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viernes, 15 de julio de 2011

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS en cuanto al arte o la bajeza de comentar (O “la pobreza infinita de las cuquitas koljosianas”)

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DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

EN CUANTO AL ARTE O LA BAJEZA DE COMENTAR

(O “la pobreza infinita de las cuquitas koljosianas”)

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El Penthouse de Heriberto” lo concebí pensando en amigos valiosos que carecían de otra forma de que la gente supiera que otros estaban escribiendo cosas verdaderamente hermosas pero que las mismas estaban predestinadas a dormitar en el fondo de la gaveta de arriba o en la oscuridad tecnológica de los circuitos informáticos (más o menos, lo que ha pasado siempre a personas como nosotros, tan poco dadas a hacer lo oportunistamente correcto). Con el paso del tiempo, y debido a distintas razones, esto fue variando; y hoy es un lugar donde yo mismo escribo y expongo textos de opinión, reflexiones, memorias, asuntos personales, música, vídeos de música, y textos y poesía de otras personas, amigos, muy amigos y desconocidos, basta que me guste o que me interese aquello que dice. Es un reflejo de mi propio piso, en el que no logro poner nada en orden y a cada rato el desorden me ataca de forma violenta y entonces tengo que darme un respiro para desbrozar la maleza. Otras, simplemente, el follaje me traga como si fuera un dragón de hojarasca.

Pero a pesar de todo ese desorden que inevitablemente ya va conmigo dondequiera que me mueva, nunca ha dejado de existir un mínimo de preocupación por mantener un nivel de buen gusto y de concordancia con lo que yo pienso (desde siempre) y con la forma en que soy, tanto artística como políticamente. En este segundo aspecto la característica predominante se llama VERTICALIDAD. Comprendo las debilidades del ser humano, pero creo que todo tiene un precio, como también lo tiene esa misma verticalidad e independencia mía. Nunca me puse una chaqueta que tuviera que cambiarme. Por el contrario, con suma frecuencia y facilidad me he visto afectado por la impostación correspondiente que acompaña a cada chaqueta que otros muchos han usado y siguen alternándose entre ellos como si se tratara de un préstamo interminable.

Llámesele “síndrome de Estocolmo” o como se quiera, pero en gran parte debo agradecer al ostracismo y la anulación vivida social y políticamente bajo el comunismo cubano, el que nunca me haya visto expuesto ni tentado a escalar peldaños superiores. Siempre he tenido miedo de que me descubrieran. ¿Pero de que me descubrieran QUÉ? Que yo tenía vida propia, allá dentro, muy adentro, muy escondida, que en los arrebatos extremos de extroversión, se comunicaba por jeroglíficos. Pero si me expresaba de tal manera, entonces ¿qué quería decir aquel lenguaje de códigos? ¿Y por qué no podía manifestarme como el resto de las cuquitas koljosianas? ¿Por qué tenía que ser “especial” según ellos? Mi cuerpo se ha desarrollado dentro de un ceñido corsé de silencio, gestos y miradas veloces, que el otro –si había otro— debía aprehender en pleno vuelo, y luego, cuando estuviera lejos de las cuquitas koljosianas, volver a pensar en lo que había visto u oído, o en lo que le parecía haber entendido. No soy una persona normal, lo cual no me hace ni mejor ni peor, sino simplemente extraña, y esa extraña proyección se siguió manifestando aun a pesar de haber alcanzado otro margen de libertad. La libertad no cura las heridas ni los traumas ni las paranoias. Esa pudrición que nos dejó dentro la ideología y el totalitarismo se abren paso a través de los resquicios de luz y opacan su diafanidad: soy una persona enferma.

En mis escritos yo no suelo tratar magnificencias sublimes. No me interesa insultar, ni siquiera ridiculizar, a los dioses del Olimpo que han marcado esa enfermedad mía. Dudo de las causas nobles, de los aspavientos heroicos, de palabras altisonantes. Insisto una vez más que las ideas –acertadas o no- no las mueve el viento, sino el hombre. Y si de una idea aviesa se aprovecha un hombre para utilizar a su antojo, entonces vamos a tener unos cuantos afectados, o unos cuantos desafectos, o unos cuantos afectos. Además, ustedes no pueden valorar lo doloroso que es darse cuenta de que todos hablan en el mismo tono, utilizan los mismos modismos, se pasan los gestos y ademanes unos a otros como si fueran balones de rugby; y todos están contagiados de una pobreza infinita, que es “la pobreza infinita de las cuquitas koljosianas”.

Allí, en ese lugar de donde parte esta enfermedad que padezco, todo está organizado e institucionalizado según monopolios de control. Por encima de todo está el Monopolio de la Represión, del que se ramifican todos los demás. Uno de ellos es el Monopolio del Intelecto y las Artes, ubicado en una bella mansión de El Vedado, barrio otrora y actualmente burgués con unas ciertas zonas deprimidas. El sitio se llama Unión de Escritores y Artistas de Cuba, conocido popularmente por sus siglas UNEAC. Es donde fabrican la literatura, la poesía, el baile, las artes plásticas, y hasta las ideas filosóficas. Y entre ellos se premian, se alaban, se besan socialmente, se soban unos a otros. Se tiran confeti y se ofrecen entre sí representaciones en el extranjero o becas (siempre en el extranjero, pero el extranjero para ellos es un universo que excluye a Corea del Norte, por ejemplo, porque eso sería como mandarlos al lado de atrás del espejo). Eso que hablan de EL CAMBIO lo comenzaron ellos, cuando se dieron cuenta de que no serían parte del efecto dominó y entonces supieron que era el momento en que debían aprovechar para hacerse con el poder. La política les siguió, ellos fueron más rápidos. Así se fueron esparciendo por el mundo con una pátina de disidencia intelectual, ligera, comedida, que no ofreciera bruscos cambios al cambio para que no los acusaran de extremistas, sino paulatinas y suaves, de nuevo otra vez con “la pobreza infinita de las cuquitas koljosianas”. Claro, a alguien tenían que poner de “malo” y escogieron a Abel Prieto (ya defenestrado “a lo dicremón” como decían las locas cursis de Camagüey tipo PacaGarza LaActiva), Nancy Morejón y Miguel Barnet (estos dos últimos, miembros iniciales del desaparecido ipsofacto Grupo de El Puente), pero, sobre todo, este último, con mucho mejor bagaje y más porte intelectual que el resto de ellos. Sea lo que sea, no es un ser indigno: hasta ahora sigue en su papel, defendiendo lo que representa y le da de comer. Los seres indignos son los cientos que han dejado el barco pero que consideran mucho más importante el curriculum repleto de insignias de la UNEAC que sus propias vidas, pues no tienen otras que aquellas que una vez disfrutaron durante diez minutos representando lo irrepresentable y que quieren perpetuar durante el resto de sus miserables vidas, que, claro está, consideran muy por encima del resto de los que por suerte nunca nos pusimos esa chaqueta. Y esos son, paradójicamente, los que reconocen los escritores e intelectuales del supuesto mundo libre, los Vargas Llosa, los Muñóz Molina, los Javier Marías, cualquiera. ¿Alguien arregla eso?

Nadie.

Si Cuba comunista hubiera caído en aquella fila de fichas de dominó, nadie los conocería. ¿Quiénes eran los homólogos de estos tristes y oscuros personajes en tierras eslavas y rusas? Ya nadie lo sabe. Se los tragó la rapidez del cambio. Y ese si fue un cambio, para bien, para mal, para todo.

En los últimos tiempos, el paripé del “intercambio cultural Cuba-USA” (que se produce solamente desde Cuba hacia Estados Unidos) ha tomado un cariz especial pues se ha introducido la figura de una poeta oficial del Monopolio del Intelecto y las Artes. Indiscutiblemente yo no tengo influencias para saber de dónde parte el dinero con que se sufraga ese viaje y las lecturas y presentaciones de la poeta, parece ser que muy bien acogida por el resto de sus antiguos compañeros con los que comparte curriculum y viejas representaciones de un régimen totalitario que, como el nazismo y el fascismo, no debía ya existir sobre la faz de la tierra. Y los que sí tienen, o forman parte de ese asqueroso entramado de influencias de no sé qué oscuras intenciones, han salido a defender a su poeta fetiche.

Debido a tales acontecimientos, tanto yo como otras personas, hemos publicado textos que no están de acuerdo con lo sucedido, y con lo que irremediablemente seguirá sucediendo porque forma parte de una trama política bien delineada por La Habana. No se trata de ser más facha o menos facha, se trata de ser consecuente. Y yo no puede tenderle la mano a esa señora porque yo nunca he escrito ni escribiré un solo verso loando a Fidel Castro, y ella sí lo ha hecho. Eso quiere decir que no somos iguales.

Producto de ello, al buzón del blog llegan bastantes comentarios sin autoría en términos ofensivos tanto hacia mi persona como hacia otros. Yo sé diferenciar entre un anónimo y un “anónimo”.

Simplemente quiero volver a señalarles que mantener un blog que, entre otras cosas, toca temas sobre Cuba, aunque por lo general de manera no convencional ni conservadora en lo patriótico-patriotero, con un mínimo de presencia, cuidando la relación texto-ilustración, es algo que a veces me lleva algunas horas. Y no voy a permitir que ningún desaprensivo lo estropee.

 

David Lago González

Madrid, 15 de julio de 2011.

martes, 12 de julio de 2011

Los muertos, los vivos y los demasiado vivos del Mariel (& beyond)

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Mucha gente murió durante el éxodo masivo del Mariel (abril-mayo 1980) y sus preliminares. Recuerdo que un vecino llamó a su familia y les dijo: “Salgan como puedan porque yo no vuelvo más con ningún barco. Me llenaron la embarcación de locos y en alta mar aquellos locos se volvieron aún más locos y se tiraban al agua, no sé si para salvarse o para matarse. Y los demás nos volvíamos locos entonces tratando de rescatarlos.” Cosas como ésta sucedieron muchas veces y apenas se han contado. La mal llamada “Generación Mariel” prefiere referirse a los triunfos y a los ganadores, porque también eso forma parte de la tónica general del país de acogida: valen los triunfadores; los perdedores, en el mejor de los casos, al olvido o, a lo que es peor, a IGNORAR que una vez existieron. No hay acción más malévola ni más malintencionada que la de “ignorar” al otro, como si no existiera.

Mi amigo Rolando D. H. Morelli, que, a su llegada a uno de los campamentos, se prestó voluntario para asistir a recién llegados con problemas, guarda historias espeluznantes.

Solo sé que visto lo visto –y lo que voy a decir seguramente será tildado de “barbaridad” y seré enviado a la hoguera con tanta buena gente—, tal vez bastantes de los que llegaron a Key West o a donde fuera en territorio americano, deberían haberse quedado en el mar acompañando a los tiburones o en la propia Cuba haciendo frente a los tiburones humanos, comunistas o no, y al rechazo y al abandono de la familia y de viejas sólidas amistades.

Son indignos de haber tenido tal posibilidad de rehacer sus vidas para, en el caso de muchos “intelectuales” y “para-intelectuales”, servir ahora de puente de plata a los mismos que les despreciaron y les siguen despreciando y que por exigencias del maquiavélico guión, hoy se desnudan juntos y se lanzan todos a la misma piscina.

Si tuvieran vergüenza, no deberían dormir tranquilos.

© 2011 David Lago González

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viernes, 8 de julio de 2011

Una o dos cosas que yo sé de ella

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NOTA DEL BLOGGER:  Mis Fuentes me pasan “una o dos cosas que yo sé de ella” concernientes a los honorables datos del curriculum de Reina María Rodríguez, la azotearia.

-o-

Algunos detalles sobre La de la Azotea:

El premio Diputación de Cáceres lo da IU (Izquierda Unida), que hasta ahora ha dominado en Extremadura.

El premio Italo Calvino de Novela está dominado por el PCI (Partido Comunista Italiano) y sus editoriales adláteres.

Cuando le dieron la Orden de Caballero de Las Letras (Francia) el embajador de Francia en Cuba era un socialista con pasado oscuro en la extrema izquierda (de los que se oponía a que se persiguiera a los etarras en el Pais Vasco Francés)

Lo de hacer ELLA una antología de poetas del exilio DESDE el Instituto del Libro CUBANO es de traca y supera a cualquiera. Es decir: ejercerá de censora-editora del régimen con los poetas del exilio. Ahora: el que acepte salir en ese libelo, ya veremos...  [Seguramente varios más de tres candidatos, en aras del one-sided love affair cultural.]

Llamar a la manzana roja californiana (USA) "manzanas ajenas" y "árbol prohibido" es pura retórica maoísta resucitada.

….

NOTA (continuación):  Y hay más, pero de poetastros de linaje más poderoso.  En fin, por exceso o por defecto, “what a dump!”

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Pots vinculados: http://heribertopenthouse.blogspot.com/2011/07/rolando-d-h-morelli-de-bate-y-sin.html

http://heribertopenthouse.blogspot.com/2011/07/anything-goes.html

http://heribertopenthouse.blogspot.com/2011/07/one-sided-love-affair.html

 

jueves, 7 de julio de 2011

ROLANDO D. H. MORELLI - De bate y sin careta: ¿Quién dijo qué de qué?, o Songo le dio a Borondongo…

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NOTA PRELIMINAR:  Este artículo que me envía mi amigo Rolando D. H. Morelli –además de amigo, escritor e intelectual, en quien no cabe mayor honestidad— data de ¡2003!  Estamos en el 2011, y vuelven a reproducirse hechos semejantes.  En efecto, los oficialistas (y sus ensabanaos) han ganado, nos siguen poniendo la pata encima, pero por lo menos ahora podemos hablar, escribir y gritar.  Y vamos a gritar y a hablar sobre toda la suciedad que este Cambio galopante iniciado por la intelectualidad oficial/oficiosa cubana representa.  Y seguramente van a ganar, porque para lo que nosotros (nuestra generación y aledaños por defecto o por exceso) fue sufrimiento, para ellos fue entrenamiento.  He aquí, con los intercambios primeramente musicales y ahora poéticos, la puesta en práctica del aprendizaje de los alumnos que han aventajado a todas las organizaciones estatales comunistas de la Europa totalitaria felizmente desaparecida.  Pero claro, es pura cuestión de supervivencia, no se manchan las manos de sangre como los brutos de Pinochet o Videla, pero se manchan el alma al ponernos otra vez su lírica pezuña encima –y qué más da, eso no se ve ni se nota.

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De bate y sin careta:

¿Quién dijo qué de qué?, o Songo le dio a Borondongo…

 

He leído con interés y no sin pena, el escarceo suscitado entre los escritores cubanos Belkis Cuza Malé, quien escribe desde Texas y los escritores también cubanos René Vázquez Díaz, radicado en Suecia, y Amir Valle, residente de La Habana, Cuba —como puede verse un verdadero escándalo internacional, por no decir "escandalera" un término con implicaciones más cubanas— a propósito de una pieza inicial de Belkis publicada con el título "Crimen y cultura". En realidad he leído más. Me he remitido a las páginas virtuales de La Habana Elegante que una y otra vez se mencionan al sesgo, y he leído en especial (aunque no exclusivamente) la entrevista de su director el señor Francisco Morán a la poeta Lourdes Gil, quien fuera la compañera de Heberto Padilla durante la última etapa de su vida. Mi impresión general del número y del dossier dedicado a Padilla es altamente positiva, si bien pienso que falta la entrevista correspondiente a Belkis Cuza Malé quien como sabemos fuera la compañera del poeta homenajeado precisamente por los años en que se produjeron su arresto y ostracismo en Cuba, y con posterioridad al exilio de ambos. Este ángulo habría complementado, a mi parecer, nuestro conocimiento del hombre y de sus circunstancias de entonces. Por otra parte, el acercamiento y evaluación del "caso Padilla" sigue haciéndose aún hoy a expensas de otros protagonistas, entre los que sin lugar a dudas la señora Cuza Malé tendría su propia historia que contar. Fue sin duda estrategia exitosa de la Seguridad del Estado de Cuba, (y parece que seguirá siéndolo aún) crear el "caso Padilla" para sepultar en su propia polvareda otras muchas evidencias de represión intelectual y de otra índole. El mismo "caso Arrufat" que no llegó a ser —y muchos otros—se barrieron bajo la alfombra aprovechando el zafarrancho orquestado hasta sus mínimos detalles y conducido por la ubicua y sabia policía política. En resumen, que el número de La Habana Elegante a que se alude no me parece mal, sino en todo caso, insuficiente en su evidencia. Creo que en esta ocasión Belkis —que tan atinada suele ser en sus juicios y comentarios—, en lo que al número de la revista se refiere, cae en cierto reduccionismo tan explicable como lamentable. El número constituye a mi ver un acierto y un homenaje verdadero. No encuentro un solo reparo que hacerle, y si las preguntas de Morán a la señora Gil en ocasiones pudieran parecernos intencionadas, (hablo de aquéllas que sugieren la especulación de un reblandecimiento en las posturas contestatarias de Padilla respecto al castrismo) las respuestas de Lourdes Gil no dejan lugar a dudas de que si bien el poeta estuvo abierto a dialogar con escritores residentes en Cuba en momentos en que parecía insinuarse una cierta apertura oficial u oficiosa, y a título individual, igualmente se negó hasta el último momento a prestarse a servir de "carne de cañón" a la propaganda autocongratulatoria y triunfalista del régimen de Castro. No sé si Morán es —como proclama Belkis en su artículo— uno más de esos alabarderos privilegiados del régimen de La Habana, que se hacen pasar por disidentes en el exilio, o que creen serlo a la vez que prestan su talento, su falta de talento o sus destrezas de cualquier índole a un juego seudoconciliatorio, que es en verdad la trampa en que podría caer cualquiera, y en la que acaso cayera en su momento el propio Padilla. Coincido, eso sí, con Belkis Cuza en desconfiar de nada menos que una "azotea" como la de la Reina María, en posesión de una apertura y un encanto que yo no puedo encontrar en versos como estos:

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"HOY HABLA FIDEL"

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aunque no supiéramos

qué iba a decirnos

aunque sólo fuera verlo

sentirlo detrás de la pantalla

la casa se acomodaba en silencio

y las palomas quedaban quietas.

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hoy habla Fidel y yo he crecido.

Por sus pequeñas arrugas ha pasado este tiempo.

Vuelvo por su voz

Que va llenando el barrio

De una calma que todos conocemos:

Lo esperan nuestros pechos

Rápido fugaz

Siempre cerca de lejos en las concentraciones

—alguno tropezó con sus ojos en la fábrica

y ya no lo olvidó—

abuela lo guarda en su cartera

junto con sus lirios y los amores que se fueron.

comprendo por qué

allá en la Sierra

ponían su retrato como un santo.

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sólo hay una forma de quererlo:

hemos crecido dentro de él como un gran árbol

por eso lo cuidamos

con tanta vanidad y tanta fuerza.

hoy habla Fidel

mis hijos quieren boinas y barbas

no saben del hambre y de la guerra

no pueden con la palabra Nicaragua

pero se sientan frente al televisor

y cuando pasan por los parques

y las calles las escuelas

lo reconocen.

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Porque este libro de 1980 Cuando una mujer no duerme (¿Qué hacía esta mujer insomne, la guardia del Comité de Defensa de la Revolución?) exalta nada menos que a un Fidel Castro en el peor momento de su dudosa gloria y de su incuestionable poder. ¿De qué discurso se trataba? ¿Acaso de aquél en que proclamó aquello de: "quienes no tengan genes revolucionarios… ¡No los queremos! ¡No los necesitamos! ¡Qué se vayan!", con lo cual dio curso libre a los actos de repudio contra todo el que manifestara la intención de aprovechar el "incidente" de la Embajada del Perú para salir por el puerto del Mariel, que en realidad abrió el régimen para librarse de la presión interna? Yo sufrí en carne propia ese discurso, y en consecuencia el poema laudatorio de Reina María. No es posible simplemente deshacerse de un poema o de un libro como el de esta mujer sin por lo menos dar explicaciones o mostrar arrepentimiento. Porque hay otros poemas además. Y esos poemas laudatorios fueron escritos o publicados en el año ochenta, y ya entonces, el "caso Padilla" había ocurrido y con él la sacudida y caída del mundo intelectual cubano, cuya crisis desembocó en el Mariel. No sé lo que tendrá que ver en todo esto el señor Morán, ni siquiera si la señora Reina María Rodríguez persiste en escribir poemas laudatorios al tirano, pero coincido en la suspicacia que experimenta Belkis al constatar que La Habana Elegante le dedica nada menos que una azotea a la escritora con residencia isleña.

Dicho lo anterior resulta inevitable referirme a continuación a las respuestas suscitadas por el artículo "Crimen y Cultura" de Cuza Malé y al tono y afirmaciones de ellas. En el artículo "culpable" se dice que el narrador René Vázquez Díaz "desde Suecia se ha convertido en vocero del régimen cubano y recibe como pago la filmación en Cuba de una de sus novelas". A esta acusación responde el aludido con un artículo titulado "poetisa mambisera", en que asume desde el comienzo el tono "barriotero" o barriobajero que atribuye a la señora Cuza Malé. En realidad, Vázquez Díaz no responde las imputaciones (justas o injustas, infundadas o no) de la articulista, que por otra parte no asumen el carácter específico que Vázquez Díaz le insufla en su respuesta. El escritor cubano sueco habla de "un grupo de exiliados que componen un cuerpo de bomberos ideológicos". ¿Por qué no aceptar la de Belkis como una opinión individual, tanto como pudiera serlo la del señor Vázquez Díaz? Porque esto se parece mucho a aquel otro infundio del régimen castrista que habla de "la mafia de Miami" y difunden sus voceros para desacreditar opiniones y posiciones —¿intransigentes? ¿intransigentes con el castrismo?— y calificadas de anticubanas por la cúpula de poder absoluto que desde La Habana rige el país, y a la que ninguno de estos señores califica como "mafiosa". A continuación, la respuesta de Vázquez Díaz se extiende en consideraciones semejantes, para concluir en el primer párrafo que "la envidia —esa espuela de los intelectuales politiqueros que viven de atacar a los demás— los mantiene con la guardia en alto y dispuestos a acudir , con largas mangueras de saliva y las sirenas puestas, a salirle al paso a los que no se sometan a los dictámenes del anticastrismo confesional y mediocre que profesan". No sé si la señora Cuza Malé es envidiosa, ni si le tiene inquina personal al señor Vázquez Díaz, pero de lo que no tengo dudas es de que la polémica a partir de aquí decae en interés y se vuelve todo menos atinada. La dejaría pasar si no se tratara de que Vázquez no responde a Belkis, sino que ataca a un grupo de intelectuales entre los que podría contarme yo mismo. Resulta fácil desde Suecia hablar de "los que aprendieron en Cuba la lección de atajar todo atisbo de pensamiento independiente, y hoy ejercen de altos vigilantes de la pureza ideológica para que nada cambie, ni en Cuba ni en el exterior…". Permítame el señor Vázquez observarle que se trata de una disputa en libertad. Tanto usted como cualquiera se halla en condiciones de hablar y de decir lo que le plazca. Por favor, no confundamos los términos de la ecuación. Por eso, precisamente, parece usted ser un "agente" porque sigue utilizando el mismo lenguaje del régimen y se vale de las mismas falsas premisas. Si las discrepancias que se dirimen (aunque asuman la forma de acusaciones en algunos casos) se produjeran en La Habana, las consecuencias no serían un mero enfrentamiento de opiniones dirimido por esta vía, sino otro "caso Padilla". Y no se trata de que un par de activista democráticos de origen checo resulten arrestados en Cuba por haberse reunido con disidentes y que el régimen (el mismo de hace cuarenta y dos años) los condene y proclame protagonistas de una conspiración que constituiría una amenaza a la seguridad nacional, no señor. Se trata más bien del acoso sistemático y brutal a los bibliotecarios independientes, y a cuántos se planteen con seriedad y consecuencia la disensión política pacífica dentro de Cuba. Que un intelectual como usted se confunda tan profundamente al respecto, y que quiera al parecer poner en igualdad de términos dos dinámicas tan diferentes, no puede menos que despertar sospechas. Por eso, cuando escribe refiriéndose a la señora Cuza Malé, pero apunta a los intelectuales que lo miran a usted con suspicacia: "sus actividades de difamación y amenazas se basan en una premisa esencial: la impunidad", una vez más Sr. Vázquez se falsea la realidad de la cuestión. Impunidad, debe llamarse al poder que detentan en Cuba (y aún fuera de ella) quienes representan al régimen. Pregúntesele si no a la poeta María Elena Cruz Varela, por sólo citar un caso ampliamente conocido. La señora Cuza Malé le imputa determinadas cosas, usted se defiende acusándola a su vez a ella, y de paso a los intelectuales con asiento en el exilio ¿miamense? —ese tópico no por trillado deja de ser usado—, así pues ¿dónde está la impunidad? Vea, no lo acuso de nada, le explico una dinámica que usted parece empeñarse en no entender, o en desvirtuar, y que si no lo convierten en agente del castrismo, ponen su pluma al servicio de sus tácticas.

La otra respuesta a "Crimen y cultura" llega desde La Habana, y procede del señor Amir Valle, escritor cubano a quien no he tenido oportunidad de leer. En general el tono dominante de su respuesta es respetuoso y si alguna emoción descubre es la de quien se declara dolido por un ataque que no cree merecer. En realidad el artículo de la señora Cuza Malé no lo menciona por su nombre, sino que se refiere a una revista originada en la capital cubana. Hasta aquí todo me parece bien. Es a partir del momento en que el señor Valle comienza a aportar sus argumentos a la polémica sostenida con la articulista que la respuesta se hace una madeja de platitudes y confusas justificaciones y razonamientos. "Siempre desde mis primeros escritos, —afirma el escritor— he defendido la honestidad y la sinceridad y eso me ha granjeado la amistad de gente muy distinta y de posiciones políticas muy diversas: lo esencial, creo, es mantener la comunicación que como humanos estamos obligados a tener para salvaguardar la coexistencia entre la raza humana en cualquier rincón del planeta". No dudo que esta actitud le hubiera granjeado, especialmente en Cuba, la "enemistad" de mucha gente, pero afirmar que por el contrario le ha "granjeado la amistad de gente muy distinta" resulta cuando menos sorprendente. Que pueda alegrarse "como ser humano y como intelectual de ser hijo de un comunista puro" debería llevar al señor Valle a preguntarse por qué otro comunista aún más puro que su padre, el emblemático Ernesto "Che" Guevara declaraba desde su trinchera de pureza revolucionaria que los intelectuales para serlo efectivamente, y ser aceptados por la "nueva sociedad" habían de purgar el pecado original de los intelectuales, es decir, ser burgueses. Por esta convicción llamó a no otro que a Gastón Baquero "la voz de la reacción". Baquero, no se nos olvide, murió hace algún tiempo en su exilio español y nunca más volvió a ver a su amada Cuba. Ahora que está muerto —como antes se hiciera con Sarduy y ya se ha empezado a hacer con Lino Novás Calvo, Enrique Labrador Ruíz, y se hace a medias con Lydia Cabrera— se convocan congresos y mesas de todos los ángulos para laudar su obra con menoscabo de la verdad y de la ética. No sé qué tendrá que ver el vino con la mejorana, pero el señor Valle me confunde con una extensa lista de personas con las que le es compatible convivir que va desde alguien que odia a los árabes a alguien que es árabe y odia a los judíos, —¿o es a Fidel Castro?— pasando por las hijas, respectivamente de Eloy Gutiérrez Menoyo y de "Omar Vaillant, el dueño [que fuera] de la CMQ". "En todos los casos —asevera el señor Valle— comunistas, anticomunistas, socialistas, antisocialistas, rabiosos anticastristas y rabiosos fidelistas, lo importante, lo que ha salvado esa relación humana de amistad, es el diálogo, el escuchar al otro, el saber que uno nunca tiene toda la razón, el respeto al credo en cualquiera de las formas posibles". Por favor, señor Valle, ¿de verdad cree usted que sea posible dialogar a la vez con todas esas voces empecinadas en su "credo"? Para empezar, sería bueno hacer las debidas distinciones en uno y otro caso, y naturalmente, tener opinión propia y bien fundada. O usted no la tiene, o está muy confundido.

Creo, en efecto, que los cubanos pertenecemos a un mismo pueblo. Más que creerlo, lo tengo por una evidencia. Los de Miami, (que son además los de muchas otras partes, aunque el lugar común quiera fundar el exilio en Miami, acaso por el número de residentes) no cayó aquí de Marte ni de Júpiter. Consecuentemente, es también cubano. Lo es incluso en sus extremos. Lo que nos diferencia de la isla es que aquí están a la vista —incluso descarnadamente— nuestras virtudes y defectos. El énfasis se coloca en uno u otro según sea la intención. En nuestro país de origen, sin embargo, hay un demiurgo único y ubicuo que dirige un "show" muy bien atendido y montado por sus corifeos y tramoyistas de toda índole. Usted, por ejemplo, se presta al "show" cuando afirma que "acá, [en Cuba] aunque muchos no lo crean, ya se permiten (sic) decir muchas cosas, escribir muchas otras y hasta gritar algunas". A usted lo traiciona la afirmación de que "ya se permite" decir tal o cual cosa. No es cuestión de grados más o menos, señor Valle. La libertad verdadera no está regulada con arreglo a un tornillo inquisitorial. Por demás, no sólo se engaña usted, sino sobre todo está usted tratando de engañar cuando tal afirma. ¿Es acaso su revista cibernética —tan pobrecita en todo que usted parece reclamar que le tengan pena por hacerla en tales circunstancias— la prueba que esgrime de tal permisividad? Relea su propio artículo y verá cómo se contradice usted sin proponérselo. Dice usted, como prueba de su independencia de criterios que en el caso de Elián Gonzáles [Brotóns] no asistió a las concentraciones del gobierno pese a haber sido "citado" y a que usted "quería [el regreso del niño] junto a su padre". Señor Valle, el mes de diciembre pasado dos cadetes de la escuela militar "Camilo Cienfuegos" perecieron en el intento de escapar del país escondidos en el tren de aterrizaje de un avión de British Air Way. El régimen ocultó al país la noticia, y cuando se vio obligado a darla a conocer, atribuyó la muerte de los "heroicos jóvenes", (que en otras circunstancias hubieran sido traidores a la patria) a la "criminal ley de ajuste cubano" norteamericana. ¿De qué manera relacionar la ley norteamericana con el intento de escapar hacia la Gran Bretaña? ¿No estudiaban geografía esos cadetes? ¿O es histórica la confusión? ¿Acaso la campaña de desinformación llega al extremo de hacer suponer a unos estudiantes de secundaria que la nación británica no goza de independencia frente a los norteamericanos? Yo le pregunto, señor Valle, ¿no es este mismo régimen el que organizó la campaña internacional de desinformación y manipulación en el caso de Elián González Brotóns? No dudo de su ingenuidad verdadera, pero por favor, no nos pida que seamos bobos, o lo que es peor aún "tontos útiles" a la dictadura de Castro. Creo que esos jóvenes que arriesgaron y perdieron su vida en el intento de escapar del país, con no haber sido intelectuales probablemente, tuvieron más lucidez para distinguir los términos de la ecuación cubana que quienes profesan ser intelectuales y sólo dan muestras de una confusión contumaz.

© Rolando D. H. Morelli

17 de febrero de 2003

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Anything goes!

Este “blof periodístico” puede decir lo mismo sobre Elenita Tablada que sobre Santa María Reina de las Azoteas que sobre Antonio José Ponte o sobre el olor a basura en Napoli.  ¡Por suerte debe considerarme muy por debajo de su nivel inteleSSStual!

Anything goes, oh Connor!

 

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Reina María Rodríguez lee sus poemas en Miami

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Buy Photo  [Mariela Castro se la va a comprar, es de sus poetas preferidas]

Reina María Rodríguez durante su visita a Miami, en una lectura de su poesía en la Alianza Francesa.

Pedro Portal / El Nuevo Herald

Olga Connor

Especial/El Nuevo Herald

http://www.elnuevoherald.com/2011/06/22/965261_p2/reina-maria-rodriguez-lee-sus.html

El Proyecto Zu, antes Zu Galería, y ahora en la Alliance Française, inspirado y coordinado por Manny López, se encargó de presentar a la poeta cubana Reina María Rodríguez, que se encuentra de visita en Miami desde Cuba.

Numerosos antiguos y nuevos amigos de la escritora acudieron a la cita. Inclusive un poeta ilustre a quien poco se le ve en las reuniones literarias, Lorenzo García Vega. Pero listar al público sería imposible, porque fue una verdadera tertulia de escritores y artistas, como recordando la legendaria Azotea de Reina en La Habana.

Por eso decidió leer poemas desde su época más temprana a la más reciente, escogiendo de libros publicados y otros inéditos. Entre ellos, Ellas escriben cartas de amor (Ediciones Unión, 1998), Tres maneras de tocar un elefante, (Premio Italo Calvino, novela, 2004), El libro de las clientas (2005), Variedades de Galiano (2008), Bosque negro (Diputación de Cáceres, 2008) y Otras mitologías (en proceso).

Heriberto Hernández y Wilfredo Ramos la presentaron. Ramos se refirió a la orden de las artes y las letras en el rango de Caballero que le ha otorgado a Reina María el gobierno de Francia, y comentó que la quiere como hermana por el recibimiento que siempre tuvo en su casa. Mientras que Hernández relató su importancia literaria: “No sólo como poeta, sino como intelectual continuadora de la poesía femenina y de la tertulia, al estilo de Domingo del Monte. La gran fractura del sentimiento de la identidad en los 80 se vino a recoger en La Azotea de Reina. Las personas más lúcidas se reunieron allí, era un sitio y una personalidad propiciatoria, y eran ideas que informarían nuestra literatura y nuestra nación”. Reina María confesaría que su época fue la de “la búsqueda del individuo, cuando muchos tuvieron miedo, incluso a los poemas de amor”, “quisimos volver a colocar, a sacar a flote al individuo”, dijo.

LA LECTURA Y SU INTERPRETACIÓN

“Estoy haciendo un prólogo de una antología con poetas del exilio que están al centro de la cultura cubana”, expresó al comienzo de sus lecturas, que fue con un poema escrito a los 17 años. Luego leyó de En la arena de Padua (1992), un libro en que se encuentra un conflicto con el yo. “No podía ser una poeta objetiva, tenía un ego muy grande”, confesó. Allí se encuentra el verso “Yo era como aquella chica de la Isla de White”, isla británica que nunca vio, sino en referencias literarias en los libros de Marguerite Yourcenar, su lectura favorita en aquel tiempo.

También se condolió de amigos que se habían ido. Por eso escribió textos que revelan la relación de la ciudad con sus hijos, como “un útero que se desangra”. Pero en el poemario Coger y dejar/Catch and Release (2001), que tiene influencia de Antonin Artaud, hay referencias a la invasión del dólar en Cuba. “Empezó la pacotilla de los dólares en la calle”, dijo. En el tiempo del período especial, las comidas fueron muy importantes, el corazón de pollo, la molleja, la toronja frita como si fuera bistec, comentó. También recordó en otro poemario a las clientas de su madre, que es modista. “Ella trataba de cambiar los cuerpos deformes, le dediqué a ella ese Libro de las clientas”.

Recordó en otro libro una tienda que ya no existe, Variedades, en Galiano, y las calles que recorre todos los días alrededor de su casa. Discutió el tema de los poemas de Navidad, época en que entraron las manzanas en La Habana, pero que valían 30 centavos de dólar y que le inspiraron a escribir Manzanas de California, donde se ve que se pueden hacer las paces con manzanas ajenas, aunque sean del árbol prohibido.

LA AZOTEA PERDIDA

El poema a la sexualidad de la madera se refiere a un piano que murió. “Hay actos que son vandálicos, mi nuera lo desbarató”, confió. “La muerte de mi piano la relacioné con la muerte de mi padre, la música, los libros, las películas”. Porque Reina María vive entre una eterna alegría y una eterna tristeza. Lo que más siente son las pérdidas. “Lo que más he querido se me ha ido”, dijo. La revista “Azoteas” duró unos cuantos números. La Azotea desapareció ya. Estaba viva en 1998 cuando visité La Habana, allí tomé las fotos de sus integrantes, idos en su mayor parte. (Uno de ellos era Antonio José Ponte, gran amigo de Reina María.) “Mi trabajo es con el pasado”, explicó Reina María. “No creo en la inspiración, ni en momentos especiales. No le doy importancia a la perfección, trato de convertir el dolor en otra cosa, les tiro el dolor a ustedes. Escribir es recuperar todo, pero siempre el pasado. El después no existe, lo que existe es lo que acumulé, lo que podemos hacer todavía”.

La Azotea se convirtió ahora en La Torre de Letras, informó, cuando todo el mundo se fue y la tertulia se acabó. La idea era publicar libros, de todas las partes, y ya tienen cinco títulos, entre ellos un libro del poeta José Kózer y Los años de Orígenes, de Lorenzo García Vega. Su primer espacio fue el Edificio del Segundo Cabo pero se han mudado para el noveno piso del Instituto Cubano del Libro en Obispo y Aguiar. •

lunes, 4 de julio de 2011

One-sided love affair

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Stephanie Lostimolo

Stephanie Lostimolo

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One-sided love affair

(o “La embajada cultural del estado cubano hacia La Yuma”)

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One-sided love affair es una muy agradable canción del early Elvis Presley cuando éste verdaderamente valía la pena y había revolucionado el mundo del rock’n’roll, antes de que cayera en el pozo sin fondo de Las Vegas, la voz impostadamente abaritonada y el kitsch de mal gusto y drogas que acabó con él. Se pudiera traducir algo así como “Amor de una sola vía”, “Romance no correspondido” o “Paja mental con una chica a la que le importo un pepino”.

Luego he añadido el subtítulo de “La embajada cultural del estado cubano hacia La Yuma.” Jamás me refiero a los EE.UU., como La Yuma, ni a ningún norteamericano como yanqui o gringo, porque son cosas que me parecen de mal gusto y a mí no me gustaría que se refirieran a mi país de origen de la misma forma en que lo hacen los chicanos con respecto a los Estados Unidos. No soy chicano, y por tanto tampoco no padezco ese odio-amor mejicano que exterioriza mucha de esa gente y que, como todo lo malo, es lo primero que se pega y ya es muy común escuchar a cubanos de Miami expresarse de esa manera.

¿Pero de qué va este “romance sin correspondencia”?

Pues va de que no hace muchos días fue recibida en la Alianza Francesa de Miami, bajo su anagrama y el de ZuGalería, una poeta cubana de pro, que se hizo famosa por las lecturas que se daban en su azotea y por un espasmódico poema que eleva la figura de Fidel Castro a la que ella por entonces consideraba correcta: la de un dios.

Ya no es necesario arrepentirse o entonar el viejo cuentecito de “yo estaba equivocado”. En fin de cuentas, hacer eso siempre fue una hipocresía. Da lo mismo tocar los timbales, las maracas, rascar la quijada o rasgar la sensiblera guitarra de los cantautores, que aparecerse con un poema. Al fin y al cabo todos tenemos un pasado, también Himmler, Pol Pot, el sobrino de Pinochet, Migdalia la de Vigilancia del CDR y Chucho el Gordo que era jefe de abastecimiento, miembro del núcleo del Partido y en sus ratos libres (los más) robaba para enriquecerse contra natura. Reina María Rodríguez es poeta –asegura la UNEAC— y por lo único que será recordada es por haber ensalzado la dulzura de los discursos de Fidel, voz que desgraciadamente he tenido que oír más que la de mi propio padre, que era muy parco.

A esto creo que los pro-revolucionarios le llaman “Intercambio cultural CUBA-USA”, pero que yo sepa, Luis de la Paz, ni Reinaldo García Ramos, ni Ángel Cuadras ni Prats Sariol, ni siquiera Manny (no me acuerdo el apellido y no tengo ganas de buscarlo) han sido invitados por el Gobierno cubano a leer sus poemas o sus textos en la ruinosa Habana. Luego, pues, no comprendo qué materiales, ideas o personas se intercambian. (Yo soy bruto, muy bruto, elemental y básico, y no entiendo de subterfugios.)

Más allá de ser una vergüenza, considero y afirmo el carácter totalmente ASQUEROSO y DELEZNABLE, no de la Reina María de las Azoteas –que, como la Yoani, y todo el mundo allí/allá, lo que quieren es viajar, viajar, viajar, Dios mío, pero sin pasar por los sacrificios del inmigrante— sino de los ghetteros que acuden a esos ágapes y luego quieren y exigen que les traten con respetabilidad y honor, y que en vez de decentes inmigrantes se les considere merecidos asilados políticos, porque, oh, Dios mío, nadie es capaz de imaginar lo que hemos sufrido fingiendo más de medio siglo. Y eso merece una consideración. Y una compensación, preferiblemente material y en dinero.

Que El Diablo los mantenga bien unidos.

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© 2011 David Lago González

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REINA MARÍA RODRÍGUEZ

(La Habana, 1952)

 

Hoy habla Fidel

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aunque no supiéramos

qué iba a decirnos

aunque solo fuera verlo

sentirlo detrás de la pantalla

la casa se acomodaba en silencio

y las palomas quedaban quietas.

hoy habla Fidel y yo he crecido.

por sus pequeñas arrugas ha pasado este tiempo.

vuelvo por su voz

que va llenando el barrio

de una calma que todos conocemos:

lo esperan nuestros pechos

rápido fugaz

siempre cerca de lejos en las concentraciones

--alguno tropezó con sus ojos en la fábrica

y ya no le olvidó—

abuela lo guarda en la cartera

junto con sus lirios y los amores que se fueron.

comprendo por qué allá en la Sierra

ponían su retrato como un santo.

sólo hay un forma de quererlo:

hemos crecido dentro de él como un gran árbol

por eso lo cuidamos

con tanta vanidad y tanta fuerza.

hoy habla Fidel

mis hijos quieren boinas y barbas

no saben del hambre y de la guerra

no pueden con la palabra Nicaragua

pero se sientan frente al televisor

y cuando pasan por los parques

las calles las escuelas

lo reconocen.

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(tomado de internet)

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(posts vinculados: http://heribertopenthouse.blogspot.com/2011/07/acto-de-celebracion-por-los-50-anos-de.html)

domingo, 3 de julio de 2011

Acto de celebración por los 50 años de Palabras a los Intelectuales

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SOVIET “”We demand universal compulsory education”,” by Alexander Deineka

“We demand universal compulsory education”, by Alexander Deineka

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Después de que cosas como éstas estén sucediendo en la Casa Matriz Comunista Cubana, qué puede importar que el primer artista plástico del Gobierno cubano, Kcho, se adhiere y apoye la primera manifestación pública y oficial por parte de Fidel Castro sobre la represión a los artistas e intelectuales, que además sirvió de adelanto de guillotina a las generaciones que, como dice el tal Valiño, no estuvimos allí.  Qué importa que Reina María de las Azoteas viaje a Miami y se presente bajo los logotipos de L’Alliance Française y ZuGalería, y acudan numerosos miembros del PEN (se supone que son escritores y artistas que viven en El Exilio –¿la gente sabe lo que significa esa palabra?) a aplaudir y enseñar los dientes a mandíbula batiente, según la prueba en vídeo que ha quedado del “acontecimiento”.

No somos iguales.  No podemos ser iguales.  Haber nacido en un mismo país lo mismo une que separa.  Y buena parte de ese público puso en peligro su vida, y la de sus familiares, cruzando el Estrecho de La Florida cuando El Mariel.  Era lo que yo le decía a Carlos Victoria cuando comenzó a colaborar con Encuentro. ¿Dónde está la dignidad que teníamos?

Es una verdadera vergüenza.  Todo.  Y particularmente que se celebren los 50 años de aquel nefasto congreso.  Pronto El Cambio del Cambio estará convocando a celebrar la instauración de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP).  Y Yoani sigue escribiendo mierda.

© 2011 David Lago González

 

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(Tomado del Facebook de Rafael DiazCasas, el Viernes, 01 de julio de 2011 a las 17:59, a su vez parece que publicado el 30 junio, 2011 por iroelsanchez)

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Gracias, Fidel*

Omar Valiño

Omar Valiño, Vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba

A mis hijos José Julián y Nicolás

Mi generación no estuvo sentada aquí. Ni siquiera todos los que la integramos, habíamos nacido entonces, pero tuvimos el privilegio de disfrutar, desde niños y adolescentes, la rectificación y enriquecimiento profundos de una política cultural, no nacida, pero sí trazada en este salón hace 50 años.

Reducida a una célebre frase, Palabras a los Intelectuales —el discurso conclusivo de Fidel Castro a sus tres encuentros de junio de 1961 cuyo aniversario cerrado conmemoramos hoy—, es leído media centuria después como un instrumento aleccionador de la política cultural de la Revolución; documento cuya riqueza rebasa con mucho los discutidos límites enunciados por la frase. Y de cuyo caudal pueden extraerse enseñanzas hasta el presente.

Fidel demostró las reales coordenadas para un diálogo: sensibilidad, amplitud, justicia, crítica, verdad, sentido político, principios firmes y transparencia. Hoy, en cada lugar donde surja un diferendo de cualquier índole, debe primar ese diálogo del convencimiento, la preparación, el desprejuicio y no la fuerza. Desalienar todas las relaciones es su mejor continuidad, con base en la libertad, la democracia, la horizontalidad, la participación.

Fidel propone la Revolución como un proceso, en última instancia, de construcción cultural que permitiría, por un lado, mejorar las condiciones de vida y de trabajo de escritores y artistas, y por otro, ensanchar los escuálidos segmentos poblacionales que disfrutaban del arte y la literatura. Hoy podemos reconocer con facilidad que tanto la producción cuantitativa y cualitativa de la cultura cubana actual es el resultado de una acumulación histórica potenciada por la Revolución, al tiempo que se desarrolla su creciente demanda por la sociedad como un derecho conquistado.

El prestigio de la creación artística en el seno de la nación alcanza cotas altísimas. El movimiento cultural es centro de la vida social y política.

Y esto es así porque el destino del socialismo depende de la cultura. De un humano diferente al de la nueva alienación capitalista —cuyo sello, precisamente, se produce no solo, ni tanto, a través de las relaciones de producción, sino de la hegemonía de una avasalladora superestructura pseudocultural—; un ser pensante cuyo discernimiento integre, incluso, la condición estética para la más honda y compleja explicación del mundo. Debemos hacer indivisibles ética y estética. Solo podremos ganar en ese terreno como parte de una calidad de vida que sea “calidad de emociones”.

Para conseguirlo el arte juega un papel fundamental. No podemos ver economía y cultura sino como complementarios en función de una economía más productiva y organizada, pero hecha, a su vez, por mujeres y hombres de decoro y de conocimiento. En definitiva, somos más hijos de una fuerte hegemonía social y de una educación familiar que de una economía sólida que, sin embargo, sí tuvo el valor —inmenso para mí— de existir en función de políticas al servicio de esa hegemonía social y de ser creadora de valores.

El arte puede no producir “nada” porque despliega algo —como el arte mismo—, inmensurable, y que no se produce en finca, tienda o fábrica alguna de este podrido planeta: produce y realiza felicidad. Lo hace aun cuando no vislumbre la alegría o la ternura.

Constatar a lo largo de la Isla la necesidad que el ser humano tiene del arte, es un lujo, un privilegio nuestro, no una desgracia de la que haya que ocuparse como un mal, sino una gran conquista cubana a la que no podemos renunciar. Porque esto dice mucho de nuestro desarrollo humano. Es parte de una complejidad y de una plenitud a la que hemos arribado, justamente, por ese ininterrumpido proceso cultural revolucionario y cuyo más delgado filamento puede solo tocarse en el alma con el arte.

Nada debe enfrentarnos a falsas dicotomías. Ninguna veleidad tecnocrática o economicista que nos haga perder la brújula. Porque la brújula tiene que ser siempre esa plenitud del ser humano, el culto sagrado a la dignidad plena del hombre.

Sobre la cultura debe regir, como de hecho se manifiesta en varias direcciones, una excepción desde el punto de vista económico. Sin dejar de renunciar a los dividendos probables en el plano práctico (con muchos nichos por explorar todavía), la cultura es, y debe ser, una esfera protegida por el Estado. Solo ello garantiza el nivel cualitativo de la tradición y de su renovación hacia nuevas identidades.

Construir un país mejor sobre columnas más racionales es impostergable, pero sin renunciar nunca a sueños e “imposibles” que están en los cimientos de nuestra nación, de nuestro socialismo y del pensamiento martiano y fidelista. Por asaltar “imposibles” llegamos hasta aquí y somos lo que hoy somos.

En su certero afán de unidad, Fidel prefigura la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en el tramo final de Palabras a los Intelectuales. En nombre de la UNEAC, muy próxima a cumplir también 50 años, queremos agradecerte, Fidel, por hacernos saber lo que vale la matria y la patria, por desafiar al mundo siendo pequeños, por hacer primar el espíritu colectivo sobre el individual sin renunciar a ser nosotros mismos, por ser orgullosos aunque jamás aldeanos vanidosos, por colocar esta pequeña gran Isla en el globo terráqueo.

Tu obra la medirá el tiempo, la historia —como una temprana vez quisiste—, porque en todo lo que se haga bien, en todo sueño cumplido estará la dimensión de la utopía que nos fijaste en el cuerpo.

Ante el mural de tu vida, ya próxima a los 85 años, y sobre la plataforma escrita en este mismo espacio hace medio siglo, los escritores y artistas revolucionarios, te decimos, como una vez tú le dijiste a Santiago, Gracias, Fidel.

*Leído en el acto de celebración por los 50 años de Palabras a los Intelectuales, el 30 de junio de 2011, en la Biblioteca Nacional José Martí.

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viernes, 1 de julio de 2011

CUBA ES UN PAÍS LIBRE Y AVANZA POR LA SENDA DE LA RECUPERACIÓN

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Dmitry Ligay

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Eso es lo que se desprende después de haber leído el artículo (aquí) –bien pagado, mientras muchos de los verdaderos trabajadores de El País cobran sueldos indecorosos— de Johanna and her visions sobre la situación en ese país que desgraciadamente nos une por origen. Artículo que poco tiene que ver con la realidad a pie de calle (y no la de las pequeñas zonas acotadas para la observación superficial e indiferente del turismo, sobre todo del que va en busca de los órganos de placer femeninos y masculinos). En fin, Cuba y los cubanos son libres, libres no: libérrimos, y tanto lo que ella misma ha estado diciendo hasta el día de ayer como la imagen que presenta La Gran y Única Disidencia (o contra revolución) desde que Fidel atacara el Cuartel Moncada por allá por el medioevo… todo eso, es pura mentira, pura maniobra imperialista yanqui.

Da la casualidad –las comparaciones son odiosas, pero también llamativas— que ahora que por fin Las Vascongadas (qué antiguo y facha suena eso!!!), el País Vasco, Euskal Herria, Euskadi, o como coño se llame porque ya me pierdo entre tanto nombrecito, comienzan también a ganar su libertad (usurpada desde que los reinos de Navarra y todos los mini reinados de la península ibérica decidieran, o se impusieran unos a otros, concluir en una nación llamada España --reinados, repúblicas y franquismos aparte)… digo y vuelvo, o al revés, recuperan su libertad gracias a Bildu & Company (y el evidente modelo marxista-leninista cubano que albergan en sus mentes), según la Yoani de marras el archipiélago mayor de Las Antillas comienza también a sentir la brisa de la libertad.  Y tienen la misma edad.

Así que ahora –que Cuba avanza también por la senda de un extraño evangelismo posiblemente proveniente no sólo de Estados Unidos sino también de Venezuela (lo he sospechado últimamente viendo los aquelarres organizados en Caracas para que Chávez se salve del cáncer) —alcemos nuestras voces al Cielo (¿El Cielo Protector?), y todos unidos en monolítica plegaria roguemos porque El Cambio Pastelero Cubano (que comenzó en el 89 tras la caída del bloque soviético de mano de la monstruosa y sibilina intelectualidad cubana) de por fin sus frutos, y Yoani pueda finalmente “permutar” su piso en la planta 14 sin ascensor por una mansioncita en el Reparto Biltmore, al lado de Silvio Rodríguez o de Teddy Bautista (SGAE española).

Au revoir, muchachitas…

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© 2011 David Lago González

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miércoles, 22 de junio de 2011

Yoani Sánchez y Silvio Rodríguez: dos fabuladores al unísono

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NO voy a rebajarme a opinar acerca de esta gente. NO vale la pena. NO se puede hablar de ellos ni analizarlos desde una posición inteligente y digna. El viejo fabulador al unísono con la nueva Esopo. Son, como canta la otra descarada milanesa, tomando versos de Martí: “de un mismo pájaro las dos alas”.

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Johanna en su “escuelita paga” (como se decía hasta principios de los 60) en un país donde se supone que no se permite la reunión de personas.

http://www.elmundo.es/america/2011/06/21/cuba/1308685645.html 

Banksy, Lenin on Rollerblades, 2003, spray paint stenciled on canvas

Banksy, Lenin on Rollerblades, 2003, spray paint stenciled on canvas

Silvio Rodríguez, al que hace miles de años miráramos como el Bob Dylan de nuestra generación, después de sus varias traiciones (al movimiento hippy cubano al principio de los 70, por ejemplo, en lo cual participó activamente desde “los órganos de puntería”), en una imagen en que ofrece una extraña simbiosis física con Raúl Castro.

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/06/22/cultura/1308726168.html

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sábado, 18 de junio de 2011

¡ATENCIÓN CHUECA!

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VIVE CUBA GAY

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No os preocupéis, queridas muchachitas de Chueca.  Si El Cejijunto Gallardón no os quiere, si La Botella amenaza con cortar la lengua (viperina o inocente, da lo mismo) a cualquiera que la saque, si Marta Sánchez quiere cantar en inglés en vez de catalán o euskera, emigrad a Cuba y podéis ser felices, muy felices, y triunfar, triunfar, triunfar, con un pinguero que os adorará tal como sois (siempre que vayáis vestidas de CUC –adivina, adivinadora, quien no lo imagina, bien tonta es).

Es una pena que ya esté muerto, y bien muerto, Jesús Díaz, que en sus días se ocupó del catering para los hippies norteamericanos proveyéndoles de todo, y sobre todo de mariguana de primera calidad.  Mas no importa: ahora está Mariela de Castro y Espín, que le suple con creces y se ha especializado en todo lo que concierne al homenaje que se merece un gay o lesbiana para ser feliz, desde una alfombra de flores desde la escalerilla del avión hasta preservativos y lubes, dildos, vaginas vibrantes y húmedas, speeds, coca de alta pureza, mojitos y daiquirís (lleva acento en la última i, siempre lo escribís mal, brutas), cámaras que ni se ven ni se sienten, e incluso, para aquell@s que se decidan, una operación trans sin importar que seas o no menor de edad, así que manda a tus padres al carajo y ¡Viva el Comunismo Gay!

Eso sí.  Y perdonad.  Pero debido a la crisis económica que causó Lehman Brothers, Botín y todos los empresarios enviados por Satanás, y al criminal bloqueo imperialista norteamericano, no se os puede regalar nada, como sucedió en los años 70.  Os jodisteis: ahora toca pagar.

DLG

 

miércoles, 1 de junio de 2011

PERO ¿QUÉ COÑO ES ESTO?

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MADRID 02

Madrid, Inscripción en muro

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PERO ¿QUÉ COÑO ES ESTO?

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¿Ahora es fotógrafa también? ¿Se graduó de Licenciatura en Fotografía Paranormal en la Universidad de Upsala? ¿Será también jurado del próximo torneo canino a celebrarse en Cortina D’Ampezzo el próximo invierno?

¿QUIÉN Y QUIÉNES ESTÁN DETRÁS DE TODO ESTO? Si ella puede hacer todo eso, quiere decir entonces que CUBA ES VERDADERAMENTE UN PAÍS, NO LIBRE, SINO LIBÉRRIMO, y España, toda la Unión Europea y el Globo completo deben aprender que la “democracia comunista” de los Hermanos Castro es LA VERDADERA Y ÚNICA DEMOCRACIA VÁLIDA. ¡Chicos de la República del Sol, tomad buena nota! Aquí está mi cabeza para cuando queráis guillotinarme. Fdo. La María Antonieta de Embajadores.

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Por favor, os ruego: ejecutadme!!!!!!!!!!!!!!

DLG

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Yoani Sánchez

"El arte es meterse en problemas, ponerse en riesgo, señalar la injusticia"

Bea ESPEJO | Publicado el 01/06/2011

http://www.elcultural.es/noticias/BUENOS_DIAS/1701/Yoani_Sanchez

Yoani Sánchez participa en la exposición Face Contact, la mayor colectiva del festival PHotoEspaña que inaugura hoy.

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Yoani Sánchez (La Habana, 1975) recuerda con estupor un 13 de agosto de 2002, día del cumpleaños de Fidel Castro. "En la radio, un locutor de voz engolada decía 'hoy es el cumpleaños de la patria'. Esa fue la gota que colmó la copa. A partir de ese momento, comencé a tratar de crearme un espacio de expresión. Participé en varias revistas digitales hasta que encontré la maravillosa herramienta de una bitácora virtual, donde soy mi jefa de redacción, mi directora general y hasta mi censora". Habla de Generación Y, el blog más controvertido y leído de Cuba que puso en marcha en abril de 2007. Desde entonces, Yoani Sánchez se ha convertido en la nueva figura de oposición cubana, aunque ella reniega de colgarse etiquetas: "Yo me veo como una ciudadana independiente que se cree en el derecho de decir lo que piensa". Precisamente eso, la trae estos días a Madrid. De la mano de su compatriota Gerardo Mosquera, el nuevo comisario del festival PHotoEspaña, esta bloguera participa en la exposición Face Contact, la gran colectiva en el Teatro Fernán Gómez, y forma parte del jurado del concurso on line de retratos con webcam. Se define como una "fotógrafa minuciosa de la palabra", como una "retratista de la realidad". Su manera de ver el mundo da fe de ello.

P.- Generación Y, dice de su blog, está inspirado en gente con nombres que comienzan por "i griega", nacidos en la Cuba de los 70 y 80 y marcados por las salidas ilegales y la frustración. ¿Cuál es su finalidad?
R.-Si en un principio era una terapia personal para exorcizar los demonios del miedo, la apatía y la inacción, con el tiempo mi blog se volvió una plaza pública a donde acudían miles de comentaristas, también se hizo una referencia para el tema cubano. Ahora siento que tengo una responsabilidad, pero eso no me hace perder la libertad para escribir, experimentar con la palabra, mirar.
P.- Nada más entrar en el blog, una frase de Serrat desconcierta: "Tú saldrás de esta cochambre de muertos de hambre". ¿Qué mensaje cifrado hay ahí?
R.-En esa canción se relata la relación de una madre sobre protectora con su hija a la que imagina un brillante porvenir. Lo curioso es que en Cuba muchas familias proyectan el futuro de sus hijos de una forma muy diferente a la idea que se tenía del hombre nuevo en las primeras décadas del proceso revolucionario. Escapar de la isla casi a cualquier precio se ha vuelto una ambición bastante generalizada, de ahí que tristemente muchos padres preparan a sus hijos e hijas para que se desposen con un extranjero. Cientos de miles de cubanos están atrapados ahora mismo en un dilema doloroso: quedarse aquí para mantener sus raíces o partir hacia otra latitud donde podrían dar frutos, prosperar, desarrollarse humana y profesionalmente.
P.- Usted se fue a Suiza un tiempo y luego regresó. Decidir quedarse no debió ser fácil. Hace unos días Gerardo Mosquera decía sentirse "inxiliado" en su propio país.
R.- El "inxilio" es esa burbuja donde muchas personas viven dentro de la isla para eludir la participación casi obligatoria en el vértigo de la política. Siempre es preferible esa postura a la de quienes aplauden oportunistamente. En mi caso me siento más bien una cimarrona que ha escapado del cepo institucional. Gerardo Mosquera es una referencia obligada cuando se habla de la crítica de artes plásticas en Cuba. Nos une el amor por Cuba y cierta tendencia a la desobediencia.
P.- Michelle Obama decía hace apenas un par de meses, cuando le entregaba el premio Women of Courage, que siempre ha seguido adelante pese a ser perseguida. Podría ser una bonita definición de Cazadores cazados, su trabajo en PHotoEspaña. ¿Cómo lo llevó a cabo?
R.- Cazadores cazados es una colección de fotos que he hecho a mis perseguidores. Agentes de la seguridad a quienes les han dado la misión de acosarme con su presencia. Se trata también de un intento de ponerle rostro a todos aquellos que desde la sombra nos intimidan y hostigan. Cuando apreté por primera vez el obturador frente a uno de esos policías vestidos de civil, sentí un miedo tremendo, pero él también se atemorizó. De manera que mis fotos sobre esa temática intentan trasladarle al cazador el temblor de la presa, contagiar al depredador impune con el miedo de la liebre que ni siquiera puede correr para escapar.
P.- Y, ¿qué le interesó del retrato?
R.- Su capacidad de apresar ese segundo en que todo el interior de una persona se hace visible en un gesto, una mirada, una sonrisa, un simple y leve ademán.
P.- ¿Qué es lo mejor y lo peor de la cultura cubana?
R.- Lo mejor anda encuadernado en libros de poesía, proyectado en algunos filmes y expresado en fotos, carteles y más recientemente en la web. Lo peor es el silencio cómplice de muchos, la máscara que pretende mostrar un país que nunca ha existido. Ahora mismo ha ocurrido un verdadero escándalo en las artes plásticas cubanas, cuando el pintor Pedro Pablo Oliva ha sido expulsado de la Asamblea Provincial del Poder Popular en su Pinar del Río natal y su casa taller mandada a cerrar. La reacción de sus colegas de pinceles, de los artistas que han compartido con él exposiciones, clases y proyectos, ha sido -en la mayoría de los casos- el mutismo cómplice con el poder. Eso tiene que cambiar. El arte es meterse en problemas, ponerse en riesgo, señalar la injusticia.
P.- Dice que cada premio que recibe, que son muchos, la protege que también con ellos entra a formar parte de un expediente que quizás la lleva a un tribunal…
R.- En Cuba no solo está penalizada la discrepancia sino también la prosperidad. A las autoridades de mi país les molesta mucho que aquellos ciudadanos que ellos se empeñan en mostrar como seres insignificantes, pueda empoderarse a partir del crédito y los recursos que proveen los reconocimientos internacionales de prestigiosas instituciones. El castigo consiste en campañas mediáticas para desacreditar a las personas, la prohibición de salir del país a recoger esos premios, la vigilancia permanente, el aislamiento y una atmósfera amenazante que lo hace a uno creer que se está volviendo paranoico. Mi esperanza es que en mi país los cambios se logren antes del día que deba enfrentarme a esa farsa judicial.

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--O--

 

Se nota que a Rafael Rojas nunca lo expulsaron de ninguna universidad cubana… Me pregunto si es historiador o estúpido.

DLG

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TRIBUNA: RAFAEL ROJAS

Reforma y represión en Cuba

RAFAEL ROJAS 01/06/2011

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Reforma/represion/Cuba/elpepiopi/20110601elpepiopi_4/Tes

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Uno de los mejores efectos del pasado congreso del Partido Comunista de Cuba es que, más allá de su limitada propuesta de cambio institucional, funcionarios y académicos de la isla comienzan a sentirse más cómodos en el lenguaje reformista. La autonomía empresarial, la contratación de trabajadores, la dilatación del mercado interno, la atracción de capitales inversionistas, la compra y venta de automóviles y casas y hasta la flexibilización de los viajes hacia y desde Cuba son demandas que se manejan cada vez con menos inhibición en la vida pública insular.

Sin democratización política no podrá fraguarse la modernización económica

El régimen presenta a los opositores como enemigos de Raúl y del cambio

La reforma económica impulsada por el Gobierno de Raúl Castro, a pesar de su timidez y lentitud, no carece de oposición en los sectores más ortodoxos de la clase política cubana. Esos sectores, sin embargo, no cuentan con suficiente fuerza dentro de la burocracia partidaria y, mucho menos, dentro del Gobierno y el Ejército como para detener el proceso reformista. A juzgar por los últimos meses, esta vez la resistencia a la mínima apertura no recurrirá al giro de timón -poco probable con un Fidel Castro anciano y convaleciente- ni al sermoneo ideológico en medios oficiales sino, exclusivamente, a la represión de la oposición interna.

Con el aval de las excarcelaciones de los 75 de la primavera de 2003, que le disminuye la presión internacional, el Gobierno de Raúl Castro se concentra en realizar arrestos breves y preventivos de opositores -alguno que otro precedido de golpizas- y en facilitar el escarnio y la estigmatización de blogueros y periodistas independientes en medios oficiales.

Un editorial de Granma del pasado 15 de mayo, titulado Fabricar pretextos, retomaba el principal argumento de la primavera de 2003: las críticas de la oposición preludian un ataque enemigo. No importa que se trate, justamente, de críticas y no de bombas o, tan siquiera, de llamados a la violencia.

Muchos defensores y críticos de la reforma económica, dentro y fuera de la isla, comparten la idea de que para preservar lo que entienden por socialismo -partido único, control gubernamental de la economía, la sociedad civil y los medios de comunicación, ideología de Estado...- es indispensable que la apertura se produzca sin cambios institucionales en el sistema político. Lamentablemente, los reformistas que así piensan prefieren tolerar la represión antes que importunar a quien puede promover la reforma misma: el Gobierno de Raúl Castro.

La peor consecuencia de este arreglo entre reformistas e inmovilistas es que asume la oposición al Gobierno como oposición a la reforma, cuando no necesariamente es así. Buena parte de la oposición lleva décadas demandando pacíficamente algunas de las mejoras en los derechos económicos y civiles que podría adoptar el régimen de la isla. Al presentar a los opositores como enemigos de la reforma, el régimen reinventa una vez más la categoría de "contrarrevolucionarios". Estos últimos no serían, ahora, los enemigos de Fidel y la Revolución sino los enemigos de Raúl y la Reforma.

Es interesante observar en el lenguaje de los blogs y publicaciones oficiales y en la propia jerga legal y penitenciaria que acompaña los últimos episodios de represión, esta transferencia de la enemistad a Raúl, al Partido y a la supuesta "voluntad de cambiar" de ambos. Los opositores comenzarían, entonces, a ser tratados como enemigos del cambio, como actores políticos que boicotean la apertura, lo cual es un modo eficaz de cuestionarlos como interlocutores de la comunidad internacional y la ciudadanía insular. A ese fin está dirigida la estrategia mediática del poder cubano.

No hay otra explicación coherente para gestos autoritarios tan burdos como difamar al líder laico Dagoberto Valdés, impedir la salida del país a la bloguera Yoani Sánchez y al escritor Orlando Luis Pardo Lazo, expulsar al pintor Pedro Pablo Oliva del Parlamento provincial o al estudiante Henry Constantín de varias universidades. Solo el deseo de eliminar a toda costa cualquier liderazgo autónomo de la sociedad civil y de evitar que el mismo se vuelva referencial, dentro y fuera de la isla, explica ese comportamiento represivo.

Lo curioso es que son los propios represores quienes insisten en que esos liderazgos no son tales, que carecen de verdadera proyección pública.

En los medios intelectuales estas exhibiciones de fuerza crean un dilema moral. Muchos intelectuales, que en los últimos años han avanzado en la defensa de espacios relativamente autónomos dentro de la cultura, se ven confrontados por la intolerancia oficial. Una intolerancia que se ejerce contra otros, los opositores, y que discrecionalmente los exceptúa, pero que funciona como trazado de límites, como advertencia de lo que no deben hacer o decir si quieren continuar gozando del privilegio de esa limitada autonomía. A juzgar por la escasa solidaridad pública de los intelectuales con las víctimas de la represión, el método ha sido exitoso.

En el fondo, el engranaje entre reforma y represión en Cuba tiene su origen en la convicción oficial -que como toda convicción refleja intereses- de que una liberalización de la economía cubana, por mínima que sea, generará tensiones sociales que, en vez de ser liberadas por medio de una democratización política, deben ser férreamente controladas por el poder. Esa es la principal enseñanza que las élites insulares han sacado de la experiencia china, en contraposición a la soviética, donde la simultaneidad entre perestroika y glasnost produjo, a su entender, el suicidio del comunismo.

Pobre lectura del pasado y equivocada interpretación del presente. Es cierto que en China y Vietnam la liberalización económica no se dio acompañada de democratización política, pero allí la reforma se impulsó tras un ajuste institucional nada insignificante del Estado y cuando el proyecto comunista gozaba aún de consenso interno. En la Cuba de la segunda década del siglo XXI, la mezcla de una reforma económica insuficiente y un inmovilismo político represivo no va a generar una modernización como la china o la vietnamita. La fractura social y el hartazgo creciente de la población van a impedirlo.

Rafael Rojas es historiador cubano

El Orgullo del Emigrante (o del Inmigrante)

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TABACALERA DE ESPAÑA 028

antiguo edificio de Tabacalera de España, dependencia abandonada

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Como he manifestado en algunas ocasiones con respecto a mis antepasados, por parte materna provengo del apellido Fagundo, de ascendencia sefardí, localizado como oriundo de la zona de Cáceres. Durante la expulsión de los judíos llevada a cabo por los Reyes Católicos, parte de ellos –si no la gran mayoría— se desplazó a las Islas Afortunadas y, en el caso más directo a nosotros, fueron emigrando principalmente hacia tres colonias españolas en El Nuevo Mundo: Cuba, Puerto Rico y la península de La Florida (no confundir con el Miami actual). En el primer punto de la búsqueda de una nueva vida (las Islas Afortunadas) se constituyeron en un apellido considerado ya plenamente como canario. Mis bisabuelos maternos eran “isleños” y no recuerdo si mi abuela también, pero ya mi abuelo si fue la primera generación criolla del apellido Fagundo (que en realidad quiere decir “hijo de Facundo”). Se casaban entre primos hermanos (o carnales) para preservar la continuación del apellido y saga. O sea, practicaban la endogamia en aras de Sefarad. Así mi tía mayor, Victorina (tía Viti), fallecida en los años 30 a consecuencia de la tisis, casóse con su primo hermano León Fagundo (que en la Familia era considerado como una especie de patriarca) y se afincaron en el pueblo de Agramonte, en la provincia occidental de Matanzas, en Cuba, que está bastante poblada –aún hoy— por familiares que llevan ese apellido como primero. Por supuesto, después de un siglo de una primera generación criolla del apellido, la inmediata que me antecede no tenía conciencia de ser, o haber sido, inmigrantes y, mucho menos, extranjeros. Pero la nacionalidad cubana se estaba formando por entonces, y es muy difícil sostener con propiedad para aquel momento el concepto de cubanidad.

Por el lado paterno, la extraterritorialidad me toca de forma mucho más cercana, pues mi padre arribó al muelle de luz de San Cristóbal de La Habana en el año 1916, con 18 años, habiendo sido el primogénito de los hermanos nacidos en Freituxe, Bóveda, Lugo. Su padre de él –o sea, mi abuelo paterno, también había estado en la colonia y había regresado a la aldea--. Mi padre arrastró tras de sí a una hermana y su esposo, y a dos hermanos más. Otras dos tías emigrarían a la Argentina, y en Galicia quedó una tía y el más pequeño de mis tíos (ambos no llegaron a conocerse, pues mi padre no volvió nunca a España y falleció en Camagüey en 1978, y mi tío todavía vive en El Ferrol).

Un gallego no regresa jamás si se siente fracasado, y por derrotado se entiende específicamente el fracaso económico. O sea, nunca jamás regresaría pobre. Nunca jamás regresaría para convertirse en carga de nadie, ni de familiares ni del estado. Y es así, gústele a quien le guste.

En toda mi vida en Cuba no recuerdo vez alguna en que se suscitara entre ellos –y tampoco posteriormente cuando ya fui un joven— ni con terceros, conversaciones al respecto del hecho de la migración y tampoco acerca de sus vidas anteriores en España. En toda esa etapa de mi infancia-adolescencia-juventud hay dos hombres esenciales: mi padre y mi padrino (que también era tío político y también español, aunque no gallego, sino canario de La Gomera). Entre sí no cabía mayor diferencia de caracteres, de modo que sin saberlo esta circunstancia sentó en mí las bases de un equilibrio que al cabo de muchos años comprendo y valoro cuán importante ha sido en mi vida y, sobre todo, en mi formación ética.

En lo absolutamente personal, una de las tantas razones por las que nunca he regresado a Camagüey (Cuba en general me importa mucho menos) es porque soy un fracasado, económicamente hablando. No he hecho fortuna y no puedo retornar como “indiano”. Puede que esto parezca descabellado a la mayoría y no aspiro a que nadie lo entienda: el gallego verdaderamente es un carácter sumamente peculiar y muchas veces a nosotros mismos nos cuesta comprendernos unos a otros entre miembros del clan. Porque el gallego es de “clan”, de ahí que donde único prendiera la posibilidad de una Sicilia mafiosa española haya sido en las costas gallegas.

Ni en mi casa, ni en el caserón de Wooden (La Esmeralda) que hizo las veces de casa matriz de la aldea de la que salieron los Lago de la Fuente, jamás se habló de emigración pero era como algo que lleváramos en la sangre, algo genético que solo puede aceptarse y no cuestionarse. Nunca jamás nadie tuvo que decirme, o aclararme, que emigrar era la última carta de la baraja, porque siempre último en todo va a ser el que llega nuevo a algún destino, el que traspasa una puerta por primera vez. Para nada tiene que ver con la resignación ni el fatalismo; son hechos prácticamente congénitos, quizás ese tipo de cosas que ahora llaman “enfermedades raras”. De todo esto me siento profundamente orgulloso. Aparte de español (aun cuando la sociedad española no me acepte como tal por su carácter mucho más clasista que racista, y por ser muy exclusivista, y atender, o bien a razones de dinero o a razones de ideologías, o más bien de estimación arbitrarias que le cuelgan a cualquiera de forma banal y penosamente infundadas), desde Cuba ya me sentía español de forma natural, y cada día que pasa y me hago más viejo me torno más “incomprensiblemente” gallego. Muchos amigos, más caribeños, me lo “perdonan”; a otros los he perdido porque a veces, de forma casi orgánica, inconsciente, involuntaria, hago uso de una rotundidad que no admite la melcocha derretida del cubano ni la pista de patinaje groseramente artístico en que se ha tornado la ética y la moral para la mayor parte de los detritos arrojados por el comunismo cubano al resto del mundo. Lo siento, es algo que no puedo controlar; o tal vez es otra cosa, no lo sé, quizás un proceso degenerativo, o tal vez generativo.

La manipulación del Estado cubano ha pasado ya de la sutileza que pocos en el mundo comprenden y adivinan, hasta alcanzar un grado de sofisticación terroríficamente diabólico (insisto en el carácter diabólico –no religiosamente, por supuesto— de la Revolución cubana y su paulatina transformación o renovación). Si a las personas que nada tienen que ver con este fenómeno los deja reaccionar solamente en el estrecho y lamentable margen de la visceralidad que se resuelve en apoyarla o negarla con toda la necedad de tal condición, a los que partimos de allí nos confunde enormemente y hay que desarrollar poderes de clarividencia para rozar –y digo “rozar”— alguna verdad de la mentira, alguna sospecha, alguna elucubración. Este enrevesamiento forma parte también del barroco cubano, cuyo máximo exponente literario es José Lezama Lima. Describir la cocción de unas natillas partiendo de los griegos y saltando a los fenicios y a la manera en que los egipcios mezclaban los tintes para que sus diosas se embellecieran, combinándolos a la vez con el olor del café que cuela una guajira de Baracoa, es algo que difícilmente pueda entenderse en su plenitud. También resulta algo mágica la luz cuando uno llega a tal hallazgo (el de cómo se hacen las natillas en Cuba), pero en política y en ideologías y en las artes poco ortodoxas de Maquiavelo y de Fouché, el matiz cambia radicalmente y cualquier complacencia en la magia desaparece, a no ser para quien la ejecuta, al que imagino gozando enormemente de los resultados.  Los ejecutores son verdaderos dioses de la opresión, la represión, y lo que resulta peor, expertos en provocar la sangre y la muerte que no se ve, el golpe que deja moratones pero que licia de por vida.  Olvidémonos de los burdos dictadores latinoamericanos o de cualquier otro sitio, hasta el propio Stalin fue un burdo matón, Hitler, Pol Pot, cualquiera: LA EXQUISITEZ generada por los Hermanos Castro y practicada abiertamente por todos sus secuaces y seguidores, por convicción de maldad y/o convicción de oportunismo, es algo que se extiende con más rapidez y alcance que La Peste. Y, por supuesto, alcanza de pleno a lo que se ha dado en llamar “disidencia” (antes “contrarrevolución”). Incluso al hombre más sencillo.

La Habana no mueve un solo dedo, no entreabre ninguna puerta o ventana, no deja de mirar al fronterizo mar, si no es porque ya cuente de antemano con un plan posterior elucubrado de principio a fin. Cometen errores, pequeños errores, deslices que se les escapan de la mano férrea, y muere alguien en prisión (alguien de resonancias aunque sea ligeramente políticas porque los muertos comunes siempre han sido numerosos, tanto entre ellos mismos como a cargo de sus carceleros, pero estas personas no les importan a nadie: ni a ningún gobierno ni a la disidencia, esa gente no existe), o se les va la mano fusilando a tres que intentaban huir (mientras que a otros por la misma causa no se les castiga –p.e., un familiar mío, de padre “revolucionario”— o se les mantiene en cuarentena vigilada también conocida/desconocida como “ley de peligrosidad”. Pero lo que sí está total y minuciosamente atado y bien atado es cualquier maniobra de envergadura (éxodo del Mariel, los balseros, la disidencia controlada y permitida, y por última el destierro de los presos políticos que han llegado en masa a España).

Y hago parada en este punto: el destierro de los presos políticos que han aceptado venir a España. Este grupo de personas se ha quejado largamente de las condiciones en que han salido y de la forma en que el gobierno español les ha tratado. Que yo sepa, han accedido voluntariamente a venir, y añado, aun cuando no haya libertad en un país existe un mínimo de libertad individual con la que esa persona decide sobre su vida: si vivirla o dejarla ir. El Gobierno cubano, Santa Iglesia mediante, les ha otorgado privilegios (al menos teóricamente) bien distintos a los del resto de nosotros: promete respetar “sus propiedades” y el regreso cuando ellos estimen conveniente solicitar el correspondiente permiso de entrada a Cuba (que pueden aprobar o rechazar). 50 años de vida dirigida militarmente, ideológicamente, han convertido a estas personas en gente mimética que tiene mayor capacidad para repetir lo aprendido y lo simplemente vivido que para desenvolverse por sí mismos de forma individual, mínimamente original e independiente. Con seguridad, la mayor parte de ellos, antes de pasarse a la disidencia --¡oh, Dios mío, me he dado cuenta que este amor no era verdadero ni fiel ni sincero!— formaba parte del entramado representativo (en cualquier medida) del Aparato de gobierno, y, en otros casos, también del represivo. Por tanto, por qué tengo que creer en ellos ahora, “aquí y ahora”, y no antes: ¿cuándo eran sinceros y eran ellos mismos? ¿Antes, ahora, nunca?  Muchos cubanos sabemos que una posible, potencial, forma de salir del país es hacerse “disidente” e inmediatamente Estados Unidos considera a esa persona como posible inmigrante (propuesta que se les ha formulado a amigos míos en sus casas). Por supuesto, esto no lo admite nadie.

Estoy seguro de que, en la mayoría de los casos, o en muchísimos de ellos, lo que llaman “propiedades” pueden ser viviendas entregadas por la Reforma Urbana (Estado cubano) que, o bien fueron quitadas a sus legítimos dueños o estos, al marchar del país, tuvieron que firmar haciendo entrega de las mismas al estado, condición sine qua non para abandonar el país, muchas veces en calidad de nada. Independientemente del origen de esas llamadas propiedades, el hecho de que el Gobierno cubano declare (aunque fuera mentira) respetar este bien adquirido de forma legal anterior a la Revolución o de manera “legal” entregado por la Revolución, sienta una diferencia con el resto de los que abandonamos la Isla. Ese hecho no es gratuito, sino que contribuye a crear justamente la distinción a la que yo me estoy refiriendo. ¿Por qué ellos sí tienen ese derecho y yo no, además de los millones que hemos salido anteriormente?

Se les permite salir, y España les recibe, liberando allí y admitiendo aquí a una cantidad de familiares que prácticamente más que a familia, deben referirse a todo un árbol genealógico. ¿Por qué ellos sí tienen ese derecho y yo no, además de los millones que hemos salido anteriormente?

La degeneración moral creada por la Revolución, y alimentada por los representantes de las distintas organizaciones de “apoyo” del llamado “exilio”, también afectados de la misma enfermedad, les ha hecho creer que el status de refugiado político es una especie de medalla de honor a la cual cualquiera o todos tienen derecho en base a sufrimientos anteriores. Y lo peor de todo, es que ellos –o muchos de ellos, o la mayoría— se lo han creído. Lo han repetido hasta la saciedad: ellos no son meros y vulgares inmigrantes, ¡ellos son refugiados políticos! Otro punto para dividir: ellos se consideran por encima de otros que somos emigrantes/inmigrantes (del matiz que sea, incluido por supuesto el político).

Recuerdo que en el año 83, yo trabajaba de camarero en un restaurante chino y convivía con un amigo (y su madre). A este amigo le habían concedido el asilo político con su correspondiente ayuda económica (de hecho posteriormente les dieron un espléndido piso a estrenar), recibía mensualidades considerables de su numerosa familia en Estados Unidos (por cierto, cuando comenzó a recibir la ayuda del ACNUR, le pregunté si no iba a avisar a su familia para que durante ese tiempo le mandaran menos dinero, y me contestó “ah, no, cuanto más manden, mejor”) y, sin necesitarlo verdaderamente, quiso que yo le consiguiera trabajo donde lo hacía yo. Yo me sentía bastante reacio porque a veces podía haber situaciones un tanto por debajo de ciertos parámetros y simplemente no me gustaba que mis amigos pasaran por ellas. Pero, en fin, accedí. Como para hacer su trabajo en la cocina, se sentaba (mientras los demás permanecían de pie), hubo quejas y le pidieron que hiciera lo mismo que los demás. Allá fue corriendo a la zona del bar, donde estaba yo, a manifestar su indignación (tan de moda actualmente) diciéndome que además de toda la humillación que habíamos pasado en Cuba tenía que aguantar aquello, a lo cual no estaba dispuesto. Como yo hube de mantenerme en actitud de psiquiatra soviético, me conminó a que tomara partido. “Pues vete,” le dije yo. Y abría los ojos como platos diciéndome “parece mentira que tú me digas eso…”  A lo cual le contesté: “Es que tienen razón: lo que haces molesta a los demás. Pero además, yo no te sigo porque yo sólo recibo el dinero que me gano trabajando, no el que me da ningún familiar ni ningún gobierno, y mi madre está muy por encima de ti, de tu enfado, de tu humillación y de tus derechos”.

Luego de esta pausa (que no refresca, como las de Coca Cola), vuelvo al tema, que en realidad –y en mi barroco cubano— versa sobre la distinción de categorías entre refugiado político e inmigrante. Y esto me lleva a los predios donde estos honorables ex mayimbes y ex reclusos políticos no realmente liberados (ya que, según entiendo, no se les conmutó pena alguna, sino simplemente se les dio la posibilidad de desterrarse) circulan, con el peso, el mismo peso y seguridad que advertía en los patéticos dirigentes de poca o mucha monta al andar por las oficinas de los sitios donde trabajé en Cuba. Ni siquiera se dan cuenta que han sido programados para dividir al ghetto. No soy yo, ni personas como yo que piensan igual y a veces se atreven a manifestarlo, los que dividen al exilio “cuando debemos estar más unidos que nunca”, sino el gobierno cubano desde La Habana, que, consciente o inconscientemente, tiene y encuentra en muchas partes numerosas cajas de resonancia para su labor de zapa. Ya sé que han estado en prisión --cualquiera en Cuba es fácilmente carne de ergástulo— pero se supone que ha sido por una causa en la que creen, por la libertad de Cuba, y si es por una causa o un ideal no tienen por qué esperar beneficios de sus humillaciones, porque ni las de ellos ni las mías les importan a nadie. Ésa es la dura realidad.

Y como nunca he vivido del erario público, y mi condición de migrante, y mi éxito y mi fracaso, dependen solamente de mi trabajo y no de ningún gobierno ni organización ni asociación amañada para posibles subvenciones, declaro que me une muy poco con esos señores y con gente que piensa de esa manera.

Yo vine aquí a cambiar de vida, a rehacer mi vida, y desgraciadamente no me puedo olvidar de la anterior.

© 2011 David Lago González