http://www.granma.cubaweb.cu/2011/08/10/cultura/artic01.html
Barquet, los puentes y la Patria
MADELEINE SAUTIÉ RODRÍGUEZ
madeleine@granma.cip.cu
Aunque la mayor parte de la producción poética de Jesús Barquet no ha sido concebida en suelo cubano, la Patria, entera y virginal, reviste su obra asaltándola a tan cortos intervalos que casi se le puede percibir —además de en la "superficie"— en cada una de las entrelíneas, aun cuando el texto en cuestión no guarde en apariencia relación con esa realidad espiritual.
Para constatarlo basta con contemplar a vista de pájaro, las páginas de Cuerpos del delirio, volumen donde por primera vez reúne este poeta habanero radicado en Estados Unidos lo mejor de su poesía y que acaba de ser presentado por el poeta y crítico Virgilio López Lemus, en la sala Villena de la UNEAC.
"Siento mucha alegría por presentar la primera compilación de mi obra aquí, pues el público cubano es el público natural de mi poesía, es para él para quien escribo —comentó a Granma Barquet visiblemente feliz con el resultado del trabajo que, acuñado por Letras Cubanas, nace de un cuidadoso proceso de selección por parte del propio autor, quien consigue incorporar a su antología, a pesar de poseer una obra de más de tres décadas de existencia, una unidad que estriba en esa percepción de la que no puede escapar fácilmente.
Sin decir el mar, Un rompido sueño, Naufragios... , por solo citar algunos de sus poemarios, ofrecen desde su propia titulación una añoranza que para palparle los motivos no hay que tocar demasiado fondo, si se tiene en cuenta que a flor de piel de los textos flotan, en un lenguaje al que la metáfora no atenúa las precisiones emocionales, las remembranzas de un pasado pertrechado de vivencias irreemplazables.
La antítesis sentimental, leitmotiv insoslayable en esta factura, halla la expresión perfecta en el poema Eco, donde queda reducido a una economía lingüística impresionante una buena parte del dilema: "Cuando estábamos/ la pregunta era salir./ Hoy que no estamos/ la respuesta es regresar".
Aparecida a partir de 1971 y desde entonces ininterrumpida, la poesía de Barquet sostiene la voz dolorida de la diáspora que no consigue la plenitud del espíritu fuera de "amigos, amores, ángeles, sorpresas y la familia, la verdadera patria".
Portadores de valores simbólicos, conceptos como la casa, el mar, el amor, los puentes y el sexo afloran una y otra vez para incorporar inusitados matices en los que suele hallarse al autor atrapado en su propia red: "La verdad son los restos de esta mentira. La mentira es esta verdad en la que vivo. (... ) A veces me siento como un árbol que anda buscando su terruño. No todas son tierras de vivir, por eso mi casa es (... ) ese dormir siempre tan despierto".
El diálogo sostenido a ratos con la sociedad norteamericana, no lo exonera de la crisis de identidad que suele embargar al espíritu en el exilio: "No sé ahora ni quién soy, tras este haberme vaciado tanto: Adiós a las playas de infinitas holguras". Y aunque tal vez por eso en sus versos los levadizos adquieran, a modo de esperanzadora salvación, una presencia vital. "Pensemos en la paz que nos trajeron los puentes. Pensemos en los puentes que nos traería la paz."
miércoles, 10 de agosto de 2011
La sonrisa de la ignominia
miércoles, 1 de junio de 2011
PERO ¿QUÉ COÑO ES ESTO?
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Madrid, Inscripción en muro
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PERO ¿QUÉ COÑO ES ESTO?
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¿Ahora es fotógrafa también? ¿Se graduó de Licenciatura en Fotografía Paranormal en la Universidad de Upsala? ¿Será también jurado del próximo torneo canino a celebrarse en Cortina D’Ampezzo el próximo invierno?
¿QUIÉN Y QUIÉNES ESTÁN DETRÁS DE TODO ESTO? Si ella puede hacer todo eso, quiere decir entonces que CUBA ES VERDADERAMENTE UN PAÍS, NO LIBRE, SINO LIBÉRRIMO, y España, toda la Unión Europea y el Globo completo deben aprender que la “democracia comunista” de los Hermanos Castro es LA VERDADERA Y ÚNICA DEMOCRACIA VÁLIDA. ¡Chicos de la República del Sol, tomad buena nota! Aquí está mi cabeza para cuando queráis guillotinarme. Fdo. La María Antonieta de Embajadores.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Por favor, os ruego: ejecutadme!!!!!!!!!!!!!!
DLG
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Yoani Sánchez
"El arte es meterse en problemas, ponerse en riesgo, señalar la injusticia"
Bea ESPEJO | Publicado el 01/06/2011
http://www.elcultural.es/noticias/BUENOS_DIAS/1701/Yoani_Sanchez
Yoani Sánchez participa en la exposición Face Contact, la mayor colectiva del festival PHotoEspaña que inaugura hoy.
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Yoani Sánchez (La Habana, 1975) recuerda con estupor un 13 de agosto de 2002, día del cumpleaños de Fidel Castro. "En la radio, un locutor de voz engolada decía 'hoy es el cumpleaños de la patria'. Esa fue la gota que colmó la copa. A partir de ese momento, comencé a tratar de crearme un espacio de expresión. Participé en varias revistas digitales hasta que encontré la maravillosa herramienta de una bitácora virtual, donde soy mi jefa de redacción, mi directora general y hasta mi censora". Habla de Generación Y, el blog más controvertido y leído de Cuba que puso en marcha en abril de 2007. Desde entonces, Yoani Sánchez se ha convertido en la nueva figura de oposición cubana, aunque ella reniega de colgarse etiquetas: "Yo me veo como una ciudadana independiente que se cree en el derecho de decir lo que piensa". Precisamente eso, la trae estos días a Madrid. De la mano de su compatriota Gerardo Mosquera, el nuevo comisario del festival PHotoEspaña, esta bloguera participa en la exposición Face Contact, la gran colectiva en el Teatro Fernán Gómez, y forma parte del jurado del concurso on line de retratos con webcam. Se define como una "fotógrafa minuciosa de la palabra", como una "retratista de la realidad". Su manera de ver el mundo da fe de ello.
P.- Generación Y, dice de su blog, está inspirado en gente con nombres que comienzan por "i griega", nacidos en la Cuba de los 70 y 80 y marcados por las salidas ilegales y la frustración. ¿Cuál es su finalidad?
R.-Si en un principio era una terapia personal para exorcizar los demonios del miedo, la apatía y la inacción, con el tiempo mi blog se volvió una plaza pública a donde acudían miles de comentaristas, también se hizo una referencia para el tema cubano. Ahora siento que tengo una responsabilidad, pero eso no me hace perder la libertad para escribir, experimentar con la palabra, mirar.
P.- Nada más entrar en el blog, una frase de Serrat desconcierta: "Tú saldrás de esta cochambre de muertos de hambre". ¿Qué mensaje cifrado hay ahí?
R.-En esa canción se relata la relación de una madre sobre protectora con su hija a la que imagina un brillante porvenir. Lo curioso es que en Cuba muchas familias proyectan el futuro de sus hijos de una forma muy diferente a la idea que se tenía del hombre nuevo en las primeras décadas del proceso revolucionario. Escapar de la isla casi a cualquier precio se ha vuelto una ambición bastante generalizada, de ahí que tristemente muchos padres preparan a sus hijos e hijas para que se desposen con un extranjero. Cientos de miles de cubanos están atrapados ahora mismo en un dilema doloroso: quedarse aquí para mantener sus raíces o partir hacia otra latitud donde podrían dar frutos, prosperar, desarrollarse humana y profesionalmente.
P.- Usted se fue a Suiza un tiempo y luego regresó. Decidir quedarse no debió ser fácil. Hace unos días Gerardo Mosquera decía sentirse "inxiliado" en su propio país.
R.- El "inxilio" es esa burbuja donde muchas personas viven dentro de la isla para eludir la participación casi obligatoria en el vértigo de la política. Siempre es preferible esa postura a la de quienes aplauden oportunistamente. En mi caso me siento más bien una cimarrona que ha escapado del cepo institucional. Gerardo Mosquera es una referencia obligada cuando se habla de la crítica de artes plásticas en Cuba. Nos une el amor por Cuba y cierta tendencia a la desobediencia.
P.- Michelle Obama decía hace apenas un par de meses, cuando le entregaba el premio Women of Courage, que siempre ha seguido adelante pese a ser perseguida. Podría ser una bonita definición de Cazadores cazados, su trabajo en PHotoEspaña. ¿Cómo lo llevó a cabo?
R.- Cazadores cazados es una colección de fotos que he hecho a mis perseguidores. Agentes de la seguridad a quienes les han dado la misión de acosarme con su presencia. Se trata también de un intento de ponerle rostro a todos aquellos que desde la sombra nos intimidan y hostigan. Cuando apreté por primera vez el obturador frente a uno de esos policías vestidos de civil, sentí un miedo tremendo, pero él también se atemorizó. De manera que mis fotos sobre esa temática intentan trasladarle al cazador el temblor de la presa, contagiar al depredador impune con el miedo de la liebre que ni siquiera puede correr para escapar.
P.- Y, ¿qué le interesó del retrato?
R.- Su capacidad de apresar ese segundo en que todo el interior de una persona se hace visible en un gesto, una mirada, una sonrisa, un simple y leve ademán.
P.- ¿Qué es lo mejor y lo peor de la cultura cubana?
R.- Lo mejor anda encuadernado en libros de poesía, proyectado en algunos filmes y expresado en fotos, carteles y más recientemente en la web. Lo peor es el silencio cómplice de muchos, la máscara que pretende mostrar un país que nunca ha existido. Ahora mismo ha ocurrido un verdadero escándalo en las artes plásticas cubanas, cuando el pintor Pedro Pablo Oliva ha sido expulsado de la Asamblea Provincial del Poder Popular en su Pinar del Río natal y su casa taller mandada a cerrar. La reacción de sus colegas de pinceles, de los artistas que han compartido con él exposiciones, clases y proyectos, ha sido -en la mayoría de los casos- el mutismo cómplice con el poder. Eso tiene que cambiar. El arte es meterse en problemas, ponerse en riesgo, señalar la injusticia.
P.- Dice que cada premio que recibe, que son muchos, la protege que también con ellos entra a formar parte de un expediente que quizás la lleva a un tribunal…
R.- En Cuba no solo está penalizada la discrepancia sino también la prosperidad. A las autoridades de mi país les molesta mucho que aquellos ciudadanos que ellos se empeñan en mostrar como seres insignificantes, pueda empoderarse a partir del crédito y los recursos que proveen los reconocimientos internacionales de prestigiosas instituciones. El castigo consiste en campañas mediáticas para desacreditar a las personas, la prohibición de salir del país a recoger esos premios, la vigilancia permanente, el aislamiento y una atmósfera amenazante que lo hace a uno creer que se está volviendo paranoico. Mi esperanza es que en mi país los cambios se logren antes del día que deba enfrentarme a esa farsa judicial..
--O--
Se nota que a Rafael Rojas nunca lo expulsaron de ninguna universidad cubana… Me pregunto si es historiador o estúpido.
DLG
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TRIBUNA: RAFAEL ROJAS
Reforma y represión en Cuba
RAFAEL ROJAS 01/06/2011
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Reforma/represion/Cuba/elpepiopi/20110601elpepiopi_4/Tes
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Uno de los mejores efectos del pasado congreso del Partido Comunista de Cuba es que, más allá de su limitada propuesta de cambio institucional, funcionarios y académicos de la isla comienzan a sentirse más cómodos en el lenguaje reformista. La autonomía empresarial, la contratación de trabajadores, la dilatación del mercado interno, la atracción de capitales inversionistas, la compra y venta de automóviles y casas y hasta la flexibilización de los viajes hacia y desde Cuba son demandas que se manejan cada vez con menos inhibición en la vida pública insular.
Sin democratización política no podrá fraguarse la modernización económica
El régimen presenta a los opositores como enemigos de Raúl y del cambio
La reforma económica impulsada por el Gobierno de Raúl Castro, a pesar de su timidez y lentitud, no carece de oposición en los sectores más ortodoxos de la clase política cubana. Esos sectores, sin embargo, no cuentan con suficiente fuerza dentro de la burocracia partidaria y, mucho menos, dentro del Gobierno y el Ejército como para detener el proceso reformista. A juzgar por los últimos meses, esta vez la resistencia a la mínima apertura no recurrirá al giro de timón -poco probable con un Fidel Castro anciano y convaleciente- ni al sermoneo ideológico en medios oficiales sino, exclusivamente, a la represión de la oposición interna.
Con el aval de las excarcelaciones de los 75 de la primavera de 2003, que le disminuye la presión internacional, el Gobierno de Raúl Castro se concentra en realizar arrestos breves y preventivos de opositores -alguno que otro precedido de golpizas- y en facilitar el escarnio y la estigmatización de blogueros y periodistas independientes en medios oficiales.
Un editorial de Granma del pasado 15 de mayo, titulado Fabricar pretextos, retomaba el principal argumento de la primavera de 2003: las críticas de la oposición preludian un ataque enemigo. No importa que se trate, justamente, de críticas y no de bombas o, tan siquiera, de llamados a la violencia.
Muchos defensores y críticos de la reforma económica, dentro y fuera de la isla, comparten la idea de que para preservar lo que entienden por socialismo -partido único, control gubernamental de la economía, la sociedad civil y los medios de comunicación, ideología de Estado...- es indispensable que la apertura se produzca sin cambios institucionales en el sistema político. Lamentablemente, los reformistas que así piensan prefieren tolerar la represión antes que importunar a quien puede promover la reforma misma: el Gobierno de Raúl Castro.
La peor consecuencia de este arreglo entre reformistas e inmovilistas es que asume la oposición al Gobierno como oposición a la reforma, cuando no necesariamente es así. Buena parte de la oposición lleva décadas demandando pacíficamente algunas de las mejoras en los derechos económicos y civiles que podría adoptar el régimen de la isla. Al presentar a los opositores como enemigos de la reforma, el régimen reinventa una vez más la categoría de "contrarrevolucionarios". Estos últimos no serían, ahora, los enemigos de Fidel y la Revolución sino los enemigos de Raúl y la Reforma.
Es interesante observar en el lenguaje de los blogs y publicaciones oficiales y en la propia jerga legal y penitenciaria que acompaña los últimos episodios de represión, esta transferencia de la enemistad a Raúl, al Partido y a la supuesta "voluntad de cambiar" de ambos. Los opositores comenzarían, entonces, a ser tratados como enemigos del cambio, como actores políticos que boicotean la apertura, lo cual es un modo eficaz de cuestionarlos como interlocutores de la comunidad internacional y la ciudadanía insular. A ese fin está dirigida la estrategia mediática del poder cubano.
No hay otra explicación coherente para gestos autoritarios tan burdos como difamar al líder laico Dagoberto Valdés, impedir la salida del país a la bloguera Yoani Sánchez y al escritor Orlando Luis Pardo Lazo, expulsar al pintor Pedro Pablo Oliva del Parlamento provincial o al estudiante Henry Constantín de varias universidades. Solo el deseo de eliminar a toda costa cualquier liderazgo autónomo de la sociedad civil y de evitar que el mismo se vuelva referencial, dentro y fuera de la isla, explica ese comportamiento represivo.
Lo curioso es que son los propios represores quienes insisten en que esos liderazgos no son tales, que carecen de verdadera proyección pública.
En los medios intelectuales estas exhibiciones de fuerza crean un dilema moral. Muchos intelectuales, que en los últimos años han avanzado en la defensa de espacios relativamente autónomos dentro de la cultura, se ven confrontados por la intolerancia oficial. Una intolerancia que se ejerce contra otros, los opositores, y que discrecionalmente los exceptúa, pero que funciona como trazado de límites, como advertencia de lo que no deben hacer o decir si quieren continuar gozando del privilegio de esa limitada autonomía. A juzgar por la escasa solidaridad pública de los intelectuales con las víctimas de la represión, el método ha sido exitoso.
En el fondo, el engranaje entre reforma y represión en Cuba tiene su origen en la convicción oficial -que como toda convicción refleja intereses- de que una liberalización de la economía cubana, por mínima que sea, generará tensiones sociales que, en vez de ser liberadas por medio de una democratización política, deben ser férreamente controladas por el poder. Esa es la principal enseñanza que las élites insulares han sacado de la experiencia china, en contraposición a la soviética, donde la simultaneidad entre perestroika y glasnost produjo, a su entender, el suicidio del comunismo.
Pobre lectura del pasado y equivocada interpretación del presente. Es cierto que en China y Vietnam la liberalización económica no se dio acompañada de democratización política, pero allí la reforma se impulsó tras un ajuste institucional nada insignificante del Estado y cuando el proyecto comunista gozaba aún de consenso interno. En la Cuba de la segunda década del siglo XXI, la mezcla de una reforma económica insuficiente y un inmovilismo político represivo no va a generar una modernización como la china o la vietnamita. La fractura social y el hartazgo creciente de la población van a impedirlo.
Rafael Rojas es historiador cubano