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domingo, 17 de abril de 2011

LEYENDO EN WOOSTER (domingo 17 de abril de 2011) - Basura por todas partes / Everywhere Trash

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¿QUÉ HACER CON ESA BOQUITA DE LOS EXPRESIDENTES ESPAÑOLES?

No les basta con tener una pensión vitalicia millonaria que no les impide cobrar otros millones por figurar como asesores (nominativos) de grandes empresas, dar conferencias en universidades que no sé ni cómo mantienen el prestigio contratando a semejantes lenguaraces o hacer presentaciones de libros para las que indiscutiblemente tendrán establecidos sus cachés (lo hacía hasta el comunista Vázquez Montalbán, así que cómo no lo van a hacer ellos). Se invisten, además, de una especie de aureola de gurús y con la profundidad de los sabios, cuyas sentencias son el corcho de la botella etiquetada con su nombre. Yo propongo que les corten la lengua, y la mano derecha o izquierda según con la que escriban: solución iraní (en fin de cuentas, they shoot gays, don’t they?)

Felipe González, prácticamente admitiendo ser la X de los GAL. Y ahora este sastrecillo valiente, con su difícil y estreñidamente cautivadora sonrisa, y su inglés ininteligiblemente macarrónico (era preferible cuando hablaba español con acento tejano en la era Bush), soltándonos que “Gaddafi es un amigo de Occidente, extravagante sí, pero un amigo”. Qué curioso que no se contenga un poco en público pensando que coincide plenamente con el apoyo de los dictadores impresentables latinoamericanos al Coronel libio. Sin duda alguna, los extremos se tocan, si no es al principio es al final, pero las similitudes siempre se destapan.

EL MUNDO publica un editorial bajo el título de “La contradicción de Aznar, reflejo de las de Occidente.” Y por su parte EL PAÍS, en primera plana, señala “Aznar defiende al ‘amigo’ Gadafi en plena ofensiva aliada”, y más adelante, casi una página completa: “Aznar se desmarca de Rajoy, elogia a Gadafi y critica la intervención militar”. Pero me quedo, sobre todo, con el titular de El Mundo: la contradicción de Aznar es un reflejo de la de Occidente. Particularmente en estos días atañe directamente a España y a su último gobierno, pues estallan las bombas racimo que nuestro país vendió al terrorista reciclado y vuelto a ser el mismo dictador impresentable de siempre, poniendo en evidencia la sucia e incalificable manera de obrar de los gobiernos democráticos: armar primero (o sea, vender) a los dictadores y a los terroristas de estado para que luego utilicen esas armas contra la población de sus países y las respetables y dignas organizaciones internacionales dicten emplear más armas en “matar al criminal” (Huckleberry Hooooooooooooooouuuuuuunnnnnnd)

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EL PAÍS y Cuba:Raúl Castro pone firme al partido”, “El modelo vietnamita a ritmo cubano”, “EEUU libra una batalla oculta para enviar sus mensajes a los cubanos” (resucita Wikileaks News). Y Cartas al Director publica (¡!) una carta firmada por Martha Beatriz Roque Cabello, Pedro Argüelles Morán, Óscar Elías Biscet y 13 firmas más, que copio a continuación: Los Miembros del Grupo de los 75 prisioneros de conciencia residentes en Cuba abajo firmantes denunciamos la desmedida represión aplicada y el encarcelamiento durante varias horas contra Félix Navarro e Iván Hernández Carrillo, así como otros defensores de derechos humanos, el 11 de abril para impedir una reunión pacífica en el hogar de Navarro, en el poblado de Perico, provincial de Matanzas. // Durante el operativo policial se aplicaron maltratos físicos a los detenidos y a Sailí Navarro, hija de Félix Navarro. Estos hechos denotan la falta de voluntad del Gobierno de Cuba por respetar los derechos humanos y coadyuvar en la búsqueda de una vía de entendimiento y reconciliación que tanto necesita nuestro país. Mediante la fuerza y el cultivo del miedo, pretenden ahogar el disgusto y la creciente frustración nacional. Pero los tiempos han cambiado, la sociedad cubana clama por la participación de todos los ciudadanos en la reconstrucción de nuestra nación en un ambiente fraterno y civilizado. // Demandamos el cese de la represión, y el respeto de la Declaración Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos que reconocen los derechos de todos los ciudadanos a participar pacíficamente en la vida del país. Sin duda, alguien les aconsejó que no utilizaran la palabra “patria”, que es sobradamente usada y enarbolada por las dictaduras de derecha; tampoco se expresan como “hermanos”: en fin, creo que están aprendiendo la forma de hacerse entender con el mundo “civilizado”. ESTO me lleva nuevamente a la situación de España y ETA: por un lado liberan antiguos presos y por el otro apresan nuevos.

EL MUNDO y Cuba:Castro propone limitar a 10 años los mandatos.” (pero si solamente hay un único partido: ¡qué más da! Dictadores con límite de caducidad, qué bueno…) “Fidel ‘absuelve’ al presidente Eisenhower” (menos mal: ya puede descansar en paz en Arlington. Los espíritus americanos que se me manifestaron la semana pasada me dijeron que Ike no podía vivir “en sí”.)

Por otra parte, EL PAÍS SEMANAL nos deleita con una selección de fotos de inmejorable calidad en las que posan los rebeldes libios entre ataque y matanza de las tropas asesinas de Gaddafi. Pero las mujeres siguen empañoladas, algunas de arriba abajo. Supongo que terminaremos viéndolos compartir plató con Belén Esteban y Víctor Sandoval traicionada en el programa de la chusmería nacional: “Sálvame”.

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¿Más cosas? Chernóbil en ambos periódicos, lo cual no es casualidad sino fruto del espionaje editorial.

Ah, y un anuncio de Havana Club que muestra a un matrimonio negrito (antes o después de la boda, no se sabe) subidos a una bicicleta. El hombre conduce; la hembra va en el sillín, como corresponde. Ambos vestidos de impoluto blanco y ella luce un traje de novia primoroso, seguramente comprado por algún familiar suyo de mucha FE (familia en el extranjero).

© 2011 David Lago González

viernes, 8 de abril de 2011

AMNISTÍA INTERNACIONAL por Rana el-Aqbani

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Detenida por hacer su trabajo

Foto noticia

P: ¿Por qué esa decisión de defender la revolución?
R: Estábamos todos entusiasmados con las revoluciones en Túnez y Egipto y esperábamos que se produjera un cambio. (…)
P: ¿Qué cambio? Especifica el cambio.
R: Un cambio a mejor.
P: ¿Pero qué? Atrévete a ser más precisa, como lo fuiste en tus crónicas (...)
R: Estaba esperando que cambiase el sistema político.
P: Sé más precisa.
R: Quiero decir cambiar el gobierno actual por un gobierno nuevo.
P: ¿Por qué? ¿Qué te ha hecho el gobierno actual?


Hola David,


Tras varios días de permanecer incomunicada, y estando aún detenida, la periodista Rana el-Aqbani fue acosada de esta manera sobre su apoyo a la revolución en una entrevista en la televisión pública. Rana, de 28 años, está acusada de “comunicarse con organismos enemigos en tiempo de guerra”. Es una presa de conciencia y debe ser puesta en libertad.


La detención y 'desaparición' de periodistas, blogueros y cualquier persona sospechosa de oponerse a Gadafi ya era una práctica común del régimen antes del conflicto, pero ahora se ha extendido.


Rana y su hermano están detenidos e incomunicado, pero son muchas más las personas en paradero desconocido y muchas las familias que sufren la tortura de no saber qué ha sido de sus seres queridos.


David, alza tu voz por todas las personas injustamente detenidas y “desaparecidas” en Libia. Queremos saber dónde están y que ellas sepan que no están solas. Y corre la voz entre tus contactos para lograr que puedan recobrar la libertad.


Con esperanza,

Esteban Beltrán
Director Amnistía Internacional – Sección Española

P.D. Amnistía Internacional no recibe subvenciones de ningún gobierno nacional para preservar su independencia e imparcialidad. Sólo el apoyo económico de gente generosa como tú nos ha permitido durante décadas investigar la situación de derechos humanos en Libia. Hazte socio/a ahora para que podamos continuar con este trabajo con total independencia e imparcialidad. 

Quiero firmar por la libertad de Rana más info

lunes, 28 de marzo de 2011

La decencia

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La decencia

Primero, el artículo Moisés Naím en El País de ayer. Después, otras hierbas…

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MOISÉS NAÍM Intervención aliada en Libia

¿Qué tiene que ver Auschwitz con Bengasi?

MOISÉS NAÍM 27/03/2011

http://www.elpais.com/articulo/internacional/tiene/ver/Auschwitz/Bengasi/elpepiint/20110327elpepiint_2/Tes

¿Qué hubiese pasado si en la II Guerra Mundial los aliados hubiesen bombardeado las cámaras de gas o las líneas de ferrocarril que llevaron a millones de inocentes a la muerte en Auschwitz y otros campos de exterminio? No se podía. No sabíamos. Hubiésemos distraído recursos de otros frentes. No era una prioridad estratégica. Estas son algunas de las respuestas que se le han dado a esta difícil pregunta. En Auschwitz fueron asesinados más de un millón de hombres, mujeres y niños.

En Bengasi pudo haber pasado algo parecido. Claro que las magnitudes y circunstancias son muy diferentes. En Bengasi viven 700.000 personas y, de haber entrado las tropas leales a Muamar el Gadafi a cumplir la misión que les encomendó -"eliminar a las ratas grasientas"- seguramente no hubiesen asesinado a toda la población de esa ciudad. Pero el dilema es el mismo. ¿Deben otros países intervenir militarmente en una nación para impedir el exterminio de miles de inocentes? No lo hicieron en Ruanda, donde 800.000 civiles fueron masacrados en 1994, ni tampoco en Srebrenica, donde las fuerzas armadas serbias asesinaron en 1995 a 8.000 hombres y adolescentes bosnios.

Estos conocidos episodios son relevantes para el debate sobre la intervención extranjera en Libia. A Barack Obama se le está criticando ferozmente tanto por haber intervenido como por haber tardado en hacerlo. Por haberse integrado en una coalición internacional, en vez de haber actuado unilateralmente. Por haber permitido que, en la etapa inicial de los bombardeos, los aviones y misiles norteamericanos tuviesen el protagonismo. Por haber intervenido sin saber quiénes son los rebeldes libios y cuáles sus motivaciones y alianzas. Por carecer de planes para una Libia pos-Gadafi. Por la hipocresía de actuar en Libia y no en Bahréin (donde EE UU tiene una importante base naval). Pero la crítica más fundamental a Obama es que la situación en Libia no afecta a los intereses vitales de Washington y, por tanto, es inaceptable gastar dinero y arriesgar vidas estadounidenses en ese conflicto. Ni siquiera el petróleo lo justifica, dicen los críticos. Libia extrae solo el 2% del total mundial, y Gadafi tenía excelentes relaciones con las petroleras extranjeras. ¿Y cómo termina esto? ¿Actuará EE UU, de aquí en adelante, como el gendarme mundial que interviene militarmente cada vez que un dictador masacra a su pueblo? ¿Lo haría en China, si hay una revuelta y el Gobierno la reprime como lo hizo Gadafi? ¿En Rusia o Venezuela?

Detrás de estas críticas hay tres suposiciones básicas: la primera es que un jefe de Estado solo debe actuar cuando dispone de información completa y confiable. La segunda es que la consistencia y los criterios universalmente aplicables son posibles (y deseables) en las relaciones internacionales. Y la tercera es que los criterios morales no pueden tener mayor peso en el brutal mundo de las relaciones de poder entre países. Las tres suposiciones son erradas.

Las decisiones importantes que se toman con una información completa y totalmente confiable son excepcionales. La norma es que los jefes de Estado actúen casi siempre sin tener todos los elementos, ya que el coste de esperar a tener información completa puede ser demasiado alto. Por otro lado, la consistencia en todas las actuaciones no es posible y, con frecuencia, es poco deseable. Por ejemplo: Estados Unidos hostiga a la Junta Militar de Myanmar por sus violaciones a los derechos humanos, pero recibe con honores a los mandatarios chinos. El doble rasero es obvio. ¿Preferimos entonces que, para evitar esta contradicción, Washington deje de presionar a los carniceros de Myanmar? ¿O que se agrave el conflicto con China? Todos los países que interactúan ampliamente con el resto del mundo se enfrentan a dilemas que no pueden ser resueltos tratando de ser totalmente consistentes.

Finalmente, está el peso que se le da a la decencia en la definición del interés nacional. Exigir que la moral sea la guía única en la conducta internacional de los Estados es ingenuo. Los intereses económicos, militares y geopolíticos siempre van a primar. Pero tenerlos como único factor y olvidarse de lo que nos define como seres humanos es inaceptable. Defender principios humanitarios fundamentales también debe ser parte del interés nacional de todo país decente. Afortunadamente para los libios, en este caso prevaleció la decencia. Y no importa que lo que venga después de Gadafi también sea indecente. Es un riesgo que vale la pena correr.

mnaim@elpais.es

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Otras hierbas…

Cuando yo era niño en Camagüey, por allá por los años 50-60, y quizás todavía un poquito después, la decencia se aceptaba como carta de presentación que aseguraba el buen desenvolvimiento de las interrelaciones posteriores y a ella debidas. Luego, el mundo cambió bruscamente y “la condición de revolucionario” pasó a sustituir a la decencia y a cualquier otra cosa. No importa que fueras lo que fueras, o lo que hubieras sido, mientras te inventaras un buen curriculum “revolucionario” que impresionara lo suficiente como para que nadie metiera las narices en él (frase que en sí es una falacia, porque en ese cambio de nuestro pequeño gran mundo todos dejaron de tener derechos y era El Estado el que los acaparaba todos, hasta el día de hoy).

Pero, en fin, hay muchos que se creen y se aprenden la canción. ¿El “no a la guerra” constituye algo puntual o es una corriente filosófica que desplaza la ya conocida de Gandhi? ¿Por qué yo tengo que creer en “la decencia” de un Gaspar Llamazares que se va a hacer un doctorado en Salud Pública a la universidad de un país que tristemente ostenta la dictadura más férreamente sutil --o más sutilmente férrea— de todo el mundo? (Y eso, considerando que el neo-bolchevismo de Cayo Lara me asusta aún mucho más.) Por supuesto que el mundo lo mueven los políticos según intereses determinados. ¿Creen acaso que los intereses del pueblo eran los mismos de los de la dictadura del proletariado? ¿Cómo tienen coraje de manifestarse en contra de los intereses de los países intervinientes y no de los desmanes de Gadafi y compañías? Pues no, como dijo la gran filósofa madrileña Nuria Bermúdez: “¡O todas putas, o todas señoras!”

A los hippies de los 60-70 de la Brigada Venceremos los engatusaba Jesús Díaz y sus secuaces o sus superiores con liberalizadores trips gratuitos de mariguana. Hoy se sabe que la cocaína en Cuba es de las mejores por su pureza (ya que al camello de poca joroba le es muy difícil avituallarse de éter y sustancias con que adulterarla). Y a la comparsa le va mucho el colocarse…  ¿O no?

© 2011 David Lago González

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El “no a la guerra”…

http://www.elpais.com/articulo/espana/guerra/reverdece/intervencion/Libia/elpepinac/20110327elpepinac_15/Tes

¡O todas putas, o todas señoras!

Nuria Bermúdez

miércoles, 23 de marzo de 2011

De lo humanitario, lo libio, lo de todos y lo que nunca sabremos…

Igual todo esto ha sido una elaborada maniobra para quitarse de encima a Julian As-sang®e y su cotilleo diplomático de Wikileaks, que desde que comenzaron las revueltas en el mundo árabe, sus partes diarios pasaron a la papelera de los periódicos que le servían de soporte.

Leí esta entrevista en La Vanguardia cuando estuve el domingo pasado LEYENDO EN WOOSTER, pero no he tenido tiempo para hacer posts.  Tampoco deseos.  Si la confusión impera entre los aliados, y entre los árabes, también me ha llegado a mí, o simplemente ha incrementado la normal y cotidiana que ya padezco (en el caso de que sea un padecimiento y no un mecanismo de defensa).

No creo en los gobiernos que actúan humanitariamente, como insiste sobre sí mismo José Rodríguez Zapatero, patéticamente esforzado por ser convincente.  Esfuerzo en vano, claro está.  Habría tanto que especular que prefiero tirar la toalla, ya que en definitiva yo no soy un periódico que tiene que vender ejemplares para poder vivir.  No sé cómo moralmente la comunidad internacional va a continuar con una Libia post-Gadafi que no elimina ni condena al asesino y loco revolucionario  --pido perdón a los asesinos y a los locos, personas respetables al fin y al cabo— pero ya se las arreglarán.  Tienen a su favor que todo el mundo está mucho más interesado en un amnesia inmediata que en recordar quién o qué fue cada cual.

La opinión de este señor entrevistado por La Vanguardia no es baladí (leer la respuesta a la pregunta “¿Y como ha ocurrido?”).

Yo, como el totalitarismo cubano o chino o norcoreano o cualquier otro asunto nauseabundo venga de donde vengo, casi que corto el grifo de tanta información, en la que incluyo también a Fukuyima.  Horas y horas de parloteo televisivo, toneladas de papel gastadas, reuniones extraordinarias para no llegar a nada; es decir, un gran paripé para gastar dinero y que algunos se lo embolsen.  Cuando lo de Chernóbil no se enteró nadie en el momento ni exigieron posteriormente tanto rigor a la URSS.  Los que se murieron, se murieron, y los que no, ya se morirán.

Cuando llego a un punto determinado de saturación, comienzo a pensar que yo no pertenezco a este siglo, y ni siquiera al veinte.  Pero ya es tarde, siempre es demasiado tarde.

© 2011 David Lago González

 

 

LIBIA 001 (2)

martes, 22 de marzo de 2011

AMNISTÍA INTERNACIONAL - Libia

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Hay que proteger a la población civil
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Hola David

Cientos de personas ya han perdido la vida en las últimas semanas en Libia por la represión y la violencia. Además, miles de personas están tratando de abandonar el país para huir de la violencia. Muchas han logrado escapar, pero otras esperan en la frontera mientras buscan desesperadamente la manera de huir. En su país, pueden correr peligro de muerte. Te invito a leer el testimonio de la investigadora de Amnistía Internacional para la crisis en Libia.


Ahora, ante la intervención militar de las fuerzas internacionales, Amnistía Internacional pide a todas las partes en el conflicto que respeten las leyes de la guerra que prohíben los ataques a civiles para evitar que haya más víctimas inocentes.

La protección de la población libia debe ser la  máxima prioridad de las fuerzas internacionales, por encima de cualquier otra consideración, y sus vidas nunca deben ser puestas en peligro. Por favor, firma aquí nuestra petición para recordárselo. Está en juego la vida de millones de personas inocentes.

Gracias por actuar.
Esteban Beltrán
Director Amnistía Internacional – Sección Española

PD: Amnistía Internacional no acepta subvenciones de gobiernos nacionales ni partidos políticos para preservar su independencia. Tu colaboración, por pequeña que sea, es lo único que nos permite seguir. Hazte socio/a por sólo 1 euro a la semana y apoya nuestro trabajo por los derechos humanos en el mundo.

Lee el blog de nuestra investigadora para la crisis en Libia más info

viernes, 18 de marzo de 2011

Más vale tarde que nunca -Shame on you, Europe (5)

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c1930 by Lucien Vogel

c1930 by Lucien Vogel

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LIBIA | La ONU da luz verde a 'todas las medidas necesarias'

Francia, preparada para atacar a las tropas de Gadafi 'en unas horas'

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/03/17/internacional/1300399346.html?a=7d42c596267e8c5e04ec9606fc5a7a5a&t=1300449820&numero=

 

Suele decirse que más vale tarde que nunca. La muchedumbre en Benghasi se mostraba gozosa esta madrugada (hora de España) de que por fin los veladores del Buen Mundo --ciertamente mucho mejor que el Mal Mundo— hayan alcanzado esa pujada decisión de salvar sus intereses comerciales y la pésima promoción de haber tenido relaciones tan comprometidas con un loco mesiánico revolucionario (¿me repito o vale la redundancia?) y criminal. Gaddafi era ya un cadáver político que ha mostrado la verdadera cara de tantos otros dictadores, sátrapas populistas y revolucionarios exportadores de lo que antes se llamó “movimientos de liberación nacional” y ahora es conocido como “terrorismo” según el Diccionario de lo Políticamente Correcto. ¿Necesito aportar nombres? Pues bien, para los que no lo quieran reconocer y crean que existen diferencias, aquí van algunos: Fidel y Raúl Castro y toda su romántica Revolución del Siglo XX (featuring Ernesto ‘Che’ Guevara, indeed); Chávez el bolivariano; ETA llamado indistintamente terroristas, movimiento de liberación nacional o independentistas vascos. Recuerdo --y os recuerdo que existen las hemerotecas— las amenazas repetidas por parte de Fidel Castro de que antes barrería toda la isla y la reduciría a arena y a escombros si existiera la posibilidad real de caer en manos del imperialismo “yanqui” (parece que el neo-imperialismo comercial-político español es más pasajero: al fin y al cabo siempre hubo una predilección de los metropolitas por la carne prieta –en su acepción de color). ¿Algún parecido con las intimidaciones de Gaddafi? Yo diría que sí.

Y otros parecidos más.  Si hoy el vergonzante presidente italiano Berlusconi guarda discreto silencio y ofrece sus bases militares para la operación No-Flight, después de sus mutuos lametazos con el libio, me pregunto ¿cómo reaccionarían personalidades del gobierno español que, como Carme Chacón (a través de su esposo Sr. Barroso) pisan sin garbo propiedades robadas y confiscadas por el Estado cubano llamándolas suyas, en el supuesto caso de que al “carismático” comandante –tan sui generis como el propio Gaddafi, ahora en desgracia total— le sobrevenga un ataque de locura ultimísima?

Por suerte, las alfombras persas de “Las 1000 y 1 Alfombras” del madrileño Paseo de Recoletos, están en proceso de liquidación total debido a la crisis. Apresurarse, pues, a comprar muchas para esconder bajo ellas sus vergüenzas.

© 2011 David Lago González

miércoles, 16 de marzo de 2011

El té de las cinco (Shame on you, Europe 4)

Focus on Japan, killing in Libya BY AREND VAN DAM

(Focus on Japan, killing in Libya BY AREND VAN DAM)

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Creo que a estas horas, la baronesa Ashton, en un vano intento salivoso de ocultar sus enormes dientes blancos mientras contiene la sonrisa, estará sacando unas pasticas compradas en Lidl (“donde la calidad no está reñida con los precios”) para entre la ONU y la UE tomar el té de las cinco para brindar por la rápida recuperación del revolucionario Muammar al Gaddafi.  Están también invitadas las colonias, representadas por sus amas de llave: las Hermanas D’Castro, el colluza Chávez, el Ortega, el aimara, el otro, y el otro y el otro, y la otra.  En fin, toda La Peste Mayor  (que no “la plana mayor”).

Lástima que no se “atoren” todos al unísono con la pepita de chocolate de una cookie.

Rebel fighters sit on a sofa at a check point in Ajdabiyah, March 15, 2011. (GORAN TOMASEVIC, Reuters)

Rebel fighters sit on a sofa at a check point in Ajdabiyah, March 15, 2011. (GORAN TOMASEVIC, Reuters)

sábado, 12 de marzo de 2011

LEYENDO EN WOOSTER (sábado 12 de marzo de 2011)

(de cine, literatura, museos, gente sensible; política asquerosa, mierda, basura; y, al final del túnel, los brotes verdes)

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REPORTAJE: IDA Y VUELTA

Vidas adultas en el cine

ANTONIO MUÑOZ MOLINA 12/03/2011

http://www.elpais.com/articulo/portada/Vidas/adultas/cine/elpepuculbab/20110312elpbabpor_11/Tes

Una pregunta insistente me venía a la cabeza mientras estaba en el cine, viendo Poetry, y cuando salí luego a la calle y seguía habitado por esa película, habitando en ella, acordándome del rumor de las aguas de un río y de una voz de mujer que dice la mitad de un poema y se convierte en una voz de niña que dice la otra mitad, o de la actitud de atención y cortesía con que esa señora mayor y un poco cursi que se ha apuntado en el centro cultural de su barrio a un taller de literatura decide escuchar el sonido de la brisa en las hojas de un castaño. Volví al cine solo unos días después a ver otra película, de otro mundo, en otra lengua, De dioses y hombres, y la pregunta ya familiar de tan persistente apareció de nuevo, esta vez desde el mismo principio, desde las imágenes del despertar del día en un convento cisterciense en los montes de Argelia y en una aldea próxima que tiene algo de tibetano y de alpujarreño en sus pobres casas escalonadas con tejados planos. En ambas películas, no empieza habiendo más música que los sonidos del mundo natural, o los de la presencia y el trabajo humanos, pasos, herramientas, una azada cavando la tierra, el trajín de una mujer mayor en una cocina, el de un monje que cuida un huerto, la concentración silenciosa con que otro monje vierte en un tarro la miel que ha cosechado él mismo. Las dos tratan de la belleza y del horror, de la compasión y el crimen, de las consecuencias tremendas que pueden tener las decisiones que se toman. En las dos está el retrato de lo que hacen los años en las caras de las personas. En Poetry hay un sentido del paisaje que tiene mucho que ver con la pintura china y con las visiones zen de la naturaleza; en De dioses y hombres el sentido de los espacios interiores habitados por macizas figuras de monjes nos recuerda inevitablemente a los cartujos de Zurbarán, las caras estáticas y a la vez castigadas por la edad, la intemperie, el trabajo, el juego de claridades y sombras de los hábitos blancos en interiores iluminados por velas.

Me cuesta imaginar que una película como 'Poetry' o como 'De dioses y hombres' llegue a hacerse entre nosotros

Mi pregunta era, es: por qué es tan difícil que pueda haber películas así en España. Ninguna de las dos, desde luego, es común: la maestría siempre tiene algo de inesperado y de excepcional. Pero aun así, me cuesta imaginar que una película como Poetry o como De dioses y hombres llegue a hacerse entre nosotros. No creo que sea una cuestión de dinero. Nuestra poquedad industrial nos veda hacer películas sobre superhéroes voladores o batallas de carros de combate o naves espaciales, pero no sobre una abuela que en una ciudad de provincias vive sola con su nieto adolescente y un día decide que le gustaría escribir poemas, y menos aún sobre siete monjes que hacen poca cosa más que rezar y ocuparse de un huerto y de auxiliar en la medida escasa de sus posibilidades a la gente de una aldea vecina. Tampoco creo que sea por falta de historias: la de Poetry es perfectamente común, incluyendo la noticia de una chica humillada y violada por los machotes de su instituto, hijos de padres que aspiran a que sus niños no se lleven ningún mal rato, ni siquiera por haber cometido un delito inmundo. Y De dioses y hombres trata de la naturaleza misteriosa de la fe, pero sobre todo del coraje de mantener la propia dignidad frente a la amenaza cierta de un terrorismo sanguinario: y de la necesidad moral de mirar de frente a ese monstruo sin contaminarse de él ni rendirse a él ni convertirse en él.

Me consta que muchas personas han vivido y viven en España historias parecidas o equivalentes a las que se cuentan en esas dos películas. Y no me cabe duda de que hay escritores capaces de construir relatos e inventar diálogos de una veracidad semejante, y actores que podrían interpretar a esos personajes de una manera tan pudorosa y tan honda que se nos olvida del todo que son criaturas de ficción, y directores con un sentido visual y rítmico lo bastante sutil como para volver memorables y hasta en cierto modo sagrados lugares tan de todos los días como una capilla, un puente de autopista sobre un río, una parada de autobús, un bosque, el cobertizo o el huerto de una casa campesina. En Poetry el profesor de literatura se queda quieto delante de una pizarra y en lugar de escribir en ella unos versos se saca del bolsillo una manzana y les pide a los estudiantes que la miren. ¿Cuántas veces han visto esa cosa vulgar, una manzana? ¿Mil, diez mil, cien mil? ¿Cuántas veces se han fijado de verdad en ella? En De dioses y hombres el monje anciano que se ocupa de la enfermería ha atendido a una madre y a una hija y al fijarse de verdad en ellas advierte que no sólo les hace falta una medicina: rebusca entre sus cosas, y un poco después la madre y la hija salen de la consulta calzadas cada una con buenas zapatillas, usadas, desde luego, pero sólidas y mucho mejores que las chanclas rotas con las que habían llegado.

En España hay muchas personas con esa capacidad doble de contemplación y cordialidad, de ensimismamiento apacible y trabajo serio y competente. Pero si es tan difícil que se hagan películas sobre ellas es porque son invisibles en el discurso público. Una clase política omnipotente y omnipresente ha usurpado todos los espacios de la vida cívica, imponiendo el sectarismo y el clientelismo por encima del mérito, la demagogia halagadora sobre cualquier sentido de la responsabilidad personal, el griterío y el sambenito partidista por encima de los debates verdaderos y prácticos sobre una realidad que sería menos grave si al menos aceptáramos mirarla con los ojos abiertos. Como el mérito, el esfuerzo, el trabajo apasionado, no sirven para ascender ni merecen reconocimiento público, los millones de personas que a pesar de todo hacen cada día escrupulosamente su tarea permanecen invisibles, y muchas veces han de pagar con la marginación y hasta el sarcasmo el ejercicio de su dignidad. En un país con casi cinco millones de parados a la gente la echan del trabajo por tener cincuenta años. En un país de economía en quiebra se recorta el gasto en educación y en investigación pero no en coches oficiales ni en gabinetes de imagen ni en suntuosos viajes internacionales de gerifaltes ni en soeces televisiones corrompidas por la propaganda y el clientelismo. Robar dinero público es menos grave que pedir seriedad o que no acatar el juvenilismo o el victimismo o el narcisismo oficial.

Quién va a hacer películas que sean un ejemplo de trabajo inflexiblemente bien hecho y que traten de la nobleza de dedicarse a algo con los cinco sentidos, que recuerden que cada acto implica responsabilidades y consecuencias, o que existe belleza en la experiencia y en la vejez, que tan necesaria como la justicia es la compasión, que la fe religiosa puede no ser oscurantista ni ridícula, que se puede ser radical y heroico sin levantar la voz, haciendo cada día el oficio de uno.

Poetry (2010), de Chang-dong Lee. De dioses y hombres (2010), de Xavier Beauvois. antoniomuñozmolina.es

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EN PORTADA / Opinión

Odiar 'El Gatopardo'

JAVIER MARÍAS 12/03/2011

http://www.elpais.com/articulo/portada/El_Gatopardo/Odiar/Gatopardo/elpepuculbab/20110312elpbabpor_10/Tes

 

La obra de Lampedusa "es sobre todo una novela sobre la muerte, la preparación para ella y su aceptación"

Ningún libro ni ningún autor son imprescindibles por sí solos, y se puede asegurar que el mundo sería exactamente como es si no hubieran existido Kafka, Proust, Faulkner, Mann, Nabokov o Borges. Quizá no sería tan igual si ninguno de ellos hubiera existido, pero la falta de uno solo es indudable que no habría afectado al conjunto. Por eso resulta muy tentador -una tentación fácil, si se quiere- pensar que la novela representativa del siglo XX es la que tuvo mayores posibilidades de no existir, y la que nadie habría echado de menos (al fin y al cabo Kafka no dejó una obra única, y una vez que se supo que había otras, además de La metamorfosis, cualquier lector podía permitirse "añorarlas" o desear leerlas). La que ya en su día fue vista por muchos casi como una excrecencia o una intrusión, como algo anticuado y completamente alejado de las "corrientes" predominantes, tanto en su país, Italia, como en el resto del globo. Como una obra superflua, anacrónica y que no "añadía" nada ni "avanzaba", como si la historia de la literatura fuera algo progresivo y en cierto sentido parecido a la ciencia, cuyos hallazgos van siendo arrumbados o eliminados a medida que son superados o que se demuestra la parcialidad, insuficiencia o inexactitud de cada uno de ellos. Cuando la literatura funciona más bien de la manera opuesta: nada de lo que se le agrega borra o anula nada de lo ya escrito, sino que, por así decir, se pone a su lado y convive con ello. Lo más antiguo y lo más nuevo respiran al unísono, y a veces cabe pensar si todo lo escrito no es más que la misma gota de agua cayendo sobre la misma piedra, y si lo único que de verdad varía es el lenguaje de cada época.

"¿Cómo podía uno ensañarse con quienes, sin duda, iban a morir?... Sólo tenemos derecho a odiar lo que es eterno"

Es necesario, claro está, que lo viejo aún aliente pese al tiempo transcurrido desde su creación o su aparición: desde luego hay obras que se borran y anulan -y son la inmensa mayoría-, pero lo hacen por su propia cuenta, no porque nada venga a ocupar su lugar ni a suplantarlas ni a jubilarlas: languidecen y mueren por su escaso brío o porque -precisamente- aspiraban en su nacimiento a ser "modernas" u "originales", lo cual les facilita luego el pronto envejecimiento, o, como también se dice, quedar demasiado "fechadas". "Esto es de tal periodo y sólo de ese", nos decimos al leerlas fuera de su época, y, con la incontenible y siempre creciente aceleración del mundo, "fuera de su época" significa a veces, hoy en día, tan sólo un decenio después de su alumbramiento. Algo de eso sentimos incluso con las narraciones de los más grandes autores contemporáneos: con Kafka, con Faulkner, con Borges en ocasiones, casi siempre con Joyce. De puro innovadores, de puro arriesgados, de puro voluntaristas, de puro distintos o de puro ambiciosos, pueden resultarnos, en ocasiones, levemente anticuados, o, si se prefiere, tan sólo "fechados".

No ocurre eso con Isak Dinesen, ni con El Gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa. Ésta no es en modo alguno una novela decimonónica, como algunos, confundidos acaso por el siglo en que se sitúa su acción, llegaron a afirmar en su momento. Es sin duda alguna una novela contemporánea de las de los escritores mencionados, su autor no desconocía las nuevas técnicas ni los "avances" del género, si es que puede llamárselos así, e incluso tuvo la modestia de descartar una posibilidad -contar una sola jornada en la vida del Príncipe Fabrizio di Salina- con la siguiente frase: "No sé cómo escribir el Ulises". Pero sí sabía, por ejemplo, hacer un uso magistral de la elipsis, relatar fragmentariamente, sin subrayar y hasta sin contar del todo, dejar sin explicación lo que al lector le basta con vislumbrar o intuir, llevar a cabo iluminadoras asociaciones entre elementos dispersos y en apariencia secundarios o meramente anecdóticos, combinar sin fatiga ni trampa lo dicho y acaecido con lo sólo pensado (todo ello mucho más propio de la novela del siglo XX que de la del XIX), y sobre todo observar, reflexionar, insinuar, matizar.

Como es sabido, El Gatopardo pudo no publicarse, y de hecho así ocurrió para su autor, que no llegó a verla impresa y que pocos días antes de su muerte, el 23 de julio de 1957, recibió una nueva carta de rechazo de una de las mejores editoriales italianas, que de ese modo se sumó en su "ojo clínico" a otra no menos prestigiosa. Pero no es sólo eso, sino que El Gatopardo muy bien pudo no escribirse: Lampedusa no era escritor, o resultó serlo tan sólo después de su muerte; y si en los últimos años de su vida acometió su novela fue, al parecer, por causas enteramente menores: el relativo éxito tardío de su primo el poeta Lucio Piccolo, que lo llevó a hacer la siguiente consideración en una carta: "Con la certeza matemática de no ser más tonto, me senté ante mi mesa y escribí una novela"; otro de los alientos recibidos fue el de su mujer, Licy, quien lo animó a escribir -se supone que cualquier cosa, sin pretensiones- por ver si con esa actividad se le aplacaba un poco la nostalgia; una tercera razón pudo ser su soledad: "Soy una persona muy solitaria", señaló. "De mis dieciséis horas de vigilia diaria, al menos diez transcurren en soledad. No pretendo, sin embargo, pasarme todo ese tiempo leyendo; a veces elaboro teorías literarias...". Lo cierto es que sí se pasó la mayor parte de su vida leyendo y acarreando muchos más libros de los que necesitaba, en una cartera, durante sus cotidianos recorridos rutinarios por la ciudad de Palermo. Por leer (lo hacía en cinco o seis lenguas), leía hasta a los escritores mediocres y segundones, que consideraba tan necesarios como los grandes: "También hay que saber aburrirse", opinaba. De manera que poco ímpetu y escasa ambición hubo detrás de El Gatopardo. En verdad era muy fácil que jamás hubiera existido, y el propio Lampedusa tenía sus dudas acerca de su oportunidad y su valor: "Es, me temo, una porquería", le dijo en una ocasión a su discípulo Francesco Orlando, y por lo visto se lo dijo sin coquetería y de buena fe. Al mismo tiempo creía que merecía la publicación (lo cual no es mucho creer, dado todo lo que se publicó en el siglo XX bueno, mediano y malo: no digamos lo que se lleva ya publicado en el XXI). En su texto de "Últimas voluntades de carácter privado", escribió: "Deseo que se haga cuanto sea posible para que se publique El Gatopardo...; por supuesto, ello no significa que deba publicarse a expensas de mis herederos; lo consideraría como una gran humillación". No hubo mucho ímpetu ni mucha ambición al iniciar la tarea; al menos sí hubo algo de orgullo al terminarla.

No le faltaban motivos para ello a Lampedusa. El Gatopardo, libre de servidumbre, de temores críticos, del agarrotamiento que se apodera a veces de algunos novelistas por el solo hecho de sentirse responsables ante sí mismos y ante su propia trayectoria anterior, libre de ínfulas y de presunciones y de ansias de originalidad, sin ninguna intención de deslumbrar ni de escandalizar ni de "abrir nuevas vías", se lee, más de cincuenta años después de su publicación y ya en otro siglo, como una obra maestra solitaria por partida cuádruple: por ser la única novela completa de su autor; por haber aparecido cuando éste ya estaba muerto y haberse echado a rodar por el mundo sin acompañamiento alguno, por así decir; por provenir de un isleño apartado de la literatura "pública" hasta el fin de sus días; y por resultar extraordinariamente original, sin haber aspirado a ello, además. Sobre semejante novela se ha escrito mucho en el tiempo transcurrido, y sería presuntuoso por mi parte querer añadir algo más. La novela de Sicilia, bien; la novela de la unificación de Italia, bien; el fin de una época y el declinar de todo un mundo, de acuerdo; el retrato del oportunismo con la famosa frase de cuya cita tanto se ha abusado -"Si queremos que todo permanezca como está, hace falta que todo cambie", o bien "...que algo cambie"- y que repiten hasta la saciedad quienes jamás han leído El Gatopardo, de acuerdo; aunque esa frase sea sólo anecdótica en el conjunto del libro, un afortunado elemento más. Para mí es sobre todo una novela sobre la muerte, la preparación para ella y su aceptación, incluso sobre cierta impaciencia por su advenimiento. De manera nada insistente, tenue y respetuosa y modesta, casi como una parte de la vida y no por fuerza la más importante, la muerte va rondando. Quizá dos de los pasajes más emotivos de la novela sean la contemplación, por parte del Príncipe di Salina, de la breve agonía de una liebre que acaba de abatir durante una cacería; y el último párrafo, en el que, casi treinta años después de la desaparición del propio Don Fabrizio, su hija Concetta se decide por fin a arrojar a la basura al perro disecado que fue de su padre y por el que éste sintió debilidad, Bendicò.

De la liebre se dice: "Don Fabrizio se vio contemplado por dos grandes ojos negros que, invadidos rápidamente por un velo glauco, lo miraban sin rencor pero cuya expresión de doloroso asombro era un reproche dirigido contra el orden mismo de las cosas; las aterciopeladas orejas ya estaban frías, las patitas se contraían enérgica y rítmicamente, símbolo póstumo de una inútil fuga; el animal moría torturado por una angustiosa esperanza de salvación, imaginando, como tantos hombres, que aún podía superar el trance, cuando ya estaba condenado...". Y de la momia del perro Bendicò se dice: "Mientras se llevaban a rastras el guiñapo, los ojos de vidrio la miraron con la humilde expresión de reproche de las cosas que se descartan, que se quieren anular", y esto lleva al lector a acordarse de otra cita, muy anterior, en la que, al hablarse del mundo de Donnafugata, se dice: "...desprovisto, pues, incluso de ese resto de energía que en toda cosa pasada aún alienta ...".

Lampedusa sabe que todo tarda en desvanecerse, que todo se toma su tiempo; hasta lo que ya es "cosa pasada" remolonea y se resiste a marcharse; hasta la vieja momia de un perro que abandonó el mundo decenios atrás. Y a esa lenta desaparición, pero desaparición al fin, sólo se atreve a oponer un humilde reproche hacia el orden mismo de las cosas, sin ni siquiera alcanzar el rencor. Quien conoce o intuye ese orden se va acostumbrando a la idea y a la perspectiva, incluso cuenta con ella como "salvación": "...había conseguido la parcela de muerte que es posible introducir en la existencia sin renunciar a la vida", se lee en otro momento; y en otro: "Mientras hay muerte hay esperanza...". No se trata sólo de los lugares y de los animales, que no comprenden (y menos aún comprenden los ojos que ni siquiera son ojos, sino los vidrios de taxidermista que imitan los del perro Bendicò disecado). Se trata también de las personas, la mayoría aún ignorantes y llenas de vida, aún en la creencia de que la muerte es algo que concierne a los demás, y sin embargo ya dignas de compasión. En la famosa secuencia del baile se dice: "Los dos jóvenes ya se alejaban dejando paso a otras parejas, menos hermosas, pero tan enternecedoras como ellos, cada una sumergida en su propia y efímera ceguera. Don Fabrizio sintió que se le ablandaba el corazón: el desagrado se había transformado en compasión por aquellos seres fugaces que trataban de gozar del exiguo rayo de luz cuya gracia les había sido concedida entre las dos tinieblas: la que había precedido a la cuna y la que los arrebataría tras los últimos estertores. ¿Cómo podía uno ensañarse con quienes, sin duda, iban a morir?... Sólo tenemos derecho a odiar lo que es eterno".

Cincuenta o más años son sólo un instante "en los dominios donde reina para siempre la certeza", como asimismo se lee al final de la Sexta Parte. Pero quizá sean suficientes para que todos los novelistas aún vivos, aún fugaces, aún ciegos y enternecedores entre las dos tinieblas, nos estemos ya ganando el derecho a odiar El Gatopardo.

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REPORTAJE: ARTE - Reportaje

Historias oscuras de grandes museos

FIETTA JARQUE 12/03/2011

http://www.elpais.com/articulo/portada/Historias/oscuras/grandes/museos/elpepuculbab/20110312elpbabpor_33/Tes 

 

El Louvre, el Metropolitan o el British Museum poseen piezas monumentales y grandes colecciones de diversas civilizaciones que sus países de origen reclaman. El libro Saqueo, el arte de robar arte realiza una inmersión en ese conflicto

El sombrero que suele (o solía) llevar Zahi Hawass recuerda inmediatamente al de Indiana Jones. Su actitud también es semejante en muchos aspectos a la del arqueólogo aventurero. Hawass ha sido, hasta su dimisión el pasado día 3, secretario general del Consejo Superior de Antigüedades de Egipto durante una década y ministro unas semanas. Y el azote de autoridades y directores de museos a los que denunció repetidamente por posesión ilegítima de algunos de los grandes tesoros de la civilización de los faraones, reclamando su devolución. Respaldado por el depuesto gobernante Hosni Mubarak, el mediático y controvertido arqueólogo parece haber abandonado de momento la enardecida misión que lideró con golpes de efecto que hicieron temblar a más de uno.

"¿A quién le interesaría la escultura griega si toda ella estuviera en Grecia? Estas piezas son grandes porque están en el Louvre"

Museos tan prestigiosos como el Louvre de París, el Metropolitan de Nueva York, el British Museum de Londres o el J. Paul Getty de California tienen un oscuro historial en la adquisición de piezas procedentes de saqueos, robos y compras ilegales. Desde hace más de tres décadas se suceden reclamaciones de los países de origen de las antigüedades que se exhiben en las salas de estos y otros centros de conocimiento universal. La polémica no deja de avivarse y los argumentos de unos y otros se enfrentan con sus razones y sinrazones. La periodista norteamericana Sharon Waxman ha realizado una investigación que la ha llevado no solo a entrevistarse con los directivos y expertos de estos museos, sino también con algunos de los defensores de la tesis de la devolución de piezas significativas a los países de origen, anticuarios y policías. Detrás de muchas de las obras reclamadas hay fabulosas historias, escandalosas maniobras, venganzas, injusticias y también argumentos de peso de ambas partes.

Todo parte de preguntas como las que se puede hacer casi cualquier visitante cuando ve, por ejemplo, la piedra de Rosetta en las salas egipcias o los monumentales frisos del Partenón griego en el Museo Británico; el busto de Nefertiti en Berlín o el zodiaco de Dendera en el Louvre, ¿qué hace esto aquí y cómo llegó? Los museos no suelen facilitar esa información.

Hay capítulos que a los ojos de hoy resultan siniestros o escandalosamente trágicos. Uno de ellos es el caso del zodiaco de Dendera, un bajorrelieve único en su especie que posee la clave de los conocimientos astronómicos del antiguo Egipto, extraído del techo del templo en la década de 1820 mediante explosiones que dañaron otras estatuas cercanas, remolcado sobre rodillos que no evitaron que cayera a un lodazal, transportado a París y comprado por Luis XVIII. El templo original luce un oneroso techo negro. A la pregunta de Waxman sobre este tema, la conservadora del Louvre responde simplemente: "¿De qué otro modo desprendería usted un techo de piedra?".

Es cierto que, sin la participación de los franceses, la egiptología moderna no existiría. Fueron las expediciones napoleónicas las que desataron la fiebre por la civilización de los faraones y quienes hicieron los primeros estudios serios. Se hicieron todo tipo de excavaciones sin los más rudimentarios criterios arqueológicos, como los actuales, que priman el estudio del conjunto de los hallazgos para establecer relaciones entre los objetos y deducir sus nexos. La dispersión de miles de objetos extraídos de las tumbas y templos ha destruido para siempre valiosos datos. Y eso vale para piezas de todas las culturas. Otra portavoz del museo parisino explicaba a la autora: "Puede que los griegos estén indignados ahora por la procedencia de esta o aquella estatua, pero ¿a quién le interesaría la escultura griega si toda ella estuviera en Grecia? Estas piezas son grandes porque están en el Louvre".

Tampoco es desdeñable el papel de preservación, estudio y difusión de otros de los grandes museos enciclopédicos. Después de que el Partenón fuera usado como polvorín por los turcos en el siglo XVII y volara en pedazos por bombas venecianas, el embajador británico en Constantinopla, lord Elgin, decidió en el siglo XIX desmontar buena parte de los frisos decorativos y vendérselos al British Museum. Hay que tener en cuenta que en esa época si encontrabas algún objeto antiguo, simplemente te lo llevabas o lo comprabas a intermediarios de dudosa reputación. No existía miramiento alguno hacia la población local y en muchas ocasiones eran los propios gobernantes los que facilitaban dichos desplazamientos a cambio de algún beneficio. Las reclamaciones de los mármoles de Elgin llevan cerca de dos siglos, pero la respuesta ha sido siempre negativa. Sería catastrófico sentar un precedente que podría cuestionar por completo el patrimonio y la función de los museos. ¿Habría que restituir cada pieza al lugar donde fue extraída? ¿Quién lo cuidaría? ¿Habría que viajar por todo el mundo para hacerse una idea de las diferentes culturas? Hay ideas que se podrían desarrollar hasta el absurdo.

Waxman no pierde de vista las luces y sombras de las historias y personajes que aborda. Señala que "la batalla por los tesoros de la antigüedad tiene como base un conflicto acerca de la identidad y al derecho de reclamar aquellos objetos que son sus símbolos tangibles", por un lado. Por el otro, está el papel que han cumplido estas instituciones, surgidas a la luz de la Ilustración y que han logrado crear un asombroso mosaico de diversas culturas para ponerlas al alcance de millones de visitantes. Además, por supuesto, del trabajo historiográfico y científico que se desarrolla en estos centros. Uno de los argumentos que suelen usar es que en los países de origen normalmente no serían capaces de preservar y conservar ese patrimonio. O que el número de visitantes sería ínfimo. Algo que, si bien es cierto en muchos casos, hoy está cambiando. Como también esa perspectiva paternalista y eurocentrista. No obstante, casos de depredación reciente, como la destrucción de los budas de Bamiyan, los saqueos en los museos de Irak y de Egipto en las recientes revueltas, hacen pensar en qué es lo más conveniente.

De todas formas, hoy las cosas están mucho más complicadas para los grandes museos y cada objeto que se ofrece a estas instituciones requiere un informe prístino sobre sus antecedentes y procedencia desde que en 1970 la Unesco dictó una resolución que prohibía la exportación y traspaso ilegal de la propiedad cultural. Algunos países también han actualizado su legislación en ese sentido.

El conflicto no es nuevo ni tiene visos de resolverse de manera sencilla. Pero lo que propone Waxman en sus conclusiones sí podría servir de base a un código de comportamiento que sería beneficioso para todos. Para empezar, es deseable mayor transparencia. "La historia del saqueo y la apropiación debe ser admitida, y debe salir a la luz para que la gente comprenda los verdaderos orígenes de estas grandes obras de la antigüedad", escribe. "Constituiría un gran gesto de integridad y humildad que desde hace tiempo viene faltando en nuestros grandes templos culturales". En cuanto a la restitución, una de las posibles fórmulas que se podrían estudiar es la colaboración entre los países ricos y los más pobres o diversas fórmulas de préstamo o alquiler. Hay quienes sostienen, por otro lado, que la posibilidad tecnológica actual permite hacer reproducciones perfectas de todo tipo de obras, casi indistinguibles del original. Una posibilidad abierta a los sitios arqueológicos, donde la cantidad de visitantes daña con su presencia el estado de conservación.

Si bien Saqueo. El arte de robar arte empieza con un capítulo dedicado a la gesta de Hawass, su salida de escena no le resta a este libro toda su actualidad. Casi el mismo día de su dimisión, en otro extremo del mundo, se confirmaba un triunfo contra la posesión ilegal de objetos de patrimonio histórico tras un largo litigio. La Universidad de Yale, que tenía en custodia desde hace un siglo un gran número de piezas extraídas por el descubridor oficial de la ciudadela inca de Machu Picchu, Hiram Bingham, ha accedido finalmente a devolver 363 de ellas en las próximas semanas. Se ha anunciado ya que serán transportadas con todos los honores en el avión presidencial peruano.

En ese sentido, el libro de Waxman tiene sus limitaciones. Su investigación abarca los cuatro museos citados. En torno a ellos construye una serie de relatos, muy documentados y de escritura ágil, que abarcan a algunos de los más relevantes -y elegantes- saqueadores de la historia. También las historias de héroes menores que, si bien lograron desentrañar misterios, desenmascarar engaños y rescatar con los tesoros parte del orgullo por la historia de su país, terminaron por verse envueltos en venganzas y enrevesadas acusaciones.

El tráfico ilícito de obras de arte se da en todo el planeta. En América Latina (territorio no contemplado en el libro de Waxman) hay peligrosas mafias que saquean a diario yacimientos, templos, palacios y museos. Solo en México, de los 35.000 sitios arqueológicos registrados, han sido expoliados 10.485. Según Fernando Báez, autor de El saqueo cultural de América Latina (Debate, 2009), se ha perdido el 60% del patrimonio tangible e intangible de la región. Una depredación que se agudizó a lo largo del siglo XX. Él mismo sufrió graves amenazas por parte de los traficantes durante su investigación. Detrás de la plácida contemplación de obras de arte en las vitrinas de los museos suele haber historias, personas y pasiones. También hay héroes y villanos, pero no siempre es fácil distinguirlos.

Saqueo. El arte de robar arte. Sharon Waxman. Traducción de José Adrián Vitier. Turner. Madrid, 2011. 423 páginas. 25 euros.

 

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EDITORIAL

Una Europa inane

Los líderes de la UE eluden cualquier acción contundente contra un Gadafi a la ofensiva

12/03/2011

http://www.elpais.com/articulo/opinion/Europa/inane/elpepuopi/20110312elpepiopi_1/Tes

La diplomacia está siendo una vez más devorada por los acontecimientos sobre el terreno en Libia, donde casi un mes después de que comenzaran las protestas Gadafi ha recobrado plenamente la iniciativa, sus fuerzas retoman ciudades y su aviación y sus tanques diezman a los rebeldes. Rebeldes en Libia significa personas en absoluta inferioridad de condiciones que, mirándose en el espejo de países vecinos, han decidido levantarse contra una brutal opresión. Y que ahora, a la vista de la parálisis internacional, van perdiendo la esperanza de derrocar al tirano.

La Unión Europea -como el Consejo de Seguridad de la ONU, como Estados Unidos- también da largas a la guerra civil libia. No cabe interpretar de otra manera la vaguedad semántica de un acuerdo, ayer, en el que se reconoce como "interlocutor político fiable" al consejo nacional de los sublevados; o que considera, a estas alturas, que antes de intervenir contra Gadafi tiene que "demostrarse la necesidad de actuar".

Para sobrevivir, el movimiento rebelde en armas, por confuso y desorganizado que aparezca a los ojos occidentales, necesita imperativamente del reconocimiento formal internacional, abanderado por Francia y que le escatima la UE. La prevista ayuda humanitaria no sirve para canalizar apoyos políticos ni para vender petróleo. Europa, dividida, tampoco está por secundar una zona de exclusión aérea que podría resultar decisiva.

Es poco probable que a un rufián tan curtido como Gadafi le impresione mucho la beata petición de la UE para que renuncie al poder. La retórica europea -pese a su incansable prédica sobre derechos humanos, libertad y democracia- no puede ocultar el hecho de que los escaldados poderes occidentales, con Washington a la cabeza, prefieren seguir esperando, cualquiera que sea el precio de hacerlo, antes de promover una acción militar en otro país musulmán. Exigir para cerrar el cielo libio la anuencia plena de la Liga Árabe, una organización básicamente inútil, es un burdo escapismo.

Comienza a ser pertinente preguntarse qué pasara en Libia -cuántos muertos y cuántos refugiados más- con Gadafi ganando la partida. Si la contraofensiva gubernamental continúa en medio del estupor internacional, las derrotas de los sublevados y las represalias llevarán presumiblemente al pánico y luego a la desbandada. ¿Qué argumentos invocarán la ONU, Washington o Bruselas, cada uno esperando que el otro dé el primer paso, para no haberlo evitado a tiempo?

La ausencia de una contundente respuesta exterior no solo refuerza la crueldad de Gadafi. Envía también un devastador mensaje a otros déspotas regionales sobre las ventajas de resistir despiadadamente. Y no puede ser más desmoralizadora para todos aquellos que a riesgo de su vida buscan libertad en una zona del mundo que, desde su independencia de los poderes coloniales, ha sido puesta de rodillas por sus propios dirigentes.

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NOTAS (INSIGNIFICANTES) DEL (INSIGNIFICANTE) BLOGGER:  Mi admirado Antonio Muñóz Molina se pregunta por qué no se filman en España películas como las que he describe.  Pues por lo patéticamente pretenciosos que suelen ser las personas ligadas al séptimo arte en este país, que siempre pretenden tirarse el pedo por encima de su cerebro y termina saliéndoles por el talón: ése es su Aquiles.  Obviando las comparaciones que el escritor quiere establecer, agradezco cada Babelia sus crónicas sobre el cine que ve en New York y que yo, persona tan sensible como él y otros muchos más, no podré ver en Madrid porque ir al cine para mí es prácticamente un lujo inalcanzable.

Pero como decía en el subtítulo de este post, me tranquiliza comprobar al final del túnel los brotes verdes:  los Bekham han confirmado que la Especiada Chica que siempre posa con una pierna adelantada a la otra espera por ¡una niña! que les colmará de dichas infinitas, y con ellas a toda la crónica social global, tanto la más chic como la más barriobajera.  En fin, el mundo está salvado, y comienza aquí una nueva era.

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viernes, 11 de marzo de 2011

La suerte de los malos (SHAME ON YOU, EUROPE! 3)

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Stela of the lector priest of Amun Siamun and his mother the chantress Amenhotep ca. 1420 B.C.

(Stela of the lector priest of Amun Siamun and his mother the chantress Amenhotep ca. 1420 B.C.)

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La suerte de los malos

Dícese que mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. Yo me iría más al extremo y enmendaría el refrán por “mejor lo pésimo conocido que lo malo por conocer”, y tanto “pésimo” como “malo” pueden, a su vez, ser cambiadas por una numerosa batería de posibilidades --no me digan que ya no estoy aprendiendo a expresarme como los gobiernos… ¿eh?— La baronesa Ashton esgrime que deben actuar como UE (UE significa Unión Europea, pero perfectamente también puede interpretarse como “Únete y Escapa”); a la ONU ni nombrarla siquiera. ¿Para qué existe? ¿Sólo era para la guerra de Irak? ¿Cabe, a todas estas organizaciones internacionales, algún crédito perdido, alguna moral rescatable? La decisión de Sarkozy y Cameron de reconocer a los rebeldes libios y deslegitimar al revolucionario criminal (o viceversa) Muammar al Gaddafi, obviamente tardía, ya al menos es algo, aunque no les exonera de haber sido sus compañeros de jaima. Zapatero busca “legitimidad”. Da risa. Todos dan mucha risa. Mientras tanto, Gaddafi ataca y se recobra. Ahora se dice que bajo su colchón tiene toneladas de dólares –ay, son tan elementales los nativos españoles que hasta pueden llegar a imaginarse al asesino sacándose un pañuelito atado de entre las tetas… ¿En qué quedaron las confiscaciones o congelaciones de la neutral Suiza, de pronto aquejada de un virus letal de buena moral?

Y ya por último, con Los Malos siempre aparece algo que de pronto les salva del juicio: la búsqueda de una exoneración de culpabilidad (que es lo que expende la ONU a manera de mandatos) amenaza con convertirse en más lenta que la justicia española; o de pronto, una desgracia natural que casi barre Japón y borra como un tsunami (palabrita que como “hoja de ruta”, ha devenido en parte del diccionario de esquemas, frases hechas y palabras dadas) lo que parecía una revancha plenamente justificada.

Mi libertad de no ser nadie me vuelve a dar la posibilidad de repetir algo que escribí hace pocos días: están esperando que, después de los ríos de sangre, todo vuelva a ser como antes y no pare de correr el otro río negro del que todos estamos colgados como de una droga dura por la cual mentimos, matamos, olvidamos, obviamos, y estamos dispuestos –ya ni siquiera de forma consciente— a hacer cualquiera otra cosa, inclusive protestar enérgicamente.

© 2010 David Lago González

miércoles, 9 de marzo de 2011

Libia: Zona de Exclusión Aérea (SHAME ON YOU, EUROPE!)

 

(Enviado por Harold Alvarado Tenorio)




Queridos amigos y amigas,


El Consejo de Seguridad de la ONU decidirá dentro de 48 horas si impone una zona de exclusión aérea en Libia para detener los mortales ataques aéreos del gobierno contra la población civil. Anteriormente, la presión ciudadana mundial ha servido para que el Consejo de Seguridad tome una posición común. Eso es precisamente lo que necesitamos ahora:

Sign the petition!

Mientras los aviones de Gadafi bombardean al pueblo libio, el Consejo de Seguridad de la ONU se prepara para decidir en 48 horas si impone una zona de exclusión aérea que obligue a los cazas del gobierno a quedarse en tierra.


Juntos, ya hemos enviado 450 mil emails a los miembros del Consejo de Seguridad. La avalancha de mensajes no sólo ha sorprendido al presidente del Consejo; también ha contribuido a lograr sanciones contundentes contra el régimen libio y a iniciar procedimientos para llevar justicia al pueblo libio. Ahora, para acabar el derramamiento de sangre, necesitamos generar una protesta masiva exigiendo una zona de exclusión aérea en Libia.

Si Gadafi no logra dominar el espacio aéreo, perderá un arma fundamental en un conflicto en el que la población civil está pagando el precio más alto. Pero mientras sus helicópteros de combate y cazas sigan sobrevolando, el número de muertos en Libia seguirá aumentando. Sólo nos quedan 48 horas --  mandemos un millón de mensajes para frenar los ataques mortales de Gadafi antes de que sea demasiado tarde:
http://www.avaaz.org/es/libya_no_fly_zone_1/?vl

La oposición libia ha hecho un llamado a la comunidad internacional para que ayude a "proteger al pueblo de Libia contra los crímenes de lesa humanidad que están siendo cometidos en su contra". El Secretario de Estado de Asuntos Exteriores del Reino Unido ha dicho que "hay informes creíbles acerca del uso de helicópteros de combate del gobierno en contra de los ciudadanos".

Mientras tanto, el Secretario General de la OTAN, ha dicho que cualquier esfuerzo para crear una zona de exclusión aérea en Libia requiere, como primera medida, una resolución de la ONU. En muchas crisis como esta, siempre ha habido algún país de la ONU que ha vetado la adopción de medidas firmes. Pero con Libia, algo muy diferente ha comenzado. Las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad son reales. Los embajadores de la ONU dicen que los delegados están "considerablemente unidos", mostrándose de acuerdo en que Gadafi tiene que irse. Lo que se necesita ahora es otro empujón por parte de ciudadanos de todo el mundo.

Una resolución de la ONU no es el remedio perfecto -- implementar una zona de exclusión aérea es peligroso y complejo. Pero incluso la mera amenaza de su establecimiento serviría para mostrarle a Gadafi que ha llegado su hora. Nuestros gobiernos necesitan saber que estamos acompañando al pueblo libio, y que no aceptaremos demoras. Envíales este mensaje, y después reenvíalo a amigos y familiares:

http://www.avaaz.org/es/libya_no_fly_zone_1/?vl

Los movimientos no violentos en pro de la democracia en el mundo árabe están siendo fuente de inspiración para gente en todo el planeta. Sin embargo, Gadafi ha escogió la ruta más funesta: la represión violenta para aplastar una revolución valiente y pacífica. En estos momentos, caben dos posibles futuros para Libia: un largo camino de violencia ejercida por un dictador en contra de su gente, o un camino en el cual ciertas medidas internacionales puntuales sirven para apoyar las aspiraciones del pueblo libio.

En estos días decisivos debemos reconocer que nuestras acciones, como ciudadanos de todo el mundo, afectan la suerte de nuestros hermanos y hermanas en Libia. Debemos unirnos en solidaridad: con todos aquellos que ya se han ido, y con quienes están luchando por sobrevivir.

Con esperanza,
Ben, Luis, Graziela, Benjamin, Ricken, Stephanie, Rewan, y todo el equipo de Avaaz

Más información:

Libia/ONU: Francia y GB preparan un texto sobre zona de exclusión aérea
http://noticias.terra.com.ar/internacionales/libiaonu-francia-y-gb-preparan-un-texto-sobre-zona-de-exclusion-aerea,350553aa7119e210VgnVCM4000009bf154d0RCRD.html

Libia: los planes para zona de exclusión aérea ganan terreno
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/03/110307_libia_zona_exclusion_aerea_en.shtml

Países del Golfo piden creación de una zona de exclusión aérea en Libia
http://surtitulares.com/noticia/29127/pa%C3%ADses-del-golfo-piden-creación-de-una-zona-de-exclusión-aérea-en-libia.html

EEUU reflota posible acción militar por la crisis en Libia
http://www.eldia.com.ar/edis/20110307/20110307173943.htm

Libia: Gobierno continúa bombardeos en zonas rebeldes
http://www3.espectador.com/1v4_contenido.php?id=207195&sts=1

lunes, 7 de marzo de 2011

Los domingos -SHAME ON YOU, EUROPE (2)

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LOS DOMINGOS

 

LOS DOMINGOS, cuando luce el sol, me gusta irme a una taberna del barrio de Lavapiés (exactamente en la convergencia de las calles de Lavapiés y de Caravaca), donde por 8 euros se puede comer muy decentemente. Lo pidas o no, lo primero que te ponen es un plato de ensalada muy ricamente aliñada, y luego lo que tú quieras. Ayer me tomé unas lentejas y, de segundo, croquetas caseras; y te ponen media botella de vino o una entera a beber a discreción, pero no esa cosa miserable de servir una copa, lo que inmediatamente, sólo por llevar la contrario, a mí me dan deseos de beberme la botella completa. De postre, unas natillas [y como hay ciertas costumbres a las que no quiero renunciar –aunque la gente piense que estoy loco (cosa que es un poco verdad)--, le echo un poquito de sal a las natillas y las revuelvo (esta es una costumbre específicamente “camagüeyana”: se hervía la leche con una pizca de sal para darle “más cuerpo”; no acostumbran hacer lo mismo en el occidente de la isla porque mi madre nació en la provincia de Matanzas y era criticada –sanamente… no se me sulfuren los muertos-- por sus hermanas por haber adquirido “odiosas manías camagüeyanas”)].

En fin, allí terminé de leerme El País. Buen artículo –como suele ser— el de Moisés Naím(http://www.elpais.com/articulo/internacional/Muamar/Hugo/Dani/elpepuint/20110306elpepiint_9/Tes), que ya Zoé Valdés referencia en su blog. Y así también me leí los dos de Bernard Henry-Lévi, que en uno de ellos se preguntaba por qué el mundo no acababa de dar reconocimiento moral a los rebeldes libios como legítima fuerza potencial política en vez de continuar validando a Muammar al Gadafi en su puesto de jefe de estado. Ayer pensé por qué, pero ahora acabo de leer (en El País virtual) que Francia e Inglaterra consideran reconocer diplomáticamente a los rebeldes. Al mismo tiempo, el revolucionario y ahora --¡oh sorpresa, sorpresa!— asesino, loco y criminal Gadafi, parece que recobra poder y fuerza gracias a sus bombardeos y su ejército de mercenarios. Y ayer pensé por qué, y pensé PORQUE ESTÁN ESPERANDO POR SI GADDAFI VUELVE A RECUPERAR EL PODER total DE LIBIA, LOS POZOS DE PETRÓLEO, EL GAS y todas las corrupciones y sucios billetes que tanto gustan a todos, para no tener que enfrentarse al hecho de tener dos mandos de poder reconocidos, lo que los haría asumir obligatoriamente una nueva decisión vergonzosa: devolver el reconocimiento global al revolucionario de antes ante los revolucionarios de ahora. Ya se sabe: más vale malo conocido que bueno por conocer, y en definitiva los muertos y los que huyen van a ser siempre los primeros en ser olvidados.

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At last again, SHAME ON YOU, EUROPE!

 

© 2011 David Lago González

domingo, 27 de febrero de 2011

QUOTES TO REMEMBER (Tahar Ben Jelloun)

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Katariina käik by Bluesrose, Tallin, Estonia

Katariina Käik by Bluesrose, Tallin, Estonia

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(Refiriéndose a Libia.) Uno siente que ha llegado a un país imaginado por George Orwell y Franz Kafka juntos. Todo es fingido, absurdo y extraño.

Tahar Ben Jelloun

 

(Cualquier parecido con lo que puede sentir viviendo en el país donde nací --Cuba— es pura coincidencia.)