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domingo, 7 de noviembre de 2010

Enric González - Antisemitismo

 

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Casa Sefarad, una entidad financiada por el Gobierno español que defiende los intereses judíos y/o sionistas (a veces coinciden, a veces no) ha organizado un encuentro en Alicante. Uno de los temas a debate es el antisemitismo en la prensa. En la mesa de moderación, tres buenos periodistas (Marco Schwartz, jefe de Opinión de Público; Elías Levy, subdelegado de Efe en Jerusalén; y Sal Emergui, corresponsal en Israel de varios medios españoles), judíos los tres, que en alguna ocasión habrán sido acusados de antisemitismo.

Si el antisemitismo es el odio a los judíos, existe. Si es la idea de que los judíos dominan a su antojo el planeta, existe. Si es la convicción de que los judíos son culpables en general, también existe.

Como existe la islamofobia.

Como existen otros fenómenos racionalmente indefendibles.

¿Deberían los medios de comunicación permitir expresiones antisemitas o islamófobas? No deberían, supongo, por una cuestión de respeto a la inteligencia ajena. Tampoco deberían incluir otros reflejos de la estupidez humana, pero lo hacen. Porque la estupidez humana existe. Fuera de los medios y dentro de ellos.

¿Conviene prohibir la estupidez, como en varios países se ha prohibido proclamar que no existió el Holocausto? Creo que no. La estupidez fermenta en la clandestinidad y acaba adquiriendo, para algunos, la condición de “verdad oculta”.

Hay quien ha calificado en Alicante de “antisemita”, o “antijudío”, un artículo en el que se afirma que la creación del Estado de Israel fue un error. ¿No se puede decir eso? ¿No se puede decir tampoco que la creación de Bélgica fue un error? ¿O que la creación de la Unión Soviética fue un error? ¿O que Estados Unidos nació de un genocidio? ¿O que las fronteras africanas son un disparate heredado del colonialismo?

Me declaro relativista y contrario a la censura sobre la expresión de ideas. La libertad de opinión es muy útil. Sirve, al menos, para que cada uno se clasifique. ¿Dónde está el límite? En los hechos. Hitler no cometió un delito al escribir Mein Kampf, sino al ordenar el exterminio de los judíos. Ahí me da la razón la propia jurisprudencia de Israel: la ultraderecha israelí no cometió un delito al desear públicamente la muerte de Yitzhak Rabin, como demuestra el hecho de que el único juzgado y condenado fue el asesino.

Por supuesto, eso me permite hacerme una idea sobre la catadura moral e intelectual de la ultraderecha israelí. Como me la habría hecho de la catadura moral e intelectual de Hitler antes de su nombramiento como canciller alemán. Como me la hago de quienes piensan que el régimen iraní constituye una esperanza para el mundo.

(Ayer no escribí. No tiene demasiado interés explicar por qué tardé 26 horas en llegar desde Tel-Aviv hasta Alicante; me remito a las obras completas de Carlos Boyero, que contienen varias descripciones brillantes sobre la adicción de Iberia al overbooking, y me adhiero a ellas).

http://blogs.elpais.com/fronteras-movedizas/2010/11/antisemitismo.html#more

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miércoles, 9 de junio de 2010

LEYENDO EN WOOSTER (martes, 9 de junio de 2010) - Antisemitismo gay (continuación)

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just some tea

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Sí, no me había equivocado.  Hoy leo en El País las declaraciones de Toni Poveda, presidente de la FELGTB (el nombre desplegado es más largo que la polla de un negro bien dotado, así que lo omito), diciendo eso mismo que ya había anticipado en el último de ayer.  Que yo recuerde, nunca he leído ningún comunicado de esta federación en contra de la violencia de ETA (donde no se toleran maricones, dicho sea de paso) ni en contra del recientísimo bombardeo del Kurdistán iraquí por parte de la aviación turco.  Amiguitas, recuerden que por mucho que miren a la Mecca, siempre serán unas infieles que merecen ser degolladas como gallinas asustadas.  Tiempo al tiempo.

Y sí, también hay algunas noticias sobre Cuba, pero ya paso de ese pasteleo: no quiero quedarme postrado en una silla de ruedas con un apoplejía y depender de terceros.  Por cierto –-y esto no viene en el periódico—, para últimos de mes sale publicado libro escrito por Guillermo Fariñas.  ¡Vaya asco!  En esto termina la huelga de hambre, el periodismo independentísimo, la disidencia pacífica gandhista (hasta se parece!).  Otro pasteleo.  De los grandes.  ¿Lo escribió mientras languidecía resistiendo heroicamente con su huelga?  Yo he estado bastante grave en una ocasión y otras varias menos grave hospitalizado y puedo asegurar que todavía no he logrado descifrar algunas cosas que escribí en esos intervalos porque el pulso hace como que la letra corresponda a otra persona.

Y otro pasteleo.  Nacional sindicalista.  Arengas enardecidas ayer en la ridícula manifestación del día de huelga del funcionariado amenazando con una inminente huelga general, cuando en realidad ya los sindicatos habían pactado con el gobierno dejarla para septiembre con el propósito de no enturbiar (más) la presidencia española de Europa.  Los funcionarios han dicho: “además de bajarnos el salario, perder un día de sueldo haciendo huelga: no way, Jose!!”

Y “Rebelión salafista por el burka”, dice un titular en la página 36 de Sociedad, y un sub-título: “Once mezquitas de Tarragona y Barcelona, lideradas por imanes fundamentalistas, llevarán la prohibición del velo integral a los tribunales por <inconstitucional>.”  Y una frase entresacada: “<Tenéis prostitutas en la calle y prohibís taparse la cara a una mujer>, dice Yusuf.”  Ya en la Biblia el cristianismo tenía a María Magdalena, gracias a Dios.

Ante todas estas cosas y la situación económica mundial, EL PASTELEO CUBANO me parece hasta ofensivo.

© 2010 David Lago González

domingo, 6 de junio de 2010

ASOCIACIONES y asociaciones… (updated)

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Brooke Shaden - How to Escape a Fire( Brooke Shaden - How to Escape a Fire)

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a Jacobo Machover

UPDATED:  Entre los hispano-cubanos que vivimos en España, hay más de uno que tenemos absolutamente claro que no queremos (ni quisimos, ni querremos en el futuro) vivir en el comunismo, pero tampoco en la imagen contraria (pero igual mucho más que en el fondo) que se refleja en el espejo.  Por supuesto, hay otros que con gusto resucitarían a Pinochet y a Franco y los pondrían a bailar juntos una sardana o un reggaetón, igual que los hay en el panorama autóctono nacional, peninsular, insular y enclaves africanos.

Hay un gran juego a todos los niveles.  Yo no sé cuán premeditada o inocentemente están participando croupieres, apostadores profesionales, inocentes amateurs y los dueños de los casinos, pero a mí no me gusta nada.  Yo no sé si la radicalización política (que va más allá y se convierte en un paleto partidismo) es una consecuencia espontánea fruto de las diferentes realidades, o si es una trama preconcebida y preguíada para y por los caminos que deben ser conducidos los rebaños.  En esto está “el peligro del cordero” y consiste en esa facilidad totalmente monstruosa que existe en la posibilidad de que, incluso las mentes más despiertas, terminen adormeciéndose y dejándose arrastrar por el balido unánime y la peste a meao y caca que toda manada deja a su paso.

Hay cosas que, ya no rayan, sino que están absolutamente maniobradas para ofender la inteligencia humana.  Si a eso se prestan instituciones oficiales y oficiosas, eso se convierte en una maniobra del Estado, y esas operaciones (tan malamente) “encubiertas”  --la CIA no es la única experta en estas batallitas— se convierte en la manipulación que hace un gobierno con sus votantes, a los que simplemente está confundiendo con “súbditos”.

Al grano.  Anoche, después de saber yo el nombre de la organización “humanitaria” a la que pertenecen los cooperantes españoles de la flotilla a Gaza, veo el trozo dedicado a este reciente incidente que formó parte del programa de TVE “Informe Semanal”, que debe (y debería) caracterizarse por su verosimilitud informativa.  Con frecuencia se aludió a la asociación “Cultural, Paz y Solidaridad” que agrupa a los compañeros indignados (¿espontáneamente?) ante los desmanes del ejército sionista del malvado Israel –lo cual implica, naturalmente, a los siempre culpables de todo en el mundo, desde la crucifixión de Cristo hasta la razón de por qué nació Adolf Hitler o por qué Osama Bin Laden declara y emprende su cruzada contra Occidente (y que comprende, prioritariamente, a Al Andalus, y entonces, tanto esos angelicales cooperantes como yo como cualquier otro judío y como cualquier otro ser humano que no sea árabe o se convierta al islamismo, seremos considerados como “infieles”, putos infieles que no merecen vivir porque de pronto lo dice y lo decide otro señor que se siente “iluminado”, y al carajo el laicismo, la libertad y el progresismo)—, bien, pues ni una sola vez (NI UNA SOLA VEZ) se mencionó el nombre de la asociación ni apareció ninguna imagen con el nombre completo.  ¿Por qué?  Si todo es tan natural, tan espontáneo, tan de buena fe, ¿por qué saben que “no sería conveniente” asociar ningún eco cubano a la indignación del turco Erdogan canalizada intempestivamente a través de los eternos believers que se renuevan de generación en generación para volver a mostrarnos que la estupidez humana sigue existiendo.

Erdogan es el principal baluarte y punto de conexión entre la Alianza de Civilizaciones ideada por nuestro presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el mundo árabe.

Lo dejo aquí.

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A través del blog de Zoé Valdés accedí a BARCEPUNDIT (http://barcepundit.blogspot.com/), que ofrece información sobre una serie de resquicios por donde zarpan flotillas de inocentes pacifistas que han manifestado una “energética” (Manuel Tapial sic, Aeropuerto de El Prat, Barcelona, ayer) respuesta al bloqueo de Gaza por parte del gobierno israelí, y todo lo que cuelga en los últimos días.  Y a través de ese blog llego a la asociación cuRRRtural que en paz y por solidaridad agrupa al trío célebre de los cooperantes españoles (¿o debo rectificar por “catalanes”?), y

¿cómo se llama la asociación? 

Pues se llama

HAYDÉE SANTAMARÍA.

http://www.culturaypaz.org/cultura-paz-y-solidaridad-haydee-santamaria-una-asociacion-con-14-anos-de-compromiso-social

Ay, Haydée, ¿ves, m’ija, todo lo que te ha pasado?  Ni siquiera muerta te dejan descansar, porque ahora vienen todos estos creyentes beatos de noséqué izquierda a utilizar tu nombre, tu nombre que tendrán que mencionar a cada momento, cada vez que se reúnan, en sus asambleas, en sus proyectos, y hasta cuando van al vater.  Siempre me acuerdo de aquella foto de la Bohemia “de la libertad” en que aparecías tú con un pañuelito en la cabeza –¿y para qué usabas un pañuelo dentro de la celda? ¿tal vez te anticipabas sin saberlo al pañuelo palestino?-, y a tu lado, Melba la crota  (mi madre siempre comentaba “estas dos… humm…”), agarradas a los barrotes?  Y el penoso espectáculo y la tortura de cada 26 de Julio de tener que salir en la televisión contando aquel horrendo episodio de cuando el esbirro de Batista te lleva al calabozo los dos ojos de Abel sobre una bandeja de plata (lo de la “bandeja de plata” es una aportación mía, pero te aseguro que desde niño me lo imaginé así, nunca sabré decir por qué).  Luego te casaron con Armando Hart, que te engañaba con todo el mundo y con Alina Sánchez, a quien raptaba cuando iba por la calle (según la rumorología, ciencia exacta cubana).  Amadrinaste a Paca Garza (Fco. Garzón Céspedes), nuestra presunta informante-chivata y antiguo “compromiso” de Manolito Martínez, cantante melódico al estilo Raphael; y a tantas otras locas hijasdeputa.  Y por último cometiste el acto magistral de la venganza suicidándote precisamente un 26 de Julio.  Tu cadáver aguardando en la gaveta del anatómico forense de algún bunker ignoto reservado a los dioses del Olimpo.  Y tan triste vida y destino para termines en las bocas de esos fascinerosos.  Ay, Haydée, Haydée, tanto penar para morirse uno

Y luego dicen que la casualidad existe.

© David Lago González

miércoles, 2 de junio de 2010

EVIDENCIAS elementales para los ELEMENTALES

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Descendiendo por vía materna de un heritage sefardita al que sólo mi madre ya hacía caso, aun sin mucha conciencia de su significado pues no se criaron en el mismo judaísmo (aunque la conciencia del patronímico llegó hasta su propia familia inmediata –mis abuelos maternos practicaron la endogamia, al igual que la mayor de todas mis tías, contrayendo nupcias con un primo carnal, cuya historia personal devino en una especie de versión del relato escrito por Isaac Bashevis Singer, “Sarah”), desde muy pronto sentí una inclinación natural hacia lo que sigue siendo una fuerza de atracción tremenda en mi vida. Una de las cosas que estando en Cuba tenía metida en la cabeza era tener una relación sentimental con un judío, cosa que el destino me brindó muy poco tiempo después de arribar a estas tierras, doblemente mías ya que si mi madre descendía de judíos originarios de la zona de Cáceres (apellidados Fagundo), mi padre era gallego. Sin embargo, no soy un sionista. Mucho menos, lo contrario. Como en la mayor parte de las cosas, intenta situarme en el centro; y antes de cruzar la calle, miro a ambos lados por lo que pueda venir desde cualquier horizonte, aunque la vía sea de una sola dirección.

Israel es un país pertrechado militarmente, pero, a pesar de eso, es un pueblo que tiene miedo y cuenta con una lamentable lista de justificaciones históricas para sentirlo. Además de sentirlo, lo recuerda y creo que tiene deber de no olvidar nunca por qué siente ese miedo. Es una locura vivir así, pero no se puede olvidar, aunque para los más ortodoxos eso se convierta en razón de vida. En cierta forma, me siento identificado con el hecho de recordar siempre la pequeña historia que a uno le ha tocado vivir, llevando esta situación al tema cubano, en el que simplemente no cejo ni un ápice al olvido aunque eso no quiere decir que segundo tras segundo esté sazonando rencores y, mucho menos, venganzas.

La casualidad puede existir, pero es sumamente difícil --yo diría que imposible-- que cohabite con la política. No soy ningún experto en política internacional --y mucho menos en la más enrevesada de todas: la del Medio Este-- y sospecho, sin suficiente alcance de miras, que la repentina fiebre de protagonismo pro-islámico que finalmente ha conjurado Turquía en las últimas semanas obedece a mucho más que el interés y la solidaridad hacia el pueblo palestino. No puede ser ajeno a estos últimos sucesos de “la flotilla humanitaria” el abrazo de Erdogan con el mandatario iraní, a la sombra de los párpados de Lula, que se me escapa a la comprensión, sobre todo en este punto. Y verdaderamente estas secretas intenciones, en las que son utilizados tantos voluntarios elementales y básicos, suscitan más miedo.

Parte de lo que opino al respecto está contenido en este artículo escrito por David Grossman y que hoy, martes 2 de junio de 2010, publica El País (http://www.elpais.com/articulo/opinion/marioneta/sujeta/hilo/elpepuopi/20100602elpepiopi_4/Tes).

Otra parte la conozco de primera mano (del hombre simple) desde hace años, pues cuando me vi obligado por razones económicas a compartir piso, mi segundo roommate por espacio de dos años a partir de 1996 fue un chico palestino, de los que habían sido expulsados de Kuwait tras la alineación de Yasser Arafat con la invasión provocada por Sadam Hussein --¿recordáis que sucedió algo parecido?--. No he conocido persona más atormentada en mi vida. Su iracunda extrañeza iba contra el destino: ¿por qué tenía que pagar él por lo que hubiera hecho Arafat? De Kuwait los expulsaron a Jordania, donde siguieron viviendo aceptablemente comparados con la holgura y beneficios y alto nivel de vida que disfrutaban en Kuwait. Él me hablaba del gran negocio de los países árabes a costa de los refugiados palestinos y las ingentes subvenciones y ayudas que recibían por ello y que, naturalmente, no llegaban íntegramente a los afectados.

No sé si la alfombra será siempre persa --pero seguro que una acrílica de Ikea no es--, pero son muchos más de uno los que esconden la basura bajo ella.

© 2010 David Lago González

 

NOTA:  Agrego este otro artículo sobre el tema que me acaba de mandar Margarita García Alonso y que me parece magnífico.  NUNCA LAS COSAS SON COMO PARECEN.

sábado, 17 de abril de 2010

La banalización del mal, según Monika Zgustova

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Cada vez me gusta más esta escritora húngara, nacionalizada española, que, precisamente por ser europea, puede tener acceso a decir públicamente lo mismo que yo pienso.

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TRIBUNA: MONIKA ZGUSTOVA

¡Pasa tus vacaciones en el 'gulag'!

MONIKA ZGUSTOVA 16/04/2010

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Pasa/vacaciones/gulag/elpepiopi/20100416elpepiopi_5/Tes

 

Hojeando la prensa diaria me llama la atención el siguiente titular: "Vacaciones delirantes: ¡Bienvenidos al gulag!" ¿Se trata de una broma? La propuesta se especifica de la siguiente manera: "Plan de vacaciones Gulag: talar árboles en un bosque lituano con nieve hasta los tobillos, aprender el himno de la URSS, degustar una sopa aguada y un trozo de pan negro y, de postre, ser interrogado por un miembro de la KGB". A continuación, el anuncio propone en clave de ironía: "Todo un festival de placeres y relax".

El turismo organizado a los lugares del mal trivializa el sufrimiento humano, lo convierte en espectáculo

Recuerdo que en su novela Un día en la vida de Iván Denísovich, Solzhenitsin, describe cómo Iván, su álter ego, encerrado en el gulag, saboreaba un pequeño trozo de dicho pan negro y cómo guardaba otro trozo en una bota para repartir las migajas a lo largo del día y disponer de fuerzas suficientes para soportar las 14 horas de trabajo duro. En cuanto a la sopa, Solzhenitsin menciona que algunos se molestaban por la gran cantidad de cucarachas que contenía el líquido, mientras que otros ya se habían habituado a ello: "Todos terminan por acostumbrarse", concluye Solzhenitsin.

Hablando de interrogatorios, el escritor ruso describe en su Archipiélago Gulag que a los detenidos se les interrogaba de día y de noche, y que, durante semanas o meses, no se les permitía dormir ni acostarse, ni siquiera cerrar los ojos. En cuanto al tipo de trabajos forzados, los condenados trabajaban en las minas de carbón o metales preciosos, talaban árboles o construían edificios, carreteras y vías de tren en el norte de Siberia, en ese desierto helado barrido por el viento polar, sumido en la oscuridad durante seis meses del año.

Aparto el periódico y me pregunto si efectivamente el sufrimiento de tantos -en el gulag soviético murieron aproximadamente cinco millones de personas- se ha convertido en un frívolo parque temático para turistas.

Entro en la web oficial de Gulag: en un vídeo, una lituana cuenta que fue divertido (fun) montar esa reliquia del sistema soviético. Tras esa explicación, un estudiante americano suelta riendo: "¡Menudas vacaciones! ¡En vez de tumbarte en la playa, te sometes a bofetadas!". Al final, un joven de India llega a la conclusión de que esta experiencia le ha ayudado a comprender el horror de lo que fue el sistema soviético.

Y es que los campos de concentración soviéticos han desaparecido: las mal construidas barracas de madera, donde vivían los presos, acabaron por desintegrarse en el hielo y la nieve siberianos.

Últimamente, las agencias de viajes han empezado a ofrecer viajes organizados a Auschwitz. Los autocares aparcan cerca del campo y escupen decenas de turistas. El año pasado, sólo de Israel, 30.000 estudiantes visitaron el campo. El escritor Jordi Puntí, que recientemente había visitado Auschwitz, me contó que la presencia de tantos turistas no favorecía la reflexión sobre lo ocurrido. En la web de Auschwitz leo las reacciones de los que ya han visitado el campo de concentración: "Potente y triste: ¡no os lo perdáis!", "Hay que ir: una experiencia conmovedora", "¡Muy recomendable!", "¡Buenos guías!", "Pensad en comer algo antes de la visita y poneros calzado cómodo". Son las mismas reacciones que ante el puente de los suspiros en Venecia o una puesta de sol en Cabo Sunion. En la misma página una agencia de viajes ofrece: "Desde Cracovia te llevaremos a Auschwitz en un cómodo coche, ¡en sólo una hora!". Y en la misma página se ve una playa tropical con palmeras y hamacas, para los que prefieren el Caribe a Auschwitz. El turismo organizado a los lugares del mal acaba trivializando el sufrimiento humano para convertirlo en un espectáculo que contemplamos sin que nos alcance, como no nos horrorizamos ante la tortura de un santo en un cuadro barroco.

La banalidad del mal es conocida: con esa etiqueta Hannah Arendt describió la actitud de Eichmann y otros nazis que durante su juicio se declararon libres de culpa porque sólo habían obedecido órdenes. Banalización del mal es lo que provoca el turismo masivo al gulag y a Auschwitz, sustentado por las frívolas palabras de los anuncios que ofrecen unas "vacaciones delirantes" para convertir en oro lo que sea, incluso el exterminio.

Es imprescindible mantener la memoria histórica para que la Shoa y el gulag no se repitan y para que nadie se atreva a negarlos. Sin embargo, atraer a autocares turísticos a ver los lugares del mal como si de un espectáculo se tratara significa deshonrar la memoria de los que allí sufrieron y perecieron.

Banalizar el mal no sólo es indignante sino que es peligroso. Han sido varios los momentos en la historia en que la banalización del mal ha precedido a la rehabilitación que transformaría el mal en algo más o menos aceptable, y luego en bien.

Monika Zgustova es escritora. Su última novela es Jardín de invierno (Destino).

jueves, 15 de abril de 2010

PATXO UNZUETA - Semprún y las fosas de Katyn (y Garzón)

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PATXO UNZUETA

Semprún y las fosas de Katyn (y Garzón)

http://www.elpais.com/articulo/espana/Semprun/fosas/Katyn/Garzon/elpepiesp/20100415elpepinac_17/Tes

PATXO UNZUETA 15/04/2010

 

Jorge Semprún nació en Madrid en 1923, se exilió en Francia en 1939, formó parte de la Resistencia, estuvo preso en un campo de concentración nazi, luchó contra Franco en la clandestinidad, fue disidente antiestalinista y ministro de un Gobierno socialista en España. Además, Semprún es un gran escritor. En pocas personas la vida y ese oficio avanzan tan unidos: es a la vez autor y protagonista de gran parte de su obra. No es casual que así sea, pues su biografía es en sí misma novelesca.

Tres meses después de su liberación, el campo nazi de Buchenwald fue reabierto por los soviéticos

Una memoria compartida implica reconocimiento por la democracia de las víctimas de ambos bandos

Pero hay algo en esa biografía que no resulta exactamente novelesco, aunque sí admirable: Semprún ha estado en cada momento en el lugar en el que había que estar. No es difícil hallar personajes que, al contrario, se caracterizan por llegar siempre tarde, cuando el peligro ha pasado; personas que se sintieron sinceramente antifranquistas, pero sólo después de la muerte de Franco, o cinco minutos antes; combatientes de la Resistencia cuando la División Leclerc desfilaba ya por los Campos Elíseos; críticos con las dictaduras del Este europeo después de la caída del Muro.

No es necesario recordar que Semprún no aguardó a que la historia decidiera de qué lado estaba la razón, o al menos las mejores razones, para comprometerse con una causa que resultó la más humana, o la menos inhumana, de cada momento.

El lunes pasado estuvo en Buchenwald, el campo nazi en el que fue recluido a sus 19 años. En su discurso, cuyo contenido había adelantado en EL PAÍS una semana antes, consideró que Buchenwald es un lugar idóneo para hablar de Europa (de la tragedia de la Europa del siglo XX), pues tan sólo tres meses después de ser liberado por los aliados fue reabierto por los soviéticos que ocupaban esa zona de Alemania. Y añadió, teniendo a la vista la chimenea del crematorio nazi y el bosque plantado por las autoridades de la RDA para ocultar las fosas comunes en las que enterraron a miles de presos del campo, que sólo tras la caída del Muro pudo Buchenwald "asumir sus dos memorias, su doble pasado" nazi y estalinista.

Cuando escribió el artículo ignoraba que dos días antes de leerlo en Buchenwald se produciría el accidente aéreo en el que perecieron el presidente y gran parte de la cúpula del Estado polaco, que se dirigían precisamente a rendir homenaje a las víctimas de la matanza de Katyn, un bosque próximo a la ciudad rusa de Smolensk en el que fueron asesinados en 1940 por los soviéticos miles de soldados y gran parte de la élite dirigente polaca. Ese nombre ha quedado unido para siempre a la infamia, además, porque durante decenios los soviéticos aseguraron que la matanza la habían perpetrado los nazis.

Las dos memorias. El mismo día en que Semprún leía su discurso en Buchenwald, se publicaba en La Vanguardia un memorable artículo en el que Antoni Puigvert reseñaba un libro de Miquel Mir y Mariano Santamaría sobre la violencia anticlerical en la Cataluña republicana de 1936, cuyas atrocidades no difieren mucho, dice Puigvert, de las que sufrieron los republicanos asesinados con extrema impiedad por patrullas falangistas en la zona ocupada por Franco. El argumento de que no es comparable una violencia con la otra, aduciendo que la de los franquistas fue sistemática mientras la otra era obra de incontrolados y fruto de la justa ira popular, o porque no es equiparable el número de víctimas de un lado y otro, pesa poco para cada memoria humana particular, a la que la estadística difícilmente aporta consuelo.

Las víctimas del lado franquista ya tuvieron su reconocimiento en los 40 años posteriores, se alega también. Pero de lo que se trata es de la asunción de las dos memorias; el reconocimiento por la España democrática de todas las víctimas injustamente asesinadas en ambos bandos es condición para fundar una memoria compartida. Pareció así establecido hasta hace poco, pero la herida ha vuelto a sangrar y el tema está ahora más candente que nunca por el inminente juicio al juez Garzón.

Paul Watzlawik teorizó hace años sobre lo que llamó ultrasoluciones: la fórmula infalible para convertir un problema en irresoluble es buscarle una solución tan extrema que provoque el caos. Garzón buscó una solución exagerada para atender al amparo solicitado por familiares de víctimas del franquismo que querían inhumar a sus deudos, y, queriendo justificar su competencia como juez penal en el caso, tomó iniciativas cada vez más radicales, incluyendo una reinterpretación de la Ley de Amnistía de 1977 como equivalente a las de punto final del Cono Sur. Con efectos fuera del marco judicial, tan delirantes como el surgimiento de voces que reclaman la derogación de la Amnistía de 1977 con el argumento de que fue un autoindulto franquista. O el deslizamiento desde la deslegitimación de la Transición, por haber permitido gobernar a los herederos del franquismo, a la del Estado democrático.

Al aceptar a trámite las querellas por prevaricación, el magistrado Varela también optó por la vía de la ultrasolución. La prevaricación no sólo es un delito gravísimo; también lo son, al margen de cuál sea la sentencia, las consecuencias del enjuiciamiento mismo, que implica la suspensión cautelar del magistrado (y el cuestionamiento de su autoridad moral). Los argumentos para dar vía libre al procedimiento contra Garzón (lo afirmado en la querella "no es algo que pueda considerarse ab inicio ajeno al tipo penal de la prevaricación, al menos como hipótesis", etc.) podrían ser empleados por querellantes audaces contra Varela, como ya han anunciado dos asociaciones de memoria. Seguramente hay muchas personas contrarias a las iniciativas de Garzón, pero más contrarias a que por ellas se le inhabilite. Lo cual tal vez explique en parte esta ola aparentemente imparable que nos anega.

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NOTA DEL BLOGGER:  Magnífico artículo de Patxo Unzueta que, partiendo de la figura de Jorge Semprún, su discurso por Buchenwald, y lo sucedido antes y ahora en Katyn, engarza justamente tanto pasado y tanto presente con vocación de futuro.

El siglo XX se caracteriza por no haber dejado nada absolutamente resuelto, lo cual constituye la peor herencia con la que ha podido empezar el actual XXI porque, lejos de dilucidarse las diferencias perfectamente equiparables, éstas parecen ser avivadas continuamente por gente que verdaderamente no adivino —o no quiero imaginar— adónde quieren conducir el futuro —si ellos mismos son capaces de detenerse a pensar en sus propios actos... Hay en todo una radicalización extrema soterrada y sometida a un eufemismo semántico e hipócrita que no sé cuál de las dos cosas infunde más temor.

Creo que siempre es mejor utilizar el plomo en los pies (andarse con pies de plomo) antes de destinarlo a metralla y a hondas modernas y sofisticadas. Lamentablemente me parece que la mayor parte de la gente no piensa así y, repito, si es que en verdad piensan.

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Las partes subrayadas y puestas en negrita por mí en el texto de Patxo Unzueta, son puntos de contacto que distingo en relación a la situación cubana, dirigidas sobre todo a aquellos que consideran nuestro país de origen como gran ombligo universal (que no viene a ser más que otra de las “taras pequeño-comunistas” que La Revolución nos ha legado).

David Lago

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Rosh Hashaná

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(Liten askenasisk sjofar)

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Es el año 5770 según el calendario judío y su pueblo celebrará el Rosh Hashaná (Año Nuevo) entre los días 19-20 de septiembre.

Shaná tová para mis amigos judíos Karin Aldrey, Jacobo Machover, mi prima Yentl (Gentil Maya) y a todos los que compartimos el apellido sefardita Fagundo, familiares o no, porque, como decía mi madre orgullosamente, "todos los Fagundo pertenecen a una única rama."