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Eso. Salí a comprar la bombilla de mi lamparilla-clip del ordenador y volví sin ella, después de haberme bebido una caña en Corrientes 348, un bar-restaurante de medio pelo (pero de larga melena al cobrarme la caña: ¡2,50 €!) camino de casa desde la Plaza Mayor.
“Ground Control to Major Tom, Ground Control to Major Tom…” Escucho a David Bowie mientras escribo. Esa canción me hace acordarme de Carlos Victoria porque no sé por qué a mí la canción me recuerda un relato de… de… un autor norteamericano, que recoge la instantánea en que un astronauta queda perdido en el espacio y un niño desde La Tierra le dice a su madre, señalando hacia el cielo de la noche, que ha caído una estrella. El cuento le gustaba mucho a Carlos. Era parte de una (magnífica) antología de cuentos norteamericanos editada en Cuba en los años 60.
Bueno, que eso, que regresé sin la bombilla… Y tengo un millón de cosas pendientes. Seguir poniendo marca de agua a las fotografías que he tomado. Escribir las crónicas de los viajes a Galicia y Catalunya. Atender a mis novios virtuales. Intentar obviar a Esa Vieja Loca de La Siguaraya, que no para de hablar. Continuar con mis memorias. Comer. Dormir. Perder el tiempo. Disolverme…
DLH
1 comentario:
Esa es la vida David...el tiempo que nos pertenece. Saludos desde Barcelona.
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