sábado, 16 de octubre de 2010

LEYENDO EN WOOSTER (sábado, 16 de octubre de 2010)

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CRÍTICA: LIBROS / Ensayo, Narrativa, Poesía y Reportaje Ensayo

Testigo en el siglo de los perros lobo

L. F. MORENO CLAROS 16/10/2010

(http://www.elpais.com/articulo/portada/Testigo/siglo/perros/lobo/elpepuculbab/20101016elpbabpor_14/Tes)

Vasili Grossman (1905-1964) es uno de los autores más relevantes del siglo XX. Su novela Vida y destino (Galaxia / Círculo), publicada por primera vez en Suiza (1980) tras sufrir desmedido ostracismo en la Unión Soviética, cosechó un sonoro éxito de ventas en toda Europa. Nacido en la ciudad ucrania de Berdíchev, y de origen judío, fue testigo de los horrores de la II Guerra Mundial y del Holocausto, así como de la destructora crueldad del régimen soviético. Nunca estuvo cautivo de los nazis, y sin recibir una sola herida, se destacó como el más valeroso de los reporteros de guerra del Ejército Rojo. Sus crónicas sobre Stalingrado y la caída de Berlín para Estrella Roja fueron leídas con avidez hasta por los gerifaltes del Partido. En ellas exaltaba el valor de los hombres y mujeres junto a los que él luchaba a brazo partido contra el invasor, bajo condiciones deplorables. En aquel entonces omitía referir sus opiniones sobre la nefasta gestión de la guerra por parte soviética y consignaba su rabia en sus diarios particulares.

Batalla_Stalingrado (Getty Images) Batalla_Stalingrado (Getty Images)

 

La vida y el destino de Vasili Grossman

John y Carol Garrard

Traducción de Lázaro Sanz Velázquez

Encuentro. Madrid, 2010

502 páginas. 43 euros

En 1943 se topó con un hecho que le cambio la vida: las macabras evidencias del genocidio judío que los invasores alemanes, ayudados por colaboradores ucranios y lituanos, perpetraron en los territorios ocupados de Polonia y la URSS. Aparte de conocer el horror de los campos como el de Treblinka o Sobibor, constató el horrible destino que aguardó a los 100.000 judíos asesinados en Babi-Yar o a los 30.000 de Berdíchev: varones, mujeres y niños fueron masacrados en masa, tiroteados a sangre fría por verdugos alemanes y carniceros nativos, ávidos de violar a mujeres judías. En Ucrania y Lituania odiaban a Stalin tanto como a los judíos, de ahí la entusiasta cooperación con los invasores.

La madre de Grossman murió en una de las fosas descubiertas en Berdíchev. Su hijo, entonces en Moscú, no actuó a tiempo para alejarla del peligro; el remordimiento lo atormentó de por vida. Ante las fosas de Berdíchev, rebosantes de cadáveres desnudos medio descompuestos, Grossman tomó conciencia de lo que significaba ser judío en Rusia, célebre por sus históricos pogromos sangrientos, y juró preservar la memoria de lo acontecido.

Junto con Ilia Ehrenburg, Grossman quiso publicar un "libro negro" para dar cuenta del Holocausto en la URSS, mas sus ambiciones chocaron con el Kremlin. Tras la guerra, Stalin ordenó "reescribir la Historia": no hubo muertes de judíos en la Unión Soviética ni colaboracionismo; debía publicarse sólo que los "fascistas" alemanes habían asesinado a cientos de miles de "ciudadanos rusos indefensos" sin más distinciones. El propósito de Grossman de divulgar la verdad se truncó: el proyecto fue prohibido. Y lo mismo ocurrió con sus escritos de guerra que ya no pudo reeditar, o con sus novelas más ambiciosas: Todo fluye y Vida y destino. Lo que Grossman podía revelar contrariaba la historia oficial del Partido, que sostenía, por ejemplo, que Stalin dirigió en persona la batalla de Stalingrado y que su estrategia de guerra fue impecable.

Educado desde su juventud en el comunismo soviético, entusiasta de la fraternidad entre todos los pueblos de un inmenso país, Vasili Grossman conoció con los años qué clase de régimen tiránico era el que los esclavizaba. Durante el Terror de los años treinta vio cómo sus amigos eran encarcelados sin piedad; asimismo, supo de la gran hambruna a la que Stalin condenó a Ucrania; y luego, en el frente bélico, descubrió la necedad de unos dirigentes que enviaban a la muerte a miles de seres humanos como carne de cañón. Pero ni siquiera una vez muerto Stalin, los regímenes de Jruschov o Bréznev permitieron a Grossman publicar la obra que estuvo preparando durante una década: la mencionada gran novela Vida y destino, la Guerra y paz del siglo XX, en la que narraba sin trabas lo que había vivido. El KGB requisó las copias manuscritas. Se salvó una que pudo salir al extranjero. Sólo con la glásnost, en 1988, vio la luz también en Rusia, causando una enorme conmoción.

El poeta ruso Mandelstam caracterizó el siglo XX como el de los "perros lobo". John y Carol Garrard aportan en su espléndido libro generosa y bien documentada información sobre las fechorías que semejantes alimañas protagonizaron en toda Europa, pero también narran muy bien las vicisitudes del propio Grossman y algunos amigos valerosos para que al fin hoy se conozca la amarga verdad que el escritor pugnó por divulgar: que ambos totalitarismos, el nazi y el soviético, eran idénticos en su inhumanidad.

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REPORTAJE: OPINIÓN

Cinco notas conjeturales

JUAN GABRIEL VÁSQUEZ 16/10/2010

(http://www.elpais.com/articulo/portada/notas/conjeturales/elpepuculbab/20101016elpbabpor_55/Tes)

Albert_Camus---Albert Camus (1913-1960, Nobel de Literatura en 1957), fotografiado por Henri Cartier-Bresson en 1944. Albert Camus (1913-1960, Nobel de Literatura en 1957), fotografiado por Henri Cartier-Bresson en 1944.

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Los premios Nobel Mario Vargas Llosa y Albert Camus tienen algo de almas gemelas. Los malentendidos por sus ideas políticas o el refugio en la literatura frente a las carencias del mundo son ejemplos de sus analogías.

A la realidad le gustan las simetrías, se lee en un cuento de Borges, y es sin duda por eso que Vargas Llosa ha recibido el Nobel en el mismo año redondo en que los lectores de Camus conmemoramos los cincuenta años de su muerte. Vargas Llosa y Camus tienen algo de almas gemelas, o de vidas, si no paralelas, por lo menos análogas. ¿Quién le iba a decir esto al sartrecillo valiente? Algún día escribiré algo serio al respecto. Mientras ese día llega, he tomado algunas notas.

1 No me sorprende encontrar el nombre de Camus en las páginas de Sables y utopías, esa especie de retrato del intelectual público a través de sus textos. Cuando piensan en Vargas Llosa, sus lectores suelen pensar en Sartre: la idea de que las palabras son actos deslumbró a Vargas Llosa en su juventud y moldeó buena parte de su concepción de la literatura. Pero es la trayectoria de Camus, el hombre de izquierdas decepcionado por la izquierda totalitarista y violenta, y no la del existencialista dogmático, la que tiene más de un punto en común con la de Vargas Llosa. No llegan al mismo lugar, es cierto, pero sufren los mismos malentendidos, soportan los mismos ataques, deben enfrentar los mismos intentos de secuestro intelectual por parte del enemigo. En un discurso pronunciado en 1978, Vargas Llosa recuerda o parafrasea a Camus: "La única moral capaz de hacer el mundo vivible es aquella que esté dispuesta a sacrificar las ideas todas las veces que ellas entren en colisión con la vida, aunque sea la de una sola persona humana, porque ésta será siempre infinitamente más valiosa que las ideas". Vargas Llosa no dice de dónde viene la paráfrasis, así que me pongo a buscar argumentos semejantes en El hombre rebelde. Los encuentro, y en varias páginas; y entonces encuentro también otras cosas.

2 En la cuarta parte de El hombre rebelde, que Camus titula "Revuelta y arte", leo una cita de Nietzsche: "Ningún artista tolera lo real". Y luego la glosa de Camus: "La creación es exigencia de unidad y rechazo del mundo. Pero rechaza el mundo por causa de lo que le falta y en nombre de lo que, a veces, el mundo es". La creación artística como manera de subsanar las carencias del mundo: eso lo he leído antes y en varios ensayos o conferencias de Vargas Llosa. En el epílogo de La verdad de las mentiras leo que "toda buena literatura es un cuestionamiento radical del mundo en que vivimos", y también que la literatura "es un refugio para aquel al que sobra o falta algo, en la vida, para no ser infeliz, para no sentirse incompleto", y también que la mejor contribución de la literatura al progreso humano es "recordarnos que el mundo está mal hecho". El novelista que es Vargas Llosa siempre ha aspirado a compensar, mediante los poderes de la ficción, los defectos de la realidad; Camus, por su parte, dice: "El artista rehace el mundo por su cuenta".

Esto me hubiera bastado para imaginar a Vargas Llosa leyendo El hombre rebelde y derivando de allí buena parte de su visión literaria. Pero entonces me encuentro con este párrafo:

Un crítico católico ha escrito: "El arte, sea cual sea su objetivo, entra siempre en culpable competencia con Dios". Es más justo, en efecto, hablar de competencia con Dios, a propósito de la novela, que de competencia con el estado civil. Thibaudet expresaba una idea parecida cuando decía, a propósito de Balzac: "La comedia humana es la imitación de Dios padre". El esfuerzo de la gran literatura parece ser el de crear universos cerrados.

No me parece una especulación demasiado grosera ver en estas líneas, y en otras de ese capítulo de El hombre rebelde, el origen mediato de una de las teorías que soportan la obra literaria de Mario Vargas Llosa: el novelista como deicida.

3 En 1970, Vargas Llosa contestó a unas preguntas de la revista El Urogallo con palabras que no hubieran desentonado en el ensayo de Camus:

Esta representación desinteresada de la realidad humana que expresa el mundo en la medida que lo niega, que rehace deshaciendo, este deicidio sutil que entendemos por novela y que es perpetrado por un hombre que hace las veces de suplantador de Dios, nació en Occidente, en la alta Edad Media, cuando moría la fe y la razón humana iba a reemplazar a Dios como instrumento de comprensión de la vida y como principio rector para el gobierno de la sociedad. Occidente es la única civilización que ha matado a sus dioses sin sustituirlos por otros, ha escrito Malraux: la aparición de la novela, ese deicidio, y del novelista, ese suplantador de Dios, es el resultado de ese crimen.

Confrontar este pasaje con El hombre rebelde: "Religión o crimen, todo esfuerzo humano obedece, finalmente, a este deseo irracional y pretende dar a la vida la forma que ella no tiene. El mismo movimiento, que puede llevar a la adoración del cielo o a la destrucción del hombre, lleva también a la creación novelesca". Pocas páginas después, Camus se refiere a Proust. Le Temps retrouvé, dice Camus, es la eternidad sin dios. Proust, dice Camus, "ha demostrado que el arte novelesco rehace la creación misma, tal como ella nos ha sido impuesta y tal como la rechazamos".

4 Imaginar a Vargas Llosa en aquella buhardilla del Hotel Wetter. Imaginar que lee El hombre rebelde; imaginar que anota palabras clave para la construcción de una poética, palabras como creación, rehace, rechaza, religión, crimen, creación novelesca. Imaginar que tiene en mente a Camus (o ha olvidado que lo tuvo en mente) al contestar a las preguntas de El Urogallo en 1970 y, finalmente, al escribir el libro que da forma concreta a la idea del novelista como suplantador de Dios: Historia de un deicidio. Allí se lee esto: "Escribir novelas es un acto de rebelión contra la realidad, contra Dios, contra la creación de Dios que es la realidad".

5 Una mañana de principios de 1958, Camus, que por esos días dirige la reposición de una de sus obras de teatro, sale a la calle junto con la actriz María Casares. Un joven peruano de veintiún años se le acerca, le dice en un francés todavía torpe que lo admira, le entrega una revista. Camus, nieto de españoles, le contesta al joven en su lengua.

Camus muere dos años después, justo cuando Vargas Llosa llega a instalarse a París.

Juan Gabriel Vásquez (Bogotá, 1973) es autor de las novelas Los informantes (Alfaguara y Punto de Lectura) e Historia secreta de Costaguana (Alfaguara), entre otros libros.

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La he pasado muy bien leyendo el Babelia y estos dos muy buenos textos sobre Vasili Grossman y alrededor de una cierta simetría en torno a dos premios Nobel de Literatura, Albert Camus y Mario Vargas Llosa, este último a cargo de un escritor colombiano que no conozco (nada extraño porque cada vez leo menos). Hubo otras lecturas agradables.

Pasé con sumo cuidado y rapidez sobre el anuncio de la joint-venture ruso-venezolana para construir una central nuclear en La Nueva Cuba. Para ello me refugié en la casi certeza de que, por muy rápido que se desarrollen los acontecimientos, yo no estaré presente para entonces. Hay cosas verdaderamente desconsoladoras.

Como desconsoladora y atorrante es lo que leí en El Mundo sobre la propuesta para el Premio Sajarov. La verdad es que a mí la saharaui se me escapa bastante, ahora que además entiendo que está intentando cursar un pleito contra el gobierno español (después de todo lo inimaginable que hizo el tándem Moratinos-Zapatero con aquella huelga de hambre suya). Sigo sin comprender el misterio de la predilección progre por el asunto saharaui, a no ser que lo vincule con la “desinteresada y solidaria” ayuda que el gobierno cubano prestó a la formación de escogidos ciudadanos del desierto. Y no sólo se me escapa sino que se me pierde en la lontananza y en la más atónita incomprensión que el sujeto cubano de apellido Fariñas esté también propuesto para tal certamen de belleza, un ser cuya nitidez política, tanto ideológica como funcional (sí, funcional) está más que en entredicho. Esto no es otra cosa que EL CUENTO DE LA BUENA PIPA. ¿Tú quieres que te cuente el cuento de la buena pipa? Sí, cuéntamelo. No, no, pero dime: ¿tú quieres que te cuente el cuento de la buena pipa? Y así hasta el infinito, o hasta que el niño se dormía en brazos de su madre, y la madre se quedaba pensando: “¡ay, al fin, ya me ha dejado tranquila el jodío niño!”

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Fariñas y Aminatu Haidar, candidatos al Premio Sajarov de la Eurocámara

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Guillermo Fariñas y Aminatu Haidar. | EFE

María Ramírez (Enviada especial) | Estrasburgo

Actualizado miércoles 22/09/2010 23:52 horas

(http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/22/union_europea/1285184137.html)

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El Premio Sajarov a la libertad de conciencia del Parlamento Europeo recordará este año al ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, dos de los disidentes más incómodos para el Gobierno español: el cubano Guillermo Fariñas y la saharaui Aminatu Haidar.

El opositor Fariñas, que mantuvo en primavera una huelga de hambre durante 135 días por la muerte del disidente preso Orlando Zapata, es un candidato con posibilidades, ya que ha sido presentado con el apoyo de todo el Partido Popular Europeo (la mayoría de las candidaturas son iniciativa de eurodiputados individuales), y su causa tiene buena acogida entre los liberales y algunos socialistas. En marzo, la Eurocámara denunció los abusos del régimen cubano en una dura resolución, apoyada también por el PSOE europeo.

El ganador se decidirá a finales de octubre tras las votaciones en las comisiones de Exteriores y Desarrollo y, después, de los presidentes de los grupos políticos. La pega para Fariñas es que el Parlamento ya ha dedicado este premio dos veces a cubanos: al disidente Oswaldo Payá, en 2002, y a las Damas de Blanco, a quienes el régimen no dejó viajar para recogerlo en 2005.

La entrega del premio a Fariñas sería una nueva prueba para el régimen cubano justo cuando España intenta que la UE haga un gesto diplomático hacia Cuba y retire la llamada Posición Común, una declaración obra del Gobierno Aznar que pide la transición democrática e invita al diálogo con la disidencia. Aunque no tiene ahora consecuencias prácticas, este texto irrita a La Habana y el ministro Moratinos volverá a pedir que se retire en una reunión de los Veintisiete en octubre.

La candidatura de Aminatu Haidar, que hizo huelga de hambre en Lanzarote y creó otro rifirrafe diplomático con Marruecos después de su expulsión del Sahara Occidental, fue presentada por el eurodiputado catalán de ICV Raül Romeva, que ha reunido las 40 firmas necesarias para que sea considerada, entre ellas las de los socialistas Antonio Masip y Andrés Perelló, de Willy Meyer, de IU, y de Francisco Sosa Wagner, de UPyD.

Haidar es una candidatura difícil, como reconoce a este diario el propio Romeva. En la Eurocámara, hasta los debates que puedan molestar a Marruecos tienden a desaparecer de la agenda por la presión de Rabat. Romeva comenta que algunos diputados socialistas ya se han quejado de que Haidar es "demasiado política".

"Sé que es difícil, pero el hecho de que esté en la lista y de que suene su nombre sirve como apoyo moral. Quienes digan 'no' a su nombre tendrán que explicar por qué... Qué se mojen", dice el eurodiputado, que no es contrario a la candidatura de Fariñas, pero subraya que sería el tercer galardón para la oposición cubana. "Ya le toca a Marruecos", insiste.

El premio, que ya tienen el ex presidente sudafricano Nelson Mandela o la opositora birmana Aung San Suu Kyi, consiste en 50.000 euros y honra la memoria de Andrei Sajarov, el físico nuclear convertido en activista de los derechos humanos en la antigua Unión Soviética y que murió en 1989. Se entrega con una ceremonia solemne en el pleno del Parlamento cada diciembre.

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No sé si Andrei Sajarov se merece el descrédito post-mortem de cobijar bajo su ala a una persona cuyo papel entre la Seguridad del Estado cubana y la disidencia permitida nunca ha estado claro del todo.

Por cierto, la otra tarde me encontré con una de las personas con las que solíamos pasar a la post-jornada patriótica de los miércoles en la Fundación Hispano-Cubana, y estuvo contándome de lo raro que se ha puesto todo aquello, además de asegurarme sus justificadas sospechas sobre la militancia colaboracionista activa de Willy Fariñas. “Y ahora, a todo el que llegue le publican un libro,” me decía. Y no se quién del PP, que se ha cogido aquello para él solo (será en nombre del Partido, digo yo). El asunto es que “en el nombre del Partido” es una frase que a mí me resulta terroríficamente familiar.

David Lago González

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País mío, tan joven, no sabes definir.

Virgilio Piñera

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Por suerte, hubo maricones como él.

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6 comentarios:

Zoé Valdés dijo...

Ese Premio Sajarov, como dije en La Ficción Fidel, y que muchos me lo criticaron, apesta. Qué guarrería.

Zoé Valdés dijo...

Conozco a Juan Gabriel Vázquez, no sólo es buen escritor, es buena persona.

David Lago González dijo...

Shakespeare escribió lo de Dinamarca porque no vivió estos tiempos, pero creo que la podredumbre allí era puramente simbólica.

Ibis García Alonso dijo...

Se hace así: Inspiración fuerte y profunda seguida de una espiración larga y prolongada, acompañando a ésta última un pronunciado Ommmm… Me pregunto qué diría el físico nuclear de todo esto. No, mejor ni pensarlo.
Gracias por el post, David. Muy instructivo.

Anónimo dijo...

a estas alturas que duda puede haber de que el señor fariñas sea uno más del aparato represor de castro.y premiarlo sería provocarle un orgasmo al dictador sin dudas.

Margarita Garcia Alonso dijo...

pues vienen de hacerlo.


dejame seguir el consejo de Ibis

ommmmmmmhmmmm

y poner incienso.

buen post y que el fantasma se aleje.