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Once de septiembre, mi padre muere
escuchando voces de nativos paisanos
que le hablan desde lejos.
Un año antes, el General Pinochet ataca La Moneda
y se viste de rojo sangre.
Desde la silla frente al obrador del comedor,
él extiende los brazos formando un cuadrado
para reposar sobre ellos la cabeza.
La noche púrpura es un leviatán.
Años después, el World Trade Center en Nueva York
se desploma herido de muerte por dos aviones.
Él permanece sentado después de ya partir
y las voces de los nativos siguen hablando
sin que nadie les escuche. El mundo
seguramente sigue su curso.
(Madrid, 3 de septiembre de 2010)
© 2010 David Lago González
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Mi padre murió, sentado y solo en el comedor de casa, mientras escuchaba Radio España Internacional. Tal vez un año antes, o cosa así, había comenzado a sintonizar esa emisora en onda corta, afición que nunca antes le había conocido.
1 comentario:
11 de septiembre de 1974...
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