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domingo, 4 de julio de 2010

Imágenes Transidas

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© Eugenio Recuenco

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Queta Pando y Nikitín hacían unos happenings en público (o performances estáticas) que la gente en Camagüey se quedaba literalmente muerta y ni siquiera tenían capacidad para reaccionar y llamarlos a ellos y a todo el séquito con que anduvieran (Carlos Victoria, a.k.a. Vicky Lester, incluido) por el manido insulto de ¡maricón! Sólo en el caso de suceder dentro de una guagua (o autobús urbano), parece que lo reducido del espacio les facilitaba mejor algún tipo de reacción, pero, por lo general, repito, se quedaban todos patitiesos y llegaban a separarse de la IMAGEN TRANSIDA resultante, como si se tratase de un leproso.

Mientras comía (almorzaba) en un restaurante de barrio, me quedé boquiabierto con una foto que apareció de pronto en la pantalla del televisor. Guillermo Fariñas, con cara de muerto, yacía dormido semi incorporado sobre una cama estrecha, con una Biblia abierta sobre su pecho. Las palabras SANTA BIBLIA casi eran más grandes que el formato del libro. Inmediatamente pensé en las imágenes transidas con que castigábamos al Camagüey comunista convencional. Y no quiero ofender con ello la genialidad de aquellos dos amigos irreemplazables (por ejemplo, la representación de La Pietá fue algo memorable).

Pero si quedaba en mí una gota de credulidad o de dejarme llevar por la marea patriotera que asola al convencionalismo contrarrevolucionario de extra-mar, esa imagen de Fariñas con La Biblia ha acabado con ella, pues me parece el mayor insulto a la inteligencia que pueden hacernos a las personas que ni dentro ni fuera formamos parte de la comparsa.

Me importa un pito lo que de verdad o sincero halla en todo esto, si es que se muere o lo matan, si todo es un trasunto de la CIA o de la BBC o de UGT o de la presidenta recién casada de Islandia. Lo ridículo es siempre ridículo, independientemente de quien lo haga. Que me castigue Dios si peco de incrédulo. Pero la “estampita” de este señor en su lecho de muerte, habiendo cambiado el Manual de Marxismo-Leninismo por el que se le adjudica a los apóstoles, me parece, al mismo tiempo, demasiado y demodé.

© 2010 David Lago González