domingo, 10 de abril de 2011

La perversión de la primavera (1)

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Spring 2011 (Tirso de Molina, Madrid) 001

Spring 2011 (Tirso de Molina, Madrid) 001

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La perversión de la primavera (1)

Carpentier escribió “La Consagración de la Primavera”, pero el mundo está escribiendo la adulteración de la primavera como una parte más de la aceleración que lleva la perversión de las palabras. Ha sucedido con otros términos, y sucederá con muchos más, pues lejos de esmerarnos por un mayor lucimiento de cada idioma en sí, perdemos en el lastre haciendo tabla rasa a la baja con el fin de que globalmente se maneje una misma definición en cualquier lengua. Lo de alcanzar una moneda única se traslada al lenguaje, y esperemos que no terminemos recurriendo al esperanto –aquel “idioma” de lunáticos y gente rara que en una ciudad perdida del mundo como Camagüey tenía tantos adeptos a principios de los años 60 del pasado siglo—, pero, incluso, ¿no es todo ese afán de compartir un mismo “algo” o un mismo “todo” en algo así como una corrupción del colectivismo igualitario? Ocurrió con el término “Mafia”, que pasó del atractivo shakesperiano Coppola-hollywoodense al “cualquier cosa” del momento actual. Y no nos dimos cuenta cuándo comenzó la destrucción de la primavera, pero podríamos intentar fijar un principio en la utilización que se hizo de la estación climática cuando la invasión militar física de Checoslovaquia por parte de la Unión Soviética (ya había sido ocupada mentalmente militar, o militarmente cerebral, aprovechando la Segunda Guerra Mundial). ¿De dónde surgió esta denominación? ¿De qué lado? ¿Del de allá o del de acá? Sin duda fue desde acá pues al comunismo soviético y al comunismo oficial europeo no se le habría ocurrido aplicar el significado de renacimiento que tiene toda primavera (después de un invierno, crudo o suave) a algo que iba en contra suyo. Pero ¿iba “del todo” en su contra? Pensad, pensad. Meditad un poco en que el renacer de la primavera está referido al intento de “humanizar” el comunismo (un rostro humano al comunismo), lo que no representa en sí una ruptura sino una variación: o sea, que siga siendo comunismo pero más humano, y más humano puede ir desde “muy humano” hasta algo que sea solamente soportable para el que vivía aquella situación in situ, pero también sin olvidar al resto del mundo que miraba los hechos desde fuera de la realidad cruda del momento, por lo que reviste también un esfuerzo del término en sí por satisfacer la continuación (o acomodamiento) de la fe o creencia en que el comunismo, a pesar de los pesares, de los millones de muertos y de su espíritu único asfixiante y nada vivible, debe continuar porque el sueño y la utopía están por encima de todo, allá, a lo lejos, en un punto infinito, y jugaremos con las palabras y con los sentimientos y los deseos y la miseria y la gloria porque hay que salvar el fundamento justo, o la justicia teórica de su fundamento, de igual forma que hay que salvaguardar la esencia de todas las religiones, de todas las biblias, coranes, talmudes y libros sagrados, y así pues de todos los “capitales” (tanto marxistas como reales y sonantes por la acumulación de riquezas, así como todas las variantes que ambos aparentes contrincantes han tenido desde sus orígenes). Y en particular y con total precisión, el cristianismo, que es en definitiva la única religión-estado (El Vaticano), y que sirve de comodín a los otros dos monstruosos contrincantes: capitalismo y comunismo. La Santísima Trinidad.

© 2011 David Lago González

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Spring 2011 (Tirso de Molina, Madrid) 003

Spring 2011 (Tirso de Molina, Madrid) 003

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi querido amigo, impresionante articulo, hermosas imágenes realmente bellas. Enhorabuena, eres fabuloso. Saludos.

David Lago González dijo...

¡Gracias!

He estado en tu blog y leído el primer poema: MUY BUENO.

Margarita Garcia Alonso dijo...

Excelente David, el tema como el lenguaje y las imagenes que utilizas. Si esos son los granos que se siembran, da escalofrio la cosecha. Un besote.