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Que nunca muera Hollywood. Que me hagan creer que la vida es esa mentira. Que no me digan más cómo tengo que ser, que no me da la gana, que no quiero ver la sangre de Ignacio sobre la arena ni tampoco convertirme en lo que quiera el Che. Que no quiero crecer, mamá. Y tampoco ser artista, Concha Velasco. Quiero ser todo lo más retorcido posible a la idea de la perfección.
Y quiero, eso sí, que todos estos ángeles pecaminosos y terriblemente humanos, pasen conmigo toda la eternidad mirándome así desde el Cielo.
Si adivináis quién canta la versión, os mando un poema "de mi propia inspiración" y autografiado, para que cuando mi firma valga tanto como la de Picasso lo podáis empeñar en el Monte de Piedad para la próxima crisis.
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2 comentarios:
Que pena, no sé quien pueda ser, me quedé sin el poema autobiografiado. Puedes estar seguro que un día tu firma será valorada David. Pero la canción y el film son bellísimos...Que glamour!
Ah, todas ellas, qué maravilla, y qué hermosa Rita con pelo corto y rubia, y al final Marlene, su rostro como un paisaje, y Mónica Vitti, esencial.
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