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Dmitry Ligay
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Eso es lo que se desprende después de haber leído el artículo (aquí) –bien pagado, mientras muchos de los verdaderos trabajadores de El País cobran sueldos indecorosos— de Johanna and her visions sobre la situación en ese país que desgraciadamente nos une por origen. Artículo que poco tiene que ver con la realidad a pie de calle (y no la de las pequeñas zonas acotadas para la observación superficial e indiferente del turismo, sobre todo del que va en busca de los órganos de placer femeninos y masculinos). En fin, Cuba y los cubanos son libres, libres no: libérrimos, y tanto lo que ella misma ha estado diciendo hasta el día de ayer como la imagen que presenta La Gran y Única Disidencia (o contra revolución) desde que Fidel atacara el Cuartel Moncada por allá por el medioevo… todo eso, es pura mentira, pura maniobra imperialista yanqui.
Da la casualidad –las comparaciones son odiosas, pero también llamativas— que ahora que por fin Las Vascongadas (qué antiguo y facha suena eso!!!), el País Vasco, Euskal Herria, Euskadi, o como coño se llame porque ya me pierdo entre tanto nombrecito, comienzan también a ganar su libertad (usurpada desde que los reinos de Navarra y todos los mini reinados de la península ibérica decidieran, o se impusieran unos a otros, concluir en una nación llamada España --reinados, repúblicas y franquismos aparte)… digo y vuelvo, o al revés, recuperan su libertad gracias a Bildu & Company (y el evidente modelo marxista-leninista cubano que albergan en sus mentes), según la Yoani de marras el archipiélago mayor de Las Antillas comienza también a sentir la brisa de la libertad. Y tienen la misma edad.
Así que ahora –que Cuba avanza también por la senda de un extraño evangelismo posiblemente proveniente no sólo de Estados Unidos sino también de Venezuela (lo he sospechado últimamente viendo los aquelarres organizados en Caracas para que Chávez se salve del cáncer) —alcemos nuestras voces al Cielo (¿El Cielo Protector?), y todos unidos en monolítica plegaria roguemos porque El Cambio Pastelero Cubano (que comenzó en el 89 tras la caída del bloque soviético de mano de la monstruosa y sibilina intelectualidad cubana) de por fin sus frutos, y Yoani pueda finalmente “permutar” su piso en la planta 14 sin ascensor por una mansioncita en el Reparto Biltmore, al lado de Silvio Rodríguez o de Teddy Bautista (SGAE española).
Au revoir, muchachitas…
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© 2011 David Lago González
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