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Ayer me fantasmé. Me quedé en la cama prácticamente todo el día, y sólo comí lo que no tenía que guisarme: chorizo y leche. Suena un poco pornográfico, pero no, son alimentos muy comunes en España. Por suerte en la televisión no apareció ni se pronunció la palabra “Cuba” ni para referirse a un tonel de vino. Belén Esteban me es tan insufrible y cansina como Cuba, pero le quité la voz: ¡hala! ¡muda! ¡que así es como se debería quedar! Pobre imbécil, esa mujer no se da cuenta de todo lo que la utilizan y se ríen de ella, y se ha creído de verdad lo de “princesa del pueblo”. Luego, por la noche, mis episodios de CSI. Las series americanas me salvan del suicidio. Las españolas me inducen un poco a él: son tan malas, y si son las españolas que copian a las americanas ¡ni hablar! Pobre gente, siempre con ese complejo de inferioridad…
Hoy llueve (detrás de los cristales llueve y llueve…). Así que un día entero en las ramas, como Margarite Duras. Pero tengo que bajar, al menos al chino de aquí mismo a comprar vituallas varias… Y tengo que cocinarme algo, o calentármelo al menos, y no tengo criada (eufemísticamente llamada “asistenta del hogar”) como Silvio Rodríguez y Carlos Alberto Montaner, que sí las tienen y que siguen con su romance epistolar, mierda, hasta que sea más copiosa (la lluvia y la demagogia) y CAM tenga material suficiente para publicar un libro, y venderlo con éxito, y yo aquí con starvation y ostracismo digital, y chronical major depression. La vida no tiene nada que ver con la justicia, sólo con cuán listo eres para venderte bien.
Io, solo Io, sempre Io
(nunca Nosotros)
3 comentarios:
Gracias David, un abrazo
Publiqué algo por alla del bestseller, y ya sabes, me buscaré "salaciones", me reconforta compartir impresiones .
se te quiere.
Qué bestseller, me pierdo.
Una salación más o una salación menos, qué más da. Tú ponte a cantar como Tejedor: "no hagas caso de la gente, sigue la corriente y déjalo estar..."
Por cierto, me encantaba todos esos boleros de bayú. La Plaza del Mercado de Abastos donde comprábamos en Camagüey (antes de, claro), además de estar atiborrada de carnicerías, pescaderías, pollerías, "la venduta de Chano" y todo eso, contaba también con muchísimos bares de mala muerte y putas, con sus jukeboxes "retro", los chulos, los clientes, y la cortinita roja al fondo de la barra.
Ánimo David¡
No eres el único¡
Cuánta razón de la España barroca y superficial.
Un abrazo¡
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