martes, 2 de marzo de 2010

SE REVENTÓ EL HUEVO, o "Cómo ser cubano y no morir en el intento"

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Mavebo_Huevo explosionado

(C) Mavebo, Huevo Explosionado, 2da parte

http://www.fotografiamacromanuel.blogspot.com

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Imperdonable

ROSA MONTERO 02/03/2010

(http://www.elpais.com/articulo/ultima/Imperdonable/elpepuopi/20100302elpepiult_1/Tes)

Hace un mes hablé en este artículo del infierno de las cárceles cubanas, del maltrato sistemático y de la aterradora indefensión de los presos de conciencia. Por entonces Orlando Zapata ya estaba en plena travesía hacia su muerte, pero yo no lo sabía. No lo sabía casi nadie. La huelga de Aminetu la conocimos desde el primer día, porque España es una democracia y las noticias circulan. Pero las dictaduras feroces, y la cubana lo es, se caracterizan por silenciar los gritos de las víctimas. Y hacen algo aún peor que silenciarlas: las difaman. En los foros de Internet leo comentarios de la gentuza castrista diciendo que Orlando era un delincuente común "de lo peor". ¿Se puede concebir una abyección más grande? Además de torturar, denigran al torturado. Es como si alguien violara a una chica, le sacara los ojos y la decapitara, y luego nosotros dijéramos: algo habrá hecho para merecerlo, la muy puta. Con las agresiones contra las mujeres ya lo vemos claro, ¿no? Pero, asombrosamente, ese sucio prejuicio sigue funcionando con los cubanos. Hablo de la absoluta inhumanidad del pensamiento dogmático, de la pereza intelectual y moral que impide que una buena parte de la izquierda asuma su responsabilidad ante el horror del castrismo. Hablo de Zapatero no diciendo ni palabra el primer día, y luego, tarde y mal, limitándose a lamentar la muerte y no a condenarla. Hablo del PSOE insistiendo en reforzar las relaciones con Cuba, una política que ya ven adónde conduce. Gracias a la presión popular salvamos la vida de Aminetu. Pero, ¿dónde están ahora los actores, los famosos, los de Izquierda Unida, todos esos que apoyaron a la saharaui? Orlando tuvo que pagar con su vida la visibilidad mediática. Ahora hay otras seis personas en huelga de hambre en Cuba reclamando derechos básicos: hay que ayudarlas. Ya se han acabado las excusas: justificar o disculpar hoy el castrismo es como justificar o disculpar el fascismo. Una indecencia imperdonable.

 

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POLÍTICA | Represión

Willy Toledo dice que Orlando Zapata era 'un delincuente común'

(http://www.elmundo.es/elmundo/2010/03/01/cultura/1267460876.html)

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Vídeo: EFE

Willy Toledo, durante su intervención en Toledo. | Efe

Willy Toledo, durante su intervención en Toledo. | Efe

  • El actor acompañó a Aminatu Haidar durante su huelga de hambre

Servimedia | Madrid

Actualizado martes 02/03/2010 11:22 horas

Comentarios 1.087

El actor Willy Toledo ha afirmado que el preso cubano Orlando Zapata, fallecido la semana pasada tras casi tres meses en huelga de hambre y reconocido como prisionero de conciencia por Amnistía Internacional, era "un delincuente común, ni siquiera era un disidente político". Su tesis coincide con la doctrina oficial del Gobierno cubano, expresada el pasado fin de semana a través del diario Granma.

Toledo hizo esta declaración en el turno de preguntas de una mesa de reflexión sobre la situación del Sáhara, organizada por la Fundación Aisge (Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión) y en la que cerca de 40 artistas, en su mayoría actores, leyeron un manifiesto en defensa del derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.

Entre los artistas se encontraban los actores Álvaro de Luna, Ana Otero, Antonio Valero, Asunción Balaguer, Jordi Dauder, Pilar Bardem, Roberto Enríquez, Silvia Tortosa y Xabier Elorriaga. El coordinador general de IU, Cayo Lara; la portavoz de IU en la Asamblea de Madrid, Inés Sabanés, y el presentador Gran Wyoming se dejaron ver entre el público.

Toledo comparó la huelga de hambre de la activista saharaui Aminatu Haidar -a la que acompañó en su lucha- con la de Orlando Zapata al señalar que "la diferencia fundamental" es que aquélla "es una defensora y luchadora de los derechos humanos, pacífica, que ha cumplido años y años de agresiones y torturas, probablemente violaciones, que una mujer saharaui por dignidad jamás reconocería".

El actor culminó la comparación subrayando que Zapata "era un delincuente común, ni siquiera era un disidente político". Inmediatamente después, la moderadora de la mesa, la periodista Olga Rodríguez, recordó que hay "diversas opiniones" sobre el caso de Zapata, al recordar que al comienzo del acto el actor Xabier Elorriaga pronunció unas palabras de solidaridad con los damnificados por el terremoto de Chile y de condena por la muerte del preso cubano.

Además

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MISA FUNERAL EN MADRID POR ORLANDO ZAPATA TAMAYO

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El lunes 1 de Marzo, a las 19:30 se oficiará una misa funeral por el alma de Orlando Zapata  Tamayo, en la Iglesia de Santa Bárbara,  Plaza de las Salesas, Madrid, metro Alonso Martínez (Colón)

 

Y el funeral fue.

La parroquia de Santa Bárbara tiene, sobre todo, un hermoso y amplio jardín, y está también situada en el enclave de una zona agradable, por detrás de los juzgados donde suelen desempeñar sus funciones los abogados estrellas, Grande Marlaska y el “poseído” Francisco Garzón, y donde suelen realizarse los interrogatorios y juicios a los asesinos políticos de ETA, tan cercanos a los asesinos políticos de Orlando Zapata Tamayo, y donde estos también deberían ser juzgados siguiendo esa línea de zorro vengador internacional de la justicia española, pero no, las brevas que quedan a la izquierda se obstinan en quedar pegadas a la higuera, y, mientras, los mortales bajo la copa del árbol, ansiando pisotearlas.

Llegué temprano, cuando todavía realizaban la misa anterior. Los oficios en las iglesias españolas van como en una cadena de montaje y el promedio de duración está alrededor de los veinte minutos, salvo ocasiones particulares. Recuerdo las misas celebradas por el sacerdote amigo camagüeyano, Jordi Petit (R.I.P.); las mejores a las que he asistido, porque él situaba las distintas lecturas de los apóstoles en su contexto histórico y no sólo bíblico, de modo que todo era más comprensible y menos dogmático, aunque estoy seguro de que por mucho que me agradara y me ilustrara a mí, a la mayor parte del resto le era indiferente. Así las cosas, aquella misa a la que yo no acudía pero sí estaba, terminó, y apenas se fueron unos pocos. Inmediatamente entró toda la gente, mediática y no mediática, seguidores de otras creencias, intelectuales demasiado racionales y sesudos como para albergar ninguna otra fe que no fuera humana (también la fe del oportunismo) y/o aquellos reticentes a la Iglesia del Gran Poder, o al respeto a cualquier lugar sagrado y de recogimiento, sea una parroquia católica, una mezquita, un recinto protestante, el Tibet, o cualquier parque público de Nueva York o Philadelphia donde he sentido la misma paz interior y la posibilidad de hallarme a solas conmigo mismo. Cuando antes subía los anchos escalones de la entrada pude apreciar un atril dispuesto con micrófonos, cámaras de televisión, cables y parafernalia mediática, y unos negros retintos, de esos que brillan, muy bien vestidos y evidentemente “apreparados” para las lentes y la defensa de la libertad en Cuba (no hay nada peyorativo en lo dicho: estos señores brillaban con luz propia y su luz imantaba e hizo que mi cabeza se moviera en dirección de donde estaban, que era, por supuesto, el centro.)

O sea, que la iglesia se llenó, y había mucha gente de pie, por los pasillos laterales y al fondo. Había un coro cubano que entonó cánticos que desde hace ya años ocupan un lugar importante en los oficios de la Isla, y siguen la línea tradicional de la música criolla, en el sentido más amplio y menos peyorativo, de modo que no es que se llegue al nivel de pasión del gospel o que se caiga en la manida Guantanamera, pero sí resta solemnidad al acto eclesiástico y lo acerca mucho más a la gente llana por una simple cuestión de que se hace comunicativo y tienes que ser muy “pasma’o” o circunspecto para no terminar entonando por lo bajo las melodías que cantan.

Y el funeral fue hermoso.

Hubo un inevitable momento de arranque patriótico con vivas al muerto y a una Cuba Libre posible y querida, al menos para que otras generaciones tengan la oportunidad de vivir con mayor normalidad y tranquilidad de la que hemos vivido algunos. Pero, gracias a Dios, el espectáculo se contuvo y se apagó en sí mismo. Y bueno, nunca mejor dicho, Dios dirá.

Terminada la misa, me levanté y salí. Tenía intención de esperar a algunos amigos y tal vez pasar a picotear algo, pero el momento de exaltación patriótica y la posterior lasitud de los alrededores dados a ese aspecto tan cubano y deplorable del “choteo” que no respeta nada (lo cual es bueno y malo a la vez), me indicaron que lo mejor era volver a mi casa, donde me esperaban mis amigos del CSI para desentrañar otros crímenes acaecidos en Las Vegas y New York.

Al bajar los escalones de la salida, reparé en un cartel que había en el centro de la explanada, acompañado de algunos velones, y una pieza de madera (tronco o raíz de apariencia fosilizada) que otro negro se apresuró a quitar a mi paso, aunque no creo que haya sido nada personal. Esta mañana alguien me dijo que eso era un símbolo ñáñigo.

Me pareció advertir como una etérea insistencia, no copulativa, entre el protagonismo católico y el racial.

Del resto no sé nada.

© 2010 David Lago González

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Y el huevo se reventó.  Y parece  --SÓLO PARECE--  que ese mismo huevo seguirá reventando como si fuera una póstula que empieza a drenar su pudrición y su pestilencia porque ya la "ñáñara" no aguanta toda la infección que contiene.

Los cubanos tenemos el cuerpo lleno de esas póstulas, como San Lázaro.  También hay miles de perros que nos las lamen, lo que aumenta aún más la podredumbre.  Toda esa podredumbre duele, aunque naturalmente no a los que son ajenos al asunto, a los que nacieron en otros lugares menos contaminados o contaminados por otras bacterias que no son precisamente las nuestras.  Pero a lo que nadie puede sustraerse es a la imagen asquerosa y al olor nauseabundo que nosotros llamamos comúnmente "peste", a no ser que sean tan malnacidos como los que nos han ido inflingiendo las heridas, ya llagas, desde hace tanto tiempo que sobrepasa el medio siglo.

En un post no puedo abarcar todo lo que quisiera decir cuando tampoco me es suficiente un libro, ni una colección de varios volúmenes bonitamente encuadernados para adornar inútilmente las librerías de las casas de la izquierda divina donde todos son tan agradables y civilizados pero parecen que leen sin saber que lo hacen, para así aumentar su alto y vano nivel de información (esta última palabra debería ir entrecomillada). Pero quiero señalar dos diferencias, ENORMES diferencias, que advierto en la prensa de ayer y hoy: el artículo de Rosa Montero y las desafortunadas opiniones del actor Guillermo Toledo (ambas expuestas más arriba).  Claro, hay una gran distancia de calidad humana que favorece a la periodista Montero y va en detrimento del actor de marras.  A Rosa Montero debemos agradecerle  --y lo hago con mucho gusto--  su claridad y el acto normal y corriente de usar su libertad de expresión que, dado el caso tan escabroso que atañe a insulares y a extraños (el dolor no, pero la peste es libre de viajar y expandirse por todas partes), se convierte en una muestra de valentía al quedar "manchada" por su identificación con el problema cubano.  Y, por otro lado, las palabras del actor pasan inmediatamente a formar parte relevante de esa sección que recién he inaugurado en este blog: "Palabras que no podemos olvidar", y que igualmente manchan al sujeto que las dice pero con el pus de lo que, de forma tan soberbia e ignorante, obvia y defiende, y define a los de su ralea.

En un reciente artículo de la escritora Zoé Valdés publicado por La Razón (http://www.larazon.es/noticia/8637-zoe-valdes-no-valen-lamentos-de-ultima-hora), ella menciona unas palabras mías que al aire traigo a colación: "¿Qué más nos tiene que pasar para que nos crean?"  Los que sabemos de qué hablamos --y no personajes como Willy Toledo y compañía--  llevamos medio siglo (la vida entera de algunos) haciéndonos la misma pregunta.  Ahora yo me hago otra:

¿Tendremos, todos los cubanos repartidos por el mundo --y no precisamente por ninguna predisposición a la aventura--, que hacer huelga de hambre y morirnos, para que se den cuenta de que estamos hablando de un asunto muy serio?"

David Lago González

4 comentarios:

Zoé Valdés dijo...

Yo estoy tan en baja, querido David.

Margarita Garcia Alonso dijo...

David, que capacidad para darle al puzzle tragico su dimension humana, joder, qué se puede, qué se puede hacer?

un abrazo

El Tinajón dijo...

Es una sensación bien extraña que nos va debilitando... Excelente artículo David.

Maria dijo...

Cuánta razón. ¿Qué más tendrá que pasar para que os crean? Qué cerriles somos los españoles.

Se ha creado un grupo en Facebook: "Señoras cubanas que quieren hostiar a Willy Toledo". Se admiten hombres y extranjeros. Pero seguro que se convierte el tal Willy en una víctima de la mafia-de-Miami.