“Un marginal, demasiado preocupado por la verdad en la acción, demasiado preocupado por la acción en el pensamiento […] Ahora, y desde hace mucho tiempo, soy un marginal tanto aquí como allí […] Una persona sin partido cuyas opiniones ofenden primero a unos y después a otros…”
***Raymond Aron (autorretrato)***
En aquellos tiempos en que yo tonteaba alrededor de Paco, conocí "el otro mundo cubano". Una realidad hasta entonces oculta a mis ojos.
Era el vuestro, un mundo lleno de luz, con personas especiales, totalmente diferentes a todas aquellas que hasta entonces había tenido a mi alrededor.
Todos mis principios "universitarios" se vinieron abajo. Ya no me servían mis amigos, ya no me gustaba su discurso, ya no lo podía soportar. Había otro mundo que sobrevivía dramáticamente: Agustina, David, Paco, Odalys, Rogelio, Oscar, y algunos otros. Entre ellos estaba Carlos Victoria.
A mis manos llegó el manuscrito de "La travesía secreta". Recuerdo que lo leí como pocas veces he leído algo. Era como si os estuviera buscando, quería "ver" el lugar, las situaciones que habían dado lugar a aquellas personas tan "especiales".
Vía Paco le envié una carta contándole mis emociones de lectora. Años más tarde a través del mismo correo recibí la novela dedicada.
Nunca le volví a escribir, como a casi ninguno de vosotros. Pero quiero que sepas, que todos vosotros dejasteis una huella muy grande en mí, que es como una especie de secreto al cual vuelo de vez en cuando.
desde el penthouse, la crueldad siempre queda más abajo...
Mi nombre es David Lago González y coordino este blog.
Nací en Camagüey y moriré en España
POEta. ESCritor. MAYormente autodidacta.
En Cuba no tuve premiecitos, creo que de hecho sólo participé en un concurso que no recuerdo cuál fue ni con qué libro, por allá por los inicios de los años 70. No pertenecí a la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba) ni a la Bgda. Hnos. Saínz. Tampoco a la UJC (Unión de Jóvenes Comunistas), al PCC (Partido Comunista de Cuba), a la FMC (Federación de Mujeres Cubanas), sólo al CDR (Comité de Defensa de la Revolución) sin ningún cargo de relevancia. A nadie mataban por ello, pero había que saber que era absolutamente necesario abandonar toda ambición personal de ser reconocido, publicado, ocupar cargos de director o adjunto, representante político y que nunca sería merecedor de ningún reconocimiento. O sea, vivir así significa no existir salvo en el plano personal más íntimo. Eso es lo que habrían obtenido todos los que supuestamente hubieran llevado a cabo esa tardía y estúpida operación de "no , no coopero" que posiblemente un 1% de la población habrá llevado a cabo, más bien por cansancio y no por disciplina.
No pasé el Servicio Militar Obligatorio porque, después de numerosos exámenes médicos y posibilidades terroríficas, terminé declarándome homosexual pasivo (en Cuba la homosexualidad activa no se considera enfermedad y por tanto no puntúa para el caso), lo cual, después de inolvidables y constructivas humillaciones, casi me conduce al EJT (Ejército Juvenil del Trabajo) o CJC (Columna Juvenil del Centenario), que eran o son versiones actualizadas y descafeinadas de los célebres UMAP (Unidades Militares de Apoyo a la Producción).
Me "enhebresté" cuando El Mariel y quise salir a través de ese puerto durante esa operación fabulado con premeditación y alevosía, pero Los Dioses de la Escoria no nos fueron propicios, de modo que recuperé un larguísimo (pero acertado) camino para recuperar mi ciudadanía española, lo que me condujo a establecerme en La Villa y Corte.
En España, he publicado dos poemarios (“Los Hilos del Tapiz” y “La Resaca del Absurdo”) con Editorial Betania, Madrid (entiéndase claramente: he pagado a Felipe Lázaro para que fueran editados esos libros, con una insignificante distribución, de modo que aún arrastro literalmente como unos 500 ejemplares por todo el MadriZZ, lo que ha provocado en mí un odio salvaje y físico hacia esos libros. Ésa es la manera en que mayormente los escritores cubanos publican: pagando a las distintas editoras -creo que con excepción de Colibrí-, por lo que nunca jamás me uniré al coro servil de llamarles "mecenas", aun cuando me considero amigo de Felipe Lázaro).
He sido EDITor de Ediciones Timbalito (edición no venal), Madrid, años 1999-2002, publicaciones informáticamente artesanales.
Antologías. Colaboraciones en diferentes revistas online y en papel, destacando Liden Lane Magazine, The Big Times, La Peregrina Magazine, Ariadna, Los Lobos de Omaña, Poeta de Cabra y Revista Hispano-Cubana. Forman parte de mi curriculum, ligero, como el equipaje de Machado para andar por la vida y por la muerte.
No pertenezco a ningún exilio porque el exilio es una palabra que denota transitoriedad, y yo abandoné Camagüey después de haber roto con la sociedad cubana derivada del comunismo y a sabiendas de que no volvería ni siquiera en cenizas. Con la Revolución Cubana nunca rompí porque no puede existir ruptura con algo a lo que no se está previamente unido. La deducción es elemental, pienso humildemente.
Mantengo la misma verticalidad que sentía dentro de la isla. Y la macro-política no me interesa tanto porque por suerte nunca estuve a tal altura. En cambio sí me preocupa muy de cerca la micro-política porque es esa miseria humana la que sostiene el Gran Ideario, lo reforma, lo actualiza y lo renueva para seguir perpetuándose como lombrices. No perdono la miseria humana, ni soy tolerante con ella.
No debo nada a la derecha ni a la izquierda. En el plano humano, personal, estoy espiritual y materialmente mucho más agradecido a personas que se consideran dentro de los cánones de la izquierda.
Nunca hice nada por la libertad de Cuba ni pienso hacerlo. No tengo obligación de ser patriota, mártir, guerrero, luchador, dirigente sindical ni militante de ningún partido, ni sacerdote ni beato, ni dama vestida de blanco o de cualquier otro color. Posiblemente eso se deba a mi falta de ideales y a un recelo ya "empercudido" hacia todo lo político e ideológico. Yo escribo versos y, a veces, pienso. Quien sea zapatero, que arme los zapatos. Quien sea charcutero, que venda chorizos y embutidos. Quien escribe versos no tiene necesariamente que coger un fusil. Quien cumple prisión como patriota puede ser encomiable por sus hechos, pero no obligatoriamente tiene que ser poeta porque en su sufrimiento junte algunas palabras pensando en el movimiento o en la añoranza de un amor. La poesía es otra cosa.
Y eso es lo que hay: quien quiera tratarme, bien, y quien no, también.
EL PENTHOUSE DE HERIBERTO es un blog dedicado, mayormente, a mis amigos y la producción literaria o plástica de estos. También incluye consideraciones personales (Moleskine), relatos del blogger, traducciones, conversaciones y temas a compartir en la terraza de Heriberto.——HERIBERTO no soy yo, sino una persona que vive todavía en ese mismo penthouse. CUAndo intentó irse por El Mariel tuvo la mala suerte de coincidir en la Oficina de la Escoria con el Teniente Lara, siniestro personaje del Departamento de Lacra Social, que improvisó un bonito “bocadillo” sobre el deprimente escenario diciéndole: “Pero, Heriberto, tú aquí... No me digas que quieres marcharte de Cuba. Con todo lo que la Revolución ha hecho por ti. ¿Alguien te ha molestado? Si es así, debe haber sido un error. No, Heriberto, no es posible que tú nos hagas esto a nosotros. No, no, seguramente vienes a despedir a un mariconcito amigo tuyo...” HERIberto se marchó a su casa, a su ático, con el rabo y el deseo entre las piernas; no éramos especialmente amigos íntimos (en la acepción cubana del término, no la española), pero, poniendo ese nombre a este blog, quiero resarcirle por todo el miedo que debe haber pasado en su vida.
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