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martes, 19 de julio de 2011

ROLANDO D. H. MORELLI - De “chocolate”, de “fresa”, y hasta de “menta”, si hace falta (Lo que podemos esperar y más.)

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De `chocolate', de ‘fresa’, y hasta de `menta', si hace falta

Lo que podemos esperar y más

Rolando D. H. Morelli

 

Otra película hace furor en La Habana. Se trata de la cinta "Fresa y chocolate", del cineasta Tomás Gutiérrez Alea, con guión de Senel Paz, y basado en el muy traído y llevado cuento del propio autor, El hombre nuevo, el bosque y el lobo. Esta película, a diferencia de “Alicia en el pueblo maravilla”, que suscitara igual desafuero a su estreno en Cuba, (y que luego casi nadie ha podido ver), ha contado hasta con una buena acogida del periódico Granma, según afirma El País de España. Reseñas entusiastas de cierta prensa, que no podían faltar tampoco en esta ocasión, y exégesis de los sempiternos "amigos de Cuba" en el extranjero, dan por un hecho cierto que las cosas están cambiando. Ejemplo de ello, nos dicen, la película en cuestión. Si la acogida de Granma no constituyera en sí razón bastante para alertarnos, habría aún otras razones para tomar las cosas con un grano de sal, o dos.

            Recuerdo que hace unos años, cuando salió la película “Conducta Impropia”, de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal, (1984) uno de los impugnadores más tenaces de esta importante película que nunca se ha exhibido en Cuba, fue el propio Gutiérrez Alea. De unos cuantos plumazos Alea tachaba los testimonios de cuantos aparecen en la cinta, como "exageraciones", y se preguntaba —nada retóricamente— por qué al cabo de tanto tiempo de transcurridos aquellos hechos, (que él, naturalmente daba por cosa del pasado), es decir, muertos y enterrados, se hacía el documental. Las respuestas de Jiménez Leal y de Néstor Almendros a esta pieza vergonzosa de Alea titulada “Cuba sí, Almendros no” se hallan —para el que las quiera repasar— en el Village Voice (14 de agosto de 1984). No se trata del único intercambio de esta índole, pero bastaría a dar una idea aproximada del asunto y de los términos del debate iniciado por el cineasta del ICAIC. Con igual derecho al que le asistiera, y mejores razones, cabría preguntarle ahora al señor G. Alea, (casi una mermelada) por qué de repente se interesa en resucitar el tema, que según él había quedado resuelto.

            No esperaré por las respuestas del realizador cubano, o más bien sus excusas       — que cualquiera podría anticipar a la luz de sus presupuestos conocidos—, sino que señalaré aquí varias razones obvias. Hacer ahora esta película no sólo es conveniente para el régimen cubano, de ahí que sea posible hacerla y exhibirla a bombo y platillo, sino sobre todo rentable políticamente. Castro sigue aferrado al poder, y dice y redice que de éste no cederá a las buenas ni una uña. Su elocuencia es puro Castro: "Si das la uña te piden el dedo, si das el dedo te reclaman la mano, y si das la mano, te cortan la cabeza". (citado por Franqui no recuerdo ahora exactamente donde). La oposición interna y externa pide participación, y soluciones a la crisis cubana, y el poder la reprime y rechaza sistemáticamente, según estén o no a la mano los opositores, pero entre tanto, el poder juega a hacerse su propia oposición. El titular con que El País de España reseña la película, es revelador de hasta qué punto el engaño penetra porque está bien instalado: "Una película contra la hipocresía castrista, gana el festival de La Habana", reza el titular. Pero ¿quién auspicia, controla y autoriza dicho festival de cine? ¿No es más hipócrita hablar de "hipocresía castrista" cuando se hace el juego a los hipócritas, y se alarga de este modo, su vida política? Sin embargo, no hablaré aquí de “El País” que quiere ser España.

            Los aplausos de La Habana a la película de Alea son indicativos de varias cosas. Mencionaré dos: Primero, de la necesidad de espacios abiertos en la sociedad cubana, a la par que el régimen procura ocultar o reparar su desgaste, elementos ambos que obligan al régimen a “hacer el juego”, cosa que antes se permitía desdeñar y rechazar categóricamente como cuestión de principios. Segundo, de hasta qué punto puede el poder castrista, en un alarde de tozudez y determinación, estar dispuesto a jugar a la oposición consigo mismo, siempre y cuando se respeten sus reglas: "dentro de la Revolución, todo". La "Revolución", naturalmente, "soy yo", que diría su Máximo Líder.

            La película de G. Alea, como el cuento de Senel Paz en el que está basada, no pasa de ser una pieza más en el arsenal de trucos y embustes del castrismo. El ángel de Sodoma, relato de Alfonso Hernández Catá, publicado en 1929, o la novela Hombres sin mujer de Carlos Montenegro, de 1933, (nunca editadas, leídas o reconocidas en la Cuba de los Castros, Paces y Aleas), a pesar del paso del tiempo en que fueron concebidas tendrían mucho más que decir sobre los homosexuales y la homosexualidad, que todos los cuentos de camino del castrismo. Al cabo de treinta y tantos años de política oficial anti-homosexual, (defendida, justificada u ocultada por los Aleas del mundo, con sus consecuencias concretas sobre miles de seres humanos) se produce una película sobre el tema, y se pretende con ella hacer borrón y cuenta nueva. ¡No señores! Ni el argumento de la película, ni el cuento convencen. Y si aquí y allá se dicen verdades de perogrullo, a lo largo de la cinta, con muchísima tardanza además, no se trata de que las actitudes hayan cambiado. Lo que cambia, a pesar del poder y sus acólitos, son los tiempos. Pero estemos alertas, el poder nada puede respecto a la administración de la economía, o la producción de bienes de consumo —eso está más que demostrado—. El país del que se apoderaron los revolucionarios, y destruyeron con sistemática pasión marxista, se desmorona, no obstante, entre lo que sí pueden hacer quienes disponen de todos los medios para ello, están esos trucos, viejos como el poder mismo: producir la sensación de un sabor de helado que se añora, sea este chocolate, menta, o incluso fresa, si viene al caso. En fin, dar gato por liebre.

            Con muchísima penetración, señalaba Heberto Padilla en su novela En mi jardín pastan los héroes, que el castrismo había heredado del capitalismo anterior una maquinaria intacta, y soberanamente bien equipada —añado yo— de propaganda, de la que se sirvió para divulgar su propia imagen. Gente altamente entrenada en tales menesteres sigue cumpliendo esta función, en cuyo desempeño han adquirido una habilidad inigualable. Los medios se han refinado cada vez más, y no guardan relación con la involución sufrida por el país. Consiguen impedir todavía, con afeites y efectos de toda clase, disimular las grietas en las bases. Pero las grietas están, y empeñados como se hallan en ocultarlas, los Aleas y Paces las han perdido de vista. Cuando el tinglado acabe de caer, si es que no los aplasta en su caída, se verá claramente que se trató siempre de una aldea Potemkim, de un montaje con luces y espejos que habría hecho la envidia de Eisenstein o Buñuel.

            Relataré seguidamente una anécdota próxima en el tiempo y por su carácter mismo a lo ocurrido en La Habana con “Fresa y chocolate”. Hace poco menos de un par de semanas, asistí con varios amigos a la anunciada presentación en Nueva York de un documental hecho en Cuba para la televisión cubana por dos jóvenes cineastas que se presentarían en el Hunter College. (No sería necesario aquí entrar en explicaciones acerca del papel que juega desde quién sabe cuánto tiempo esta institución newyorquina penetrada por la Seguridad del Estado cubana y sus acólitos de toda índole, en el empeño de presentar “la verdad sobre Cuba”). La noche del estreno, después de prolongarse bastante la espera, se anunció impersonal y sucintamente que en lugar del “material anunciado” se presentaría otra película cubana, sobre los avances de los gays en la Cuba revolucionaria. La película en cuestión había sido exhibida en numerosas ocasiones y pocos de los presentes en realidad quería volver a verla. Las protestas no se hicieron esperar. El otro documental trataba del SIDA en Cuba, y se había anunciado como algo revelador y poderoso. A la consternación del público entre el que me encontraba, uno de los realizadores apareció con una declaración de principios bastante “ambigua” para explicar lo inexplicable. A las presiones del público este mismo individuo (ambos realizadores “se quedarían” posteriormente) se apartó del mamotreto que leía para explicar que los promotores del film —no ellos— habían decidido no mostrar su película porque éste no satisfacía la imagen sobre el asunto que buscaban representar ya que les parecía parcializado. Que el Hunter College censurara de esta manera desvergonzada la proyección de una película anunciada por la propia institución a bombo y platillo con anterioridad, porque de repente les parecía contraria a “la imagen” que buscaban dar no podía si no sorprendernos a quienes por más que estuviésemos acostumbrados a las falacias y truculencias del régimen cubano y del comunismo en general, nos aferrábamos a la creencia de estar en el país más libre del mundo. Aquello terminó como no podía ser menos, entre improperios y a golpes, que propinaron como siempre ocurre los sicarios del régimen cubano con la importante ayuda de un par de puertorriqueños que debían ser “macheteros” por lo menos. Los golpes los recibió especialmente un señor algo mayor, pero muy decidido a no dejarse tupir con argucias. “Tú lo que eres es tremendo maricón” Le gritaron y ahí se armó Troya. También yo recibí y devolví algún golpe. Al final, cuando se anunció que estaba por llegar la policía —cosa que nunca ocurrió— los agresores de marcharon juntos como a una consigna: “¡Fuerzas de choque, retirarse!”. Disciplinados los muchachos. No hubo denuncias que yo sepa de lo acaecido. El Hunter ha seguido patrocinando y aupando actividades de todo tipo en “apoyo” a quienes quieren divulgar “la verdad de Cuba”. Conservo una copia obtenida más tarde de la cinta que inicialmente debía exhibirse: “Al margen del margen”, y aunque se trata por varios motivos de un documento importante, tampoco es que se trate de nada como para semejante género de censura aún en tratándose de los aliados del régimen cubano. Pero éste no funciona de otra manera, y lo que puede parecer una pifia muchas veces no lo es, y viceversa. Saben muy bien dar y recoger cuerda. Han cultivado las apariencias y si a veces parece que les falla la pierna no siempre es porque verdaderamente ocurra así. Cuentan para ello con los medios, la dedicación profesional y confesional y todo el tiempo del mundo. Hoy dicen digo y mañana Diego, y pasado dicen que dijeron Dago donde digo Diego y pasan página como si tal cosa. Dentro de unos años —seguramente no muchos— se repetirá este incidente, u otro parecido y el régimen y sus alabarderos salvaran la cara con excusas parecidas a las que siempre han empeñado. Esto, si alguien les pidiera cuenta de sus actos.

            Conseguí más tarde hablar en Nueva York con uno de los realizadores —ya acogido a la condición de “quedado”— y me impuso de algunos detalles tal vez relevantes aquí. Aunque producida para la televisión cubana por ellos, estudiantes de cine, se las habrían arreglado para hacer al margen otra película de mayor duración que era la que intentaban exhibir dando gato por liebre, pero desde La Habana se habían movilizado varias voces de activistas norteamericanas, (sin dudas alertadas por las autoridades del régimen) que se dirigían a sus colegas y lazos en los Estados Unidos mediante faxes —desde Cuba, no se pierda el detalle— pidiéndoles literalmente “no exhibir la película” que tildaban de ser entre otras cosas demasiado “artsy”, además de constituir un intento de parte de los documentalistas de echar leña al fuego de los argumentos contrarrevolucionarios, habiéndose burlado de las autoridades que confiaron tan plenamente en ellos. El documental, me contó en la referida conversación el realizador, surgió de la frustración que sintieron cuando la televisión censuró de antemano algunas secuencias “muy críticas” en la que los enfermos recluidos en el sidosorio de “los Cocos” y algunos familiares de los mismos se manifiestan abiertamente contra la política de internamiento forzoso y la discriminación que sufren los homosexuales, pero de la que se exonera a un combatiente internacionalista cuya enfermedad seguramente fue consecuencia indirecta de su participación en la guerra de Angola y directamente de su conducta sexual allí. Los jóvenes “disidentes” decidieron entonces, aprovechando el viajecito al Hunter College (no averigüé de qué modo obtuvieron esta presea) restaurar la secuencia ‘maldita’ y exhibir la cinta tal y como había sido concebida inicialmente por ellos para que el público pudiera apreciarla por sí mismo. Al parecer, una prevista de la cinta, exigida por la anfitriona (profesora del Hunter) reveló el hecho y “la compañera” se apresuró a comunicarlo y a comunicarse con sus congéneres en Cuba, de lo que resultó la censura. Conservo en mis archivos copia de los mensajes cruzados entre “los compañeros” (los cuales procuré y conseguí por trasmano) entre los que priman los provenientes de La Habana con instrucciones precisas. Espero que los mismos algún día pasen a integrar una compilación oportuna acerca de la censura y la desinformación respecto a la realidad cubana por parte de quienes supuestamente no buscan otra cosa que “revelar la verdad”, y de paso, documentar el intervencionismo directo e indirecto de la izquierda norteamericana en Cuba y fuera de ella en lo concerniente a la represión.

            En fin, que bien puede tratarse de “Al margen del margen”, a cargo de unos estudiantes cubanos de cinematografía, o de “Fresa y chocolate”, consentida por el régimen. Éste no gasta en salvas a menos que se trate precisamente de eso, de deslumbrar con una fantasmagoría. Desde hace ya algún tiempo, el régimen cubano ha comenzado con mayor o menor vigor una campaña destinada a contrarrestar las denuncias que desde distintos ángulos se le hacen a propósito de su homofobia institucionalizada, especialmente a partir del documental “Conducta Impropia” y de los testimonios librescos de Reinaldo Arenas y muchos otros salidos en circunstancias particulares. Algunos homosexuales vinculados al régimen, entre los que se cuenta el propio presidente del ICAIC, Alfredo Guevara (amigo personal de Fidel Castro) han insistido en “la necesidad de rectificar” esa política oficial que hizo crisis precisamente en el año 80, de cara a la galería, siempre y cuando dichos “homosexuales” sepan darse su lugar y comportarse políticamente. “Fresa y chocolate” viene a ser esa película que “abre puertas” o simula hacerlo. Los “amigos de Cuba” en el exterior le dan la bienvenida con los brazos abiertos. No es para menos. ¡Al fin! Vean. Ahí está. La política de la Revolución puede cambiar. ¡Se superan errores! Advierto que no será el único ni el último de tales intentos. A pesar de la reticencia de los Castro, en particular del Maximísimo, ellos saben que el régimen necesita “refrescar” su imagen maltrecha. Siempre podrá culparse a otros, como siempre ha sucedido, de un rumbo equivocado si éste prueba serlo. ¡Soltar un poco la cuerda para que se crean libres! Un tironcito oportuno y bastará a recordarles quién es quién y porqué. Me repito. Recién comienzan. Rectificar no consiste de otra cosa que de blanquear el muro contra el que se fusiló. Con la desaparición de las evidencias, o en todo caso con el gesto de desagravio fingido y solemne, debe bastar. Los archivos del ICAIC conservan materiales valiosísimos que pueden ser “trabajados” a cualquier fin que se requiera, y cuenta con personal calificado y bien dispuesto. Al final, puede incluso acusarse de todo lo ocurrido “antes” a gente que se tomó muy en serio, o equivocadamente “las orientaciones dadas”. Dirán que muchos de ellos están hoy en “el exilio”, y mentirán a medias al decirlo, porque en efecto hay entre los “arrepentidos” de hoy mucho desvergonzado. Pero no dirán que muchos de esos mismos no son sino “sapos” a quienes se ha permitido vivir fuera de Cuba para que en “el exilio” continúen haciendo su trabajo para el régimen. Algunos por prebendas de cualquier clase, otros porque como sucede con el alacrán de la fábula, el veneno y la maldad “están en su naturaleza”. Aquí mismo, en Philadelphia, y en Nueva York, (que no son Miami) los conozco y he llegado a cruzarme con ellos incluso en la Universidad. Y puestos a mentir y a embaucar, caramba, podría ser que hasta el propio Fidel Castro llegase alguna vez a pedir disculpas, si creyera estrictamente vital para su supervivencia e imagen hacerlo. Advierto aquí, tal vez en vano: ¡más de lo mismo! ¡Más!

© Rolando D. H. Morelli (1993) (for “The Hispanic, Philadelphia, Penn.)

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miércoles, 11 de mayo de 2011

UGANDA: sin pobreza, sin SIDA, sin gays…

Esta entrada ha sido escrita por IRENE MILLEIRO.

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Cuando doy algún curso o participo en alguna conferencia no me canso de repetirlo: la ayuda al desarrollo funciona. Hay muchos ejemplos, aunque las ONG no seamos muy buenas en visibilizarlos. Uno de esos buenos ejemplos es Uganda, uno de los países que parece que alcanzará gran parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el año 2015, entre ellos el de reducir la pobreza y el hambre a la mitad. 

El punto de partida era aterrador: primero, la brutal represión del régimen de Idi Amin en la década de los 70, que dejó más de 300.000 muertos. Después, una sangrienta guerra en el norte que duró más de 20 años entre el gobierno y el fanático y brutal Ejército de Resistencia del Señor, que secuestró a más de 30.000 niños y niñas para hacerles trabajar como soldados o esclavas sexuales. En el año 2006 Oxfam y la plataforma de ONG de Uganda cifraban el coste humano de la guerra en cientos de miles de muertes, y su coste económico en más de 1.700 millones de dólares. (Ver aquí la entrada que hicimos sobre la radio comunitaria Wa).

Con este panorama, las tasas de pobreza, analfabetismo, y prevalencia del VIH eran brutales en los años 90: cerca del 70% de la población vivía con menos de 1 euro al día, el 44% era analfabeta y cerca del 15% de la población estaba infectada por el VIH.

El panorama a día de hoy es, afortunadamente, muy distinto: en 2009 la tasa de pobreza ha bajado hasta el 29%, el analfabetismo ha caído hasta el 27% y “solo” un 6% de la población sufre el VIH.

Este “milagro” ha sido posible gracias a una combinación de voluntad del gobierno, inversión de los donantes –incluido el Banco Mundial- y trabajo de las ONG -denunciando la situación, presionando para conseguir avances y colaborando con la población y el gobierno para producir cambios concretos-.

Pero en casi todas las historias bonitas hay una cara oscura: hoy mismo se debate en el Parlamento de Uganda una ley que permitiría condenar a muerte a las personas homosexuales. Así como se lo cuento. La ley no sólo pretende introducir la pena de muerte para las personas que practiquen la homosexualidad en Uganda, sino que incluye también provisiones para las personas ugandesas que se involucren en este tipo de relaciones fuera de su país, para que sean adecuadamente castigadas tras su extradición a Uganda, e incluye penas para organizaciones, medios de comunicación o personas que apoyen los derechos de las personas LGTB.

La eterna tensión entre los derechos económicos, sociales y culturales y los derechos civiles y políticos. Países como Uganda o como Cuba se excusan en su buen cumplimiento de los primeros para quitarle importancia a las violaciones de los segundos. Para mí la discusión es tan absurda como preguntarle a alguien a qué hijo quiere más.

Y podemos hacer algo. El presidentísimo Museveni (dirigiendo el país desde 1986, otra faceta de esa cara oscura) quiere seguir manteniendo la buena imagen y el apoyo económico de la comunidad internacional. Gritemos. A la hora de cerrar este post más de 600.000 personas ya habían firmado esta petición de Avaaz para frenar la ley. Hazlo tú también, y dile a Museveni que los derechos son siempre derechos.

domingo, 3 de abril de 2011

SERVANDO GONZÁLEZ - “Dulces guerreros cubanos”, obra cumbre de la literatura gay castrista

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Dulces guerreros cubanos, obra cumbre de la literatura gay castrista.
por Servando Gonzalez

Marzo 29, 2011.

 

Los “dulces” guerreros gays castristas


En su libro, Dulces guerreros cubanos, [4] Norberto Fuentes nos descubre un visión ignorada de esta casta de super machos gays guerreristas. El sólo hecho de calificar a guerreros -- en realidad muchos de ellos no pasan de ser asesinos de baja ralea -- de “dulces” ya indica que hay algo extraño en este libro, que no se dice abiertamente, pero que se revela a quienes tienen la clave o la intuición de lo que oculta.

 
El libro de Fuentes es una especie de oda de amor a Antonio (Tony) de la Guardia, el asesino personal del asesino Fidel Castro, que a su vez terminó siendo asesinado por el Asesino en Jefe. Al parecer el amor de Tony por Asesino en Jefe era tan profundo que obnubiló sus intelecto, y nunca descubrió que Castro, como la viuda negra, primero ama y después mata.

Reinaldo Arenas, un escritor cubano homosexual y anticastrista, hizo lo que tal vez sea el mejor análisis del núcleo gay castrista. Según Arenas, una característica del castrismo es que castra psicológicamente a los hombres. El sistema caudillista cubano solamente admite dos tipos de hombres: los machos-machos, obviamente representados por el propio Castro, el único que habla, patea la tribuna, truena, y da órdenes, premios y cárcel. El otro tipo es el macho-hembra, o sea, el hombre que incondicionalmente obedece y admira al macho-macho. La admiración que los machos-hembras sienten por el macho-macho es tal que terminan por imitar su voz, su entonación, sus gestos y hasta la forma en que camina. [5]

Por alguna razón inexplicable esta admiración de los machos-hembra por los machos-machos no se reduce a la Cuba castrista, sino que también ha permeado algunas de las organizaciones anticastristas del exilio. Prueba de ello es la cantidad de machos-machos de la inteligencia castrista que han fácilmente logrado penetrar (si no física, al menos metafóricamente) las organizaciones anticastristas del exilio. Un caso notable es el del macho-macho que se infiltró en Hermanos al Rescate, pero existen otros de cuyos nombres no quiero acordarme.

Todo el libro de Fuentes rezuma homoerotismo, y se revela en las descripciones de los machos-machos que Fuentes desliza como al azar entre sus melosas páginas. Por ejemplo, refiriéndose a los perros de Tony, Fuentes explica como éstos, no podían haber dado con mejor amo para que los alimentara y entendiera, un tipo en su género que respondía a las mismas características de fortaleza sin musculatura exhibicionistas, resistente, ágil, frugal, y leales en su justo sentido, tampoco sin exageraciones. Era una hermosa naturaleza viva la de Tony con sus jeans recortados y su pullover de ejercicios y sus sandalias ortopédicas …” [6].

Más adelante, también refiriéndose a Tony, Fuentes se extasía en la descripción del macho-macho que tanto admira:
Un tipo muy bonito, de buena piel, al que siempre ves pulcramente afeitado y con estómago plano -- encomiable para un cincuentón -- y la sólida musculatura apenas perceptible bajo el uniforme de servicio o de su indumentaria de jeans y camisa de cuadros, pero que se revela cuando lo ves en shorts y camiseta. [7].

Estaba con sus sandalias y su pullover y se escuchaba el sisear de las sifas de agua y canturreaba alguna balada, que era el máximo estado de felicidad para este guerrero. . . . Estaba con su habitual pullover de camuflaje, sin mangas, que alternaba en ocasiones con uno también desmangado en el que la palabra PLAYHOUSE impresa en gruesos caracteres blancos sobre la tela cruzaba de hombro a hombro . . . en el patio era donde a Tony le gustaba andar descalzo. [8]

—Vamos a verlo mañana -- dije con toda la dulzura que me era posible. Antonio de la Guardia asintió. [9].

Una páginas más adelante, Fuentes nos narra una conversación que tuvo con Tony en la que ambos se refieren a figuras clave de la cultura cinéfila norteamericana, entre ellas Tarzán, “con su cuchillo comando de degollar gorilas traidores a la cintura y su coquetona trusita amarilla con pespuntes negros de pies de leopardo tapándole los huevos . . . (énfasis en el original) [10]

Refiriéndose al tema de que en Cuba todas las persona importantes, incluyendo García Márquez, son sometidas a vigilancia y grabaciones de audio y video constantes, que incluyen sus actividades sexuales, Fuentes comenta que Fidel Castro “es un insaciable consumidor de esas porquerías. No de la imagen y mucho menos la imagen sexual, que él más bien tiende a rechazar . . . “ [11]

Y luego añade:

El rechazo de la imagen como complemento de la información y su preferencia por la elaboración cerebral de los datos, es el único rasgo femenino que pudiera reconocerse en la personalidad de Fidel Castro. Muestra de una conducta árida, seca y del convencimiento de algunos cofrades -- no más de tres -- de que nunca ha estado enamorado. Establece una relación parecida entre el desnudo y la muerte. . . . Le cedió a su hermano una mujer para que la desposara, a Vilma Espín, y dicen que en su performance entre las sábanas es de los peores en Occidente, “un mal palo del carajo”, según comentario de una legendaria modelo cubana de los cincuenta, Norka. [12]

En otra parte de su libro, después de regodearse en una larga y morbosa descripción de fusilamientos en la fortaleza de La Cabaña, Fuentes describe a los miembros del pelotón de fusilamiento:

Todos blancos, bien alimentados, bañados, vestidos de limpio, con esos uniformes de camisas azules ceñidas a sus musculaturas envidiablemente definidas, . . . [13]

Refiriéndose a Patricio de la Guardia, el hermano gemelo de Tony, Fuentes confiesa:

Entonces contemplo a Patricio, enfundado en su opaco mono Adidas de gimnasta, y él no va a saber que lo estoy observando y que disfruto de su sonrisa y de su sosiego como nunca ninguna mujer podrá experimentarlo. [14]

No hay que olvidar que el sosegado, sonriente y dulce general Patricio de la Guardia que Fuentes describe con tanto amor y admiración es el mismo que, según todo parece indicar, siguiendo órdenes de Fidel Castro asesinó a sangre fría a Salvador Allende en La Moneda. Ese es el mismo Patricio de la Guardia que, según Fuentes, “Tony giró su cabeza, y sonrió a su hermano mellizo, dulce y pícaro. Patricio me besó a mí primero. Patricio olía al sándalo de su colonia Drakal . . . [15]

Y sobre Tony:

Tony asiente, con una sonrisa. Parece, incluso, a punto de sonrojarse. Pero no logra determinar si su leve acceso de sonrojamiento se debe, lógico, a que no ha podio escapar de la intensidad de la ternura con que me ha expresado, . . . [16]

Pero este Tony lleno de ternura que, según Fuentes, se sonroja como una damisela, es el mismo que, según el propio Fuentes, “… tiene un grupo de hit men a su disposición, los killers.” [17]. Este es el mismo Tony de la Guardia quien, según confesión personal, asesinó, siguiendo órdenes de Fidel Castro, a varias decenas de personas en Cuba y en el extranjero.

Tal vez en determinados momentos de debilidad Tony tenga instantes de intensa ternura, pero esto nunca ocurrió cuando se disponía a asesinar a alguien. En cierta ocasión en que Fuentes le preguntó qué sentía sobre una persona a la que iba a asesinar, Tony le respondió:

… que ya está muerto, y yo le dije, tú no me entiendes, yo lo que quiero saber es lo que tú piensas de lo que tienes que hacer y qué piensas de ese hombre. Qué tú piensas de él.

“Que ya está muerto”, le volvió a responder el dulce Tony. [18]

En una referencia que pudiera interpretarse libremente, Fuentes sigue abundando sobre su héroe Tony:

Parqueamos casi al unísono. Tony con este mulatico flaco, llamado Ariel, que se ha agenciado de chofer, con su pullover suelto de smile! —el símbolo de uso internacional, estampado en amarillo en el pecho y espalda de la prenda, de un largo hasta casi las rodillas y que hace de Tony el único oficial cubano que se desplaza con un chofer civil y decidido aspecto de cantante de rap, el cual Tony, por supuesto, tiene en sus nóminas fantasmas de sus empresas comerciales para eludir que las pesadas estructuras burocrático-militares del país se lo saquen de al lado. [19]

Cuando habla de José Abrantes, otro de los “dulces” guerreros Cubanos, Fuentes se deja llevar por la emoción y lo describe como “… un hombre al parecer de una belleza física insoslayable.” [20] “… de una belleza excepcional.” [21] “… trigueño, juvenil, bonito de verdad, …” [22] Y a Abrantes y a Castro como “… realmente hermosos los dos, . . . “ [23]

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El Supergay en Jefe

Fidel Castro transformó lo que no pasaba de ser una rebelión popular para deponer a un dictador, en una innecesaria revolución social cuyo objetivo final era destruir las bases de la sociedad tradicional cubana. Varios grupos participaron en esa rebelión inicial: estudiantes del Directorio Revolucionario Estudiantil (DRE), comunistas del Partido Socialista Popular (PSP), y el Movimiento 26 de Julio (M-26-7). El M-26-7 tenía dos ramas: una, que Castro controlaba, combatía una guerra de guerrillas en las montañas de Oriente. La otra, el grupo principal de resistencia urbana que dirigía Frank País, controlaba ambas ramas del M-26-7.

Pero el grupo bajo el mando de Castro provenía fundamentalmente del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), una creación de Rafael García Bárcena, ex-director de la Escuela Superior de Guerra. La mayoría de los miembros del MNR eran católicos izquierdistas o abiertamente fascistas. Los más prominentes entre éstos eran Armando Hart, Vilma Espín, Haydée Santamaría, Faustino Pérez.

Otros que eventualmente se unieron al círculo interno de Castro en el M-26-7 fueron su hermano Raúl, Che Guevara, Jesús Montané, Julio Martínez Páez, Melba Hernández y Celia Sánchez. Después que Castro tomó el poder en Cuba en 1959, Pastorita Núñez, Violeta Casals, Martha Rojas, Margot Machado, Angela Grau, Marta Frayde, Vicentina Antuña y Mirta Aguirre también se unieron al grupo que estrechamente colaboró con Castro.

La mayoría de estas personas que he mencionado más arriba eran gays y lesbianas machorras.

Rodeado de gays por todas partes (su hermano Raúl y Alfredo Guevara son los ejemplos más notables), el Supergay en Jefe siempre ha sentido un desprecio total por los homosexuales afeminados. Su peor insulto es llamarle “maricón” a alguien. Según el propio Fuentes, “el hombre es una maldita fábrica de decirle maricón a todo el mundo, como podemos constatar.” [24]

Luego Fuentes narra como Castro ha usado a García Márquez como su enviado personal para decirle “maricón” a Felipe González, a Omar Torrijos, y a otros. [25] En otro de sus libros, Narcotráfico y tareas revolucionarias, el propio fuentes narra como en una visita que Castro realizó a Rumania en 1972, le espetó a Ceaucescu, “Tú eres maricón,” y, dirigiéndose a su traductor le ordenó”: “ Dile que él es maricón. Traduce eso.” [26]

La obsesión anti-homosexual de Fidel Castro es tan grande que es una de las primeras cosas que le viene a la mente cuando pierde su ecuanimidad. Por ejemplo, a resultas de una broma que unos jóvenes de Miami le jugaron, engañándolo con una supuesta llamada telefónica de Hugo Chávez, al darse cuenta de que le habían tomado el pelo, Castro se quedó sin adjetivos difamatorios y, no hallando en su vocabulario adjetivos suficientemente ofensivas, le lanzó al que lo llamaba un epíteto de su propia creación: “mariconzón”.

Las opiniones públicas de Fidel Castro sobre la homosexualidad y los homosexuales no son fáciles de hallar. Probablemente la mejor fuente sobre el tema es una larga entrevista que Castro le concedió a Lee Lockwood en 1965, luego publicada bajo el título de Castro’s Cuba, Cuba’s Fidel. Las palabras de Castro son altamente reveladoras:

CASTRO: Pero seré franco y diré que los homosexuales no deberían ser admitidos en posiciones en las que puedan ejercer su influencia sobre la gente joven. En las condiciones bajo las que vivimos, debido a los problemas que enfrenta nuestro país, debemos inculcar en nuestros jóvenes el espíritu de la disciplina, la lucha, el trabajo. En mi opinión, todo lo que tienda a promover en nuestros jóvenes el espíritu más fuerte posible, o sea, actividades relacionadas con la defensa del país tales como los deportes, deben ser promovidas. Esta actitud tal vez no sea la meas correcta, pero es lo que sentimos. [27]

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Como se puede apreciar por sus palabras, la idea que tiene Fidel Castro sobre como debe ser la juventud revolucionaria es muy similar a la ideología gay de Esparta y de la Alemania nazi. Sus palabras al respecto de que el espíritu de disciplina, de lucha y de trabajo y de todo lo que promueva en los jóvenes el espíritu más fuerte posible, o sea, actividades relacionadas con la defensa del país tales como los deportes, parecen haber sido tomadas directamente de un folleto sobre la juventud Nazi escrito por el ministro de propaganda Nazi Joseph Goebbels.

No hay que olvidar que las palabras de Castro a Lockwood fueron dichas para su publicación. Pero escritos anteriores de Castro, los cuales no pensaba ver publicados, dan una mejor idea de su verdaderos sentimientos hacia los homosexuales afeminados. Mientras cumplía su sentencia en la prisión de Isla de Pinos por el ataque al cuartel Moncada, Castro tuvo ciertos problemas con un funcionario del gobierno, de quien escribió una carta a su amigo Conte Agüero: “Sólo un afeminado en los estratos más bajos de la degeneración sexual pudo usar ese tipo de ataque, de tan inconcebible indecencia y falta de hombría”. [28] Es un hecho comprobado que los gays supermasculinos consideran la femineidad en un hombre como la afrenta última y un grave signo de debilidad.

La distinción que hace Arenas entre los machos-machos y los machos-hembras es muy similar a la que hacen los gays norteamericanos entre Butchs (machos-machos) y Femmes (machos-hembras). En la cultura hispana el término que más se acerca al vocablo alemán “butch”, que designa al guerrero gay, es bugarrón (o bujarrón). Los bugarrones no se consideran a sí mismos homosexuales. Según esta distinción, sólo el hombre que adopta el papel pasivo o femenino en el acto sexual es visto como homosexual. Siempre que un hombre mantenga su papel “masculino”, no será considerado homosexual. Pero es bien sabido que muchos bugarrones esconden su homosexualidad bajo un manto de hombría y virilidad.

La crueldad despiadada hacia sus opositores, una característica esencial de la revolución castrista, es el resultado directo de sus raíces gay homofascistas. La Cuba de Fidel Castro está llena de cárceles y campos de concentración, donde el trabajo forzado, la tortura física y mental, y los pelotones de fusilamiento, son parte de la rutina diaria del sadismo gay. [29] No es por casualidad que uno de los peores tipos de tortura en Cuba, las llamadas “celdas tapiadas”, especie de ataúdes de hormigón en las que los presos son forzados a mantenerse de pie en total oscuridad por varias semanas, fueron inventadas por los gays nazis de las SS en la prisión de Oranienburg, cerca de Berlín.

Lamentablemente, Almendros y Rodríguez-Leal, demostrando una increíble falta de honestidad intelectual, no aclararon en Conducta Impropia que quienes hostigaban a los homosexuales afeminados y los internaban en las UMAPs no eran los viejos comunistas del PSP, sino los gays de la pandilla castrista, entre ellos Fidel y Raúl Castro, Che Guevara y el propio Alfredo Guevara. El único que tuvo la valentía de decirlo fue René Ariza, cuando, ya casi al final del documental, afirmó que en la Cuba de Castro las fronteras se tornaron borrosas, y muchas veces no se distinguía entre el perseguido y el perseguidor. [30]

Tampoco es producto de la casualidad que tres de los hechos más deleznables del sadismo gay castrista: el fusilamiento de 71 oficiales del ejército constitucional el 11 de enero de 1959 y su enterramiento en una fosa común, los fusilamientos masivos en La Cabaña, y la creación de las UMAPs en 1965, hayan sido llevados a cabo por dos de los más connotados gays castristas: Raúl Castro y el Che Guevara.

América Latina ha conocido dictaduras despiadadas y crueles. Pero nunca en la historia de esos países un gobierno ha instituido una persecución tan sistemática de sus ciudadanos, y en particular de los homosexuales, como la llevada a cabo por los dulces guerreros cubanos de la Cuba gay, homofascista, de Fidel Castro.

lunes, 6 de diciembre de 2010

ONU: “No está mal matar a los gays”

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ONU: 'No está mal matar a los gays'

5 de diciembre de 2010

Thor Halvorssen

Lea el artículo original en El Tiempo aquí.

Nueva York—La semana pasada, el Tercer Comité de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución especial sobre ejecuciones extrajudiciales. La resolución resalta varios grupos que han estado sujetos a ejecuciones arbitrarias, incluyendo defensores de derechos humanos y miembros de minorías étnicas. Por los últimos 10 años, la resolución incluyó la orientación sexual como un factor por el cual ciertos individuos son condenados a morir.

Sin embargo, esta vez Benín, en nombre del grupo africano de la ONU, propuso una enmienda para eliminar a las minorías sexuales de la resolución. La enmienda fue aceptada con 79 votos a favor, 70 en contra, 17 abstenciones y 26 ausentes.

Una colección de países notorios por violar los derechos humanos votaron a favor de la enmienda, incluyendo Afganistán, Cuba, Rusia, Sudán y Uganda.

A estos se sumó Belice (donde uno recibe 10 años de cárcel por ser gay), Jamaica (10 años de trabajo forzado), Granada (10 años), y Guyana (cadena perpetua). En Latinoamérica, sólo Cuba se unió a los países musulmanes, africanos y afrocaribeños. (La votación completa está publicada aquí.)

Para su propia vergüenza, Colombia estuvo entre las 16 naciones que se abstuvieron. Lo mismo hicieron muchas islas del Caribe que tanto se benefician del turismo gay.

Entre los países en contra de la enmienda están todas las naciones europeas y escandinavas, Corea del Sur, la mayoría de los países de América Latina, Estados Unidos, Canadá, y un solo país del Medio Oriente: Israel.

La ONU tiene la fama de no hacer prácticamente nada cuando se presentan casos de asesinatos en masa. "¡Nunca más!" fue el grito histórico después del Holocausto. Desde entonces, el mundo ha sido testigo de una docena de proclamas similares por parte de la ONU siempre 'después' de que los cadáveres se amontonaran. Una resolución de este tipo, aprobada en la Asamblea General, es significativa por la claridad de su mensaje: "No está mal matar a los gays".

Ningún país africano votó en contra de la enmienda, y esto no nos sorprende. Es tan aceptable la noción de asesinatos extrajudiciales de hombres y mujeres homosexuales que uno de estos países, Uganda, está considerando aprobar legislación para condenar la homosexualidad como un crimen con pena de muerte. El "Ministro de Ética e Integridad" de Uganda, Nsaba Buturo, ha prometido que el proyecto de ley será aprobado antes de mayo del 2011.

Yo tuve la oportunidad de conocer a una de las personas que luchan contra la posibilidad de otra más de estas ejecuciones en masa en Uganda. Su nombre es Kasha Jacqueline y fue una de las presentadoras en el Oslo Freedom Forum.

Al llegar a Noruega, Jacqueline fue contactada por miembros de una de las organizaciones de gays y lesbianas de Oslo que la exhortaron a no participar del Oslo Freedom Forum porque estaban en desacuerdo con algunos ponentes que eran críticos abiertos de tiranías de izquierda. Lamentablemente, algunas personas en Noruega creen que sólo los izquierdistas pueden llamarse defensores de los derechos humanos. Esta doble moral se manifiesta cuando se ignoran los crímenes de los gobiernos que ellos apoyan (como cuando se ignoran los presos políticos de Fidel Castro o de Hugo Chávez).

Pocos días después, la inclusión de Kasha Jacqueline en el programa del Oslo Freedom Forum motivó la protesta pública de un activista estadounidense antiaborto. La ironía era espantosa: un hombre que dice dedicar su vida a luchar contra lo que él llama el asesinato en masa de bebés, pero a la vez condena un evento sólo por incluir a alguien que quiere evitar el asesinato en masa de gays y lesbianas.

He ahí, querido lector, la derecha estadounidense, y la izquierda europea. Se merecen la una a la otra.

Thor Halvorssen es presidente de la Human Rights Foundation y fundador del Oslo Freedom Forum.

Lea el artículo original en El Tiempo aquí.

Vea el video de Kasha Jacqueline aquí.

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NOTA DEL BLOGGER:  Se aceptan sugerencias sobre las diversas reacciones que se puedan ejercitar…  ¿O nos quedamos todos tranquilitos y confiando en la equidad de la distinguida asociación?  Total, una pluma más, una pluma menos: ¿acaso el mundo va a estremecerse por eso?

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miércoles, 6 de octubre de 2010

Profile of an arab man - Perfil de un hombre árabe

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(NOTA DEL BLOGGER)  Perfil encontrado en una página de relaciones entre hombres.  Una simple y “tranquila” exposición de la vida en su país hace de este texto la denuncia más explícita y contundente que he leído sobre el escabroso tema que la mayoría olvida tan fácilmente.  Al final no somos tan diferentes.

Ojalá este hombre pudiera encontrar alguna vez lo que desea.

DLG

 

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Profile of an arab man

In Saudi they decapitate gay men in public. In Iran they burn them alive. In Egypt they accuse gay men of habitual debauchery and imprison them for 3 years. Who told them to do so? Is it God? What exactly did God tell them to do to gay men? And why? Who created gays the way they are? Is it their choice to be different? Did they choose to be hated and badly treated?

I did not choose to be the way I am. I wish if I would have loved to fuck women. At least I would have had the right to have 4 women as a Moslim guy. I am created Gay, and I do not even have the right to have a partner. Not even one!

Why did God created me the way I am? Why?

I am dreaming of love. Longing for freedom. Hoping for democracy and peace for every one on earth. Desperate for justice. But I know that there is no hope.

 

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Perfil de un hombre árabe

En Arabia Saudí decapitan en público a los homosexuales. En Irán los queman vivos. En Egipto los acusan de hábitos licenciosos y los condenan a la cárcel por tres años. ¡Quién les dijo que hicieran eso? ¿Dios? ¿Qué les dijo Dios exactamente que hicieran a los hombres homosexuales? ¿Y por qué? ¿Quién los creó tal como son? ¿Es su elección el ser diferentes? ¿Quién escoge ser odiado y maltratado?

Yo no escogí ser de la forma que soy. En realidad quisiera que me hubiera encantado follarme a una mujer. Al menos, así tendría el derecho a tener 4 mujeres como todo hombre Moslim. Fui creado Gay, y ni siquiera tengo el derecho de tener un compañero. ¡Ni siquiera uno!

¿Por qué Dios me creo de la forma que soy? ¿Por qué?

Sueño con el amor. Ansío la libertad. Deseo que cada uno en la tierra disfrute de paz y democracia. Clamo a la justicia. Pero yo sé que no hay esperanza alguna.

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sábado, 4 de septiembre de 2010

EMILIO DE BENITO - La prostitución de ellos: más oculta, menos esclava.

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REPORTAJE: Vida & Artes

La prostitución de ellos: más oculta, menos esclava

La redada que encontró a varones explotados sorprende a expertos e instituciones - Los trabajadores del sexo suelen ganar más y son más libres para dejarlo que sus compañeras

EMILIO DE BENITO 04/09/2010

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/prostitucion/oculta/esclava/elpepusoc/20100904elpepisoc_1/Tes

 

La reciente redada contra una red que supuestamente explotaba a 80 chicos brasileños en casas de alterne ha puesto cara a una realidad que suele estar escondida: la de la prostitución masculina. Según la versión de la policía, los chicos brasileños llegaban a España engañados con la promesa de un trabajo como bailarines, y para que aguantaran las jornadas laborales (tenían que estar disponibles las 24 horas al día) les daban cocaína, Viagra y poppers (un vasodilatador). Hay 14 detenidos.

"El chico decide qué hace", dice un experto. "No hay relación de poder"

En la calle trabajan los más jóvenes. Son los más difíciles de recuperar

"A los hombres les cuesta más pedir ayuda", confirma un técnico sanitario

A diferencia de ellas, viven el trabajo sexual como algo temporal

Las ONG han detectado un abandono de la calle hacia los pisos

Los profesionales creen que apenas existe la explotación masculina

Tan oculta está la prostitución masculina que si se pregunta al Ministerio de Igualdad, que impulsa desde su creación trabajos sobre la prostitución, la respuesta es que ellos no tienen nada al respecto, que es un fenómeno muy marginal y, sobre todo, con un factor que, claramente, le diferencia de la prostitución femenina: entre los chaperos (un término que alguno de ellos reivindica con la misma energía con que otros lo rechazan) no suele haber explotación. Desde una perspectiva de género, dicen en el Gobierno, las relaciones que estos establecen con sus clientes masculinos (las clientas son minoría y, además, se dedican a una prostitución de lujo, lejos de cualquier sordidez aparente) son más de igual a igual, sin la violencia -explícita o implícita- que se da muchas veces en las relaciones de los hombres con las prostitutas.

Ramón Esteso, coordinador de Inclusión Social de la ONG Médicos del Mundo, describe la diferencia así: "La relación [de los trabajadores del sexo] con sus clientes es más equilibrada, no hay diferencia de género. El chico decide cuándo, cómo y qué hace. No es una relación basada en el poder".

Los implicados reconocen que eso es así. Y no solo Mario (36 años) o Ander (26), que, por lo que cobran por servicio -de 100 a 150 euros el primero, más de 80 el segundo- y las condiciones en que lo hacen -en casa u hotel, con contactos por Internet- pueden considerarse "de gama alta". Hasta Juan, un rumano de 24 años que trabaja en la calle desde hace menos de un año dice con orgullo -casi con fiereza- que él hay cosas que no hace. "No soy maricón. Necesito el dinero". Eso sí, admite que cobra poco -"diez o quince euros"-, pero que le sirven para ir tirando mientras encuentra trabajo "en lo que sea".

Puede que Juan, arisco en el cara a cara, y que obviamente no se llama así, exagere. Pero puede representar a los trabajadores del sexo que están en la escala -económica- más baja. "En la calle trabajan los más jóvenes. Son sobre todo rumanos y magrebíes", explica Iván Zaro, coordinador del Área de Salud de la Fundación Triángulo, y autor de un extensivo estudio sobre trabajadores del sexo en Madrid. "Muchos son heteros y compaginan el trabajo sexual con pequeños hurtos u otros empleos temporales". En teoría, son los que peor lo pasan, y, a la vez, a los que más cuesta ayudar. "Están tan dañados por su situación de marginalidad que son los más difíciles de recuperar. Tienen, además, muy bajo nivel formativo, y su mayor referencia son sus amigos, en situación parecida, lo que les da valor para seguir", añade Zaro.

Mario Blázquez, técnico en salud de Cogam (Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid) define a este grupo como el "más difícil de alcanzar con los programas de atención". "Vienen a por material (condones, lubricantes) porque les es cómodo y gratis, pero no se dejan ayudar. Como yo digo, no se puede llegar a tocarles el alma, a conocerlos", dice Blázquez. Esteso coincide: "A los hombres les cuesta más pedir ayuda". "Es tanto el estigma, que muchos prefieren decir que lo hacen voluntariamente a admitir que están forzados por la necesidad".

Pero lo que sí que tienen, adaptado a sus circunstancias, es una característica que los expertos consultados coinciden en resaltar, y que no se da tan fácilmente en las mujeres, y, mucho menos, en las transexuales: viven el trabajo sexual como algo temporal.

Es lo que hace Ander. Este colombiano de 26 años llegó a España para estudiar hace cinco. Hace dos empezó a prostituirse. Ahora lo alterna con "un trabajo normal en una empresa de marketing". Sus jefes no saben que tiene otra ocupación esporádica, pero él cree que "no les importaría". Durante el tiempo que se dedicó en exclusiva al trabajo sexual "ganaba un buen dinerito, más de 2.000 euros al mes". Lo relata como "algo normal". Tanto, que si ahora no lo ha dejado del todo no es por el dinero. O no solo. "Sigo con algunos clientes con los que llevo mucho tiempo. En el fondo son buena gente, y no los puedes dejar tirados de un día para otro. De alguna manera se va creando un vínculo, y estoy comprometido con ellos", cuenta. De hecho, Ander admite que alguno de sus clientes, a base de trato, ha llegado a enamorarse de él. "Pero el peligro es que confundan. Se creen que si hay amor pueden dejar de pagar". Además, de amor él ya está servido. Tiene pareja -otro chico- que sabe a qué se dedica, y que "no le importa".

Por cómo lo dice, quien no parece que vaya a tener problema con el amor es Mario. A sus 36 años, ha tenido "tres novios, pero todo salió mal". Todos fueron antes de que se dedicara en exclusiva a la prostitución. "Ahora soy antipareja". Por eso ni se plantea si su trabajo sería compatible con una relación afectiva. "Pero mis amigos saben a qué me dedico, y no hay problema", dice.

Mario sabe que lo suyo es una ocupación con fecha de caducidad. Indica orgulloso los blogs donde cuelga sus fotos para captar clientes, donde se ve a un hombre con un cuerpo trabajado en el gimnasio. "Me cuido. El secreto es hacer deporte, comer bien y descansar", dice. Pero sabe que la apariencia física es pasajera. "No tengo planes de futuro. En los cinco años que llevo en esto me he comprado una casa, y me estoy formando como masajista para el futuro", dice. Lo que tiene claro es que no quiere volver a su situación de trabajador poco cualificado, la que tenía cuando hace cinco años dejó una ciudad de provincias y un trabajo en una empresa de artes gráficas para irse a vivir a Madrid. "Estuve en tres empresas, y todo fue lo mismo. Una putadita por aquí, malos rollos por allá. Y encima mal pagado. Ahora trabajo para mí mismo. Yo decido cuántos clientes me hago: si uno, dos o tres al día. El límite me lo pongo yo", cuenta.

El asunto de los límites -no solo en la cantidad, sino en las prácticas- es importante, y otra gran diferencia entre hombres, mujeres y transexuales que se dedican a la prostitución. Esteso, de Médicos del Mundo, cree que los chicos lo tienen más fácil. También los datos de Zaro apuntan a que, igual que la inmensa mayoría afirma que se ha metido en la prostitución voluntariamente, deciden más fácilmente qué hacen y qué no. "Yo no hago bareback [en inglés, sexo a pelo, sin condón]" dicen tajantes Mario y Ander. En el estudio de la Fundación Triángulo, un 97% de los encuestados afirmó que "siempre" usaba preservativo.

Sin embargo, según los datos del Centro Sandoval, un dispensario de Madrid que atiende gratuita y anónimamente -lo que lo convierte en uno de los sitios favoritos de inmigrantes o personas en situaciones de exclusión-, la situación es muy diferente. Casi un 20% de los trabajadores del sexo dieron positivo a la prueba del VIH en su primera visita, frente, por ejemplo, a un 0,8% de las mujeres con la misma actividad.

Aparte de que no sea verdad que los chicos usan el preservativo con sus clientes tanto como dicen, hay otro factor que puede influir: lo que hacen durante sus relaciones personales, con parejas o amigos. Y ahí parece que gran parte de la prevención se viene abajo.

Además, quizá Mario y Ander no sean representativos de la mayoría de los trabajadores del sexo. Y, seguramente, Juan tampoco. Hay una parte que trabaja en saunas, clubes y pisos, precisamente donde se supone que hay más facilidad para la explotación. Y, como dice Esteso, lógicamente, a esas casas no hay acceso. "Entramos donde nos dejan, que son muchos sitios, pero no a todos", indica.

Además, la ONG ha detectado -porque lo han visto con las mujeres, que son las usuarias mayoritarias de sus programas- que hay un paulatino abandono de la calle para refugiarse en pisos, propios o gestionados por otros. La causa es "la persecución de muchos municipios, con multas por ejercer en la vía pública". Y eso puede aumentar el riesgo de explotación.

"En la calle nadie te impide rechazar a un cliente", explica gráficamente Ander. "En una casa...". Pero enseguida matiza que lo dice como una posibilidad, porque él, que a veces ha hecho "estancias" en pisos, nunca ha visto que se forzara a nadie. "De hecho, para ocupar una plaza lo normal es que haya que pedirlo con antelación", dice. La estancia en estos lugares suele durar unas cuantas semanas, no muchas, para evitar lo que el estudio de la Fundación Triángulo califica efecto de cara quemada: que, una vez que los clientes ya conocen al trabajador, pierdan su interés por él para centrarse en los nuevos.

En esos pisos, según relata Ander, hay dos sistemas de pago: por día, como alquiler por la habitación, o con el 50% de los ingresos, "lo que sí podría considerarse proxenetismo, aunque hay que tener en cuenta que estar en un piso garantiza clientes, y que el dueño corre con los gastos de la publicidad y el mantenimiento". Lo que le parece más dudoso es que sean los dueños de la casa los que faciliten droga a los huéspedes. "No les interesa tener cantidades en casa, porque al delito de proxenetismo sumarían el de tráfico", dice.

Eso no quiere decir que en las casas -y en este trabajo en general- no se tomen estupefacientes. "Seguro que un porro para pasar el rato, y poppers (un vasodilatador que actúa sobre las mucosas) para las relaciones sexuales". ¿Y cocaína? "También, pero en una casa con cinco o seis chicos es peligroso, puede ser más difícil mantener el orden", comenta Ander.

Hasta Mario, que se cuida tanto, admite que toma poppers. Esteso, por similitud con lo que pasa en los pisos de mujeres, indica que la cocaína es de uso "muy frecuente". "Así son más manejables y están hasta más contentas", dice. "Y por supuesto, entre los chicos, poppers y Viagra", dice.

Pero ¿de verdad no hay explotación en el mundo de la prostitución maculina? Ninguno se atreve a negarlo tajantemente. "Si la hay, esos chicos no vienen a nuestros servicios", dice Blázquez, de Cogam. Zaro es el más remiso. "En ocho años sólo he visto un caso: un chico latinoamericano que se vino siguiendo a su pareja, y este le obligó a tener relaciones con otros hombres. Yo mismo le acompañé a la comisaría", dice. "Pero eso no quiere decir que no haya más".

No son tan pocos

Que la prostitución masculina no es, a grandes rasgos, comparable con la femenina tuvo una constatación manifiesta en la Comisión Mixta de los Derechos de la Mujer y la Igualdad de Oportunidades que se reunió en 2006 y 2007 para estudiar la situación de las trabajadoras del sexo y una posible regulación de sus condiciones laborales. Apenas hubo entre los ponentes quienes hicieran mención a que, aparte de las mujeres y niñas dedicadas a la prostitución, también había hombres que podrían beneficiarse de lo que ahí se acordara. De hecho, el documento final no los menciona ni una sola vez, ni siquiera como un caso a estudiar.

Prácticamente la única de las organizaciones invitadas a exponer sus puntos de vista ante la Comisión que habló de los trabajadores del sexo fue la Fundación Triángulo. Su representante, Iván Zaro, es concluyente ante lo que se debía haber decidido: "Tajantemente, estamos de acuerdo en que se legalice esta actividad", dice. Justo uno de los puntos que el informe de la comisión dejó que siguiera en un vacío legal.

Triángulo atiende en sus programas a unos mil trabajadores del sexo al año. Lógicamente, si la actividad se regula, eso implicaría también que hubiera normas sobre los anuncios en que los trabajadores del sexo ofrecen sus servicios. Este fue prácticamente el único de los puntos de aplicación inmediata en que aquella comisión adelantó una postura: prohibirlos. Algo que aún no se ha hecho.

La segunda -breve- mención fue de Médicos del Mundo. Lo interesante del trabajo de esta organización es que no se limita a una ciudad, y que atiende también a mujeres y transexuales. En total, el año pasado fueron 11.934 personas, de las que el 4% eran chicos y el 6% mujeres transexuales, cuenta Ramón Esteso, coordinador de Inclusión Social de la ONG. Extrapolando a las aproximadamente 300.000 prostitutas que hay en España, según datos que manejó la comisión del Congreso, quiere decir que hay unos 12.000 chaperos. Si, en cambio, el número real de mujeres que se dedican a la prostitución, como indican las Fuerzas de Seguridad, es de 45.000, la misma proporción daría que hay 1.800 trabajadores del sexo, justo los que atendieron el año pasado entre Fundación Triángulo (1.000), Cogam y Médicos del Mundo (400 cada una).

Lo que se sabe

- Nacionalidad. Las organizaciones que atienden a personas que se dedican a la prostitución destacan que, entre los hombres, la mayoría son latinoamericanos, sobre todo brasileños. Los de esta nacionalidad, por ejemplo, representan el 25% de los atendidos por Médicos del Mundo.

- Españoles. Son los que más alternan entre trabajo con otras actividades. Estaban casi desplazados por los extranjeros, pero la crisis ha hecho que en los últimos años algunos hayan vuelto a la actividad.

- Sexualidad. En el estudio de la Fundación Triángulo sobre la prostitución masculina, el 46,5% se declaró homosexual, un 30,7% heterosexual y un 22,8% bisexual. Pero estos datos pueden ser confusos por el estigma asociado a la homosexualidad. Muchos hombres que venden sus servicios sexuales a hombres evitan declararse gays.

- Exclusividad. La Fundación Triángulo calcula que casi el 50% de los chicos compagina el trabajo sexual con otro; el Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (Cogam), que el 30%, y por temporadas.

-O-

Hasta aquí el texto de Emilio de Benito publicado hoy por El País. A ratos descafeínado, a ratos esquemático y superficial.

A continuación, un poema mío.

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1471Gold

Fado

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a Nelo

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Lloras una tarde escuchando fados.

Posiblemente anochece, o el sol se pone al oeste del salón.

Carezco del rigor del orden para la secuencia de una temporada tumultuosa.

Cuando lo deleitas tranquilamente a solas contigo mismo,

descubres el regusto del licor de endrinas que mixturan los vascos.

Expresas tu felicidad al sentir —¡por fin!— una casa que te contiene.

La felicidad es un momento fugaz,

la certeza de una verdad plena e intensa, sorprendente y sorpresiva, pero instantánea;

y al mismo tiempo un deseo prolongado, perpetuo.

Por suerte, ese minuto dura apenas un segundo:

si sobrepasara ese tiempo, moriríamos todos de felicidad.

En cambio, su deseo, mudo, inconsciente, vulgarmente cotidiano,

nos hace levantarnos cada día, esquivar los bordillos de las azoteas,

apartar las píldoras del cansancio y su remisión

que, sobre la patética mesa de noche, se cubren también

del mismo polvo que nos baña a todos y a todo.

Lloras escuchando fados.

Carlos do Carmo no lo sabe y sigue cantando con su voz agreste;

mucho menos Misia, tan fina como la cola levantada de una gata

que atraviesa el salón impúdicamente arrogante.

Ellos no quieren oír historias de miseria, miserias y burdeles

de hombres para hombres, o algo parecido;

madres abandonadas e inciertas, pasajes omitidos por vergüenza,

un hombre de fortuna irlandés que por pocas horas te paga 800 talegos

y llegas a casa y me despiertas con una lluvia de billetes

gritando como un poseso “¡somos ricos!”, está lloviendo dinero,

está lloviendo hombres, está lloviendo mierda;

y cuando el irlandés, que no es la felicidad

pero que también desaparece fugazmente y sin aviso, se esfuma como el dinero,

me sorprendes una noche con todo el peso de tu cuerpo,

muerto por el vahído que provoca despertar para no poder mirar atrás,

y lloras por la vida que has tenido, la que tienes y la que no tienes;

y llorando te duermes sobre mi sombra.

Fado,

que suele ser de amores rotos, pero de amor al fin,

hoy es la música del caído que se arrastra y simula andar

—como la gata que atraviesa el salón impúdicamente arrogante—,

acentuando con presunción el filo cortante de sus pantalones planchados.

Quieres el anonimato del normal, la vida (media) del normal,

la normalidad del normal. No más Ámsterdam, no más Munich,

ni Madrid ni Lisboa, ni la leche del cabrón ni la saliva del cuero,

pero es difícil deponer el oro y el espejo.

Claro y oscuro. “Beijinho” sin sentido y sin raíz, imprecaciones intempestivas,

regalos y palabras, imprecaciones, promesas,

expulsiones, llantos, genuflexiones y ruegos,

patadas en las costillas, un hombre no le llora a otro, perdón...

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Miedo,

miedo al oro y al moro, a la gata y a la plata.

Lo bueno y lo malo. Lo indudable y lo ficticio.

Fado, lloras un fado al atardecer.

Quien ante una melodía así cede, no puede ser pequeño.

Quien toca verdadero fondo, toca el cielo.

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Duas lágrimas de orvalho

Caíram nas minhas mãos

Quando te afaguei o rosto.

Pobre de mim pouco valho

P’ra te acudir na desgraça

P’ra te valer no desgosto.

Porque choras não me dizes

Não é preciso dizè-lo

Não dizes eu adivinho

Os amantes infelizes

Deveriam ter coragem

Para mudar de caminho.*

Pedro Rodrigues

 

© 2006 David Lago González

(Madrid, 9 de enero de 2006)

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*Dos lágrimas de rocío / cayeron en mis manos /cuando acariciaba tu rostro. / Pobre de lo poco que valgo / para ayudarte en la desgracia / y consolarte en la pena. / Por qué lloras no me dices, / no es preciso decirlo / no me digas, puedo adivinar, / los amantes infelices / deberían tener el coraje / para mudar de camino.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Represión. ¿Qué represión? Ah, total, si sólo fueron unos cuantos maricones…

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Adversity draws men together and produces beauty and harmony in life’s relationships, just as the cold of winter produces ice-flowers on the window-panes, which vanish with the warmth. (via hellotula)

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Adversity draws men together and produces beauty and harmony in life’s relationships, just as the cold of winter produces ice-flowers on the window-panes, which vanish with the warmth.

Søren Kierkegaard (1813-1855)

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http://zoevaldes.net/2010/08/31/chacumbele-i-asume-persecusion-de-homosexuales-en-cuba-aunque/#comments

David Lago González Enlace permanente

Agosto 31, 2010 6:09 pm

Enough is enough, pero siempre siempre hay un “demasiado” más y otro más y otro más. Llegó la hora de “la reflexión” y “la limpieza”. La culpa no la tuvo nadie, será que como todo en Cuba: bajó de arriba.

En otro post anterior alguien decía “bueno, mientras no haya delitos de sangre…” También se lo oí aquí en Madrid a una persona que ya se me cayó del pequeño pedestal de respeto en que estaba, para justificar a un reciclante neo-patriota. Pero es que muchas veces para matar, torturar y desgraciarle la vida a alguien no hace falta derramar ni una gota de sangre: ahí reside la maestría de los represores.

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Más de un amigo que me quiere me ha aconsejado –por el mejor funcionamiento de mi estado mental, y físico— que me aparte lo más posible de lo político, porque, además, me dicen, estoy dando una imagen que a muchos otros lectores de este blog no interesa o les cuesta comprender o simplemente lo deja a un lado por serle incomprensible: en fin, eso que en lengua nativa peninsular se considera “un rollo”, “un coñazo”, y yo, pues, puedo ser lo que comúnmente llaman “un pelmazo”.

Todos tienen razón, tanto por el cariño y buena intención de las recomendaciones como por el dañino resultado de exponer mi verbo a tan bajos menesteres. Pero en algo me considero un total fracasado: no he logrado aprender a vivir con “la resaca del absurdo”. Con muchas otras cosas consideradas negativas se alcanza un nivel de convivencia, una especie de pacto, si no con alegría y deportividad, sí con una cierta tranquilidad (e incluso compensación) que se halla al acomodarse a una posición determinada: es como llegar al punto exacto en que ayudado por cojines y almohadas, encuentras más alivio al dolor. Se aprende a vivir con el sida, con la depresión crónica, con un cierto grado de locura, con la muerte, con una minusvalía, y sé que en el otro aspecto me encuentro en franca desventaja y minoría pues son legión los que han sacado antes, ahora y después, tajada del “absurdo” (llamado ideológicamente “comunismo”), pero qué quieren que le haga: God is (NOT) on my side en esta ocasión. Yo soy el que soy, y lo que soy, con todos sus pros y sus contras, y también porque viví y padecí con pasión las arbitrariedades del monstruo; no puedo cercenar esa parte de mí porque, en el mejor de los casos, entonces también una parte de mi verbo dejaría de existir; no puedo morirme y reencarnarme en la misma persona, con la misma historia, pero sólo con aquellas cosas que me han hecho bien, que me han beneficiado. No sería mi vida. No sería UNA vida, porque la existencia está hecha de todas y cada una de las partículas que la han compuesto, y sólo es una fiesta, una reconciliación con Dios y el alma cuando se alcanza un equilibrio entre la infamia y la belleza y a ambas cosas puedes encontrarle significado.

Por otro lado, resulta que la trama que sirvió de experimento a la primera generación infantil que tuvo que recibir el absurdo, después de medio siglo, sigue corriendo como si fuera un río subterráneo interminable y con demasiada frecuencia sus aguas crecen e inundan la superficie de esa otra etapa, de ese otro terreno que algunos hemos querido intentar que fuera el comienzo de una nueva vida. Son nuestras Tablas de Daimiel, pero en ella no anidan las hermosas especies de aves del Paraíso en su vuelo migratorio, sino escuálidos y voraces carroñeros con su pescuezo pelado y su cabeza de periscopio buscando en derredor nuevos objetivos, viejas presas que se creían ilusoriamente que habían logrado escapar.

En nuestro caso particular, hemos tenido un segundo castigo considerablemente peor que el primero que se originó, y fue que no fuimos una ficha más que cayó cuando el efecto dominó del derrumbe del comunismo real. Toda la morralla institucional y oficialista que existía en todos esos países, empezando claro está por la élite y clase intelectual y farandurela que circunda para ensalzar y divertir a la realeza del totalitarismo, no tuvo tiempo de reciclarse porque el cambio –¡allí sí hubo un verdadero cambio! Y no las basuras incomprensibles que en el caso de Cuba ruedan de boca en boca, de oreja a oreja, amplificando aún más El Absurdo— se produjo de un día para otro: todos desaparecieron, se los tragó la tierra, pasaron a la nada de la que nunca debían haber salido. Pero no, nosotros también en eso teníamos que ser especiales. “Especiales”, diferentes, únicos, los primeros y los únicos en América Latina y en todo el Universo, porque, claro, sobre nuestro ombligo alguien colocó un palito y sobre ese palito orbita todo el resto de despreciables necesarios para que aquel artilugio siga funcionando por los tiempos de los tiempos, amén.

Él, un hombre brillante, pletórico de éxitos y fracasos, ha terminado recurriendo a la ralea que tanto despreció al considerarlos como nada confiables, porque una buena parte de las cobayas (digamos, las fases posteriores a la primera de aquel Gran Experimento Universal) han desarrollado suficientes mecanismos de resistencia aprendidos durante los 25 años iniciales como para convencer a las miriadas de despreciables necesarios que su fe está por encima de su dios y que, por tanto, toda fe que es vivida o sentida, es cierta. Le han superado en lo camaleónico, y ahora Él, pobre monstruo en sus días finales, imita a sus pupilos con un toque de dulzura.

Con un toque de dulzura se hace responsable –Él también es todo un hombrecito— de la represión y genocidio iniciado en los años 60 contra esas taras de la naturaleza y de toda religión que son los hombres y mujeres que prefieren –y nadie sabe por qué— amar y desear lo contrario de lo que dicen las leyes y las normas religiosas y totalitarias. Fue sólo un asunto que se le fue de las manos. Él estaba demasiado ocupado jugando a los soldaditos todopoderosos que exponían a todo El Mundo a una destrucción nuclear, así, con la mayor de las ligerezas y montruoso infantilismo, interpretando el papel de David contra Goliat, sin conciencia de lo que nunca llegamos a saber nosotros en aquellos momentos (que seríamos borrados de la faz de la tierra) ni de que cambió el destino de miles de personas que ante la amenaza atómica llegaron a emigrar a las Antípodas u ocultaron su paranoia en refugios subterráneos (daños colaterales de su mesianismo que vine a conocer el año pasado cuando visitaba Philadelphia) y mi amigo Kurt rezaba para que le diera tiempo a pasar los exámenes. Oh, el pobre bastardo reciclado en pupilo del Colegio de Belén quería cobrarse su suerte con el poder inimaginable que da tener en las manos el destino de millones de personas. Digno de lástima, Él no pudo ocuparse de aquellos asuntos de exterminar maricones y bolleras porque padecía de resaca nuclear y luchaba contra la CIA que, como una hidra, repetía inútilmente cientos de asesinatos suyos. Claro, hombre, si no hubiera sido por esos problemas tan importantes, Él no habría permitido aquellos “excesos” que estuvieron “mal, muy mal”, pero qué se le va a hacer, un estadista es simplemente un estadista, no es un dios y no puede estar en todas partes a la vez.

Y ya, así queda resuelto el tema. Se acabó. No se hable más del tema. Él se ha hecho responsable, ¿eso no basta?

Pues no, eso no me basta a mí, que siendo menor de edad la Dra. Luisa Ceballos (madre ella misma de una lesbiana y residentes en la calle de San Ramón, entre San José y San Martín, en Camagüey) iba a mandarme de paseo a uno de esos campamentos de verano de la UMAP por haber cometido una gamberrada. Eso no le basta al poeta y amigo José Mario, que nunca volvió a ser persona. Eso no le basta a un amigo especial con quien compartí el bachillerato y que ha rehecho una imitation to life. Eso no le basta a Carlos Socarráz, que lo único que logró contarme una noche de borrachera fue lo de la tortura del hormiguero y en ese momento quedó con la mandíbula luxada durante dos días. Eso no le basta a mi primo Pedrito, cuya familia inmediata ocultó la verdad, y él llegó a luchar en la guerra de Angola (porque quiso, nadie lo obligó), ingresó en el Partido y sigue siendo tan pobre y maricón como lo que era con dieciséis años. Eso no basta a todos los que murieron allí, o se suicidaron durante y después de haber pasado por allí; eso no basta a los que no han podido olvidar todo aquello, hayan estado detrás o delante de las cercas de púa. Eso no basta a todos los padres y familias que sufrieron tanto como los jóvenes de entonces, el miedo, la paranoia, el terror y la humillación de ser menos que un perro. Y por eso no perdono, ni olvido, ni a Él ni a ninguno de sus acólitos ni a ninguno de sus bufones y poetastros, ni a su soldadesca ni al populacho ni al aprovechado, que ha ayudado a que la vaca no se moviera ni una pulgada mientras le arrancaban, primero la piel, luego la carne, los tendones, las vísceras, hasta dejarla en el hueso. Ni siquiera perdono a los reciclados patriotas y héroes.  Ya es demasiado tarde.

Y por eso, lo siento mucho, no puedo ser de otra forma. Eso es lo que hay. Soy lo que han hecho de mí.

© 2010 David Lago González

miércoles, 11 de agosto de 2010

Una falta de respeto a todos los homosexuales que han muerto o han sido asesinados por serlo, en cualquier parte del mundo, desde Stone Wall hasta Teherán, pasando por ESPAÑA.

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la-princesa-castrista-jpeg

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http://zoevaldes.net/2010/08/11/el-descaro-de-la-princesa-castrista/#comment-37715

Este link de un post del blog de Zoé Valdés lleva a algo que me parece, como ya he dicho, inconcebible.

Mariela Castro, hija del dictador Raúl Castro y miembrA ella misma de la cópula dirigente de Cuba, subida al capó de un descapotable haciendo una performance en Hamburgo para pedir la liberación de cinco cubanos que fueron a espíar a EE.UU., y que llevan allí 5 años presos.

Ser homosexual, y alcanzar el margen de libertad que se tiene en una parte del mundo, no es una fiesta.  En todo caso, es una satisfacción y un logro que ha costado sangre.  Igual que los logros sociales y laborales, ha habido que pelearlos y ganarlos.  Resulta INMORAL que una representante de una dictadura, reconvertida en hada madrina de locas oficiales o captadas para contrarrestar la realidad de la homofobia y la persecución que ha llevado a cabo la Revolución cubana, se ría del mundo con tal impunidad.

Toda agrupación LGTB de vanguardia debería protestar ante esto, pero qué se va a esperar si el COGAM y el nosequé madrileños “lapidaron” en teoría la representación de Israel en el último Gay Pride para apoya incomprensiblemente no entiendo que concepto atrofiado de izquierda.

David Lago González

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SALVEDAD:  La única persona que dio la noticia no fue Zoé Valdés, sino que ya he sido advertido y aclarado por la autora material primigenia, y hago honor a su comentario trasladándolo a primer plano:

Blogger loca del blog dijo...

la foto y la noticia la publiqué yo, modestia y aparte.Fue tomada por un cubano en Hamburgo.Guamá puso el post esta manana.

sábado, 22 de mayo de 2010

Jack, hay que ver... (BROKEBACK MOUNTAIN, revisited)

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Anoche me quedé viendo Brokeback Mountain por segunda vez. Ni siquiera quise mirar la hora cuando ya terminó la película --justo con esa frase que utilizo de cabecera y que se me escapó cómo se decía en inglés-- y me dispuse a dormir. Por suerte, con la TDT podemos ver ahora todas las películas y series en su idioma original y con subtítulos en español. No es que lo hagan por afán de que el vulgo se cultive sino que está hecho para los sordos, de modo que al asunto se añade cierto toque surrealista porque subtitulan también los ruidos, el sonido del llanto o el de la risa, gemir de placer o de dolor, o cualquiera otra cosa. O sea, que gracias a los sordos la población "in" podemos disfrutar de la voz real de los actores y actrices y no de que varios de ellos y ellas compartan una misma voz, o que el doblador se muera a mitad del proceso de doblaje y tenga que ser sustituido por otro vivo que termine el trabajo inconcluso y al personaje en cuestión le cambie la voz a mitad de película. Jack, hay que ver...

No he leído el libro, un amigome ha dicho que es mejor en algunas cosas. Pero la película, paramí, es una pequeña obra maestra en el sentido más clásicamente cinematográfico de la definición. Resulta bueno que podamos admirar un drama tan bien llevado, tan sopesado, de la misma forma que podemos apreciar, agradecer, sensibilizarnos y recordar por siempre una película de características similares donde la relación pasional se establece entre personas de sexo opuesto. Una visión, una óptica, tomada desde la más pura actitud humana de una atracción que va más allá de justificaciones y razonamientos, que no cae en clichés de ninguna vanguardia gay ni en anatemas de cómo los normales observan ese mundo infinito de los hombres, cuyas historias acontecen con mucha más frecuencia de la que todos (los normales) pueden imaginarse. Quizás lo mejor de todo es que la película no explica lo inexplicable porque así justamente es la realidad, y salva muy dignamente que aparezca por alguna parte una condena, una burla, una especulación de cómo se presentan las cosas. Como bien dice Jack en un momento determinado: "te extraño tanto que me duele y no puedo soportarlo". Quien no ha tenido la dicha de haber experimentado ese dolor, no puede calibrar que la película en sí también se convierta en algo doloroso, en el recuerdo de una pena a la que se le pasa la mano porque lo subjetivo pasa a ser tan físico y vulgar como un dolor de huesos. Y soy un hombre muy dichoso por comprobar que de nuevo anoche sentí en la abstracción ese mismo dolor intenso y profundo, que arde como una quemadura, y que, la mayor parte de las veces, ni la otra persona llega nunca a conocer.

(C) 2010 David Lago González


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Cielo azul violado


Quiero ser veraz, la historia que narra el cuento es ésta:
dos hombres se aman en tardes furtivas,
en frías estancias de un motel de carretera,
donde hasta el color de las paredes habla con un eco sin nombre.
En el tiempo en que están juntos, son como
dos caballos sin doma que se dan mordiscos y coces de fuego,
la piel encendida por una dentellada de hierro,
el muslo temblón y tenso, los falos saltando como carbones en la niebla.
El agua fresca les refrigera, un último roce magnético
bajo las gotas de lluvia que dicta el atardecer.
--Bésame, hasta la próxima vez--.

Llevan tiempo viéndose de esa forma, transparente e invisible;
palpan sus rostros en el aire desordenado del recuerdo,
pero sus ojos no tamizan su color, se quedan pálidos,
como calados por la rápida intensidad con que sucede todo.
El resto de la semana es un círculo de apuntes de negocios,
de conjuros silenciosos, piedras lanzadas al enemigo,
sudor de cristal tallado por la artillería de la subsistencia,
y la sombra sin sol de las esposas, amadas como un bosque embrujado.
Los hijos crecen puntiagudos como cipreses
y las tardes furtivas no reducen la luminosidad con que tiran de ellos sus manos,
aunque alguna rama se venza alguna vez hacia poniente:
qué vamos a hacerle, lo inevitable termina siempre por ocupar su lugar.
Y entre tantas horas, alguna gaviota cruza el mar a lo lejos,
la piel responde al fuego de la memoria,
bajo esta axila una tea quemaba el vello,
sobre las nalgas la palabra se corta, la enlaza un dedo,
y la estrella se abre y sus cinco puntas apresan el crepúsculo.
El misterio del relato, que luego se hace libre y obra por sí mismo,
no ha podido revelarme si aman a sus mujeres con tanta rabia
como cuando aman a sus hombres,
pero en ambos casos no son otros sino ellos mismos,
los mismos que besan a sus hijos cuando llega la noche,
los que vociferan en las reuniones,
los que en los bancos miran la línea ascendente con una sonrisa,
los que se quedan solos en un momento hondo
y no hay borrascas interiores ni marea crecida.

No viene al caso detallar el rumbo de la historia,
que se enreda y se deshace como el meandro de un río.
Uno de los hombres sobrevivió al otro y pasado el tiempo accedió a contármelo.

Ya tú habías muerto.
Sabiéndolo y escribiendo este poema he querido acercarme a ti,
he querido adentrarme en el pecho de un hombre que nunca conocí.
La muerte nos da la libertad de hablar y oir palabras imposibles.
Tal vez aquella noche en que el cielo azul violado
era un manto tenebroso prendido al firmamento por alfileres de acero,
esperabas mi vuelta para decirme algo... --aunque no lo creo;
las cosas así quedan dentro, y sólo cuando se ve volar
alguna gaviota sobre el mar, a lo lejos, nos viene el recuerdo.

(C) 1995 David Lago González (Tributos)
(Madrid, 31 de agosto de 1995.)
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