viernes, 10 de septiembre de 2010

Guille Nieves

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 Guille Nieves (Guillermo Nieves, RIP) 

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Me cuesta mucho trabajo hacer coincidir el recuerdo que guardaba de Guille, el del comercio, el del Gallo, el de la onda, con la imagen de esa foto, esa especie de santão sonriente acostado con un gato y con la acumulación de todo el descuido al que los seres humanos podemos llegar, y sólo después de mirar muchas veces la fotografía creo reconstruir algunos rasgos, sobre todo, los pómulos, y algo en la mirada y la sonrisa.

Después del Mariel, en Camagüey sucedió algo cuando menos curioso. Muchos de los que quedaron, desaparecieron. Yo no me considero en esa categoría, pero supongo que para los que yo denomino aquí como “desaparecidos” también lo fui ya que el no coincidir en lugares públicos ni privados fue mutuo. En esa categoría están, por ejemplo, Luis Ruiz (ahora en Berlín), Norberto (en alguna parte que no recuerdo, casado y convertido en padre de familia), Papo (que quedó en Cuba), Omar Cerit (que no pudo salir en aquel momento por una operación y un año después me tocó a la puerta de la casa dándome un susto de muerte). Y estaba Guille, de quien no dudé jamás que había escapado en La Gran Fuga. Pero años, creo que bastantes años después, supe que se había quedado en Camagüey para no abandonar a su madre. La faceta del Mago de los Jeans que he leído en los comentarios en Facebook yo, o no la conocí o no la recuerdo.

En aquellos tiempos de la jipada, o de la onda, los chicos y chicas aparecían un día cualquiera como si acabaran de llegar del espacio exterior. Recuerdo a uno llamado Ricardo, que “bajó” en la Plaza del Gallo en una bicicleta y con una larguísima melena, crecida, según comentó él a modo de presentación, a lo largo de dos años de encierro casero; llevaba gafas. No lo dudo. Después desapareció, mucho antes de La Gran Evasión, sabrá Dios qué pasó con él, o si se hizo “revolucionario” como Carlos Padrón (sobrino de la Dra. Padrón, que había sido profesora mía de 6º Curso al ingresar a regañadientes en la escuela pública “Rafael Guerra Vives”, que quedaba en la esquina de mi acera, construyó Batista e inauguró Fidel, colgándose él el mérito de su construcción; y también era primo de Pichilingo --¿alguien se acuerda de Pichilingo? Pichilingo, de niño, había sido hormonado para el crecimiento o algo así, pero eso le atrofió el cerebro, lo convirtió en un semi-humano y le hizo desarrollar una pinga del tamaño del Edificio Lugareño. Yo nunca la vi, pero era famoso por eso; luego formó dúo con una tal Reyna que vivía por detrás de la fábrica de gas y de otra más, no recuerdo su nombre pero utilizaba el diminutivo, convirtiéndose el trío en el hardcore de la vida nocturna provinciana)... bueno, decía que como Carlos Padrón, que de pronto se hizo funcionario de la Universidad de Camagüey y dejó de saludarnos, tanto a los “Sí pero con cuidado” como a Los Poetas Malditos y Reinas del Pop(quería) que éramos nosotros. También por aquellos días apareció Michael el Loco, que según algunos “informaba” al “aparato represivo”; en fin, una forma más de justificar un salario y hacer la vida de algunos cuantos un poco más estudiada (espero que algún día el Departamento de Seguridad del Estado cubano –nuestra querida Stassi—publique un tratado de sociología sobre el tema). Y Guille Nieves también bajó del Cielo un día, o un atardecer (la hora preferida por los hippies camagüeyanos). Descendió convertido en una super-loca, totalmente glimmer y fashion victim, después de haberse graduado en la escuela de artes y oficios de la calle Francisquito (la cárcel, pegada a la de Progreso, antigua calzada de las putas camagüeyanas en los años 40 y 50, de ésas que se asomaban a una ventanita que se abría en cada hoja de la puerta). Yo no lo recuerdo de antes, después me dijeron que sí, pero sus credenciales incluyeron una rápida confesión de su transformación de bateador de locas a loca superstar diciendo: yo antes bateaba a las locas, entré en la cárcel y miren lo que salió, y asumía la pose de la Estatua de la Libertad pero sin llama de piedra pues él brillaba por sí solo.

A partir de ahí fue un personaje constante e imprescindible en el panorama contracultural agramontino (camagüeyano). Hilarante, ingenioso. Imprescindible. Me acuerdo de una boda, de alguien de la onda, que se celebraba en una villa de la Zambrana quizás, y terminamos todos en los lugares más insospechados. Carlos Socarráz y yo besándonos en mitad de Garrido y de pronto le pregunto pero qué haces, por qué nos besamos, y luego seguimos así hasta el Reparto Boves, donde vivía y murió. No sé si ésa fue la noche en que Carlos Victoria terminó durmiendo en una cuna en casa de Wilfredito Riverón, uno que le preguntó después si yo era “entendido” y si era “chivato”. Pero aquello fue una locura completa, si mal no recuerdo terminamos cargándonos la boda… Terrorismo total, pero, quién les manda a invitar a gente tan poco recomendable…

Una tarde castigada de sol y sed insaciable, bajaba yo por Vista Hermosa de casa de una chica que estaba tan enamorada de mí que decía que yo cantaba bien… (ella tocaba el piano y después terminó casándose con uno al que le pusimos “Miss American Pie”, que tenía ínfulas de cantaautor), y al pasar por un chalet me llaman desde la ventana (ventana Miami) psst psst, Daviiiid… Yo miro, pero sigo caminando, pues inmediatamente habían cerrado la ventana (la ventana Miami) y no pude identificar de dónde salían las voces; camino unos pasos, y otra vez psst psst… Entonces regreso sobre mis pasos, abro la verja del jardín de una casa y toco a la puerta. Me abren Guille, Renecito Cifuentes y Yeyito. Nos subimos todos a una cama en la que hablábamos y nos reíamos, y supongo que bebíamos (se bebía siempre), hasta que siento algo que se me acerca más y más y lo dejo acercarse, y en eso René y Guille discretamente nos dejaron solos a los otros dos (were they peeping from another room???), porque, en fin, los camagüeyanos mantenemos el pudor de una clase agotada ya por el populacho pero que sigue intacta en lugares cerrados a los que la chusma no tiene acceso. Vale, Roly, lo siento: flesh is weak, you know.

En fin, Guille, el azar no es menos débil que la carne.  Pocos escogen la forma de morir, y estoy seguro de que si lo hacen, es a regañadientes.

© 2010 David Lago González

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Claro que se quien es, y tu tambien Y TU MAMA TAMBIEN (Almo Dovar)

GUILLE NIEVES, MARICOOOOONNNNN!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Yo estuve por irle a ver en varias ocasiones cuando de visita en camaguey pero me limitaba la situacion que, segun todos, el estaba pasandola muy mal. Algo asi como que limosnero y no muy bien de la cabeza por tantos problemas y ya sabes lo de mas.

Hay una historia increible de el cuando estaba preso en francisquito y es que una noche nos iban a mandar a un grupo de locas para el Central Siboney cuando la zafra de los diez millones. Guille era amante de un personaje apodado "El gato" que era algo asi como un James Mason cubano. muy atractivo, ojos azules, de ahi el apodo. Pero un criminal de carrera. En fin, el era el amante de Guille Nieves y la noche de la partida, para evitar que le llevaran su loca para Siboney, la llamo para su cubiculo alla en la carcel y en el momento en que comenzaron a llamar la "cordillera" (grupo de presos que se iban) la sento en la parte baja de la litera, se bajo el pantalon, saco una navaja y se hizo una herida en la parte de atras de una pierna debado de la rodilla para llenar una taza de sangre. Se la hizo tomar a Guille Nieves y lo mando para la fila donde estaban las locas listas para salir. Ahi mismo guille Nieves no pudo aguantar la sangre en el estomago y comenzo a vomitarla.

El gato la ayudo a subir a la enfermeria y se encargo en decirle al oficial de guardia que Guille al parecer no podia irse pues estaba muy enfermo vomitando sangre.

Dicen que esa noche les amanecio singando.

Un beso de tu hermana


Tera Hussein

David Lago González dijo...

"El Gato" puede ser "La Gata", un tío rubio, ojos azules, que iba bastante por casa de Carlos Alonso y CA se ponía muy nervioso porque este tío lo trataba muy mal, no importa quién estuviera ahí, incluso Carlos terminaba echándola de la casa algunas veces. Si es ése, sé quién es, porque a mí también me gustaba, pero yo nunca le gusté: a lo mejor me salvé del asesinato.

La historia es buenísima, de para-culebrón latinoamericano gay. Mira, Nikitín podía escribir esas cosas: las locas de aquí no tienen enjundia.

El Tinajón dijo...

Me dejas en una pieza David. A Guille lo fuí a visitar en Marzo del año pasado (mi última visita a la isla)pués mi hermano insistió diciéndome que él siempre preguntaba por mí y deseaba verme. Fué deprimente ver a ese Guille tan depauperado y transformado, pués aunque siempre bebía y era dado a los excesos (a todos), conservaba algo de orgullo personal y su presencia era impecable. Me dió tanta pena que preferí haber evitado verlo en esas condiciones. Este artículo tuyo ha llegado a ponerme triste, esas cosas y esas personas son la parte más importante de una vida anterior a "esta" y no puede obviarse, mucho menos olvidarse.

Anónimo dijo...

El gato que yo te digo nunca lo conocistes porque el tenia echado como quinientos anos y por eso no le permitian siquiera salir a las granjas a cortar cana (singar en los canaverales)que era donde nosotras ibamos durante el tiempo de zafra. Este Gato era de estos tipos que, para recibir visitas de sus familiares, lo hacian en un lugar especial de la prision donde lo llevaban con las patas y las manos encadenadas y con guardias escoltandolo todo el tiempo. Asi y todo en ocasiones habia atacado a cadenazos a las escoltas.
Lo estrano de todo es que el, al igual que todos esos SUPER PRESIDIARIOS, ellos ni siquiera miran a los maricones y mucho menos tiemplan con ellas (que uno sepa) parece que Guille era troyombaomba con pase pa' Changalai.

Yo recuerdo una noche, era tarde en la madrugada cuando se forma un revuelo del carajo y de la galera del Gato (asi le decian) un preso empieza a llamar a gritos a los Combatientes y a agitar la reja de la puerta. Resulta que hacia unos dias un muchacho preso que estaba de transito para ser trasladado a otra prision, no se donde, se le habia ocurrido decir que el si era hombre y que no creia en los presidiarios viejos pues todos eran tortilleros. El gato lo escucho se las arreglo para conseguirse una cabilla con punta, espero cogerlo dormido, se la metio por la clavicula y le partio el corazon.

Te quiero.

Tu hermana

Gatita Franciscana.

Anónimo dijo...

Querido:

Es de lo mejor que has publicado. Curioso que antes de haberlo leído escribí algo de mi propia cosecha, si bien no del mismo tono.

A propósito, a este Guille también lo conocí del Comercio y a través suyo conocí a un amigo que estaba buenísimo y se llamaba Raúl. Del apellido ahora no me acuerdo. Resultaba que se lo llevaban para el Servicio Militar Obligatorio por esos días y se produjo una especie de desencuentro como resultado de una cita acordada y frustrada. Luego nos volvimos a ver y precisamente en un penthouse que yo me sé concertamos la cita.

Según me dio a entender el amigo, a este Guille yo le gustaba. Nunca pasó nada. Al ver la foto, en efecto creo reconocerle. Qué pena da contemplarlo no sólo por la foto, sino por lo que sabemos y se adivina de todo aquello.

Un besote,

R.