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Me llama mucho la atención el protagonismo mediático que han alcanzado los romaníes desde que Sarkozy optó por devolverlos a Rumanía. Me parece muy humano, ejemplar prácticamente, que Europa se revuelva contra lo que a todas luces parece una manifestación clara de discriminación y xenofobia. Pero lamentablemente para nada me sorprende que esa etnia haya sobrevivido en condiciones infrahumanas en la Rumanía de Ceacescu, que los mantenía a muy buen recaudo y férreamente, o doble o triplemente controlados, en sus reservas y sitios alejados donde la mirada del llamado “mundo libre y justo” nunca llegaba, a pesar de todos los mandatarios comunistas y no comunistas que pasaron por Bucharest a realizar el besamanas del matrimonio Ceacescu en sus palacios suntuosos y decadentes. ¿Pura casualidad, descuido, olvido? ¿Dónde estaba entonces Jane Birkin? ¿Follando y esnifando coca con Serge Gainsburg? ¿Y ahora recobra su sentido cívico?
DLH
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