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C. K. Aldrey 2009 (Claroscuro)
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Alicia tenía miedo porque la sombra cruzaba el pasillo todas las noches. Estilizada dentro de un manto azulado, la sombra murmuraba y se deslizaba por toda la casa como si fuese llevada por hilos, igualita que una marioneta. Lo peor de todo era que Alicia temblaba por dentro, sudaba mientras su cuerpo se enfriaba semejante a la muerte. Si hubiese podido verle el rostro a la sombra, captar su expresión, percibir su olor, no se hubiera mostrado hostil, huidiza, incomprensible. Eso de no tener identidad debiendo imaginarla es una fatalidad de la vida, no había cosa que más odiara que especular, la abstracción no se había hecho para ella. Por eso un día se cansó de estar asediada, sometida a esa vaguedad de lo incierto. Lo más fácil fue acorralar a la sombra y obligarla a mirarse al espejo, lo difícil estrangularla mientras se descubría en su última evocación.
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Carmen Karin Aldrey
Enero, 2010
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(Tomado de su blog Soligregario)
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Karin Aldrey (via Zu Gallery)
1 comentario:
Cariño mío, no había leído tu comentario en Soligregario, hacía un tiempo que no entraba allí, con el lío de los exámenes estoy bastante ocupada, dejo abierto FB para saludar a los amigos de ultramar, pero con los libros de Anatomía y Matemáticas enfrente.
QDime cómo sigues, no recibo nada de ti hace tiempo.
Gracias por publicar en tu blog Alicia.
Besos y eternidad,
Karin
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