miércoles, 2 de junio de 2010

EVIDENCIAS elementales para los ELEMENTALES

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Descendiendo por vía materna de un heritage sefardita al que sólo mi madre ya hacía caso, aun sin mucha conciencia de su significado pues no se criaron en el mismo judaísmo (aunque la conciencia del patronímico llegó hasta su propia familia inmediata –mis abuelos maternos practicaron la endogamia, al igual que la mayor de todas mis tías, contrayendo nupcias con un primo carnal, cuya historia personal devino en una especie de versión del relato escrito por Isaac Bashevis Singer, “Sarah”), desde muy pronto sentí una inclinación natural hacia lo que sigue siendo una fuerza de atracción tremenda en mi vida. Una de las cosas que estando en Cuba tenía metida en la cabeza era tener una relación sentimental con un judío, cosa que el destino me brindó muy poco tiempo después de arribar a estas tierras, doblemente mías ya que si mi madre descendía de judíos originarios de la zona de Cáceres (apellidados Fagundo), mi padre era gallego. Sin embargo, no soy un sionista. Mucho menos, lo contrario. Como en la mayor parte de las cosas, intenta situarme en el centro; y antes de cruzar la calle, miro a ambos lados por lo que pueda venir desde cualquier horizonte, aunque la vía sea de una sola dirección.

Israel es un país pertrechado militarmente, pero, a pesar de eso, es un pueblo que tiene miedo y cuenta con una lamentable lista de justificaciones históricas para sentirlo. Además de sentirlo, lo recuerda y creo que tiene deber de no olvidar nunca por qué siente ese miedo. Es una locura vivir así, pero no se puede olvidar, aunque para los más ortodoxos eso se convierta en razón de vida. En cierta forma, me siento identificado con el hecho de recordar siempre la pequeña historia que a uno le ha tocado vivir, llevando esta situación al tema cubano, en el que simplemente no cejo ni un ápice al olvido aunque eso no quiere decir que segundo tras segundo esté sazonando rencores y, mucho menos, venganzas.

La casualidad puede existir, pero es sumamente difícil --yo diría que imposible-- que cohabite con la política. No soy ningún experto en política internacional --y mucho menos en la más enrevesada de todas: la del Medio Este-- y sospecho, sin suficiente alcance de miras, que la repentina fiebre de protagonismo pro-islámico que finalmente ha conjurado Turquía en las últimas semanas obedece a mucho más que el interés y la solidaridad hacia el pueblo palestino. No puede ser ajeno a estos últimos sucesos de “la flotilla humanitaria” el abrazo de Erdogan con el mandatario iraní, a la sombra de los párpados de Lula, que se me escapa a la comprensión, sobre todo en este punto. Y verdaderamente estas secretas intenciones, en las que son utilizados tantos voluntarios elementales y básicos, suscitan más miedo.

Parte de lo que opino al respecto está contenido en este artículo escrito por David Grossman y que hoy, martes 2 de junio de 2010, publica El País (http://www.elpais.com/articulo/opinion/marioneta/sujeta/hilo/elpepuopi/20100602elpepiopi_4/Tes).

Otra parte la conozco de primera mano (del hombre simple) desde hace años, pues cuando me vi obligado por razones económicas a compartir piso, mi segundo roommate por espacio de dos años a partir de 1996 fue un chico palestino, de los que habían sido expulsados de Kuwait tras la alineación de Yasser Arafat con la invasión provocada por Sadam Hussein --¿recordáis que sucedió algo parecido?--. No he conocido persona más atormentada en mi vida. Su iracunda extrañeza iba contra el destino: ¿por qué tenía que pagar él por lo que hubiera hecho Arafat? De Kuwait los expulsaron a Jordania, donde siguieron viviendo aceptablemente comparados con la holgura y beneficios y alto nivel de vida que disfrutaban en Kuwait. Él me hablaba del gran negocio de los países árabes a costa de los refugiados palestinos y las ingentes subvenciones y ayudas que recibían por ello y que, naturalmente, no llegaban íntegramente a los afectados.

No sé si la alfombra será siempre persa --pero seguro que una acrílica de Ikea no es--, pero son muchos más de uno los que esconden la basura bajo ella.

© 2010 David Lago González

 

NOTA:  Agrego este otro artículo sobre el tema que me acaba de mandar Margarita García Alonso y que me parece magnífico.  NUNCA LAS COSAS SON COMO PARECEN.

2 comentarios:

Margarita Garcia Alonso dijo...

Pues mi querido David, vengo de askenazes, por linea materna, y la verdad que estoy cansadisima del show.

No me gusta el articulo que linkeas, pero ando muy encabronada desde hace tres o cuatro dias, porque en esta ciudad de los pelones, la protesta contra Israel, los flayers y tralalala me han llenado la cachiporra y a empujarme a tener que definirme y tralalla, que me pone mala, bien planta en mis origenes.

Me voy mas por este otro articulo, te dejo el link..

http://www.elpais.com/articulo/opinion/dia/Nakba/engano/elpepiopi/20100527elpepiopi_11/Tes

de paso, la señora esa que compra joyas en la Plaza Vendome y representa los palestinos en Paris, la vi hace unos años, ya no sé si esta en el puesto, me cae de patada. Nuevos ricos? FORTUNAS con el dinero de la comunidad internacional?

Lamento mucho las muertes, y que Israel se haya dejado tentar, pero ni eran tan pacifistas, ni iban desarmados y se sabia lo que iban a buscar. Pues no, le digo a los tios... no me como la jugada, no puedo crerles mas, si empujan a sus hijos, a sus propios hijos a ponerse una cintura y explotar en lugares publicos, que mas le puede dar que maten a algunos civiles en el barco? No ves, que para ellos, eso es la gloria y el paraiso asegurado con Ala y sus no se cuantas doncellas...

perdona, cuando pasen unos dias, volveré a leer sobre esto y pasaré de nuevo a opinar. Trataré de ser moderada, hoy, por la amistad que nos une, respiro en tu blog.

tE QUIERO

Un anorme abrazo y shalom

David Lago González dijo...

Pues me gusta mucho este artículo que mandas. No sé cómo lo leí o se me pasó, ahora miro el periódico. Ahora después lo incluyo en el post.
Yo creo que es complementario, o más bien el de David Grossman lo es de éste. Lo humilde que yo aporto puede añadirse a lo dicho por ellos, tanto en el sentido del gran negocio con los refugiados palestinos como la evidencia de la intención, aunque escondida bajo la solidaridad, EVIDENTE en la provocación.
Además, dada la experiencia que tenemos los cubanos de lo que verdaderamente significa "el bloqueo" tras el que se esconde el victimismo de estado cubano y las reclamaciones de los mentalmente básicos, ponga en duda que las consecuencias del tal bloqueo israelí a Gaza sea como lo pintan los medios de comunicación. Si en el caso nuestro, no sólo tergiversan, sino que dan una versión de la realidad que yo nunca viví y sé que sigue existiendo igual, por qué vamos a ser los únicos sobre los que se miente (vuelvo a "Atrapados en la semántica")

Besos.
Y
shalom dechem.