Rosa Montero comenta hoy en su columna de la contraportada de El País sobre algo que ella llama La Hidra, que se encarga de "priorizar" (entrecomillado y bien entrecomillado por mí) el hit parade de los titulares periodísticos. Claro, como no podía ser de otra manera, el nombre de ese archipiélago donde nací es mencionado literal o subliteralmente en varias ocasiones.
Con toda sinceridad, con mi más profunda y triste sinceridad y transparencia, creo que That Little Thing Called Cuba es progresivamente algo tan friki (freaky), tan sumamente "casposo" (como se dice en España, y siento que algunos no manejen este argot ibérico pero no tengo ningún deseo de entrar a explicar en qué consiste), que ES UN DESCRÉDITO intentar analizar y hablar sobre La Hidra que origina tal estado de cosas incomprensibles. Sin embargo, uno insiste e insiste, habla, especula, discute (cada vez menos), se enfurece y se indigna (excesos a controlar férrameante porque para mí morir por algo tan inconsistente y etéreo como La Patria es la mayor pérdida de tiempo; mucho peor aún, resultar aquejado de una apoplejía y transitar indecorosamente hacia la muerte), y vuelve a la carga, sin ningún machete ni signo alguno de heroísmo, porque yo sólo cuento con la palabra. Con la palabra y con la perplejidad. Per es imposible hablar de deshechos sin al menos respirar algo turbio.
En otras palabras, o no entiendo nada o entiendo demasiado. Y creo que ninguna de estas dos opciones es constructiva.
(C) 2010 David Lago González
Con toda sinceridad, con mi más profunda y triste sinceridad y transparencia, creo que That Little Thing Called Cuba es progresivamente algo tan friki (freaky), tan sumamente "casposo" (como se dice en España, y siento que algunos no manejen este argot ibérico pero no tengo ningún deseo de entrar a explicar en qué consiste), que ES UN DESCRÉDITO intentar analizar y hablar sobre La Hidra que origina tal estado de cosas incomprensibles. Sin embargo, uno insiste e insiste, habla, especula, discute (cada vez menos), se enfurece y se indigna (excesos a controlar férrameante porque para mí morir por algo tan inconsistente y etéreo como La Patria es la mayor pérdida de tiempo; mucho peor aún, resultar aquejado de una apoplejía y transitar indecorosamente hacia la muerte), y vuelve a la carga, sin ningún machete ni signo alguno de heroísmo, porque yo sólo cuento con la palabra. Con la palabra y con la perplejidad. Per es imposible hablar de deshechos sin al menos respirar algo turbio.
En otras palabras, o no entiendo nada o entiendo demasiado. Y creo que ninguna de estas dos opciones es constructiva.
(C) 2010 David Lago González
1 comentario:
¡Vamos a ver como es el reino del revés…!
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