martes, 16 de agosto de 2011

Armando Valdés-Zamora - Imaginarias de un velero sugerido

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‘Saint Nicholas Saves Travelers at Sea’ from The Belles Heures of Jean de France illustrated by the Limbourg brothers, 1405–1409

‘Saint Nicholas Saves Travelers at Sea’ from The Belles Heures of Jean de France illustrated by the Limbourg brothers, 1405–1409

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ARMANDO VALDÉS-ZAMORA - IMAGINARIAS DE UN VELERO SUGERIDO

(Editorial Verbum, Colección Verbum Poesía, Madrid 2010)

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Yo no puedo volver y tú me enseñaste que tiene que existir el cielo.

Armando Valdés Zamora

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IMAGINARIAS se me antoja como la contestación de todos aquellos personajes reales y ficticios, ciudades y parajes (el todo imaginario), que le son devueltas a Armando Valdés-Zamora, autor del poemario, cuando las circunstancias le imponen o le brindan --no queda claro— contrastar el mundo y el tiempo hechos realidad con respecto a aquel otro de cuando recorría en su imaginación caminos que muy posiblemente ni siquiera podía llegar a sospechar que un día se convertirían para él en trechos trillados o visitaciones consumadas.

“El todo imaginario,” dije antes. O “el todo imaginado”, incluso lo más cotidiano y pueril. Un libro edificado sobre el convencimiento del supuesto de que todo lo que en realidad es verdad, única y exclusivamente, es lo imaginado; precisamente lo no real, hablando en estricto sentido literal. Quizás el convencimiento no es tal, pero a fuerza de reforzar tal sospecha lo real queda suplantado por la obsesión de que, en este caso “vivido”, el más allá del horizonte, lo absolutamente ignoto pero fabricado con lo que se vislumbra o se cree vislumbrar tras las puertas abiertas de la mente es lo que en verdad le impulsa a soportar la existencia hasta que llega el ansiado momento de la vida. A tal punto de contradicción llega el hombre cuando no es libre y la atmósfera circundante le es hostil.

Son muchos los personajes que recobran movimiento en el mundo recuperado. Y hay momentos de saturación en que se echa en falta la soledad íntima de una calleja. Hay veces en que la referencia de la erudición empaña París. Buen verso, pero excesivo cuando por momentos lo imaginario se hace imaginado, o viceversa, y tanta alusión opaca los verdaderos sentimientos del transterrado.

© 2011 David Lago González

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