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De: Human Rights Foundation <info@thehrf.org>
Para: david2305@yahoo.es
Enviado: mar,14 diciembre, 2010 20:41
Asunto: Oslo en llamas, por la entrega del Premio Nobel de la Paz
El viernes 10 de diciembre, Thor Halvorssen, presidente de la HRF, publicó un artículo en el Huffington Post sobre el premio Nobel de la Paz entregado ese día en Oslo. El artículo critica a los países que no asistieron a la ceremonia en Oslo, a la ONU por no demostrar solidaridad con Liu, y especialmente a China que decidió crear su propio premio "Confucio de la Paz". El mismo día, Javier El-Hage, director legal de HRF, fue entrevistado en el programa Panorama Mundial de CNN en Español, con Patricia Janiot y Fernando del Rincón. En su intervención, El-Hage explicó la situación legal de Xiaobo en China y exhortó a los diplomáticos de los distintos países a presionar a China hacia el respeto de los derechos humanos.
Lea el artículo original en inglés aquí..
Vea la intervención de Javier El-Hage en CNN en español aquí.
Oslo en llamas, por la entrega del Premio Nobel de la Paz
10 de diciembre de 2010
Thor Halvorssen
Oslo, Noruega–Hoy, los peores violadores de derechos humanos en el mundo marcaron claramente su postura al rechazar la invitación para la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz.
Afganistán, Arabia Saudita, Argelia, China, Cuba, Egipto, Irak, Kazajstán, Marruecos, Pakistán, Rusia, Sri Lanka, Sudán, Túnez, Venezuela y Vietnam han demostrado su rechazo a quien fue galardonado con el Premio Nóbel de la Paz: el heroico defensor de derechos humanos Liu Xiaobo. Al menos Serbia fue franca y directa al explicar que China es demasiado importante para ellos, y que por esa razón iban a abstenerse de asistir. Es decir, porque la feroz intimidación diplomática china los ha persuadido.
La ceremonia se llevó a cabo en frente de una silla vacía en la Alcaldía de Oslo
El Secretario del Comité Nobel Noruego, Geir Lundestad, dijo que no recordaba que en el pasado “un país haya presionado tan activa y directamente para que los embajadores de los distintos países no asistieran a una ceremonia del Nobel.”
Después de solicitar (por carta diplomática) que todas las naciones soberanas se abstuvieran de asistir al evento del 10de diciembre, China fue hasta el punto de amenazar que habría “consecuencias” para los gobiernos que, con su asistencia, mostraran apoyo a Liu. Las advertencias funcionaron: nunca antes en la historia tantos países se abstuvieron de asistir a la entrega del Nobel de la Paz.
La estratagema de Beijing para distraer la atención de la ceremonia de hoy fue la creación del estrafalario “Premio Confucio de la Paz” entregado ayer. Confucio, un filósofo chino de la Antigüedad, difícilmente habría estado de acuerdo con un gobierno que se ha unido a la Alemania Nazi, Birmania y la Unión Soviética en ser uno de los cuatro países en la historia que ha impedido que un ganador del Nobel pueda asistir al evento a recibir su premio.
La publicitada campaña de China para descarrilar esta ceremonia solo explica una parte de la historia de las naciones que están boicoteando el evento. Al igual que Beijing, que considera a Liu un “criminal” y al Comité Nobel un grupo de “payasos”, los países anteriormente mencionados tienen pocas razones para celebrar la lucha por la libertad y la justicia que ha encarnado Liu a lo largo de su vida.
Algunos países alineados con la dictadura China han expresado sus sentimientos públicamente. La dictadura cubana redujo la decisión del premio Nobel a un “bandazo ideológico”, mientras que la Venezuela de Hugo Chávez calificó a Liu como un “disidente contra-revolucionario”.
Afortunadamente, 44 países, incluyendo sus principales socios comerciales, ignoraron las amenazas de Beijing y enviaron a sus embajadores a la ceremonia en Oslo. Incluso el presidente de Taiwán, Ma Ying-jeou, tuvo la valentía de felicitar a Liu, a pesar de la precaria situación de su país frente al poder de chino.
Tristemente, Navanethem Pillay, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU no asistió al evento bajo la excusa de que nunca recibió una invitación. En realidad, Pillay sí fue invitada, según lo confirmé yo con la persona que estuvo en contacto directo con su oficina por correo electrónico.
Pillay fue la anfitriona del Día de los Derechos Humanos que se celebró hoy en la sede de las Naciones Unidas, el mismo día de la ceremonia del Nobel. La respuesta de Pillay, parecida a la de un venado encandilado, fue que ella no podía decepcionar a los defensores de derechos humanos que estuvieron en Ginebra, yéndose a Oslo. El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, tampoco pudo asistir ya que fue anfitrión de otro evento conmemorativo en Nueva York.
¿Y de qué habló la ONU en el Día de los Derechos Humanos en Ginebra? ¿De los derechos de las mujeres en Irán?
No.
¿De los prisioneros políticos de Birmania?
Tampoco.
¿De las dictaduras vigentes en el mundo y cómo ayudar a sus disidentes?
Intente una vez más.
¿De la falta de libertad de prensa en Rusia?
Difícilmente.
¿Seguramente, entonces, hablaron de las formas modernas de esclavitud en el Medio Oriente y en el África subsahariana?
Incorrecto.
Entre los temas estuvieron el síndrome de down, el autismo y la “situación” de las mujeres negras en Europa. Estos temas son todos importantes y merecen ser explorados, pero esquivar el tema de los derechos fundamentales es escandaloso. ¿Por qué enfocarse en la “situación” de las mujeres negras en Europa, y no más bien en su “situación” en África? ¿Por qué no enfocarse en Uganda, por ejemplo, donde las viudas son consideradas sub-humanas? ¿O por qué no Egipto, Somalia o Eritrea, donde las mujeres son sometidas rutinariamente a la mutilación genital?
Es extraño que quienes toman las decisiones en la ONU escojan quitarle atención a la ceremonia de Liu al protagonizar sus propios eventos simultáneos. ¿Por qué no conmemorar el Día de los Derechos Humanos al lado de los defensores de Liu? ¿Por qué no decir una palabra sobre el sufrimiento de más de mil millones de personas que encarna Liu?
Sin importar cuál sea la explicación, es muy decepcionante ver que el liderazgo de la ONU haya dejado que la organización se alinee con la dudosa lista de países que no asistieron a la ceremonia del premio Nobel.
Dada la agresiva campaña en contra de ellos, Liu y todos los prisioneros de conciencia del mundo habrían apreciado mucho el apoyo de la ONU.
Anoche, aquí en Oslo, uno de los más destacados defensores de derechos humanos en Noruega, Jan Tore Sanner, miembro del parlamento noruego, pronunció un impresionante discurso para quienes estamos acá como invitados de la esposa de Liu Xiaobo, Liu Xia (quien no nos pudo acompañar por estar bajo arresto domiciliario en China).
Liu Xia, la esposa de Liu Xiaobo, disidente Chino, sostiene una foto de su marido. Aunque algunos estamos acá como invitados suyos, Liu Xia no está con nosotros, sino bajo arresto domiciliario en China.)
Después de darnos la bienvenida muy cordialmente, Sanner lamentó:
“Nuestra alegría, sin embargo, se ve atenuada al pensar que ceremonia de mañana será llevada a cabo frente a una silla vacía en la Alcaldía de Oslo. Mañana en la tarde, cuando el desfile tradicional llegue al Grand Hotel, el balcón donde los anteriores ganadores del premio Nóbel de la Paz recibieron el desfile estará oscuro y vacío. Liu Xiaobo no estará allí. Ni siquiera sus amigos y abogados fueron autorizados a viajar.”
“En su reacción al premio de Liu Xiaobo, el régimen chino revela su verdadera naturaleza y demuestra por qué este premio es tan merecido y tan necesario. No podemos dejar que las grandes potencias escapen al llamado a respetar los derechos humanos y fomentar la democracia. No podemos hacernos los de la vista gorda en cuanto a estos abusos por miedo a consecuencias políticas y económicas.”
“Vaclav Havel, quien Liu mismo considera una inspiración importante en su vida, ha dicho: ¿Quién más si no nosotros, que vivimos en libertad, debemos hablar por aquellos que no son tan afortunados?”
“El otorgamiento del premio Nobel de la Paz 2010, coloca a Liu Xiaobo en la larga lista de figuras pacíficas, pacientes y de principios, que luchan por que los derechos humanos sean respetados por sus propios gobiernos: Shirin Ebadi, Aung San Suu Kyi, Andrej Sakharov, Martin Luther King, Jr, y otros quienes han sido honrados por el Comité Nobel por su trabajo en derechos humanos.”
Si tan solo el mundo tuviera más políticos como Jan Tore Sanner y más defensores de derechos humanos como Liu Xiaobo.
Está haciendo muchísimo frío en Oslo, pero la llama de la libertad está ardiendo con tanta fuerza, que el fuego sofoca hasta la China.
Thor Halvorssen es el Presidente de la Human Rights Foundation y el fundador del Oslo Freedom Forum.
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1 comentario:
Como Liu Xiaobo hay cientos de miles en China.
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