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http://contandocubanos.blogspot.com/2010/01/eliseo-alberto-y-el-huitlacoche.html
La noticia está, a su vez, tomada de El Excelsior, y quién la escribe --quiero suponer que mexicana-- celebra en cierta forma la libertad de elección donde vivir y morir, o recibir un riñón (en el "Cira García", el hospital destinado al turismo medicinal, debo imaginar).
Algunos tienen suerte: pueden incluso ir a fundirse, o confundirse, con el polvo de sus ancestros. Va a vivir con su hermana Fefé, que no es mala persona. Recuerdo un poco a Rapi, de "los años de la onda" en La Habana. Me alegro por el enfermo, simplemente de forma humana. Me viene ahora a la memoria que Abel Prieto quiso en los momentos de agonía de Carlos Victoria llevárselo a Cuba para intentar salvarle la vida, pero él prefirió una muerte menos cochina que la que le brindaba el compañero de universidad recobrado.
Ahora bien, tremendo papelazo se sentirán haciendo los que tanto defendieron o comentaron aquel bodrio de "Informe contra mí mismo" en los vetustos salones del Café Central (Madrid), al que decidí no ir defendiendo en una carta abierta al entonces principiante novelista Carlos Victoria (papelazo mío personal) en contra de un escritor nada ajeno al Estado cubano que quería presentar una poco convincente credencial de arrepentido. Me alegro también por este atajo de estúpidos y amantes de lo conveniente que siempre dan crédito a los estafadores: les viene bien el escarmiento (que ni sentirán, porque ya nadie practica la ética). (http://heribertopenthouse.blogspot.com/2009/11/david-lago-gonzalez-la-prioridad.html)
Por aquellos días en que él presentaba el libro en Madrid, comió con el ya fallecido crítico Rafael Conte y un amigo común cuyo nombre omito y que le conocía de La Habana, de tiempos muy anteriores. En algún momento este amigo le señaló el detalle (moral) de cómo su padre --el poeta Eliseo Diego-- se prestaba, o se había prestado, a representar y defender al gobierno cubano en no sé qué foro sobre derechos humanos. El hijo le contestó a mi amigo: "Ay, fulano, ésas fueron chocheras de papá, que quería visitar Suiza."
Nada más.
David Lago González
13 comentarios:
David tú eres de los pocos blogs de cubanos que visito. De forma distinta a la que estamos acostumbrados en el mundo real te pienso, a veces, porque pienso en la gente que escribe desde la verdad, desde su verdad incómoda o inapropiada (para algunos siempre en búsqueda del juicio, la crítica, la metidanarizenvidaajena)o de la que le viene en gana, que como mi caso: escribo lo que pienso aunque algunos me han desterrado o un amigo me esclarecía no te manifiestas con claridad. Coincido contigo en escribir de lo que me sale de la vivencia, del recuerdo o del hígado. Yo pensé que me recordabas un poco también y que sabías que soy cubana, y vivo en México, que he dicho por todos lados que no estoy en México porque saliera en lancha, ni me quedé, soy un bicho raro lo he dicho y he logrado coincidir en el camino con gente como tú que me atrae por su vida y por lo que escribe, pero voy a Cuba a veces y sé de la cantidad de gente que soporta con su espalda lo que está mal, y construye desde su desidia lo que tiene nombre común aunque sigan diciendo algunos que la culpa la tienen unos cuantos. Dije en el blog que la gente puede morirse donde quiera o donde pueda, lo curioso es que los cubanos hemos aprendido a hacer de medio muertos en Cuba y de vivos en el extranjero, así que si este hombre necesita pasear sus perros en la Habana, operarse en París y escribir homenajes al Huitlacoche a mí no me interesa, yo seguiré leyéndolo si le queda vida para escribir. David un abrazo
Kerala, yo no te he atacado personalmente, a no ser que tú seas la persona que escribe en El Excelsior, y tampoco la tomo con ella. Que alguien considere que tenemos derecho a vivir y morir donde queramos es lo lógico y lo que debería ser. Desgraciadamente no es así, y por lo general depende de otras circunstancias ajenas a la voluntad de la persona.
Yo no estoy criticando a las personas que vuelven a Cuba a ver a sus familiares, ni siquiera a los que se arrepintieron de seguir en el extranjero y están permitiendo volver a establecerse allí en casa de algún familiar o algo así. Tengo amigos muy cercanos y queridos que han vuelto una y otra vez a ver a sus madres, padres o cualquier otra persona que haya sido importante en sus vidas. Mi padre ya había muerto cuando yo salí, pero si mi madre se hubiera quedado en Cuba por cualquier situación, yo habría vuelto para verla (siempre que no me pusieran premisas ni chantajes por parte del gobierno cubano, cosa que también sé que existe, y no se me recortase mi derecho a la libertad). Yo sigo teniendo estrecho contacto con personas que siguen allí y sé de lo que hablas cuando dices lo de soportar sobre la espalda... etc. Al decir yo de "estúpidos" y no recuerdo ahora qué otras cosas, me estaba refiriendo a aquel encuentro en el Café Central de Madrid, pero no a ti. Yo no te critico a ti, lee a quien tú quieras. Pero, permíteme por favor que me distancie un poco de personajes que hicieron carrera en Cuba mientras se hacían de una plataforma que les garantizara, al saltar, una vida bastante diferente a la del emigrante/inmigrante que sale con una mano delante y la otra detrás.
Un abrazo, y sincero.
David
A ver, como que no es una critica?
Lichy lleva mucho tiempo enfermo y bastante solo. Si quiere estar con su familia sus ultimos dias, esten donde esten ellos, me parece muy bien de su parte.
A mi me gusto "Informe contra mi mismo". Creo que es su mejor libro y ha marcado a una generacion.
David, no tenemos ningún problema. Estamos opinando sobre tema ajeno a la única realidad que hoy debe convocarnos: cómo vamos a morir nosotros que estamos luchando ahora sí con una vida cotidiana que no es de ensueño, que cuesta y cómo van a morir los nuestros, en qué condiciones cerrarán los ojos los que nos quedan en Cuba. Yo siempre apreciaré cómo manifiestas en tus escritos una búsqueda de lo interno, un afán de irte por encima de la media como ese blog que mencionas y con lo que estoy absolutamente de acuerdo. Un abrazo de domingo, no me lo vas a creer y son de esas casualidades que no me explico a veces, tengo programado una ropa por tender el lunes y lo escribí pensando en ti, pero no lo hice porque luego la gente puede pensar que eres mi amigo y algunos se han ido a otro lado como si trajera yo carnet
Muy bueno el intercambio entre ustedes dos, David y Kerala. Saludos.
muy bueno, solo que David firma y Kerala esta escondida bajo seudonimo, entonces la posicion de los que regresan a Cuba o no, pasa por la abstraccion grata o ingrata.
No juegan en el mismo terreno de pelota.
Saludos
Gracias, Elvira, por visitar el blog y dejar tu comentario.
La verdad es que el nombre de Kerala me parece muy sonoro y bonito y desde hace tiempo quise pensar que no era un seudónimo. Ella y yo no estamos discutiendo, sino simplemente conversando y, por suerte para ambos y para todos, no tenemos que estar siempre de acuerdo en todo.
A excepción de la gente que se esconde detrás de seudónimos o anónimos para insultar y hacer otras cosas peores, yo comprendo perfectamente que no todo el mundo (sobre todo los vividos bajo la Revolución y los que, aun fuera, no podemos desprendernos de esa semilla) tenga el mismo grado de libertad que tengo yo (y que ha sido mi elección y me trae innumerables rechazos y otras cosas) porque tiene otros compromisos de sangre (familia, pe) que no les permite asumir enteramente un grado de libertad mayor.
Mi relación etérea (referente al éter cibernético) con ella es magnífica. Pero como he querido decir en el párrafo anterior, para mí ser un poco más libre también conlleva hablar cosas que no le gustan a todo el mundo, y en ese sentido no me voy a callar. Eso tiene un precio. Yo no vivo en el mundo de la conveniencia y la contención porque yo no voy a volver jamás a Cuba y sólo me ata a ella lo inevitable, pero la mayor parte del exilio activo sí vive en ese mundo y calla y omite cosas y no se compromete con lo que realmente piensa y habla en voz baja por circunstancias personales, fines o intereses que cada cual sabrá. Tal vez yo no sea tan libre como tan independiente, aunque comprendo que para todo en la vida hay un momento de decisión.
Un saludo fuerte.
Yo lo que no entiendo es por qué hay que ir a buscar un riñón a Cuba, pero sus razones habrá. Mi madre me dijo, me entierras en cualquier lugar menos en Cuba, cuando se pueda, o sea, cuando no se roben los huesos de los muertos en el cementerio de Colón, me llevas y ya veremos. La enterré en Père Lachaise, gran cementerio, como se merecía mi madre.
Esa generación es así, David, no hay nada que hacer.
Estimado David, creo que eres de los pocos cubanos con sentido común que aún quedan en el exilio, sí, llamémosles así, exilio.
Siempre, a lo largo de nuestra historia, los oportunitas, demagogos, patrioteros, se han reunido, como las moscas para lamer la m...
Cuba es de todos y a la vez de nadie, una cosa es pretender adueñarse de la patria y otra es sentir la patria. Todos los hombres, quieran o no, somos ciudadanos del mundo.
Eliseo Alberto está en su pleno derecho de vivir o morir donde le venga en ganas, si él creo que en su tierra, Cuba, o en China, el sabrá, y eso debe quedar fuera de discusión.
Tú, amigo David, sabes como yo que siempre hay personas torcidas, aspirantes a patriotas y amos, porque antes fueron esclavos por decisión propia, que no dejan pasar una sin que critiquen y envíen al infierno a todas aquellas personas que haciendo honor a su libertad eligen lo que quieren ser o el sitio donde quieren estar.
A mí, que no soy sospechoso de nada, más que de mis propios actos conmigo mismo,me da igual donde vayan o lo que digan los demás; "el respeto al derecho ajeno es la paz" y a mí lo que interesa es la paz y un mundo de hombres libre por elección, no de libertarios y patrioteros por intereses.
Hay por ahí muchos coterráneos nuestros que en honor a la verdad débían callarse, pero incluso para ellos también tengo mi mayor respeto, porque considero que cada uno es dueño de sus actos y está en su derecho de expresar libremente lo que sientan, incluso estando equivocados.
Cuba será libre cuando todos los hijos de esa nación encontremos la libertad personal y en vez de mezquinos intereses nos muevan los deseos y verdaderos sentimientos de hermandad.
Yo no digo que Lichy, haga bien o mal, sólo pienso que está ejerciendo su derecho soberano de hacer lo que le apetezca, lástima que otros que se creen libres y dueños de la verdad no puedan hacer lo mismo. Por lo visto, en una Cuba gobernada por estos insectos la dictadura alcanzará una altura desproporsionada, a la medida de sus hechuras y miras "ideológicas", cargadas de odios, desafectos e inhumanidad, e irracionalidad tanto más cruel y dolorosa que la que tanto ellos critican. "Por el fruto conocerás el árbol" y estos arbustos sólo paren retamas. Un gran abrazo.
Ogsmande, este post es tan antiguo que me sorprendió recibir un comentario en él. Iba a añadir unas palabras pero creo que ya hay demasiadas. Mi sentido común, como dices, y mi integridad, se han convertido en mis peores enemigos, o siempre lo han sido. Una vez mi siquiatra me dijo: "tu peor enemigo eres tú mismo." No hay solución, sólo un posible alivio escapando de La Hydra.
Todos teóricamente tenemos derechos, y también el de elección, pero en el ejercicio práctico de esa teoría muchas veces intervienen y deciden otros factores que convierten al derecho en un mero deseo. Entonces, no nos vale la igualdad.
La maldición más grande de la Revolución Cubana es el odio que genera entre hermanos. Cuando se ponen en tela de juicio las razones de Eliseo Alberto para ir a su Cuba me produce terror un mañana en manos de una intransigencia equiparable con la de los Castro.
Pues verá usted, Sr. Anónimo, hace muchos años mi madre pidió permiso al gobierno cubano para ir a despedirse de su hermana mayor (y madrina mía) que estaba ya muriendo en Cuba. El permiso para viajar, no sólo se lo denegaron, sino que llegó dos meses después de que había muerto su hermana. Y eran dos viejas que casi llegaban a los 70. Dos simples y sencillas mujeres de pueblo, no nadie que hubiera hecho nada a favor ni en contra de la Revolución.
La buena o mala salud de este personaje perteneciente a la nomenklatura intelectual cubana, me es bastante indiferente. O sea que una cosa o la otra ni me alegran ni me hacen sufrir. Pero sólo se puede servir a un señor; cuando se sirve a dos o a muchos tiene un nombre muy feo. Y si le parezco horrible, radical, ultraderecha o lo que le de la gana, es lo que sembró la Revolución y yo soy un producto de ese experimento.
Mis enfermedades, terribles o pasajeras, se atienden adonde decidí irme: no me parece de recibo que cuando esté en las malas acuda al gobierno cubano, cuya Revolución dejé un día y es lo mejor que he hecho en mi vida.
Me gusta este blog, mucho, mis felicitaciones al autor. Admiro grandemente la poesia de Eliseo Diego y también, por supuesto, amante del libro que nos ha dejado su hijo, "informe contra mi mismo". Lo demâs, si quisiera este ûltimo regresar a Cuba, es su derecho; la tierra, litaralmente, no tiene que ver con los hombres que la habitan. Eliseo quiere ir a su tierra.
Un abrazo a todos
Nora
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