martes, 18 de enero de 2011

Lencería fina

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shunryusuzukiroshi

shunry usuzu kiroshi

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A veces uno se queda sorprendido, digamos, ante la ligereza y al mismo tiempo la determinación con que la prensa –tamizada por el periodista de oficio en calidad de abogado de última hora y mal pagado –define de un plumazo, o un teclazo, o con una sola palabra, situaciones, actitudes y escenarios que les son ajenos, o que escasamente puede valorar con justicia mínimamente decente.

Son dueños de la palabra y de la síntesis, y a través de su interpretación muy personal de una situación determinada, se arrogan la potestad de vestir o desvestir a cualquiera de oropeles o de ripios con los que tergiversan acciones y reacciones, magnifican o minimizan a las personas que verdaderamente están implicadas o son las protagonistas de historias que escasamente pueden valorar. Mala cosa el buen oficio de informar, y lo que debería ser un esmerado cuidado en la opinión.

El proceso de emitir un juicio difícilmente puede ir tan rápido como el de publicar una noticia. Y la noticia (que interesa) cada vez es más inmediata, más fresca, para el lector o el espectador. La mente necesita un tiempo mayor, no puede competir con esa inmediatez, a no ser que el periodista esté asistido por un grado de inteligencia y percepción que no son comunes ni forman parte del aprendizaje.

Aquí hago referencia a un titular que cuestiona y ridiculiza los intentos de una mujer por mantener su vida, y quién sabe cuántas más.

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EL PAÍS 02/01/2011

El papelón de la iraní Sakineh Ashtianí para salvar la vida

La mujer condenada a muerte por adulterio en Irán hace su segunda comparecencia televisiva, en la que ahora alega que denunciará a los periodistas alemanes que la entrevistaron

http://www.elpais.com/articulo/internacional/papelon/irani/Sakineh/Ashtiani/salvar/vida/elpepuint/20110102elpepuint_3/Tes

 

Libertad para Sakinéh

Sakineh Ashtianí, la iraní condenada a muerte por lapidación, obtuvo anoche un permiso para cenar con sus hijos y para arremeter contra los dos periodistas alemanes que pretendieron entrevistar a su hijo y fueron encarcelados por supuesto espionaje . Sus declaraciones revelan la decisión del Gobierno iraní de manipular la suerte de Ashtianí, cuya sentencia desató una enorme campaña intencional de apoyo que ha colocado al régimen de los ayatolás en una difícil situación.

Ashtianí asegura que va a demandar al reportero y el fotógrafo del diario sensacionalista Bild, que entraron en Irán con visado de turista, lo que no les permitía realizar la entrevista con Sjad Gaderzadeh, el hijo mayor de Ashtianí y principal defensor de la causa de su madre. "Tengo una queja sobre los dos alemanes que me han avergonzado. ¿Para qué han venido aquí? ¿Por qué han venido y actuado como periodistas?", se ha preguntado Ashtianí en las imágenes transmitidas por la televisión pública.

Un centenar de líderes políticos y empresariales alemanes han suscrito una petición en pro de la liberación de los dos periodistas alemanes detenidos en Irán desde el pasado mes de octubre cuando intentaban entrevistar al hijo de Sakineh Mohammadi Ashtiani, la mujer iraní que había sido condenada a morir lapidada por adulterio y ahora está condenada a morir en la horca por actuar como cómplice en el asesinato de su marido.

"Los dos deben ser puestos en libertad lo más pronto posible y deben regresar a casa, a Alemania", ha declarado el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Gido Westerwelle, quien se ha unido a la declaración, impulsada desde la oposición al Gobierno de la canciller Angela Merkel.

Sobre el hijo de la condenada también pesa el rigor de la justicia iraní por haberse entrevistado con los reporteros alemanes. Sajad, que también se encuentra detenido y a la espera de juicio, volvió a pedir clemencia para su madre tras la reunión con ésta. "En mi opinión, mi madre es culpable, pero hemos perdido a nuestro padre y no queremos perder también a nuestra madre. Por lo tanto, pedimos que se conmute la pena", dijo en la conferencia de prensa posterior al encuentro.

El escritor y filósofo francés Bernard-Henry Lévy denunció hoy lo que consideró una "manipulación" de las autoridades iraníes sobre Shakine Mohammadi Ashtiani, quien anunció que demandará a dos periodistas que iban a entrevistar a su hijo. Lévy, que protagoniza desde su página en internet "La règle du jeu" una campaña en defensa de los derechos de esa mujer iraní acusada de adulterio y del asesinato de su marido, calificó hoy de "farsa" las "presiones insoportables" que dice debe de haber soportado Ashtiani.

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El periodista en cuestión define rotundamente como “papelón” el que esta mujer iraní “juegue” del lado de las autoridades de su país para interpretar un papel en el que le va la vida, aunque sea para pasarla entre rejas que puedo imaginar como una existencia espantosa. Con una sola palabra (“papelón”) denigra el esfuerzo humano por sobrevivir. Sin embargo, en el último párrafo de su noticia comentada, al referirse a las palabras de Bernard-Henry Levy –quien no debe ser de su agrado –matiza una opinión sobre las presiones que pueden pesar sobre Ashtiani añadiendo la sutileza de un “dice”. O sea, ninguna fuente oficial iraní va a asegurar que presione a la casi lapidada pero él sí puede reducir los resultados de esa presión al grado de “papelón”: Shakine Mohammadi Ashtiani no correspondió al gran engranaje mundial que la prensa creó para ella. Ha defraudado las expectativas de la industria. Su vida no vale, en fin de cuentas, no vale el dinero que han invertido en ella para convertirla en heroína, mártir o símbolo. Y por esa razón será dos veces lapidada.

© 2011 David Lago González

1 comentario:

Zoé Valdés dijo...

A mí esto me ha sacado de quicio, porque cómo no entienden lo que le ha sucedido a esta mujer, doblemente horroroso.