martes, 30 de marzo de 2010

“MATANDO CANALLAS...”

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En El País de ayer lunes 29 de marzo de 2010, Mauricio Vicent comenta desde La Habana, una de sus aparentemente asépticas noticias (http://www.elpais.com/articulo/internacional/musica/regimen/entona/necesidad/cambio/Cuba/elpepiint/20100329elpepiint_7/Tes). El titular dice: “La música del régimen entona la necesidad del cambio en Cuba.” Claro, se refiere a las declaraciones de Silvio Rodríguez, recogidas por todos los medios de comunicación menos por los cubanos oficiales.

Pero quiero referirme exactamente a dos aspectos de la misma. En el segundo párrafo se lee “Lo dicho el viernes por el cantautor Silvio Rodríguez, voz nada sospechosa de mercenaria, tocó el corazón de la parte de la sociedad...” Todos los que hayamos vivido allí sabemos de lo poco popular que es Silvio Rodríguez en el patio de mi casa (que no es particular, sino de Fidel, según gritan los paramilitares). Pero ¿qué insinúa el Sr. Vicent con este comentario? ¿Quiere decir que yo, mi madre, y todos los que hemos nacido allí y no somos Silvio Rodríguez ni pertenecemos al Estado Mayor o Menor pero Estado al fin, somos “mercenarios”????? Remitámonos pues al Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española, Vigésima Edición, Tomo II, página 900 (regalo de mi primer compañero español), donde puedo leer:

Mercenario (del latín mercenarius)

1. Aplícase a la tropa que sirve en la guerra a un príncipe extranjero por cierto estipendio.

2. Dícese del religioso de la Merced.

3. Que percibe un salario por su trabajo.

4. Trabajador o jornalero que por su estipendio o jornal trabaja en el campo.

5. Que percibe paga por sus servicios.

6. El que sirve por otro un empleo o ministerio por el salario que le da.

Y constato que ninguna de estas acepciones va conmigo. Ni siquiera trabajo para el Príncipe de Asturias ni le cojo el dobladillo o aliso los cabellos de la Princesa Leonor.

Por tanto, creo conveniente añadir a este sujeto —que, además, está representando como Enviado Especial a un medio de prensa, por lo que habría que ver si incumple la política del diario— al Coro de Insultos que entonan contra nosotros los Willy Toledos (un insignificante infeliz) y Miguel Bosés (estrella juvenil protegèe del franquismo tardío), y recordar que El País tiene una defensora del lector a la que voy a acudir para quejarme, ya que es el periódico que yo leo desde que me pude dar el lujo de comprar periódicos dada mi condición misérrima de inmigrante.

No es ésta la única perla de la noticia comentada a la que me refiero: “En páginas de izquierda como Kaosenlared o Rebelión, los cubanos hacen catarsis y abogan por transformaciones del modelo económico y político desde <posiciones revolucionarias>. La mayoría tienen denominador común: quieren un “nuevo socialismo”, no rupturas ni un regreso al pasado capitalista...” Entiéndase, Mauricio Vicent se presta sutilmente a promocionar webs de la ultraizquierda española, manifiestamente vinculadas con la izquierda abertzale.

¿Algo más?

© 2010 David Lago González

Enlaces vinculados : http://heribertopenthouse.blogspot.com/2010/03/el-ultimo-bastion-del-ultimo-bastion.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querido David:

Algo escribí yo en algún momento sobre este Vicent, por los mismos cauces de tu comentario. No es posible ser corresponsal de una fuente extranjera en Cuba sin pasar por la inspección y aprobación del régimen. ¡Otros hay o ha habido! Lucía Newman de CNN, o el corresponsal de la BBC, Fernando Razverg constituyen otros tantos ejemplos. Las propias agencias noticiosas que buscan tener representación en Cuba (antes fueron echadas del país por el mismo régimen de los Castro, acusadas de cumplir precisamente la función que debería corresponderles: informar) ahora saben a qué atenerse. Y de todos modos, la verdad ha llegado a hacerse tan maleable en los medios de información que lo importante es contar con alguien que haga de caja de ecos desde La Habana, sin complicar las cosas.
Vicent, como español de izquierda, y corresponsal de El País, no hace sino cumplir eficazmente con su agenda: nadar a favor de la corriente y además guardar a buen recaudo la ropa para que no se le salpique. Por supuesto que forma parte de la categoría de los Willie Toledo y otros de su fauna, salvo que lo hace desde la tarima que le ofrece el periódico de Prisa y con anteojos de teatro. No hace mucho, para dar la impresión contraria, declaraba haber procedido a sondear a los cubanos de la calle para concluir que nadie conocía a los luchadores por los derechos humanos. Resulta cuando menos curioso que Vicent coincida siempre (aunque lo disimule) con las intenciones y declaraciones oficiales. Tantas coincidencias acaban por parecerse a otras tantas coincidencias. ¡Por supuesto que Vicent pertenece a la categoría de los que, más que por obligación, proclaman convencidos que hay en el socialismo algo intrínsicamente bueno aunque los hechos empecinadamente se encarguen de demostrar lo contrario. Para caracterizar a Cuba y a su régimen les basta asomarse a la bola de cristal panglosiana que les permita VER: el mejor de los mundos posibles en medio de un terremoto. De ahí que todo aquello o aquellos que no compartan su visión o sus expectativas deban ser demonizados y exorcisados como corresponde: con encantamientos y palabras que la izquierda es capaz como nadie de creer(se), y se empecina en hacernos creer igualmente,

Rolando