libertad súbita de otros. Lo que vaya a pasar mañana o el mes que viene no se sabe. Lo que pasa hoy nadie lo vaticinaba hace sólo un mes. La economía, la politología, la sociología han demostrado tener el mismo rigor predictivo que la ufología. Pero esta mañana me ha alegrado el día ver en la portada de The New York Times a la gente joven de la plaza Tahrir recogiendo hacendosamente la basura acumulada en los últimos días. En mi país las grandes alegrías colectivas suelen tener un origen alcohólico o futbolístico, y dejan tras de sí un rastro de toneladas de basura que siempre recogen otros.

antoniomuñozmolina.es

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La Reina de la Noche

febrero 18, 2011

“Odio las revoluciones”. Por Jacobo Machover
http://isiswirth.wordpress.com/2011/02/18/odio-las-revoluciones-por-jacobo-machover/#comment-847

Archivado en: Uncategorized — isiswirth @ 11:37 pm

(Agradezco a Jacobo Machover por este artículo.)


ODIO LAS REVOLUCIONES


Jacobo Machover

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“Odio las revoluciones y a sus admiradores. Parafraseando a Claude Lévi-Strauss y su provocador “Odio los viajes y a los exploradores” (en “Tristes trópicos”), se podría llegar a una conclusión parecida: hay que acabar con las ilusiones, con esos sueños recurrentes, que acaban SIEMPRE por transformarse en pesadillas. Hablando de la revolución francesa, la madre de todas las rebeliones que acaban adquiriendo una significación mayúscula, el filósofo René Girard escribe: « La revolución es violencia, y la violencia no tiene orígenes, está allí desde siempre, nada la crea, y no produce nada.”


No hay nada que salvar de las revoluciones y, menos aún, de las actuales, las que han tenido lugar en dos países árabes y amenazan con extenderse por toda esa región, amenazando la paz, aunque fuera “fría”, con Israel, lo cual, confieso, es lo que más me importa.


Los regímenes comunistas nunca han tenido ni tienen nada que ver con esas autocracias ancladas en las tradiciones locales, como las de Ben Ali o la de Mubarak. Pero los sistemas implantados por ellos no eran totalitarios en lo más mínimo. Se basaban en una represión despiadada, en la corrupción a todos los niveles y en la utilización de la religión a su conveniencia, para aplacar a los islamistas que amenazaban sus propias prebendas. Los “pueblos” que salieron a la calle no son ni más ni menos valientes que otros. No tienen tampoco más espíritu de sacrificio. Parte del “pueblo” tunecino hoy día huye de ese “tunisami” (que podría desembocar en un islamismo puro y duro) para ir a buscar refugio en la isla de Lampedusa, en Italia, y de allí buscarse la vida y el sustento en la vieja Europa, tan aburridamente democrática, pero que aplaude a las “masas revolucionarias”, con una nostalgia trasnochada de los “sans-culottes” franceses, de los “bolcheviques” rusos y otros “republicanos” españoles. Esta vez, sin embargo, los aplausos no son tan nutridos como los que saludaron la victoria del castrismo, por ejemplo. Muchos intelectuales (entre los mejores) se quedan callados, o escépticos, recelosos ante lo que vendrá, sin duda, no un aire de “fiesta” tropical como antaño, sino un cambio brutal nada “sexy”, con la sharia por ley suprema y ejércitos de mujeres enlutadas, envueltas en trapos de la cabeza a los pies. Ay, sí, y la amenaza de una guerra (otra más) contra Israel. En Egipto, un viejo predicador islamista, otrora exilado, ha dado cita, en la Plaza de la Revolución (perdón, de la Liberación), a 2 millones de sus fieles (el doble de los “fieles” de los Castro), el año próximo en Jerusalén (pero en la suya, vista desde la mezquita Al-Aqsa). ¿Quién coño puede estar entusiasmado con esa perspectiva, sabiendo que algunos “hermanos” ya se han lanzado a la caza de las prostitutas en Túnez (como en nuestra “noche de las tres P”) y que todas las manifestaciones de masas tienen lugar los viernes, en esa mezquita al aire libre en que se ha vuelto la Plaza de cuyo nombre no me quiero acordar?


En otros tiempos, cuando los comunistas vietnamitas acabaron con el “imperialismo” americano y sus “fantoches” autóctonos, ya se produjo algo así: decenas de miles de hombres, mujeres y niños se tiraron al mar, prefiriendo enfrentar los peligros de una travesía sin rumbo, y a los piratas que los desvalijaban sin piedad, en lugar de esperar el futuro luminoso que supuestamente les iba a aportar la nueva sociedad. ¿Y los cubanos? ¡Cuántas veces se han lanzado en botes, en lanchas, en balsas, votando con sus pies y gritando: “No future”! Es exactamente lo que sucedería en Cuba en caso de que hubiera una rebelión del “pueblo”.


Todos ellos, así como los camboyanos, los albaneses y tantos más por el mundo no hacían más que ilustrar la sentencia de Francesco Guicciardini, amigo de Maquiavelo: “Para escaparle a un tirano bestial y cruel, no hay regla ni medicina que valga, excepto la que se aplica con la peste: huir lo más lejos y lo más rápido que se pueda.”


En Cuba no se produciría nada semejante a lo que ocurrió en los países del Este. En la ex – Unión Soviética, todo vino de arriba, de la mano de Mijaíl Gorbachov, de Boris Yeltsin y de unos cuantos más, que realizaron, al cabo de más de 70 años, que Moscú “no aguantaba más”. En los demás satélites de la “hermana República”, fue más o menos lo mismo, incluso la caída del muro de Berlín, provocada por gente que huía, refugiándose en embajadas de la República Federal (como los cubanos en la embajada del Perú en 1980), para unirse a sus compatriotas del Oeste. En las llamadas “revoluciones”, tampoco hubo movimientos “heroicos”, ni durante la “revolución de terciopelo” en Checoslovaquia, ni en Rumanía, cuando los ex – comunistas liquidaron a los esposos Ceaucescu para que no hubiera juicio. En ninguno de esos países se hizo el proceso del sistema, ni, desgraciadamente, me lo temo, se hará.


Pero era son ellos con quienes los cubanos tenían verdaderos puntos en común, por haber vivido los mismos terrores, los mismos horrores, la misma vigilancia, la misma delación, la policía del pensamiento, la doble moral, el ateísmo militante, las colas, el caos económico, la felicidad impuesta por aclamación, el culto a la personalidad, al Jefe, al Partido, o el exilio eterno. En aquel entonces, los hermanos Castro acabaron con cualquier veleidad de cambio al fusilar a los militares que acaso tuvieron la tentación de introducir cualquier amago de “perestroika” en la isla. Poco antes, los chinos habían acabado sin contemplaciones con los estudiantes de Tiananmen.


En Cuba, las Brigadas de Respuesta Rápida y el contingente Blas Roca se encargarían de enviar a todo el mundo a casa o a la cárcel y, si no fueran suficientes, lo harían los cederistas y, si éstos tampoco fueran suficientes, intervendrían las “avispas negras” y otros cuerpos represivos especialmente entrenados para ello. No se trata sólo de “irresponsabilidad”, hay ignorancia de la realidad en los que convocan a un motín generalizado. Qué bonito espectáculo ¿verdad? Con cámaras de televisión por doquier, con “twits” y páginas Facebook retomados por toda la blogosfera. Pues no. Tan bello no sería. Tendríamos que tragarnos otra vez el mito de una nueva revolución, con nuevos líderes autoproclamados, con viejos y nuevos eslóganes repetidos a saciedad, sin la profundización democrática necesaria para no caer más en la utopía sangrienta que significó, un día ya lejano, la huida de un dictador para desembocar en una total ausencia de libertad durante medio siglo.


¡Que se vayan Fidel y Raúl! Claro que sí que nos gustaría a todos, pero con alguna esperanza que proponer, para que los presos de conciencia salgan todos, por fin, de las cárceles aún repletas, para acabar con las leyes absurdas de la revolución, con la organización deliberada de la escasez, para volver a un Estado democrático sin brillantez pero nuestro, del que los cubanos no tengan que huir por todos los medios para construir una vida más o menos decorosa en un exilio que, a pesar de las mejoras que significa, se vuelve cada día más insoportable y que, si el tan cacareado “levantamiento popular” se llegara a producir por obra y gracia del Espíritu Santo, se vería incrementado con la llegada a las costas de la Florida de cientos de miles de fugitivos para quienes la palabra “revolución” o cualquiera de sus sinónimos no significa nada más que destrucción de su familia y de la vida, de sus propias vidas.”

Comentarios (4)

4 comentarios »

  1. clip_image001

Qué se vayan Fidel y Raúl? Hay que estar alucinando.
Si mal no recuerdo en Chile el final del régimen de Allende comenzó con “La Revolución de las Cacerolas”

Comentario por Frida M — febrero 19, 2011 @ 12:26 am | Responder

  1. clip_image002

Yo también odio las revoluciones salvo… incluso si, como sabes, en este país no nos tienen permitido el odio a las revoluciones, ni el odio, tout court… Insisto, y me perdonas de nuevo, con mi comentario en el post anterior: No creo que lo que está ocurriendo en los países árabes sean revoluciones, creo que son fenómenos nuevos, expeditivos, sin los trámites habituales de las revoluciones… Es un fenómeno inédito, y claro que no debemos quedarnos callados, no sólo los intelectuales, que tienen como norma callarse, además y sobre todo los políticos, que son los que tienen que exigir un mínimo de seguridad internacional, y esa seguridad sólo se consigue presionando para que estos países entren en un sistema democrático lo más rápido posible. Pero claro, aquí los políticos se dedican a gozar de prebendas que le facilitan los dictadores.
En cuanto a las prostitutas perseguidas, que también leí hoy, es fatal, estoy de acuerdo contigo; pero en Cuba, como sí fue una revolución pura y dura a la manera estalinista, aunque con una guerrita de merengue de por medio, donde se fusiló más de lo que se batalló, esas persecuciones fueron maquilladas como una profilaxia social insoportable e imperdonable que todo el mundo aceptó y aplaudió. No es el caso en Túnez, no hasta ahora. Y la prueba es que la prensa ha hablado, y muchos tunecinos lo desaprueban.
En cuanto a lo de la página en Facebook, que es muy diferente de Twitter, creo que te refieres a lo de Por un levantamiento popular, yo estoy de acuerdo con el levantamiento, porque tú y yo nos hemos preguntado en algunas ocasiones qué podría pasar para que acabe la pesadilla, yo sí creo que sólo podría acabar si eso sucediera, me lo dicen todos los años vividos en Cuba, la propia historia de Cuba, y la historia de su exilio. Yo odio la palabra revolución por lo destructivo que el término conlleva cuando nos referimos a cambio político, pero revalorizo las revoluciones, por el contrario, que han conducido a algo positivo, creo que la revolución de Yeltsin fue más importante que la de Gorbachov, pero Gorbachov fue el impulso, y pienso que la caída del Muro fue una apoteósica revolución, y así…
Lo otro que nos quedaría es esperar a que siga la casta de los Castro, o que un grupito coja el mando cómodamente y el traspaso dure 50 años más. Pero la vida es una sola, igual no nos toca verlo, igual estoy equivocada… Veremos, si todavía nos quedan ganas…

Comentario por Zoé Valdés — febrero 19, 2011 @ 2:00 am | Responder

  1. clip_image002[1]

Mira esto: http://twitter.com/#!/DirectorioCuba
Cuando golpean a una anciana, y la encierran en un calabozo, qué creen que pueden hacer los hijos? Plantarse en masa frente a la estación de policía, eso puede ser el inicio de algo nuevo, diferente, porque lo no que aceptaríamos ninguno de nosotros es esperar tranquilos dándonos sillón a que un familar nuestro caiga en las garras de los asesinos.

Comentario por Zoé Valdés — febrero 19, 2011 @ 2:06 am | Responder

  1. clip_image002[2]

Perdonen, vuelvo, porque recordé: la Embajada de Perú, Mariel, la Crisis de los Balseros, fueron movimientos abortados a través del éxodo y exilio… Y es que nos ha caído el castigo de la errancia, antes que la justicia divina.

Comentario por Zoé Valdés — febrero 19, 2011 @ 2:16 am | Responder

  1. clip_image001[1]

Magnífico cuestionamiento de Jacobo, compartido por mí al 100%. Además, justamente me lo leo ahora, después de leerme un artículo de mi admirado Muñóz Molina en Babelia, también sobre “las revoluciones”, y ver en la calle los pasquines pegados de los grupos “revolucionarios” madrileños celebrando las revueltas en el mundo árabe (su ignorancia supina y adoctrinada por la CGT y sabrá Dios qué más) le hace celebrar cualquier tipo de revuelta de cualquier signo.

Con el permiso del autor y de la distinguida moderadora del blog, me lo subo al Penthouse –ay, esas escaleras… me van a matar…– Viene al pelo con el momento de incertidumbre.

Saludos “revolucionarios” a todos.

Comentario por David Lago González — febrero 19, 2011 @ 10:46 am | Responder

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Dos escritores (y pensadores) que admiro coinciden hoy en torno al mágico –y elemental— conjuro del término “revolución”.  El primero, el español Antonio Muñóz Molina, comenta una cierta querencia de su generación por el febril entusiasmo popular que no ha podido nunca llegar a sentir del todo.  El segundo, el judío francocubano Jacobo Machover, hace relucir el rechazo a una trascendencia insospechable.  En ambos textos hay cosas cercanas y a la vez distantes.  Pero en ambos hay un cierto (o bastante) escepticismo.  Una mezcla de él y un cierto dejarme arrastrar por la alegría cívica experimenté durante los sucesos de la caída del imperio soviético en 1989, vistos desde Madrid.  Perplejidad, incertidumbre, incredulidad y pánico, viví en carne propia durante el casi mes y medio que duró ¿la revolución? de la Embajada del Perú y El Mariel en mi ciudad natal.  Alelamiento y sorpresa incomprendida e incomprensible me paralizaron casi cuando las tropas triunfantes de los que de inmediato se destaparían como brutales y sutiles asesinos (Castros y Guevaras, y otras malas compañías) atravesaban el viejo Camagüey, y mi madre sufría unos sofocos que calmaban unas jóvenes vecinas Nelsy (muy poco después abandonaría Cuba para siempre hacia Estados Unidos) y Nancy (que finalmente se casaría con su novio barbudo Alonso, que devendría en un déspota policía de alto grado y previsiblemente experimentado torturador) y la sala de casa se llenaba de olor a monte que traían unos alzados con collares de madrejuana, rosarios al cuello y luengas guedejas rizadas que provenían de la zona de Nuevitas y venían a saludar a mi padre, que alguna vez había sido patrón de sus trabajos.  Alegría, entusiasmo, estupefacción, admiración y preocupación he estado experimentando ante las revueltas de Túnez y Egipto, y ansiando silenciosamente que se defina por fin el rumbo del futuro egipcio para bien y para que sirva de guía a los demás pueblos encolerizados del mundo árabe.  Porque sobre todo estos escenarios --pasado, presente y futuro--, sobrevuelan dos aves: una paloma y un cuervo.  Yo también odio las revoluciones.  No me gusta que nadie más en el mundo se arrogue el derecho de quebrar up-side-down el destino de un niño, como hicieron conmigo en 1959 o como hicieron con Jacobo ese mismo año fatídico.

© 2011 David Lago González

sábado, 22 de enero de 2011

NO ES LO MISMO

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NO ES LO MISMO jugar a La Revolución, jugar al revolucionario patriótico contra el gusano asqueroso, al “culturoso” que va por el mundo (y el in-mundo) representando totalitarismos como quien patrocina una bebida refrescante (aun cuando se llame Eliseo Diego con sus particulares derechos humanos en la Helvetia; o Senel Paz salvado in extremis del pecado de sostener falo camagüeyano a cambio de favores de representación), o después intentando salvar de esos malhadados accidentes algún ripio mínimamente presentable, QUE jugar a las cuquitas o al médico y al enfermo.

Los vestiditos vuelven.  La marea sube siempre de nuevo.  Los besitos que se dieron se salen del corazón.  La representación, la actuación, tiene siempre una crítica.  Una crítica a veces muda, pero muy severa.  Es la memoria.

Es el asco.  Y la repulsión.

[He leído a medias el post de Zoé Valdés en su blog.  Quizás después pueda terminar de hacerlo.  Pero hoy, definitivamente, no es mi mejor día (y suma y sigue).  Mientras, Los Viajeros de la Infamia, siguen con sus botas sucias aplastando la hierba.]

(http://zoevaldes.net/2011/01/21/de-como-se-construyen-los-pactos-entre-los-artistas-bichibobos-y-el-regimen-castrista-y-de-como-algunos-nunca-pactaron/)

martes, 20 de julio de 2010

La solución final

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También he dejado este comentario en el artículo de opinión escrito hoy por Zoé Valdés para El País, y como estoy prácticamente seguro de que será considerado “políticamente incorrectísimo” no será publicado o pronto recibiré una orden de detención como posible enemigo público, así que aquí lo tenéis.  Realmente hablo en serio.

 

“Yo nací en Cuba y soy español.  Yo les voy a dar una solución qué hacer con nosotros: 1) se nos obliga a volver a todos a la isla de Cuba, 2) ponen sobre ella una especie de escudo anti-misiles o caperuza como la de BP frente a Estados Unidos pero que sea realmente segura, 3) se deja un pequeño orificio en la parte superior, 4) se instala una manguera, 5) se aplica el gas de los nazis, 6) se nos deja podrir y convertirnos en estiércol, 7) la isla vuelve a su estado primigenio y se retira la caperuza, 8) Cristóbal Colón convence a la Reina Sofía para descubrir una nueva ruta hacia las Indias, 9) la realeza, la presidencia, la oposición, los independentistas catalanes y los vascos, la eta, el grapo, todos lo aprueban en el Parlamento bajo la batuta de José Bono antes de divorciarse y pedir la nulidad eclesiástica, 10) DESCUBREN REALMENTE LAS INDIAS, o sea, el error ha sido borrado: el mundo soñador puede comenzar de nuevo a soñar con el Ché Guevara.”

 

David Lago González

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jueves, 8 de abril de 2010

Me tomo la libertad...

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...de reproducir este post de Zoé Valdés y la carta que en su momento dirigió el Movimiento de la Nueva Trova, liderado por Silvio Rodríguez y Pablo Milanés como poder bicéfalo, porque, aunque nunca conocí a Mike Pourcell, creo que fue en la segunda carta que Carlos Victoria me escribió desde Tarará a Camagüey, en los primeros 60, donde me comentaba que “en la beca” había “un muchacho que tocaba muy bien la guitarra y con el que se ponía a cantar canciones de los Beatles”. Y me decía su nombre. Por alguna extraña razón, nunca se me olvidó, y estoy prácticamente seguro que al escribirlo lo hacía de la manera en que aquí lo nombro yo: Pourcell. No sé si él recordará a Carlos de esa etapa.

Los dos mejores exponentes de la llamada Nueva Trova Cubana en verdad no solían tolerar muy bien a quien apuntara representar un talento que pudiera irse por encima del de ellos. Razón por la que, independientemente de la natural, Noel Nicola y otros cantautores quedaron más bien en el intento de serlo, y muy a la sombra de los dos grandes.

Fue de todos conocidos el rechazo y la cerrada de filas que hicieron ante Amaury Pérez cuando éste despuntó como cantautor y también un poco en su pretensión de mega-estrella, dado el heritage que le venía por ambos padres. Para mí fue ya bastante sorprendente cuando a principios de su revival en España, fui a verle al Café Popul-Art, y sentado a la primera mesa al pie de la tarima desde donde cantaba, le oí deshacerse en elogios hacia Silvio y relatar anécdotas de confraternidad con lo que yo conocía de muy buena mano que había sucedido de forma contraria. Luego se ha visto que ha sobrepasado con creces la vileza de los dos puntales de la Nueva Trova que, ya desde hace algún tiempo, esbozan signos de reciclaje.

Evidente y burdo una vez más. Pero estoy seguro de que si se presentan como “alternativa”, o “voces alternativas”, muchos de los que ahora les insultan merecidamente, se tragarán sus palabras y los acogerán en su seno.

De pena.

© 2010 David Lago González

 

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Una Carta del Movimiento de la Nueva Trova a Mike Porcel. Para no olvidar.

ABRIL 8, 2010

etiquetas: Castrismo, Cuba, Mike Porcel, Movimiento de la Nueva Trova, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Zoé Valdés

por Zoé Valdés

 

Mi querido Mike Porcel me envía esta carta, acompañada de esta reflexión (fragmento para entender el contexto), y me autoriza a publicarla:

 

“Hola, Zoe querida, ¿cómo estás?

… ¿Crees que esos desalmados sean capaces de inmolarse y hundirse con la Isla? ¿O más bien le prenderían fuego al polvorín mientras escapan como puedan?


Te mando attached esta carta que ayer presenté por primera vez en público en el programa de Oscar Haza. Hasta hoy no la había mostrado nunca. Fue deslizada por debajo de la puerta durante la semana que duraron los mítines de repudio del tristemente célebre  Movimiento de la Nueva Trova liderado por Silvio y Pablo (entre otros) a la casa de mis padres. Lo irónico -como decía ayer  en el programa- es que yo no estaba allí. O sea, que mis padres y mis hermanos fueron los que recibieron ese regalo .Como podrás leer la carta no tiene desperdicio, mucho más leída  años después y a la luz de los nuevos acontecimientos de repudio a las Damas de Blanco(lo mismo que en el 80) y las supuestas declaraciones tibias y  tardías, a mi juicio, de Silvio Rodríguez y también de Pablo Milanés.Es la típica carta fascista donde ellos se toman  el derecho  de hablar por “el pueblo”. Al final hay un párrafo muy interesante que dice: “Vete (no me dejaron salir sin embargo hasta 9 años después cuando la Comisión de Derechos Humanos de la ONU fue a Cuba en 1988 y abogó por mi caso),  pero nuestro odio te perseguirá por donde quiera que vayas”….

Muchos cariños.
Mike.”

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“Del Movimiento de la Nueva Trova de la Provincia Ciudad de la Habana al ex – compañero Mike Porcel.

Hace muchos años el joven José Martí, a quien la hombría se le desbordaba en su amor por su Patria y sus hermanos, escribía a un ex – condiscípulo suyo:

“Has soñado alguna vez con la gloria de los apostatas?

¿sabes como se castigaba en la antigüedad la apostasía?”

…y después de un juicio militar iba a pagar con su sangre y su sudor, con sus anos de juventud quemados entre las piedras de una cantera, la valentía de haber escrito una denuncia contra un traidor.

Nunca esperamos los Miembros del MNT, que aquellas palabras escritas por nuestro Apóstol iban a ser aplicadas a uno que consideramos una vez un compañero.

Se enciende la sangre al recordar las horas de canción y esperanza compartidas y ahora pisoteadas por ti.

Nos crece el furor al recordar cuanta miseria pudiste haber seguido combatiendo; cuanto horror pudiste haber seguido denunciando; cuanta verdad perdiste’ cuanto vuelo has matado; a cuantos asesinos de pueblos has vinculado tu destino; a cuanto luto de madre vas a ayudar con tu traición; a cuanta mentira te has sumado.

¿Con que palabras vas ahora a poder cantar? porque tu lenguaje, el que te hizo ser querido por nuestro pueblo, le pertenece al pueblo y no a ti.  ¿Que cantos van a ser de ahora y en lo  adelante los tuyos, que no sean los cantos de la nada, los cantos de la mentira?

Tu mismo viste como aquellos hacia quienes corriste a unir tu destino sometían a la mas horrenda pobreza al pueblo de Etiopia; tu te horrorizaste con la imagen de la miseria humana forjada por el imperialismo y sus agentes y ahora te conviertes en un sirviente más de los ensangrentados, en un criado de la ignominia, en un agente de la furia y la maldad burguesas.

No se trata de volverle la espalda a un pedazo de tierra, a un conjunto de calles y gentes; se trata más bien, de huir cobardemente de la verdad, de escapar de todo lo que riega luz, de renunciar a llevar la estrella sobre la frente y volver a ser el buey, la bestia, la negación de lo humano, la imagen vituperable de todo lo que los hombres han soñado con no ser nunca.

La traición a la Patria es la negación de la fuerza que permite a los hombres calificarse como tales; es la renuncia al amor por el trabajo, por la humanidad, porque traicionar a un grupo de hombres es traicionar a todos los hombres, porque abjurar de los principios es perder el vínculo con la vida.

Tu traición no es solamente la hecha a los compañeros, a los amigos, ni siquiera a tu familia. Es la traición a ti mismo,  a menos que todo lo que hasta ahora has hecho, lo que hayas creado y edificado no haya sido mas que una sarta de hipocresías y mentiras.

Vete y piensa que a donde quiera que vayas te seguirá nuestro odio y la lastima con que hemos observado la gradual degradación de un hombre.

El pueblo de Cuba y el Movimiento de la Nueva Trova

Ciudad de la Habana

21 de Mayo de 1980

“AÑO DEL CONGRESO DEL PARTIDO”

martes, 6 de abril de 2010

ZOE VALDÉS - Cuba, final del juego

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Courtney Brims

Courtney Brims

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TRIBUNA

ZOE VALDÉS 06/04/2010

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Cuba/final/juego/elpepuopi/20100406elpepiopi_5/Tes

Después del asesinato de Orlando Zapata Tamayo, al que su carcelero privó de agua durante 18 días, mientras el reo se extinguía en una huelga de hambre en la que exigía mejoramientos carcelarios, de otras huelgas de hambre por parte de opositores -como son los casos de Guillermo Fariñas y de Franklin Pelegrino- y de huelgas y ayunos de presos políticos, además de siete días de marcha de las Damas de Blanco, en las que se hizo sentir la represión y la violencia en su contra, de una paliza a Reina Luisa Tamayo Danger, madre de Orlando Zapata Tamayo, después de todo eso, sin contar la crisis de corrupción entre los jerarcas de Cubana de Aviación, y de empresarios extranjeros encarcelados, después de todo ese rosario de desgracias, por fin, habló Raúl Castro.La única novedad del discurso de Raúl Castro es que amenaza con hacer desaparecer Cuba

¿Qué dijo que valiera la pena? En síntesis, nada. Habló de un país hundido en la miseria y en el desencanto, aunque lo hizo con fintas, (más que metáforas, a él no se le dan los giros literarios en los que su hermano era un experto), porque bien sabe él que ese país lo han hundido él y su hermano, nadie más, volvió con el teque o descarga verborreica al referirse a los enemigos, al eterno imperialismo yanqui, y la novedad fue, un estreno: el enemigo europeo; era de esperar. Siempre que quieren créditos bancarios, se ponen a lloriquear como víctimas.

Y entonces, espantó con esa maravillosa frase amenazadora: "Este país jamás será doblegado. Antes prefiere desaparecer, como lo demostramos en 1962". ¿Estará dejando entrever que Vladimir Putin jugaría el papel de Nikita Krouchtchev? Mediocre momento de histrionismo; a lo más que puede aspirar Raúl Castro es a estas maromas de saltimbanqui, que sólo lo colocan no sólo fuera del juego, sino en el punto final del mismo.

Lo que resulta evidente es que se agotaron los grandes y memorables instantes (que duraron medio siglo), de su hermano mayor acaparándose el show. Pobre Raúl, hasta para su propio espectáculo llegó tarde, justo en el minuto en que se corren las cortinas que sellan el desenlace. No se ha dado cuenta aún de que, aunque coloque al niño balsero Elián González, hoy convertido en un joven sumamente serio y triste, vestido de militar, a tartamudear unas parrafadas mal aprendidas, el reflector del mundo se ha enfocado en los verdaderos protagonistas del cambio, en Óscar Elías Biscet, en Ariel Sigler Amaya, en Ricardo González Alfonso, en Guillermo Fariñas, en Franklin Pelegrino; en las valientes Damas de Blanco, y en la madre de Orlando Zapata Tamayo, la señora Reina Luisa Tamayo Danger, quien después de haber sido apaleada por los agentes de la seguridad del Estado, cuando se dirigía a la iglesia, no ha vacilado en enviar su denuncia al mundo, reclamando que nos hagamos eco de sus exigencias, que no son otras que las de una madre a la que no le han entregado aún el acta de defunción de su hijo asesinado, y que exige respeto, libertad, para que pueda haber paz.

Raúl Castro, con esa poca gracia que lo obligó a vivir a la sombra de su hermano, afirma que no aceptará chantajes, y, sin embargo, chantajea al mundo amenazándolo con que hará desaparecer la isla. Ah, curioso, ya no es que irán los americanos a invadirla y a bombardearla, ellos solitos se encargarán del último pistoletazo, del tiro de gracia final. Muy gracioso, si no fuera porque ya nadie lo escucha, aun cuando lo aplaudan, ¿o es que lo habrán escuchado alguna vez?

Lo que sí habrá que recordarle a Raúl Castro, aunque seguramente lo tendrá muy fresco en su memoria, es un poema de Heberto Padilla, del poemario que desencadenó los juicios estalinistas en la isla, un proceso que empezó en 1968 y culminó con el encarcelamiento del poeta en 1971, y que como broche de oro no tiene desperdicio:

Para escribir en el álbum de un tirano

Protégete de los vacilantes, / porque un día sabrán lo que no quieren. / Protégete de los balbucientes, / de Juan-el-gago, Pedro-el-mudo, / porque descubrirán un día su voz fuerte. / Protégete de los tímidos y los apabullados, / porque un día dejarán de ponerse en pie cuando entres.

Zoé Valdés, escritora cubana, vive exiliada en París.

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martes, 2 de marzo de 2010

SE REVENTÓ EL HUEVO, o "Cómo ser cubano y no morir en el intento"

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Mavebo_Huevo explosionado

(C) Mavebo, Huevo Explosionado, 2da parte

http://www.fotografiamacromanuel.blogspot.com

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Imperdonable

ROSA MONTERO 02/03/2010

(http://www.elpais.com/articulo/ultima/Imperdonable/elpepuopi/20100302elpepiult_1/Tes)

Hace un mes hablé en este artículo del infierno de las cárceles cubanas, del maltrato sistemático y de la aterradora indefensión de los presos de conciencia. Por entonces Orlando Zapata ya estaba en plena travesía hacia su muerte, pero yo no lo sabía. No lo sabía casi nadie. La huelga de Aminetu la conocimos desde el primer día, porque España es una democracia y las noticias circulan. Pero las dictaduras feroces, y la cubana lo es, se caracterizan por silenciar los gritos de las víctimas. Y hacen algo aún peor que silenciarlas: las difaman. En los foros de Internet leo comentarios de la gentuza castrista diciendo que Orlando era un delincuente común "de lo peor". ¿Se puede concebir una abyección más grande? Además de torturar, denigran al torturado. Es como si alguien violara a una chica, le sacara los ojos y la decapitara, y luego nosotros dijéramos: algo habrá hecho para merecerlo, la muy puta. Con las agresiones contra las mujeres ya lo vemos claro, ¿no? Pero, asombrosamente, ese sucio prejuicio sigue funcionando con los cubanos. Hablo de la absoluta inhumanidad del pensamiento dogmático, de la pereza intelectual y moral que impide que una buena parte de la izquierda asuma su responsabilidad ante el horror del castrismo. Hablo de Zapatero no diciendo ni palabra el primer día, y luego, tarde y mal, limitándose a lamentar la muerte y no a condenarla. Hablo del PSOE insistiendo en reforzar las relaciones con Cuba, una política que ya ven adónde conduce. Gracias a la presión popular salvamos la vida de Aminetu. Pero, ¿dónde están ahora los actores, los famosos, los de Izquierda Unida, todos esos que apoyaron a la saharaui? Orlando tuvo que pagar con su vida la visibilidad mediática. Ahora hay otras seis personas en huelga de hambre en Cuba reclamando derechos básicos: hay que ayudarlas. Ya se han acabado las excusas: justificar o disculpar hoy el castrismo es como justificar o disculpar el fascismo. Una indecencia imperdonable.

 

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POLÍTICA | Represión

Willy Toledo dice que Orlando Zapata era 'un delincuente común'

(http://www.elmundo.es/elmundo/2010/03/01/cultura/1267460876.html)

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Vídeo: EFE

Willy Toledo, durante su intervención en Toledo. | Efe

Willy Toledo, durante su intervención en Toledo. | Efe

  • El actor acompañó a Aminatu Haidar durante su huelga de hambre

Servimedia | Madrid

Actualizado martes 02/03/2010 11:22 horas

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El actor Willy Toledo ha afirmado que el preso cubano Orlando Zapata, fallecido la semana pasada tras casi tres meses en huelga de hambre y reconocido como prisionero de conciencia por Amnistía Internacional, era "un delincuente común, ni siquiera era un disidente político". Su tesis coincide con la doctrina oficial del Gobierno cubano, expresada el pasado fin de semana a través del diario Granma.

Toledo hizo esta declaración en el turno de preguntas de una mesa de reflexión sobre la situación del Sáhara, organizada por la Fundación Aisge (Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión) y en la que cerca de 40 artistas, en su mayoría actores, leyeron un manifiesto en defensa del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.

Entre los artistas se encontraban los actores Álvaro de Luna, Ana Otero, Antonio Valero, Asunción Balaguer, Jordi Dauder, Pilar Bardem, Roberto Enríquez, Silvia Tortosa y Xabier Elorriaga. El coordinador general de IU, Cayo Lara; la portavoz de IU en la Asamblea de Madrid, Inés Sabanés, y el presentador Gran Wyoming se dejaron ver entre el público.

Toledo comparó la huelga de hambre de la activista saharaui Aminatu Haidar -a la que acompañó en su lucha- con la de Orlando Zapata al señalar que "la diferencia fundamental" es que aquélla "es una defensora y luchadora de los derechos humanos, pacífica, que ha cumplido años y años de agresiones y torturas, probablemente violaciones, que una mujer saharaui por dignidad jamás reconocería".

El actor culminó la comparación subrayando que Zapata "era un delincuente común, ni siquiera era un disidente político". Inmediatamente después, la moderadora de la mesa, la periodista Olga Rodríguez, recordó que hay "diversas opiniones" sobre el caso de Zapata, al recordar que al comienzo del acto el actor Xabier Elorriaga pronunció unas palabras de solidaridad con los damnificados por el terremoto de Chile y de condena por la muerte del preso cubano.

Además

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MISA FUNERAL EN MADRID POR ORLANDO ZAPATA TAMAYO

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El lunes 1 de Marzo, a las 19:30 se oficiará una misa funeral por el alma de Orlando Zapata  Tamayo, en la Iglesia de Santa Bárbara,  Plaza de las Salesas, Madrid, metro Alonso Martínez (Colón)

 

Y el funeral fue.

La parroquia de Santa Bárbara tiene, sobre todo, un hermoso y amplio jardín, y está también situada en el enclave de una zona agradable, por detrás de los juzgados donde suelen desempeñar sus funciones los abogados estrellas, Grande Marlaska y el “poseído” Francisco Garzón, y donde suelen realizarse los interrogatorios y juicios a los asesinos políticos de ETA, tan cercanos a los asesinos políticos de Orlando Zapata Tamayo, y donde estos también deberían ser juzgados siguiendo esa línea de zorro vengador internacional de la justicia española, pero no, las brevas que quedan a la izquierda se obstinan en quedar pegadas a la higuera, y, mientras, los mortales bajo la copa del árbol, ansiando pisotearlas.

Llegué temprano, cuando todavía realizaban la misa anterior. Los oficios en las iglesias españolas van como en una cadena de montaje y el promedio de duración está alrededor de los veinte minutos, salvo ocasiones particulares. Recuerdo las misas celebradas por el sacerdote amigo camagüeyano, Jordi Petit (R.I.P.); las mejores a las que he asistido, porque él situaba las distintas lecturas de los apóstoles en su contexto histórico y no sólo bíblico, de modo que todo era más comprensible y menos dogmático, aunque estoy seguro de que por mucho que me agradara y me ilustrara a mí, a la mayor parte del resto le era indiferente. Así las cosas, aquella misa a la que yo no acudía pero sí estaba, terminó, y apenas se fueron unos pocos. Inmediatamente entró toda la gente, mediática y no mediática, seguidores de otras creencias, intelectuales demasiado racionales y sesudos como para albergar ninguna otra fe que no fuera humana (también la fe del oportunismo) y/o aquellos reticentes a la Iglesia del Gran Poder, o al respeto a cualquier lugar sagrado y de recogimiento, sea una parroquia católica, una mezquita, un recinto protestante, el Tibet, o cualquier parque público de Nueva York o Philadelphia donde he sentido la misma paz interior y la posibilidad de hallarme a solas conmigo mismo. Cuando antes subía los anchos escalones de la entrada pude apreciar un atril dispuesto con micrófonos, cámaras de televisión, cables y parafernalia mediática, y unos negros retintos, de esos que brillan, muy bien vestidos y evidentemente “apreparados” para las lentes y la defensa de la libertad en Cuba (no hay nada peyorativo en lo dicho: estos señores brillaban con luz propia y su luz imantaba e hizo que mi cabeza se moviera en dirección de donde estaban, que era, por supuesto, el centro.)

O sea, que la iglesia se llenó, y había mucha gente de pie, por los pasillos laterales y al fondo. Había un coro cubano que entonó cánticos que desde hace ya años ocupan un lugar importante en los oficios de la Isla, y siguen la línea tradicional de la música criolla, en el sentido más amplio y menos peyorativo, de modo que no es que se llegue al nivel de pasión del gospel o que se caiga en la manida Guantanamera, pero sí resta solemnidad al acto eclesiástico y lo acerca mucho más a la gente llana por una simple cuestión de que se hace comunicativo y tienes que ser muy “pasma’o” o circunspecto para no terminar entonando por lo bajo las melodías que cantan.

Y el funeral fue hermoso.

Hubo un inevitable momento de arranque patriótico con vivas al muerto y a una Cuba Libre posible y querida, al menos para que otras generaciones tengan la oportunidad de vivir con mayor normalidad y tranquilidad de la que hemos vivido algunos. Pero, gracias a Dios, el espectáculo se contuvo y se apagó en sí mismo. Y bueno, nunca mejor dicho, Dios dirá.

Terminada la misa, me levanté y salí. Tenía intención de esperar a algunos amigos y tal vez pasar a picotear algo, pero el momento de exaltación patriótica y la posterior lasitud de los alrededores dados a ese aspecto tan cubano y deplorable del “choteo” que no respeta nada (lo cual es bueno y malo a la vez), me indicaron que lo mejor era volver a mi casa, donde me esperaban mis amigos del CSI para desentrañar otros crímenes acaecidos en Las Vegas y New York.

Al bajar los escalones de la salida, reparé en un cartel que había en el centro de la explanada, acompañado de algunos velones, y una pieza de madera (tronco o raíz de apariencia fosilizada) que otro negro se apresuró a quitar a mi paso, aunque no creo que haya sido nada personal. Esta mañana alguien me dijo que eso era un símbolo ñáñigo.

Me pareció advertir como una etérea insistencia, no copulativa, entre el protagonismo católico y el racial.

Del resto no sé nada.

© 2010 David Lago González

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Y el huevo se reventó.  Y parece  --SÓLO PARECE--  que ese mismo huevo seguirá reventando como si fuera una póstula que empieza a drenar su pudrición y su pestilencia porque ya la "ñáñara" no aguanta toda la infección que contiene.

Los cubanos tenemos el cuerpo lleno de esas póstulas, como San Lázaro.  También hay miles de perros que nos las lamen, lo que aumenta aún más la podredumbre.  Toda esa podredumbre duele, aunque naturalmente no a los que son ajenos al asunto, a los que nacieron en otros lugares menos contaminados o contaminados por otras bacterias que no son precisamente las nuestras.  Pero a lo que nadie puede sustraerse es a la imagen asquerosa y al olor nauseabundo que nosotros llamamos comúnmente "peste", a no ser que sean tan malnacidos como los que nos han ido inflingiendo las heridas, ya llagas, desde hace tanto tiempo que sobrepasa el medio siglo.

En un post no puedo abarcar todo lo que quisiera decir cuando tampoco me es suficiente un libro, ni una colección de varios volúmenes bonitamente encuadernados para adornar inútilmente las librerías de las casas de la izquierda divina donde todos son tan agradables y civilizados pero parecen que leen sin saber que lo hacen, para así aumentar su alto y vano nivel de información (esta última palabra debería ir entrecomillada). Pero quiero señalar dos diferencias, ENORMES diferencias, que advierto en la prensa de ayer y hoy: el artículo de Rosa Montero y las desafortunadas opiniones del actor Guillermo Toledo (ambas expuestas más arriba).  Claro, hay una gran distancia de calidad humana que favorece a la periodista Montero y va en detrimento del actor de marras.  A Rosa Montero debemos agradecerle  --y lo hago con mucho gusto--  su claridad y el acto normal y corriente de usar su libertad de expresión que, dado el caso tan escabroso que atañe a insulares y a extraños (el dolor no, pero la peste es libre de viajar y expandirse por todas partes), se convierte en una muestra de valentía al quedar "manchada" por su identificación con el problema cubano.  Y, por otro lado, las palabras del actor pasan inmediatamente a formar parte relevante de esa sección que recién he inaugurado en este blog: "Palabras que no podemos olvidar", y que igualmente manchan al sujeto que las dice pero con el pus de lo que, de forma tan soberbia e ignorante, obvia y defiende, y define a los de su ralea.

En un reciente artículo de la escritora Zoé Valdés publicado por La Razón (http://www.larazon.es/noticia/8637-zoe-valdes-no-valen-lamentos-de-ultima-hora), ella menciona unas palabras mías que al aire traigo a colación: "¿Qué más nos tiene que pasar para que nos crean?"  Los que sabemos de qué hablamos --y no personajes como Willy Toledo y compañía--  llevamos medio siglo (la vida entera de algunos) haciéndonos la misma pregunta.  Ahora yo me hago otra:

¿Tendremos, todos los cubanos repartidos por el mundo --y no precisamente por ninguna predisposición a la aventura--, que hacer huelga de hambre y morirnos, para que se den cuenta de que estamos hablando de un asunto muy serio?"

David Lago González

martes, 20 de octubre de 2009

ZOE VALDÉS BLOG - LA RUEDA BOHEMIA

PARIS OCT 2009 064

(C) Ricardo Vega

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I'm sittin' here, just watching the wheels goin' round 'nd round...

John Lennon

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http://zoevaldes.net/2009/10/20/la-rueda-bohemia-con-david-lago-gonzalez/

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A la rueda rueda, de pan y canela...

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Algunas veces me parece que todo llega demasiado tarde. Me acuerdo que en plenos años 70, cuando todavía ni se nos ocurría pensar que algún día muchos de nosotros dejaríamos Camagüey, había un chico de la onda --creo que se llamaba Guillermo (también)--, que había logrado salir en un cuerpo de baile cabaretero con destino a Frankfurt. Regresó: no, no se quedó, como era de suponer. Estábamos Nikitín, él y yo en la Plaza del Gallo (punto de reunión de la "jipada" camagüeyana) y nos contaba lo maravilloso que había sido para él estar en aquella ciudad en la que no sabía qué hacer, pero también la sensación --su sensación-- de que ya había pasado el momento. Posiblemente no pasábamos entonces de los 25 años. ¿En qué momento se nos pasó El Momento a todos? ¿En qué momento tuvimos "nuestro" momento?

Por recuerdos así es que no tengo por qué perdonar a nadie y sigo maldiciendo a quienes haya que maldecir. Si se entiende o no es algo que no me interesa ni siquiera intentar. El hombre tiene sólo dos mejillas.

(Madrid, 20 de octubre de 2009)

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