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© Eric Lacombe
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Hace días leí esta noticia en El País y, aunque no me recorro todos los blogs, estoy lamentablemente seguro de que ha pasado inadvertida del principio al fin. Con mucha tristeza --y también con sobrante indignación –puedo comprender que al Mundo le importe un comino la equiparación de la barbarie comunista a la barbarie nazi. Claro, hombre, qué se creen esos paísuchos de la antigua Europa soviética, qué se creen los millones de muertos en la helada Siberia, qué se creen los georgianos a los que Stalin mató de hambre; y ya no hablemos de los sub-humanos exterminados por Pol Pot, o los que se tragó la Revolución Cultural China antes y después de la implacable y silenciosa represión maoísta y su continuación…
Tampoco en los blogs “off Cuba” he encontrado referencia alguna a esta negativa indignante, ni siquiera por la cuenta que les trae a los neo patriotas y aguerridos luchadores por el “¿de qué coño de cambio están hablando?” al pedir encarecidamente que Europa no distienda la firmeza contra la dictadura cubana y la vieja y omnipresente ideología que siempre la ha acompañada, ahora trasmutada cada vez más en despreciable nacionalismo, sin darse cuenta que este ni siquiera “pasar del tema” es mucho más profundo que el motivo deliberado que puede existir detrás de esa frase tan comúnmente utilizada por los nativos estatalmente españoles, pues es una consecuencia más de la Revolución, una finísima aguja de acupuntura ideológica que les llega al punto neurálgico y anula la zona del cerebro dedicada al análisis. Otra tara pequeño-comunista. Ni gota de solidaridad, ni pizca de identificación. A nosotros el comunismo nos cayó de Marte: rápido olvidaron que la fuente y la sucesión de fuentes cada vez más paupérrimas y terribles son y han sido las mismas. Per Dieu! Nuestro ombligo es la depresión corporal, metafísica, filosófica y existencial más importante que existe en el universo. En ese pequeño foso sonaron los acordes del Big Bang, y la imantación fue tal que el más iluminado de los iluminados (y para más, argentino –otros que se creen que Europa existe para que ellos se puedan sentir los europeos del cono sur--) reposa supuestamente en ese triángulo bermudero. Qué pena, qué gran pena, cuando recuerdo que de niños acostumbrábamos gustosamente a sacarnos “tabaquitos” de los ombligos, y nada más. Pero no, cuando nos conviene, queremos que Europa nos defienda y recuerde nuestro pasado común en el que todavía nosotros estamos sumidos. Ya a alguien y a muchos no les conviene recordar ciertas cosas, sino insistir en que somos diferentes. Cuba es diferente. El comunismo cubano es diferente. He oído muchas voces diciendo que lo que ha habido y sigue habiendo en Cuba no es comunismo, sino fidelismo y otras innumerables denominaciones; y yo me pregunto ¿al negar ese hecho están legitimando pues la ideología y el totalitarismo comunista? ¿Verdaderamente sabe el pueblo en el que nací la trascendencia de sus vanas palabras? ¿Hay deliberación oportunista o es sólo que los perros de Pavlov y hasta el otro día mayimbes con mayor o menor poder sobre otros mortales, repiten una y otra vez y responden una y otra vez a los mismos reflejos? Pobrecitos, cómo los han jodido, y de qué manera tan siniestra nos han jodido a todos. Ésa es una de las muchas razones por las que ya me resulta tan penoso y difícil escribir y analizar sobre Cuba y sus compañeros, ahora llamados “hermanos”.
© 2010 David Lago González
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Bruselas se abstiene de juzgar la memoria histórica del Este de Europa
Seis países solicitaron a la Comisión que equiparara la negación del Holocausto con la de los crímenes cometidos por los antiguos regímenes comunistas
RICARDO MARTÍNEZ DE RITUERTO - Bruselas - 24/12/2010
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La Comisión Europea ha rechazado una petición de seis países de la Europa Central y Oriental de sancionar la negación de los crímenes cometidos por el comunismo del mismo modo que en algunos países europeos es delito negar el Holocausto. El Ejecutivo comunitario reconoce que "mantener viva la memoria de los horrores del pasado" es un deber colectivo, pero remite la papeleta a los Gobiernos de la Unión, que deberían ser quienes por unanimidad decidan incluir aquellas atrocidades en la lista de los sancionables a escala comunitaria. La imposibilidad de alcanzar semejante consenso deja las cosas como están: cada país puede adoptar para sí mismo la legislación que considere.
Comisión Europea
A FONDO
Sede:
Bruselas (Bélgica)
Directivo:
José Manuel Durao Barroso (Presidente)
La noticia en otros webs
Búlgaros, húngaros, letones, lituanos, checos y rumanos firman la petición
La UE recomienda "mantener viva la memoria de los horrores"
Los ministros de Exteriores de Bulgaria, Hungría, Letonia, Lituania, República Checa y Rumanía enviaron recientemente una carta a Viviane Reding, vicepresidenta de la Comisión y comisaria de Justicia y Derechos Fundamentales, en la que reclamaban una iniciativa legislativa para castigar la "aprobación pública, minusvaloración o negación de los crímenes totalitarios".
La carta fue promovida por el jefe de la diplomacia lituana, Audronius Azubalis, quien, como muchos políticos de países antaño sometidos al dominio de la Unión Soviética, se lamenta de que los europeos estén perfectamente al tanto de las atrocidades cometidas por los nazis (Alemania, Austria, Francia y Hungría incluso han criminalizado la negación del Holocausto) e ignoren las perpetradas por los comunistas. La negación o condonación de tales delitos "debe ser sometida a los mismos estándares [que se aplican a los crímenes nazis] para evitar el resurgimiento de la ideología totalitaria", dicen los signatarios.
Karel Schwarzenberg, ministro checo perteneciente a una familia aristocrática acosada por el comunismo, mantiene que los crímenes de los totalitarismos son perfectamente equiparables, que Hitler y Stalin fueron asesinos de masas y que quienes colaboraron con ellos fueron cómplices.
La carta era la última manifestación de un activismo de base que se encarnó en abril del año pasado en una resolución del Parlamento Europeo, jurídicamente no vinculante, en la que se dice que "Europa no estará unida hasta que sea capaz de establecer una visión común sobre su historia, reconozca el nazismo y el estalinismo y los regímenes fascistas y comunistas como un legado común". Condenaban, además, sus euroseñorías "todos los crímenes contra la humanidad (...) perpetrados por todos los regímenes totalitarios y autoritarios" y pedían que el 23 de agosto se convirtiera en "Día Europeo conmemorativo de las víctimas de todos los regímenes totalitarios y autoritarios".
Los propios Gobiernos de la Unión dieron a finales de 2008 dos años de plazo a la Comisión para que evaluara si hacía falta un instrumento jurídico específico para abordar la cuestión. Bruselas encargó entonces un estudio sobre cómo se trata en los Veintisiete la memoria de los crímenes cometidos por los regímenes totalitarios en Europa y ese trabajo de casi 500 páginas, dirigido por el politólogo español Carlos Closa, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, ha servido ahora de base al informe de la Comisión que frustra las expectativas de los seis ministros.
Closa y sus colaboradores establecen con lujo de detalles que los distintos países emplean un amplio abanico de métodos e instrumentos para tratar con la memoria de los totalitarismos; que cada Estado ha adoptado su propia combinación de legislación y políticas para abordar la cuestión, y que el negacionismo sobre uno u otro extremo suscita diferente respuestas: once países no tienen legislación sobre el particular y solo dos (República Checa y Polonia) consideran delito negar los crímenes del comunismo.
Recuerda la Comisión que el artículo 83 del Tratado de Lisboa fija claramente las infracciones penales y sanciones en ámbitos delictivos que pueden ser objeto de directivas (terrorismo, trata de seres humanos, explotación sexual de mujeres y niños, tráfico de armas y drogas, blanqueo de capitales, corrupción, falsificación de moneda, delincuencia informática y organizada) y hace notar que "la condonación, negación o flagrante trivialización públicas del genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra infligidos a grupos de personas identificados por su raza, color, religión, ascendencia u origen nacional o étnico no entra en esas áreas".
El Ejecutivo comunitario pasa la pelota a los Gobiernos de los Veintisiete: "La relación de áreas [sobre la que se puede preparar una directiva] puede ser ampliada por unanimidad por el Consejo, previo consentimiento del Parlamento Europeo en función de la evolución de los delitos". Y cierra el caso: "En estos momento las condiciones no se cumplen" para adoptar una iniciativa que satisfaga a los seis ministros.
Expuesta la argumentación jurídica, la Comisión concluye que "mantener viva la memoria de los horrores del pasado es nuestro deber colectivo como señal de tributo y respeto a todas las víctimas que han sufrido y perecido y como un modo de asegurarse de que no volverá a ocurrir".
5 comentarios:
David, estas mejor que nunca, comenzaste el año con el lapiz afilado. Auguri que van a saltar sirenas si algunos siguen remetiendo el cacofonico canto para que se olvide todo.
¿¿¿Te refieres al canto de las sirenas que entretenían a Ulises, a las sirenas de la fábricas, a las sirenas de los coches de policía o a las sirenas de las ambulancias???
Muy bueno que lo hayas señalado. Hace días que por razones estomacales no leo periódicos. Empecé el año leyendo poesía.
jajaja, querido mio, estamos en la neo -mitologia, cada vez que alguien se considera "pez gordo", anda acompañado de sirenitas con griterias...no existen si no les pagan, pero que escandalo hacen!!!
a esas me refiero, nada hacen pero el canturio tiene a la mitad de los cubanos hipnotizados.
Besos
Comparar los crimenes Comunistas con los Nazis es muy complicado pues habria que condenar a los complices que por conveniencia los apañaron como hicieron los Aliados con los crimenes de Stalin en la guerra. Muchos crimenes horrendos del comunismo internacional han sido pasados por alto pues en su momento era lo "politicamente correcto"
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