n o v e d a d e s INVIERNO 2009 a r i a d n a - r c
[ariadna rc número cuarenta y dos edición de invierno de dos mil nueve]
I N V I E R N O
Es tradición al comenzar el año mirarse las manos y el corazón, como nos recuerdan los versos del poeta argentino Carlos Sánchez ”…abrir las ventanas y ruborizarse ante la extrañeza de la tartamuda nostalgia del sol”. El año que comienza no habrá emprendido su camino hasta que no se disipen las nubes de la discordia, el olor a gasolina de la franja de Gaza, el rumor de los icebergs deshaciéndose sobre una bahía solitaria de la Antártida. Hubo años, acaso décadas, en los que sol marcaba las horas tan solo en el reloj de la guerra; Treinta Años para poner y quitar un rey, el dilúculo troyano de la panza de un caballo, la estación inacabable del Medioevo. Pero he aquí que este invierno con su rémora de ídolos caídos avanza tan lentamente que “la fuente de luz se intuye pero no se ve”, que hay que mirarse las manos, abrir el corazón y espantar los señuelos de la felicidad, sobreponiéndose al quebranto de moneda, revolviéndose ante el ardid de los mercados y sus falacias, y esperar que al final de aquellos versos se abra –como entonces- un nuevo año.
N O V E D A D E S M A R Z O
— P O E S Í A y R E L A T O —
Poemas por Begoña Callejón
Ariadna por Alejandra Crespin Argañaraz
¿Deberían ser olvidados los viejos amigos? por Daniel Alejandro Gómez
Un otoño tan frío por Carlos Montuenga
— R E S E Ñ A S Y A R T Í C U L O S —
El buscador de oro / Viaje a Rodrigues. J.M.G. Le Clézio
Eres bella y brutal. Rebeca Tabales
Ondulaciones. José Miguel Ullán
Kora Rogelio. Guedea
Todo sigue así. Poesía Completa. Julio César Navarro
IN MEMORIAM
Julio César Navarro
(1970-2009)
Astronauta
Si fuera posible
quedarse para siempre a tres o cuatrocientos kilómetros
hacia arriba,
y mirar desde lejos el planeta,
sólo mirar
las nubes,
continentes sin mapa que se mueven,
océanos sin el coraje de los naufragios.
Si fuera posible
quedarse tan arriba que el tiempo no alcance las alarmas
y vigilar inadvertido
un mapamundi con sordina.
Desde aquí se difuminan las cumbres
en las que convertirse al instante en dos viejos
y mirarse;
no se distingue el lago de canoas de alquiler,
tú a los remos,
y yo caminando sobre las aguas.
Ya ni me asusta la noche
que avanza por ahí abajo
y suelta tu ropa a ritmo de Greenwich.
Y voy mirando
con tu permiso,
inmóvil en esta butaca,
la más violenta del universo,
última fila, tras el telón.
Poema extraido del libro
"Todo sigue así. Poesía completa"
Julio César Navarro. If ediciones. Béjar 2009
Y ADEMÁS
— P O E S Í A y R E L A T O —
Seis supuestos de topología por Álvaro Muñoz Robledano
Carbón vegetal por David Lago
Instantáneas / Fotosíntesis por Ramón Peralta
Tercera eternidad por Marisa González-Vigil
Semblanza de un vino mozárabe por Antonio Polo
Aportaciones para destiempos por Ana Patricia Moya Rodríguez
El hombre del saco de doble fondo por Juan Amancio Rodríguez
Un otoño tan frío por Carlos Montuenga
El tercer secreto por Mercedes Torija
Pie por Luis Emel Topogenario
El hueco por Raúl Ortega
Villa Borghese por Eduardo Proto
Marinero de La Vera por Antonio Polo
Del tiempo y otras luces por Luis Zarca
Oh Allá convergen por Antonio Preciado
Curazao por Eduardo Protto
El Panteón por Antonio Preciado
— R E S E Ñ A S Y A R T Í C U L O S —
Tema de la mujer abismo y el poeta insurgente
(Una aproximación al poeta nicaragüense Anastasio) por Julio Pino Miyar
¿2008 merece un balance literario? por Leonardo Lobos
Howard Phillips Lovercraft. Un hereje de nuestro tiempo. por Fermín Castro
El informe de Brodeck. Philippe Claudel
Elegía para un americano. Siri Hustvedt
Las huellas del diablo John Burnside
Los huidos David Eloy Rodríguez
Consideraciones sobre el infierno en “La eneida” por Alejandra Crespín Argañaraz
No hay comentarios:
Publicar un comentario