sábado, 6 de febrero de 2010

DAVID LAGO GONZÁLEZ - VIAJAR A CUBA (en plan real)

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41680011

(Camagüey, Estación de Ferrocarriles)

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http://zoevaldes.net/2010/02/04/lo-que-vi-en-cuba-por-emma-zinsky/#comments

A razón de este post de Zoé Valdés en su blog, me gustaría referirme de pasada, y con mucho tiento y respeto, a las vicisitudes que le han sucedido a uno de mis mejores y más estrechos amigos que, por innumerables situaciones familiares, ha tenido que volver muchas veces a Cuba. Subrayo: no es que lo haya recordado de pronto; todo lo por él contado, e incluso lo omitido, es parte también de mi vida, pero correspondería decirlo a él, pienso que de forma testimonial, porque aunque le sirve como material literario creo que la ficción ablanda la dura realidad de los hechos. Mi amigo no tiene una doble identidad ni un seudónimo y mantiene una posición muy clara y pública frente a los desmanes del férreo “desgobierno” que nos devasta más allá de las aguas territoriales de esa isla tanto y tan poco afortunada. Si omito su nombre es simplemente por respeto y porque escribo este texto sin consultar antes con él (aunque tampoco voy a revelar nada identificativo).

En un año —el de la enfermedad y fallecimiento de su madre— tuvo que viajar a Cuba en siete ocasiones distintas y casi pierde su empleo en una universidad norteamericana donde impartía clases. Cuando su madre fue ingresada —y ya después dada de alta voluntaria para poder morir dignamente en su casa y no en aquella cochiquera que era el Hospital Provincial de Camagüey—, ella era una gran privilegiada en comparación con el resto de las pacientes allí ingresadas. Al lado de su cama se retorcía una señora mayor, de raza negra, a causa del dolor producido por el cáncer. No le administraban ningún sedante hasta que él  (este amigo) pagó con dólares las dosis de morfina para que le fueran aplicadas a esa señora que por primera y última vez veía. O sea, el medicamento existía, estaba allí, pero no estaba destinado para el consumo interno. Esto contrastaba con otro hecho porque unas salas más allá a la de las víctimas del apartheid turístico-sanitario, había una sala para atender extranjeros donde la gente acudía del Más Allá (el “más allá” es cualquier lugar fuera de Cuba) para sanar recibiendo la atención que se aplica a los enfermos a los que se les quiere salvar la vida, que es el objetivo de la Medicina y debería ser para todo tipo de personas.

Por lo general, con mucha más frecuencia de la deseada, en sus vueltas a Cuba, este amigo ha sido una y otra vez llamado (por supuesto, debo escribir “llamado”) a la Seguridad del Estado para ser chantajeado, coaccionado, a través de sus necesidades familiares y con amenazas sobre los que allí iban quedando, intentando convencerle de los beneficios que obtendría si accediera a colaborar con el Gobierno Socialista cubano, unas veces en el negocio de obras de arte y otras simplemente infiltrándose y dando información sobre otros cubanos del exilio. Por supuesto, nunca aceptó. Pero, a pesar de todas esas amenazas ha seguido al frente de sus posiciones sumamente claras con respecto a la represión y falta de libertad de aquella maravillosa sociedad comunista.

Cada vez que ha tenido que viajar a ese infierno, regresa a su casa destrozado y sufre temporadas de fuerte depresión. Y es tanto el dolor que le es muy difícil hablar de las causas, mucho más escribir sobre ellas.

No es un héroe.  Es simplemente una persona con dignidad y consecuente consigo mismo.

(Madrid, 6 de febrero de 2010)

© David Lago Gonzalez, 2010.

2 comentarios:

El Tinajón dijo...

Ese estado post-viaje cuando se regresa de "allá" es catastrófico, lo conozco muy bien. Pero existe también el "pro-viaje", cuando se empiezan los preparativos. A mí me enferma y me llena de un miedo inexplicable. Siempre pospongo el viaje hasta que mi madre me apremia con sus ruegos, y no tengo otra opción que claudicar y decidirme. Pero esa decición es costosa y no está excenta de riesgos personales. Pero es el precio a no renunciar a la familia, y tener que vivir el resto de la vida con cargo de conciencia.

Chez Isabella dijo...

Gracias, David, por ese post sobre las vivencias de tu amigo. Es algo que casi todos los que no renunciamos a la familia hemos sufrido en carne propia de alguna manera. Es bueno saber que hay personas de esas que le interesa reclutar al gobierno que saben tener columna. Dices que él no es un héroe, pero a mi este tipo de posiciones me resultan mas heroicas que la de los Cinco héroes que tanto reclama el gobierno de Cuba. Gracias también a Heriberto por publicarlo aqui. Saludos a todos!