lunes, 14 de junio de 2010

LEYENDO EN WOOSTER (lunes, 14 de junio de 2010)

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Sí, hoy también me leí El País en Wooster.  En realidad, lo hago todos los días porque si me traigo el periódico a casa se me olvida hacerlo y termina en la bolsa de reciclaje (y sí, yo también reciclo, tengo eso que llaman “conciencia ciudadana” y separo los vidrios, el papel y el plástico y luego los llevo a los contenedores de colores; tampoco tiro ningún papel o cualquier cosa en la calle, y así, sin darme cuenta, he ido convirtiéndome en un ciudadano).  Bueno, pues yo desayuno en la cafetería porque si lo dejo para hacerlo aquí, también se me olvida.  Primero sí me tomo aquí como siete pastillas iniciales con un vaso de algún zumo antioxidante, y con el desayuno después me tengo que tomar como otras siete más.  ¿Que qué tengo?  Lo que me da la gana.

En la cafetería, de lunes a viernes me siento a la barra porque me cuesta 30 céntimos menos.  Tengo que soportar más inmediatez a la gente asquerosa que fuma, hasta ducados y porros que tienen dos tipos distintos de peste que rivalizan entre sí por ser cada una la peor, pero qué se le va a hacer: creo que ya para enero mi amiguita Trini pone en marcha con todo rigor la ley anti-tabaco y entonces me voy a desquitar: a cualquiera que se le olvide y empiece a encender un cigarrillo en el interior le llamo la atención, o le corto la mano, o le pego un tiro o mejor una ráfaga con la kalesnikov que me compré en la última feria del libro.  Los sábados y los domingos me siento a una mesa. 

Hoy también hablaban de esa puta isla donde nací, pero algo indirecto, relacionado con la Unión Europea y Moratinos y toda esa “vaina”, como dicen los colombianos.  Mira que hablan mierda y que gastan dinero.  Esas reuniones tan inútiles deberían prohibirlas, sobre todo en los tiempos actuales, de una crisis que no se sabe adónde va a llegar.  Me gustaría haber nacido en una isla de la que no se hablara nada: Trinidad & Tobago, las Martinicas francesas, la de Wight o la de Hershey.

Por eso paso del tema, y tampoco quiero entrar en los recovecos incomprensibles de las medidas contra la crisis y las corrupciones y la justicia y todas esas cosas que me son tan ajenas.  Por eso me refugió en un magnífico artículo de Diego Manrique sobre “Me and Bobbie McGee” y Kris Kristofferson.  Freedom’s just another word for nothing left to lose…, sí, hay canciones que toman vida propia y superan a sus autores y a sus cantantes, incluso cuando se trata de Janis Joplin.  Le recuerdo encantador en su papel de lovely cowboy en Alice doesn’t live here anymore, maravillosa e inolvidable película que no he vuelto a ver nunca más, y por este artículo me entero que viene a Madrid este verano.  No pude verlo cuando fue a Cuba y me costó más de cien pesos de los años 70 en las llamadas de teléfono que le hice a Junior a ver si me podía conseguir entrada o invitación, y al final Carlos Borges un día antes del concierto va y me dice “yo me voy sin nada, si quieres nos vamos juntos” y no me fui; y CB entró al concierto hasta gratis.  Creo que fue en el Amadeo Roldán, antes de que la loca vieja serena (serena de “¡sereno va!”) se entretuviera con una amiguita también loquita (que era hija de la mujer que le planchaba a la madre de Queta Pando) a disfrazarse de Alicia Alonso y Loipa Araújo y aquello terminara cogiendo candela, y luego las acusaron de agentas de la CIA.

Y a éste tampoco podré ir, supongo, porque la paga doble es doble pero yo la necesito quíntuple.  ¡Qué pena!  Este “Verano de la Villa” desfilan por aquí unos cuantos que bien quisiera ver, o volver a ver: Marianne Faithfull & Adriana Calcanhoto (que musicalmente no me las imagino juntas), Caetano Veloso el gran Caetano Veloso, qué se yo.  Ah! Mariza la portuguesa, extraordinaria y sensual.  Pero nada, como quiera que te pongas tienes que llorar, decían en mi etapa colonial en esa isla de los palotes de la que todo el mundo habla.  ¡Ay, cómo me habría gustado haber nacido en las Martinicas!

David Lago

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KKristofferson bwp0055-fp( Kris Kristofferson, when we all were young and beautiful)

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Bobby McGee y yo

DIEGO A. MANRIQUE 14/06/2010

(http://www.elpais.com/articulo/cultura/Bobby/McGee/elpepicul/20100614elpepicul_4/Tes)

 

Benditos sean esos discos que llevan historia, que iluminan un tiempo, una sociedad, un movimiento. Un tipo de producto ajeno a las grandes compañías, cada vez más alejadas de cualquier concepto cultural. Pienso en Please don't tell me how the story ends, 16 elementales maquetas que Kris Kristofferson grabó entre 1968 y 1972. Entonces era artista de Monument, sello ahora de Sony. Ha costado 10 años deshacer la madeja contractual y lo ha logrado Light in the Attic.

Esta independiente de Seattle se especializa en reediciones: Karen Dalton, Rodríguez, Betty Davis. Aquí suman un librito de 60 páginas que sugiere intrigantes posibilidades -Dennis Hopper recuerda que intentó juntarle con Phil Spector- y que amplifica su leyenda. Los Kristofferson eran militares y Kris llegó a capitán de las Fuerzas Aéreas. Se reproducen documentos oficiales: recibió una medalla por trasladar a un paracaidista accidentado durante unas maniobras en Alemania.

El Kristofferson uniformado era políticamente un halcón: se ofreció voluntario para Vietnam. El Pentágono revisó su expediente -premios de relatos, graduado en Oxford- y le destinó a dar clases de literatura en West Point. Casado y con un hijo frágil, le repudió su familia cuando interrumpió su carrera para establecerse como compositor en Nashville. Las pasó putas. Era un currito en los estudios de Columbia en 1966, cuando un huracanado Bob Dylan grabó Blonde on blonde. Ni pudo dirigirle la palabra: allí estaba para barrer y vaciar ceniceros.

Posteriormente, el piloto ejemplar se convirtió en un cantautor hirsuto y promiscuo, que abusaba de las sustancias y exhibía maneras -para Nashville- de rojo. Pero el country tiene más flexibilidad de lo previsible: Kristofferson ha compartido escenarios con "superpatriotas" como Merle Haggard o Johnny Cash.

En realidad, Nashville siempre babea ante una canción bien hecha. Y las de Kris eran tan sentimentales como rompedoras: retratos de amor con sexo, resacas, crudas instantáneas de músicos en la carretera. Hasta su mayor éxito, Me and Bobby McGee, encaja en un subgénero country: las crónicas de vagabundos.

Conocemos su génesis: Fred Foster, jefe de Monument, le retó a componer algo que incluyera el nombre -muy masculino- de una secretaria, Bobby McKee. Kristofferson suavizó el apellido y narró las aventuras de una pareja que recorre EE UU haciendo dedo. Contiene un verso -"libertad es otra forma de decir que nada tienes que perder"- que la consagró como himno hippy. Antes de la versión canónica de Janis Joplin, ya había sido registrada por Roger Miller y Gordon Lightfoot.

Lo de Janis era un detalle con Kris, fugaz compañero de cama. El autor se enteró cuando ella ya había muerto y lloró de rabia. Es menos conocido que luego apareció, en los márgenes de la industria, una cantante llamada Bobbie McGee que interpretaba repertorio feminista y sindicalista.

Kristofferson actúa este año en España. Una sorpresa: aquí se aprecian más sus películas que sus canciones. Nunca ha tenido la reputación de un Leonard Cohen, que debutó por aquella época, grabando también en Nashville. Kris ha sido fiel a las estructuras del country. Se agradece un disco-libro como Please don't tell me how the story ends, que contextualiza su insurrección en una ciudad y un género conservadores.

© Diego Manrique

© El País

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kristofferson (Kristofferson, actually)

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2 comentarios:

Unknown dijo...

No tienes desperdicio, el que mas a la hora del desayuno y el mas querido en los pequeños ratos de quietud,me gusta leerte y cada vez mas, los temas ...siempre iguales forman aquello que el gran artista y cientifico don LEONARDO DAVINCI llamo:Micelánea y fábulas... y dice:Observar la luz y admirar su belleza.Cerrad los ojos y mirad:Lo que habéis visto ya no existe, y lo que veréis no existe todavia.¿Quien lo rehace,si quien lo hace está en perpetuo movimiento?.(página 144 de libro Apuntes de Cocina de LEONARDO DAVINCI. Editorial Distal.
Todo mi cariño para ti David.

Margarita Garcia Alonso dijo...

Me gusta mas de viejo...muy raro, pero asi es.

besos