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sábado, 23 de abril de 2011

LA TRÁGICA HISTORIA DE CHACUMBELES

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(Dedico este post a Javier de Castro Mori y a Zoé Valdés.)

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José María Chacón Vélez, “Chacumbeles”

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LA TRÁGICA HISTORIA DE CHACUMBELES

Por Carlos W. Urrutia

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Chacumbeles

¡Voló como Matías Pérez! ¡Ponme la mano aquí, Macorina! ¡Hizo como Chacumbeles, él mismito se mató! Son éstas, frases muy comunes en nuestro argot, pero pocos saben que detrás de ellas existieron seres humanos.  Seres reales.  De carne y hueso.  Y con  historias.  Algunas curiosas, algunas cómicas, y otras muy trágicas, que los sentenciaron a  formar  para siempre parte de nuestro folklore. 

Es cierto que Chacumbeles se quitó la vida.  Pero, ¿por qué lo hizo?  Con el paso de los años su vida se ha convertido en leyenda y en canción y es extremadamente difícil separar la realidad de la ficción, pero se han encontrado arcaicos archivos meticulosamente guardados por Jesús Artigas, empresario y co-propietario del famoso circo Santos y Artigas que detallan el historial de dicha empresa  y de los personajes que desfilaron por ella, entre ellos el intrépido Chacumbeles.  

José Ramón Chacón Vélez nació el 9 de Noviembre de 1912 en el pequeño pueblo costero de Santa Cruz del Sur en la provincia de Camagüey.  Su madre murió de parto y al niño lo crió su tía paterna María Belén, hasta la edad de 12 años cuando ésta se marcha con su esposo Urbano a La Habana en busca de nuevos horizontes.  José Ramón queda entonces solo con su padre y su perra Lolita y se dedica a la pesca, oficio de su padre y de la mayoría de los hombres del pueblo.  A los 14 años tiene José Ramón un encuentro que cambiará totalmente su vida.  Pasa por Santa Cruz del Sur un circo ambulante, no más que una pequeña carpa con media docena de artistas, pero lo suficiente para que José Ramón se fascine con el arte del trapecio y comience a soñar con convertirse algún día en un trapecista famoso.

Pero nada cambia para el muchacho, que tiene que ayudar a su padre y no tiene medios para hacer sus sueños realidad.  El 9 de Noviembre de 1932, día en que cumple José Ramón 20 años, el poblado de Santa Cruz del Sur es literalmente borrado del mapa por un ciclón que trae consigo vientos de más de 250 Km.  El mar se alza en un furioso oleaje de más de 30 pies y es este maremoto el que sepulta totalmente la ciudad, sumergiéndola bajo agua y dejando miles de muertos.  José Ramón y su perra Lolita logran salvarse trepándose a un enorme algarrobo que crecía frondoso en el patio de su humilde casita.  Su padre muere Sin más familia a la cual recurrir que su tía María Belén, José Ramón emprende el largo viaje a La Habana con su perra Lolita y el poco dinero que lograra salvar. Su tía lava y plancha en varias casas y Urbano su esposo es policía habanero.  José Ramón se busca la vida de noche vendiendo gardenias y mariposas en el Parque Central,  que los hombres con gusto compran para sus novias.  De día consigue empleo de aprendiz de trapecista en el circo Santos y Artigas.

El circo Santos y Artigas fue fundado en 1916 por los empresarios Pablo Santos y Jesús Artigas, quienes habían comenzado su asociación como distribuidores de películas mudas en la isla a través de su Compañía Cinematográfica Habanera.  En asociación con Enrique Díaz Quesada fueron los primeros en producir películas filmadas totalmente en Cuba como El capitán mambí o los libertadores y guerrilleros  (1914) y La manigua o la mujer cubana (1915).  Una vez que optaron por dedicarse única y exclusivamente al circo, abandonaron sus otras empresas y lograron hacer del Circo Santos y Artigas el mejor y más famoso espectáculo de la isla.  Para esto viajaban constantemente a Estados Unidos y Europa en busca de nuevos talentos.

En ese momento, la estrella del Santos y Artigas era el gran trapecista  polaco Bronislav Korchinsky, conocido como El Gran Korchinsky, de fama internacional.  Otros en el elenco son Manolo y Marga, enanita de facciones simias; La Valpomar, niña fenómeno a la cual le crecen dos piernitas atrofiadas que salen de su trasero; Juanita La Pingüina, otro fenómeno de la naturaleza; los Hércules Brothers, dos enormes guanches de Islas Canarias que se dedican al culturismo; Adelfa, La Mujer Barbuda; Lalo y Lili, los enanitos coreanos; Harry Silver, El Frenesí, negro norteamericano; e Ilona, La Muñequita Húngara, que trabaja como pareja de Korchinsky.  

Se integra José Ramón al equipo como discípulo de El Gran Korchinsky y muy pronto se revela como un gran y nuevo  talento de los aires. Su inseparable perra Lolita lo acompaña diariamente a los ensayos y demuestra tanto entusiasmo por la cuerda floja, que Korchinsky y José Ramón deciden incluirla en el espectáculo.  Es así como debuta en el Santos y Artigas José Ramón Chacón Vélez, quien ha escogido el nombre artístico de Chacumbeles.  Muy pronto, El Intrépido Chacumbeles y Lolita La Perra Acróbata, como ahora  se hacen llamar, llegan a ocupar un lugar de gran popularidad en el Santos y Artigas.  Es primera vez que en Cuba se ve a una perra en la cuerda floja y también es la primera vez que un cubano logra hacer un salto triple sin red.  Todo parece indicar que después de una niñez amarga y sin futuro, el destino le sonríe a Chacumbeles.  La racha de buena suerte llega a su máximo nivel cuando Korchinsky recibe una lucrativa oferta del empresario norteamericano Lee Shubert  para trabajar en Estados Unidos.  Korchinsky abandona Cuba y El Intrépido Chacumbeles ocupa su lugar como la máxima atracción del circo Santos y Artigas.

Además de Lolita ahora las presentaciones de Chacumbeles incluyen también a Ilona, La Muñequita Húngara.  Ilona Szabó, judía húngara de belleza impactante había llegado a Cuba por cosas del destino.  Su familia había logrado salir de Hungría hacia La Argentina huyéndole al Nazismo, pero Ilona, burlándose de los Nazis, se había resistido a la idea y, convirtiéndose en amante de un empresario norteamericano, había decidido abandonar su profesión de trapecista y vivir cómodamente en Estados Unidos con el rico empresario.  Pero en un viaje de placer a La Habana el norteamericano picaflor la abandonó .  Ilona, que no temía ni a los Nazis, mucho menos a un americano cuello rojo, decidió entonces regresar a su profesión y probar suerte en Cuba.  Es así como consigue empleo en el Santos y Artigas.  

Chacumbeles se enamora perdidamente de Ilona y se convierte en su amante de turno.  Comienzan un descabellado romance donde Ilona pone solamente su cuerpo pero Chacumbeles pone su cuerpo y también su alma.  A principio todo marcha bien pero muy pronto comienza Ilona a sentir la comezón de una nueva aventura.

Harry Silver, El Frenesí, era un negro de Laurel, un pueblo en el estado de Mississippi que había venido a Cuba para escapar del racismo que existía en Estados Unidos, principalmente en el sur del país.  Era el típico entertainer de los shows de minstrels.  Cantaba, bailaba tap, tocaba el banjo y hacía malabarismos.  Para esto último se cambiaba su traje y se quedaba en unas mallas carmesí .  A las mujeres que iban al Santos y Artigas no les importaba ni el baile, ni el canto, ni el banjo de Harry Silver.  Iban a presenciar el vaivén de su descomunal hombría que parecía querer escapar estrepitosamente de aquellas mallas mientras Harry Silver balanceaba objetos en el aire con una sonrisita sabia e insolente.   

Harry Silver se había convertido en famoso.  Una vez que se percató de esto, Harry jamás volvió a tocar a una negra.  Se dedicó con exclusividad a las mujeres blancas.  Ilona se convirtió en una de sus conquistas y ambos emprendieron una tumultuosa y sensual relación.  

Un día en que estaba Chacumbeles en la cuerda floja con Lolita, contempló desde los aires a Ilona y Harry Silver malamente escondidos devorándose a besos.  Enloquecido y rabioso, con sed de venganza, Chacumbeles perdió el equilibrio y cayó al suelo llevándose consigo a Lolita la cual murió aplastada por su dueño, salvándole así la vida a éste.  

En el hospital los médicos informaron a Chacumbeles que había que operarlo de urgencia pues tenía varias fracturas, las dos piernas rotas, y una costilla había perforado su pulmón.  Permaneció allí seis largos y dolorosos meses para luego ser dado de alta al cuidado de su tía María Belén.  Pero era imposible retomar su gloria pasada.  Había quedado cojo y sin fuerzas en las manos a consecuencia de la caída.  Sus días como el Intrépido Chacumbeles habían quedado atrás para siempre.  

Urbano, el esposo de María Belén le consigue trabajo en la policía y le es asignado a Chacumbeles, ahora de nuevo Chacón Vélez, un puesto patrullando el Parque Central.  Cojo, con el alma rota en mil pedazos y sumido en una profunda depresión, regresa Chacumbeles al mismo parque que lo vio llegar a La Habana.  El parque donde una vez vendiera gardenias y mariposas para las jovencitas de la sociedad.  No pudo soportarlo.  Una madrugada de Abril, cuando todo florecía, se quitó la vida con su revólver de policía.  

Ya para ese entonces Ilona había abandonado Cuba y se había marchado estúpidamente a Francia, ignorando tercamente a los Nazis y las sabias advertencias de amigos y familiares.  Allí fue presa y llevada al campo de concentración de Bergen Belsen donde murió.  

Harry Silver continuó viviendo en Cuba como todo un rey y unos años después decidió regresar a Laurel a ver por última vez a su madre que estaba en su lecho de muerte.  Iba con el sólo propósito de cerrarle los ojos a su madre y después regresar a su maravillosa vida de Dios de Ébano en Cuba.  Pero olvidó que Mississippi no era La Habana.  Se atrevió a mirar a una blanca con ojos codiciosos .  Esa misma noche el Ku Klux Klan lo sacó a golpes y patadas de su casa y al día siguiente amaneció Harry Silver, El Frenesí, colgado del más alto álamo de Laurel, Mississippi.  Había sido castrado como advertencia a los negros del lugar.  

En 1941 Chacumbeles pasó a la inmortalidad en una canción homónima, que suprime la ''s'' final de su nombre, compuesta por Alejandro Mustelier y grabada por el Trío Servando Díaz en un disco de 78 rpm para la Victor.  En esta versión de la tragedia Ilona ha perdido la razón y busca desesperada por las calles de La Habana a Chacumbele, sin recordar, pobre loca, que Chacumbele se mató.

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Letra de la canción “Chacumbele”
Autor: Alejandro Mustelier

Canta: Trío Servando Díaz

¿Dónde vas mujer de fuego?
O mujer de cabaret
Vas en busca de tu amante
Que ayer noche se te fue.

Ya no puedo detenerte
Porque llamas la atención
Tengo ganas de prenderte
dentro de mi corazón.

Parrandeando por las calles
De La Habana noche y día
Y nunca duerme, caramba
Y buscando a Chacumbele
Que ayer noche se marchó.

Chacumbele que ya estaba
Aburrido de vivir
Ya cansado de sufrir
Ayer mismo se mató.

Y bailando por las calles de La Habana
Cuando salen las comparsas, caramba
Y buscando a Chacumbele
Que tocaba su tambor.

Chacumbele ya se fue
Sin decir un adiós
Y por causa de tus celos
El mismito se mató.

¡Ay, Chacumbele!
¡El mismito se mató!
Ay, la casa está vacía
¡El mismito se mató!
Ay, no quiere que lo velen
¡El mismito se mató!
Voy a llorar, voy a reír
¡El mismito se mató!

Ay, pobrecito Chacumbele
¡El mismito se mató!
Por causa de sus celos
¡El mismito se mató!
Por culpa de su amante
¡El mismito se mató!
¡El mismito se mató!
¡El mismito se mató!
Escucha su tambor
Como tocaba Chacumbele
¡El mismito se mató!
Mele mele mele mele mele mele mele
¡El mismito se mató!
¡El mismito se mató!
¡El mismito se mató!
Ay, no quiere que lo velen
¡El mismito se mató!
Pobrecito Chacumbele
¡El mismito se mató!
Ay, Chacumbele se ñampió
¡El mismito se mató!
Y lo fueron a enterrar
¡El mismito se mató!
Y el sepulturero dijo
¡El mismito se mató!
Que yo no entierro a ese animal
¡El mismito se mató!
¡El mismito se mató!
¡El mismito se mató!
¡El mismito se mató!
¡Ay, Chacumbele!
¡El mismito se mató!
¡Ay, Chacumbele!
¡El mismito se mató!
¡Ay, Chacumbele!
¡El mismito se mató!
¡Ay, Chacumbeles!

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viernes, 18 de febrero de 2011

Más sobre LOS BOLOS (y el origen y aplicación del término a la historia reciente de Las Islas Desafortunadas)

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Alfred Eisenstaedt     Untitled      1930

Alfred Eisenstaedt, Untitled 1930

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El asunto del término “bolo” para designar a los soviéticos y como un imperfecto apócope que no llega a ser metaplasmo de “bolchevique” se sabía (o se supo siempre en Cuba) de dónde venía claramente y que el origen era británico. El término se popularizó en Cuba a partir de los espías ingleses de la Embajada británica en La Habana, que fueron los primeros en alarmarse con los giros que tomaban los Castro y Compañía. Los despachos cifrados del M5 (hoy casi todos desclasificados y de fácil consulta) y otros servicios paralelos decían entre signos de admiración ya en marzo de 1960: ¡¡Los primeros bolos ya están aquí!! En alusión a las primeras visitas de soviéticos a La Habana, cuya avanzadilla habían sido unos bailarines de ballet. Era la diplomacia de la zapatilla de punta. No puede perderse vista que Alicia Alonso fue una de las primeras (no la primera, como sus hagiógrafos aseguran) que viajó a Moscú y a Leningrado a mediados de los años 50 como invitada por el Ministerio de Cultura de la Unión Soviética. La importante bailarina habanera (que viajó a la URSS como norteamericana y representante de su compañía de entonces, el American Ballet Theatre de New York) bailó en los teatros de ópera de esas ciudades su título emblemático, “Giselle” y estableció los contactos que luego se hicieron patentes a partir de 1960 con la llega a Cuba de los primeros artistas soviéticos, días en los que se fraguó hasta un curioso “matrimonio de la mano izquierda” entre una joven bailarina cubana desconocida entonces, Loipa Araujo, y uno de los miembros de una prestigiosa dinastía judía del Teatro Bolshoi de Moscú: Azari Plisetski, que pasó a ser enseguida “partenaire” oficial de Alonso. Los “bolos” entraron en Cuba por el ballet. La unión morganática se rompió años después, pero Araujo se convirtió en la más importante representante del Partido Comunista dentro del ballet y ariete de la ortodoxia estalinista hasta el día de hoy.

Pots vinculados: http://heribertopenthouse.blogspot.com/2011/02/tersites-de-donde-vinieron-los-bolos.html

jueves, 17 de febrero de 2011

TERSITES - De dónde vinieron los bolos

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(via Tersites.  Cortesía del autor)

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Wednesday, January 26, 2011

De dónde vinieron los bolos

http://tersitesexcathedra.blogspot.com/2011/01/de-donde-vinieron-los-bolos.html

 

Parece haber consenso entre las fuerzas vivas: los cubanos fueron quienes bautizaron a los soviéticos como "bolos". Será una muestra más de esa gracia adámica de nuestra tribu cuando se trata de nombrar las cosas. Ángel Tomás González explicaba hace un par de años en el diario español El Mundo que el apelativo era síntoma de "un desprecio cariñoso por la estampa pueblerina, tosca y cursi de rusos y rusas que llegaron a la isla a partir del año 1962".

Hay un artículo del periódico español El Público en el que José Miguel Sánchez, "Yoss" —a quien se describe como "escritor cubano de ciencia-ficción y experto rastreador de las huellas soviéticas en Cuba"— afirma: "Los llamábamos bolos por el estilo de sus productos, toscos, rudos, pero muy duraderos". Hace más de una década, la novelista Zoé Valdés comentaba que "bolos les llaman los cubanos a los rusos no sólo por su apariencia tosca semejante a las figuras de los juegos de bolos, si no por su poca idea del diseño, y su mínimo respeto hacia los cubanos". En un despacho de AFP desde La Habana en 2006 publicado en el diario mexicano La Jornada, se decía que "los cubanos apodaban bolos a los soviéticos, palabra con que grafican una figura sin ángulos y tosca".

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Ezra Weston Loomis Pound

 

Hasta ahí todo marchaba a pedir de boca, como al principio del cuento del león sordo. Pues bien, esta semana estaba leyendo Ezra Pound Speaking, el libro de los discursos que Mr. Pound pronunciara en la radio italiana durante la Segunda Guerra Mundial, cuando me topé con este parrafito:

The bolo agents in England were serious, when I was last there, the top numbers in the Communist Party were all paid by Moscow, which as you know is sometimes paid by New York or London. (Los agentes bolos en Inglaterra se tomaban el asunto en serio, cuando estuve por allá, todos los jefazos del Partido Comunista estaban subvencionados Moscú, con dinero que, como ustedes saben, a veces pagan New York o Londres.)

¿Pero cómo?, me pregunté, y enseguida me di cuenta de que el discurso, transmitido el 22 de marzo de 1942, se titulaba precisamente así: "But How?". ¿De modo que Ezra Pound llamaba "bolos" a los rusos en 1942? Una rápida búsqueda en Internet me revelaría que el asunto no quedaba ahí.

clip_image001[7]La omnipresente Wikipedia me reveló que la Mauser C96 de cañón corto recibió el apodo de "Mauser Bolo" porque entre 1921 y 1930 el gobierno ruso (soviético a partir de 1922) compró una gran cantidad de pistolas de ese modelo. El adjetivo bolo, explica Wikipedia, se usaba como abreviación de "bolchevique".

También descubrí —es un decir—, que G. R. Singleton-Gates escribió en 1920 un libro basado en los testimonios del general de brigada británico Lionel Warren de Vere Sadleir-Jackson y el capitán Edward Altham titulado Bolos & Barishynas: being an account of the doings of the Sadleir-Jackson Brigade, and Altham Flotilla, on the North Dvina during the summer, 1919. En el libro, que se puede leer íntegramente en Internet aquí, Singleton-Gates describe la campaña de una brigada británica, en apoyo a los rusos blancos y en contra del Ejército Rojo en 1919. Es una lectura imprescindible para los interesados en el tema.

Curiosamente, Singleton-Gates usa el adjetivo "bolo" cien veces en su libro, pero nunca aclara —aunque se hace evidente a partir de la lectura— que significa "bolchevique". Ese detalle hace suponer que llamar "bolos" a los rusos comunistas era tan habitual en el Londres de 1920 que no era necesario aclarar el significado del término.

Sospecho que los cubanos deberíamos abstenernos de reclamar la invención del vocablo. Sin embargo, aún podremos enorgullecernos de la viva imaginación de nuestros intelectuales, que pueden explicar cualquier cosa sin el farragoso trámite de pasarse media hora investigando el origen de un término en Internet.