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miércoles, 1 de junio de 2011

PERO ¿QUÉ COÑO ES ESTO?

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MADRID 02

Madrid, Inscripción en muro

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PERO ¿QUÉ COÑO ES ESTO?

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¿Ahora es fotógrafa también? ¿Se graduó de Licenciatura en Fotografía Paranormal en la Universidad de Upsala? ¿Será también jurado del próximo torneo canino a celebrarse en Cortina D’Ampezzo el próximo invierno?

¿QUIÉN Y QUIÉNES ESTÁN DETRÁS DE TODO ESTO? Si ella puede hacer todo eso, quiere decir entonces que CUBA ES VERDADERAMENTE UN PAÍS, NO LIBRE, SINO LIBÉRRIMO, y España, toda la Unión Europea y el Globo completo deben aprender que la “democracia comunista” de los Hermanos Castro es LA VERDADERA Y ÚNICA DEMOCRACIA VÁLIDA. ¡Chicos de la República del Sol, tomad buena nota! Aquí está mi cabeza para cuando queráis guillotinarme. Fdo. La María Antonieta de Embajadores.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Por favor, os ruego: ejecutadme!!!!!!!!!!!!!!

DLG

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Yoani Sánchez

"El arte es meterse en problemas, ponerse en riesgo, señalar la injusticia"

Bea ESPEJO | Publicado el 01/06/2011

http://www.elcultural.es/noticias/BUENOS_DIAS/1701/Yoani_Sanchez

Yoani Sánchez participa en la exposición Face Contact, la mayor colectiva del festival PHotoEspaña que inaugura hoy.

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Yoani Sánchez (La Habana, 1975) recuerda con estupor un 13 de agosto de 2002, día del cumpleaños de Fidel Castro. "En la radio, un locutor de voz engolada decía 'hoy es el cumpleaños de la patria'. Esa fue la gota que colmó la copa. A partir de ese momento, comencé a tratar de crearme un espacio de expresión. Participé en varias revistas digitales hasta que encontré la maravillosa herramienta de una bitácora virtual, donde soy mi jefa de redacción, mi directora general y hasta mi censora". Habla de Generación Y, el blog más controvertido y leído de Cuba que puso en marcha en abril de 2007. Desde entonces, Yoani Sánchez se ha convertido en la nueva figura de oposición cubana, aunque ella reniega de colgarse etiquetas: "Yo me veo como una ciudadana independiente que se cree en el derecho de decir lo que piensa". Precisamente eso, la trae estos días a Madrid. De la mano de su compatriota Gerardo Mosquera, el nuevo comisario del festival PHotoEspaña, esta bloguera participa en la exposición Face Contact, la gran colectiva en el Teatro Fernán Gómez, y forma parte del jurado del concurso on line de retratos con webcam. Se define como una "fotógrafa minuciosa de la palabra", como una "retratista de la realidad". Su manera de ver el mundo da fe de ello.

P.- Generación Y, dice de su blog, está inspirado en gente con nombres que comienzan por "i griega", nacidos en la Cuba de los 70 y 80 y marcados por las salidas ilegales y la frustración. ¿Cuál es su finalidad?
R.-Si en un principio era una terapia personal para exorcizar los demonios del miedo, la apatía y la inacción, con el tiempo mi blog se volvió una plaza pública a donde acudían miles de comentaristas, también se hizo una referencia para el tema cubano. Ahora siento que tengo una responsabilidad, pero eso no me hace perder la libertad para escribir, experimentar con la palabra, mirar.
P.- Nada más entrar en el blog, una frase de Serrat desconcierta: "Tú saldrás de esta cochambre de muertos de hambre". ¿Qué mensaje cifrado hay ahí?
R.-En esa canción se relata la relación de una madre sobre protectora con su hija a la que imagina un brillante porvenir. Lo curioso es que en Cuba muchas familias proyectan el futuro de sus hijos de una forma muy diferente a la idea que se tenía del hombre nuevo en las primeras décadas del proceso revolucionario. Escapar de la isla casi a cualquier precio se ha vuelto una ambición bastante generalizada, de ahí que tristemente muchos padres preparan a sus hijos e hijas para que se desposen con un extranjero. Cientos de miles de cubanos están atrapados ahora mismo en un dilema doloroso: quedarse aquí para mantener sus raíces o partir hacia otra latitud donde podrían dar frutos, prosperar, desarrollarse humana y profesionalmente.
P.- Usted se fue a Suiza un tiempo y luego regresó. Decidir quedarse no debió ser fácil. Hace unos días Gerardo Mosquera decía sentirse "inxiliado" en su propio país.
R.- El "inxilio" es esa burbuja donde muchas personas viven dentro de la isla para eludir la participación casi obligatoria en el vértigo de la política. Siempre es preferible esa postura a la de quienes aplauden oportunistamente. En mi caso me siento más bien una cimarrona que ha escapado del cepo institucional. Gerardo Mosquera es una referencia obligada cuando se habla de la crítica de artes plásticas en Cuba. Nos une el amor por Cuba y cierta tendencia a la desobediencia.
P.- Michelle Obama decía hace apenas un par de meses, cuando le entregaba el premio Women of Courage, que siempre ha seguido adelante pese a ser perseguida. Podría ser una bonita definición de Cazadores cazados, su trabajo en PHotoEspaña. ¿Cómo lo llevó a cabo?
R.- Cazadores cazados es una colección de fotos que he hecho a mis perseguidores. Agentes de la seguridad a quienes les han dado la misión de acosarme con su presencia. Se trata también de un intento de ponerle rostro a todos aquellos que desde la sombra nos intimidan y hostigan. Cuando apreté por primera vez el obturador frente a uno de esos policías vestidos de civil, sentí un miedo tremendo, pero él también se atemorizó. De manera que mis fotos sobre esa temática intentan trasladarle al cazador el temblor de la presa, contagiar al depredador impune con el miedo de la liebre que ni siquiera puede correr para escapar.
P.- Y, ¿qué le interesó del retrato?
R.- Su capacidad de apresar ese segundo en que todo el interior de una persona se hace visible en un gesto, una mirada, una sonrisa, un simple y leve ademán.
P.- ¿Qué es lo mejor y lo peor de la cultura cubana?
R.- Lo mejor anda encuadernado en libros de poesía, proyectado en algunos filmes y expresado en fotos, carteles y más recientemente en la web. Lo peor es el silencio cómplice de muchos, la máscara que pretende mostrar un país que nunca ha existido. Ahora mismo ha ocurrido un verdadero escándalo en las artes plásticas cubanas, cuando el pintor Pedro Pablo Oliva ha sido expulsado de la Asamblea Provincial del Poder Popular en su Pinar del Río natal y su casa taller mandada a cerrar. La reacción de sus colegas de pinceles, de los artistas que han compartido con él exposiciones, clases y proyectos, ha sido -en la mayoría de los casos- el mutismo cómplice con el poder. Eso tiene que cambiar. El arte es meterse en problemas, ponerse en riesgo, señalar la injusticia.
P.- Dice que cada premio que recibe, que son muchos, la protege que también con ellos entra a formar parte de un expediente que quizás la lleva a un tribunal…
R.- En Cuba no solo está penalizada la discrepancia sino también la prosperidad. A las autoridades de mi país les molesta mucho que aquellos ciudadanos que ellos se empeñan en mostrar como seres insignificantes, pueda empoderarse a partir del crédito y los recursos que proveen los reconocimientos internacionales de prestigiosas instituciones. El castigo consiste en campañas mediáticas para desacreditar a las personas, la prohibición de salir del país a recoger esos premios, la vigilancia permanente, el aislamiento y una atmósfera amenazante que lo hace a uno creer que se está volviendo paranoico. Mi esperanza es que en mi país los cambios se logren antes del día que deba enfrentarme a esa farsa judicial.

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Se nota que a Rafael Rojas nunca lo expulsaron de ninguna universidad cubana… Me pregunto si es historiador o estúpido.

DLG

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TRIBUNA: RAFAEL ROJAS

Reforma y represión en Cuba

RAFAEL ROJAS 01/06/2011

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Reforma/represion/Cuba/elpepiopi/20110601elpepiopi_4/Tes

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Uno de los mejores efectos del pasado congreso del Partido Comunista de Cuba es que, más allá de su limitada propuesta de cambio institucional, funcionarios y académicos de la isla comienzan a sentirse más cómodos en el lenguaje reformista. La autonomía empresarial, la contratación de trabajadores, la dilatación del mercado interno, la atracción de capitales inversionistas, la compra y venta de automóviles y casas y hasta la flexibilización de los viajes hacia y desde Cuba son demandas que se manejan cada vez con menos inhibición en la vida pública insular.

Sin democratización política no podrá fraguarse la modernización económica

El régimen presenta a los opositores como enemigos de Raúl y del cambio

La reforma económica impulsada por el Gobierno de Raúl Castro, a pesar de su timidez y lentitud, no carece de oposición en los sectores más ortodoxos de la clase política cubana. Esos sectores, sin embargo, no cuentan con suficiente fuerza dentro de la burocracia partidaria y, mucho menos, dentro del Gobierno y el Ejército como para detener el proceso reformista. A juzgar por los últimos meses, esta vez la resistencia a la mínima apertura no recurrirá al giro de timón -poco probable con un Fidel Castro anciano y convaleciente- ni al sermoneo ideológico en medios oficiales sino, exclusivamente, a la represión de la oposición interna.

Con el aval de las excarcelaciones de los 75 de la primavera de 2003, que le disminuye la presión internacional, el Gobierno de Raúl Castro se concentra en realizar arrestos breves y preventivos de opositores -alguno que otro precedido de golpizas- y en facilitar el escarnio y la estigmatización de blogueros y periodistas independientes en medios oficiales.

Un editorial de Granma del pasado 15 de mayo, titulado Fabricar pretextos, retomaba el principal argumento de la primavera de 2003: las críticas de la oposición preludian un ataque enemigo. No importa que se trate, justamente, de críticas y no de bombas o, tan siquiera, de llamados a la violencia.

Muchos defensores y críticos de la reforma económica, dentro y fuera de la isla, comparten la idea de que para preservar lo que entienden por socialismo -partido único, control gubernamental de la economía, la sociedad civil y los medios de comunicación, ideología de Estado...- es indispensable que la apertura se produzca sin cambios institucionales en el sistema político. Lamentablemente, los reformistas que así piensan prefieren tolerar la represión antes que importunar a quien puede promover la reforma misma: el Gobierno de Raúl Castro.

La peor consecuencia de este arreglo entre reformistas e inmovilistas es que asume la oposición al Gobierno como oposición a la reforma, cuando no necesariamente es así. Buena parte de la oposición lleva décadas demandando pacíficamente algunas de las mejoras en los derechos económicos y civiles que podría adoptar el régimen de la isla. Al presentar a los opositores como enemigos de la reforma, el régimen reinventa una vez más la categoría de "contrarrevolucionarios". Estos últimos no serían, ahora, los enemigos de Fidel y la Revolución sino los enemigos de Raúl y la Reforma.

Es interesante observar en el lenguaje de los blogs y publicaciones oficiales y en la propia jerga legal y penitenciaria que acompaña los últimos episodios de represión, esta transferencia de la enemistad a Raúl, al Partido y a la supuesta "voluntad de cambiar" de ambos. Los opositores comenzarían, entonces, a ser tratados como enemigos del cambio, como actores políticos que boicotean la apertura, lo cual es un modo eficaz de cuestionarlos como interlocutores de la comunidad internacional y la ciudadanía insular. A ese fin está dirigida la estrategia mediática del poder cubano.

No hay otra explicación coherente para gestos autoritarios tan burdos como difamar al líder laico Dagoberto Valdés, impedir la salida del país a la bloguera Yoani Sánchez y al escritor Orlando Luis Pardo Lazo, expulsar al pintor Pedro Pablo Oliva del Parlamento provincial o al estudiante Henry Constantín de varias universidades. Solo el deseo de eliminar a toda costa cualquier liderazgo autónomo de la sociedad civil y de evitar que el mismo se vuelva referencial, dentro y fuera de la isla, explica ese comportamiento represivo.

Lo curioso es que son los propios represores quienes insisten en que esos liderazgos no son tales, que carecen de verdadera proyección pública.

En los medios intelectuales estas exhibiciones de fuerza crean un dilema moral. Muchos intelectuales, que en los últimos años han avanzado en la defensa de espacios relativamente autónomos dentro de la cultura, se ven confrontados por la intolerancia oficial. Una intolerancia que se ejerce contra otros, los opositores, y que discrecionalmente los exceptúa, pero que funciona como trazado de límites, como advertencia de lo que no deben hacer o decir si quieren continuar gozando del privilegio de esa limitada autonomía. A juzgar por la escasa solidaridad pública de los intelectuales con las víctimas de la represión, el método ha sido exitoso.

En el fondo, el engranaje entre reforma y represión en Cuba tiene su origen en la convicción oficial -que como toda convicción refleja intereses- de que una liberalización de la economía cubana, por mínima que sea, generará tensiones sociales que, en vez de ser liberadas por medio de una democratización política, deben ser férreamente controladas por el poder. Esa es la principal enseñanza que las élites insulares han sacado de la experiencia china, en contraposición a la soviética, donde la simultaneidad entre perestroika y glasnost produjo, a su entender, el suicidio del comunismo.

Pobre lectura del pasado y equivocada interpretación del presente. Es cierto que en China y Vietnam la liberalización económica no se dio acompañada de democratización política, pero allí la reforma se impulsó tras un ajuste institucional nada insignificante del Estado y cuando el proyecto comunista gozaba aún de consenso interno. En la Cuba de la segunda década del siglo XXI, la mezcla de una reforma económica insuficiente y un inmovilismo político represivo no va a generar una modernización como la china o la vietnamita. La fractura social y el hartazgo creciente de la población van a impedirlo.

Rafael Rojas es historiador cubano

sábado, 26 de junio de 2010

Para-periodismo (periodismo paralelo) - A propósito de “Entre comunistas y católicos”, escrito por Rafael Rojas

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Arno Minkkinen - the hand(Arno Minkkinen - The Hand)

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Me he limitado a la búsqueda por internet, pero, al parecer, el término “paraperiodismo” no existe como tal. En la medida que ya se ha admitido el de “paramilitar”. Con este nombre no quiero referirme para nada al hecho del “periodismo independiente” que parece ser un emblema de la disidencia cubana y de hecho una declaración de posición anti-gubernamental por sí misma. Por supuesto, sé que las facultades universitarias de periodismo de esa ínsula carecen de la –precisamente—“facultad” reproductiva del curiel, por lo cual sospecho, tanto por número como por forma de expresión de quienes se definen así, que el de periodista ha devenido en un título que cualquiera se atribuye sin haber pasado por estudios superiores. Bien, si los demás se lo quieren creer, que hagan lo que quieran, pero más de una vez me he sorprendido con algunos nombres citados como periodistas, de personas que conozco y amigos que nunca jamás pisaron la universidad con ese fin. Otra cosa es quien, a fuerza del ejercicio práctico y del esfuerzo autodidacta de superación, llegue a señalarse con creces dentro de esa graduación.

Quiero referirme, pues, no a ése sino al que se ha generado a través de la creación y desarrollo de los blogs. Por ejemplo, Yoani Sánchez, la insospechada y sorprendente premio Ortega y Gasset de hace muy pocos años, es un caso flagrante de “paraperiodismo” --en el supuesto de que sea ella realmente la que escribe las crónicas que se le atribuyen--. No pretendo enredarme en tales enaguas --¡protéjame Dios!— sino llegar al porqué del término y explicar qué me conduce a él. O sea, si no existe como tal, yo me adjudico el derecho de patentar dicho término: “paraperiodismo”. Ahora bien, por qué.

Habiendo vivido la mitad de mi vida en la Cuba comunista y embravecidamente revolucionaria de los Hnos. Castro y sus acólitos, y continuar haciéndolo durante la otra mitad (actual) de mi existencia, ya que por desgracia es un cordón umbilical muy difícil de romper, tanto pasionalmente como por derivación del encantamiento que ha producido en una buena parte del mundo y que continuamente, de una forma u otra, recuerda y devuelve al punto de la partida ficticia, deseada y anhelada, y tanto allí como aquí, habiéndolo vivido y seguir viviéndolo como un ciudadano simple, anónimo, insignificante, lo cual me otorga un grado de libertad e independencia del que forzosamente tienen que carecer otras personas más comprometidas con la oficiosidad tanto pro como contra (perdón, anti), me rebelo ante las innumerables manipulaciones periodísticas en torno a la realidad cubana, tanto por desconocimiento (lo cual no les libra del delito, como en caso de “omitir” declaraciones al fisco español) como por premeditación, alevosía, nocturnidad y todo cuanto de segundas intenciones pueda atribuirse a la tergiversación de la realidad.

Es decir, digamos que en cierta forma practico una especie de paraperiodismo cuando me entrego a comentar un artículo periodístico o simplemente el texto de alguien que publica en un medio de comunicación impreso. Una vez más me repito a mí mismo diciendo que, conociendo todo lo que se escribe por debajo o por encima de la realidad cubana, tanto insular como global, dudo de que el único caso en que se realice esta, digamos, confusión sea el cubano, por lo cual siempre termino poniendo un tanto en duda el resto de la información periodística que se brinda al inocente lector. Por ejemplo, sé absolutamente, por mucha experiencia y conocimiento acumulado, que entre lo que pueda anunciarse mediáticamente como avances de la medicina –y específicamente, en la investigación del VIH— y la realidad objetiva y rotunda, se interpone un trecho tan ancho que a veces resulta abismal. No es que mientan los informadores, es que simple y llanamente no son científicos, ni siquiera especialistas en enfermedades infecciosas.

Todo este introito tipo “trash” me conduce a abordar el artículo escrito por nuestro insigne historiador insular y crepuscular, Rafael Rojas, que hoy viernes publica El País en su sección “Tribuna”, “intitulado” <Entre comunistas y católicos> (http://www.elpais.com/articulo/opinion/comunistas/catolicos/elpepuopi/20100625elpepiopi_4/Tes).

No es que le pida contundencia ni energía ni dinamismo (cuidado: que por falta de él, yo fui expulsado por segunda vez de la Universidad de Camagüey) ni que el Sr. Rojas se salga de su compostura civilizada y académica que le permite citar a Fernando Savater y dar a promocionarse como un moderado y equilibrado –de lo cual puede deducirse que salomónico también— analizador del panorama político-social cubano (in other words, un verdadero intelectual), pero la parsimonia y la frialdad con que resalta ciertos hechos pasados (y que ya desde Mesa-Lago y la Santa Iglesia Católica veo que adquieren cada vez más la categoría de avales y referencias serias, “serias”, y de peso significativo para escribir la historia de la Historia), me llena, tal como la cuarta página de Mesa-Lago como lo que pueda venir en cualquier insospechado manotazo del futuro, de un paralizante estupor, y vuelvo otra vez –una y otra vez— a la pequeña historia que se cuenta en las cocinas cubanas, que es la parte más íntima de la casa, y que para mí representa la verdadera cara sin afeites ni maquillajes de personas y hechos.

Transcribo aquí el segundo párrafo de dicho artículo de opinión:

En octubre de 1978 se produjo el llamado “primer diálogo” entre un sector del exilio y el Gobierno de Fidel Castro, que logró, además del inicio de los viajes de emigrantes a la isla, la liberación de 3.600 presos de conciencia, casi todos arrestados 17 años atrás. Dos líderes del exilio involucrados en aquel proceso, la académica católica María Cristina Herrera y el banquero judío Bernardo Benes, han narrado el papel de la Iglesia en aquella negociación. Aquel entendimiento tuvo a su favor la distensión diplomática del presidente Jimmy Carter, su énfasis en los derechos humanos, pero también las aproximaciones entre católicos y comunistas cubanos y latinoamericanos, generados por el auge de la Teología de la Liberación.

Como dice mi amigo Rafael Zequeira --que también es amiguito de Rafelito Rojas, mira tú por dónde--: “Mi desgracia es mi memoria.” Y opino sobre la opinión (que eso es el “paraperiodismo”) pero desde la cocina de mi casa, que es la sustitución humana y muy cubana de la chaise longue y del confesionario eclesiástico.

“Primer diálogo” se refiere más bien a la conversación, no pública y transparente, sino simplemente conocida como tal de un larguísimo proceso de encadenamientos sucesivos, entre los que figuran los tenebrosos dobladillos de aquella institución que se llamaba inocentemente ICAP (Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos); la manipulación del sector hippy principalmente norteamericano a través de lo que se bautizó como Brigada Venceremos, para mostrar a la flower generation las excelencias del comunismo sui generis cubano, suministrar abundantemente todo el pot que estaba en auge fumar (hierba que siempre ha crecido de forma casi silvestre por toda la geografía insular), y entre calada y calada convencerles más fácilmente de lo criminal e injusto que era el stablishment contra el que ellos se oponían en su país y, por el contrario, cuán justo y angelical era el stablishment al que nos oponíamos “degenerados” como quien escribe ahora estas líneas; el larguísimo camino y utilización que conduce a la manipulación de una parte de los antiguos niños Peter Pan convertidos y alentados en irracionales vengadores del “error” de sus progenitores, organizándolos en Areítos y Maceítos, y cuajando cinematográficamente en un lacrimógeno, patético y descarado documental propagandístico realizado por el maestro (en artes oscuras y tétricas) Jesús Díaz, del cual hasta “degenerados” como yo salimos llorando de las salas de cine; “comunidades representativas de la comunidad cubana residente en el exterior” –término completo que jamás he olvidado— y que ahora RR nombre como “un sector del exilio” e incluso da dos nombres que yo leo por primera vez, lo que no debe malinterpretarse como que pongo en duda nada sino como que, gracias a Dios y a todos los santos incluidos Marx, Lenin, Stalin y Fidel, jamás me moví por encima de mi nivel de “degenerado” --¡cuánta paz en mi alma!

Y opino. “El inicio de los viajes de emigrantes a la isla” fue en aquel momento uno de las mayores monstruosidades a las que pude asistir. De la noche al día, aquellos gusanos contrarrevolucionarios y apátridas que habían abandonado el país, como hartamente los denominaba el gobierno cubano, se convirtieron en “nuestros hermanos que viven en el extranjero”. Los militares y miembros (y miembrAs también, Bibiana) del Partido (PCC) y de la Juventud (UJC) recibieron desconcertantes órdenes tajantes de dar bienvenida a sus familiares con el máximo de honores cuando durante años se les había prohibido mantener ningún tipo de relación con ellos bajo amenaza de ser castigados al menos con la expulsión de tan insignes instituciones. Aquello resultó en una verdadera tragedia social, familiar y hasta laboral. Gusanos convertidos en Mariposas. Como el hombre depende de sus circunstancias, durante ese tiempo en que diferentes partes de una misma familia, habían seguido caminos diferentes, fueron variando según sus vidas, de modo que entre muchas de aquellas personas existía un verdadero abismo que intentaba rellenarse a fuerza de más y más cariño y muestras cada vez más imposibles de amor y hasta de arrobamiento. Las casas que recibían alguna de estas personas eran implacable y sin conmiseración atacadas de inmediato por un séquito de visitas, muchas de ellas desconocidas, que más que desear, casi reclamaban una explicación pormenorizada de la realidad en el mundo capitalismo que echara por tierra la que durante décadas nos había estado contando el comunismo cubano a toda la población y a “degenerados” como yo. Ya entonces en aquellos momentos muchas de aquellas personas sabían y se estaban preparando para el Éxodo Masivo del Mariel (¡años antes de que sucediera!). El absentismo laboral se elevó a cifras que quizás nunca se calcularon porque la gente se organizaba para ir a visitar al recién llegado, aun cuando en la vida se le hubiera visto. Creo, en mi pobre opinión también “degenerada”, que de continuar una semana o quince días más aquel estado de efervescencia, la Revolución hubiera terminando colapsando.

“La liberación de 3.600 presos de conciencia, casi todos arrestados 17 años atrás” consistió en el indulto de presos políticos de muy menor categoría. Me parece verdaderamente malicioso que este señor, Rafael Rojas, se declare “historiador” y no llame a las cosas por su nombre. En el año 78 y antes, el término “preso de conciencia” NO EXISTÍA en Cuba, y no hace falta estafar y burlarse de medio mundo intelectual para decir tal cosa. ¿De qué Historia habla este hombre que no es más que un fulero intectualoide? Antes del año 80 (Embajada del Perú/Mariel), cualquier cosa, cualquier nadería, cualquier negligencia, cualquier exclamación, podía ser considerada como política, como contrarrevolucionaria. A partir de junio/julio de 1980, todo aquello que antes se consideraba como delito político pasó a ser común. No me estoy refiriendo, claro está, a “luchar por la patria y morir”, a quemar un cañaveral, a atentar contra un militar de alta graduación, a envenenar a Fidel, a dejar caer una bomba sobre la casa donde entonces crecía inocente y feliz Marielita Castro. La mayor parte de esos 3.600 “presos de conciencia” --¡qué premeditadamente descarado suena utilizar ese término para aquel momento! Es la verdad, lectores. Es inadmisible que nos falseen la Historia de esa manera.-- era gente que había intentado salir clandestinamente del país, subidos a un bote o a una recámara de mototraílla. Aquella ley de indulto generó otra revolución interna: el matrimonio de conveniencia entre ex reclusos o ex reclusas con personas que no estaban presas en ese momento, a cambio de dinero principalmente, lo que trajo a su vez numerosos casos de chantaje e, incluso, chantaje con violación sistemática. Podría entrar de sobra en particularidades, pero he de mantener mi “paraperiodismo” con un mínimo de distancia.

“Aquel entendimiento tuvo a su favor la distensión diplomática del presidente Jimmy Carter, su énfasis en los derechos humanos…” ¿Qué, cuál entendimiento, Rafael Rojas? El “énfasis en los derechos humanos” de Jimmy Carter siempre ha estado más bien referido a los derechos humanos de los ángeles o los extraterrestres, o quizás hasta pudiera referirse a los derechos humanos de la inocencia supina de Rafael Rojas, pero no a ningún otro. Además, es obvio que, al coronarse todo este largo proceso en la embajada de Perú/Mariel, el gobierno comunista de Fidel Castro puso una losa funeraria sobre la posibilidad de reelección del presidente Carter y de cualquier otra posibilidad demócrata, haciendo girar el resultado de las urnas en los EE.UU. hacia el Partido Republicano, cuyas administraciones son las preferidas por Fidel/Raúl para continuar la never-ending story del “bloqueo” americano.

Ante tantas obviedades ni lejanamente mencionadas en su artículo, lamento en serio compartir con usted el mismo sitio de nacimiento, y cuelgo este artículo mío de “paraperiodismo” terminado de escribir hoy, sábado 26 de junio de 2010, en la cocina de mi casa, donde se cuece la verdadera y pequeña historia que usted pasa por alto.

© 2010 David Lago González

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