jueves, 7 de julio de 2011

Anything goes!

Este “blof periodístico” puede decir lo mismo sobre Elenita Tablada que sobre Santa María Reina de las Azoteas que sobre Antonio José Ponte o sobre el olor a basura en Napoli.  ¡Por suerte debe considerarme muy por debajo de su nivel inteleSSStual!

Anything goes, oh Connor!

 

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Reina María Rodríguez lee sus poemas en Miami

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Buy Photo  [Mariela Castro se la va a comprar, es de sus poetas preferidas]

Reina María Rodríguez durante su visita a Miami, en una lectura de su poesía en la Alianza Francesa.

Pedro Portal / El Nuevo Herald

Olga Connor

Especial/El Nuevo Herald

http://www.elnuevoherald.com/2011/06/22/965261_p2/reina-maria-rodriguez-lee-sus.html

El Proyecto Zu, antes Zu Galería, y ahora en la Alliance Française, inspirado y coordinado por Manny López, se encargó de presentar a la poeta cubana Reina María Rodríguez, que se encuentra de visita en Miami desde Cuba.

Numerosos antiguos y nuevos amigos de la escritora acudieron a la cita. Inclusive un poeta ilustre a quien poco se le ve en las reuniones literarias, Lorenzo García Vega. Pero listar al público sería imposible, porque fue una verdadera tertulia de escritores y artistas, como recordando la legendaria Azotea de Reina en La Habana.

Por eso decidió leer poemas desde su época más temprana a la más reciente, escogiendo de libros publicados y otros inéditos. Entre ellos, Ellas escriben cartas de amor (Ediciones Unión, 1998), Tres maneras de tocar un elefante, (Premio Italo Calvino, novela, 2004), El libro de las clientas (2005), Variedades de Galiano (2008), Bosque negro (Diputación de Cáceres, 2008) y Otras mitologías (en proceso).

Heriberto Hernández y Wilfredo Ramos la presentaron. Ramos se refirió a la orden de las artes y las letras en el rango de Caballero que le ha otorgado a Reina María el gobierno de Francia, y comentó que la quiere como hermana por el recibimiento que siempre tuvo en su casa. Mientras que Hernández relató su importancia literaria: “No sólo como poeta, sino como intelectual continuadora de la poesía femenina y de la tertulia, al estilo de Domingo del Monte. La gran fractura del sentimiento de la identidad en los 80 se vino a recoger en La Azotea de Reina. Las personas más lúcidas se reunieron allí, era un sitio y una personalidad propiciatoria, y eran ideas que informarían nuestra literatura y nuestra nación”. Reina María confesaría que su época fue la de “la búsqueda del individuo, cuando muchos tuvieron miedo, incluso a los poemas de amor”, “quisimos volver a colocar, a sacar a flote al individuo”, dijo.

LA LECTURA Y SU INTERPRETACIÓN

“Estoy haciendo un prólogo de una antología con poetas del exilio que están al centro de la cultura cubana”, expresó al comienzo de sus lecturas, que fue con un poema escrito a los 17 años. Luego leyó de En la arena de Padua (1992), un libro en que se encuentra un conflicto con el yo. “No podía ser una poeta objetiva, tenía un ego muy grande”, confesó. Allí se encuentra el verso “Yo era como aquella chica de la Isla de White”, isla británica que nunca vio, sino en referencias literarias en los libros de Marguerite Yourcenar, su lectura favorita en aquel tiempo.

También se condolió de amigos que se habían ido. Por eso escribió textos que revelan la relación de la ciudad con sus hijos, como “un útero que se desangra”. Pero en el poemario Coger y dejar/Catch and Release (2001), que tiene influencia de Antonin Artaud, hay referencias a la invasión del dólar en Cuba. “Empezó la pacotilla de los dólares en la calle”, dijo. En el tiempo del período especial, las comidas fueron muy importantes, el corazón de pollo, la molleja, la toronja frita como si fuera bistec, comentó. También recordó en otro poemario a las clientas de su madre, que es modista. “Ella trataba de cambiar los cuerpos deformes, le dediqué a ella ese Libro de las clientas”.

Recordó en otro libro una tienda que ya no existe, Variedades, en Galiano, y las calles que recorre todos los días alrededor de su casa. Discutió el tema de los poemas de Navidad, época en que entraron las manzanas en La Habana, pero que valían 30 centavos de dólar y que le inspiraron a escribir Manzanas de California, donde se ve que se pueden hacer las paces con manzanas ajenas, aunque sean del árbol prohibido.

LA AZOTEA PERDIDA

El poema a la sexualidad de la madera se refiere a un piano que murió. “Hay actos que son vandálicos, mi nuera lo desbarató”, confió. “La muerte de mi piano la relacioné con la muerte de mi padre, la música, los libros, las películas”. Porque Reina María vive entre una eterna alegría y una eterna tristeza. Lo que más siente son las pérdidas. “Lo que más he querido se me ha ido”, dijo. La revista “Azoteas” duró unos cuantos números. La Azotea desapareció ya. Estaba viva en 1998 cuando visité La Habana, allí tomé las fotos de sus integrantes, idos en su mayor parte. (Uno de ellos era Antonio José Ponte, gran amigo de Reina María.) “Mi trabajo es con el pasado”, explicó Reina María. “No creo en la inspiración, ni en momentos especiales. No le doy importancia a la perfección, trato de convertir el dolor en otra cosa, les tiro el dolor a ustedes. Escribir es recuperar todo, pero siempre el pasado. El después no existe, lo que existe es lo que acumulé, lo que podemos hacer todavía”.

La Azotea se convirtió ahora en La Torre de Letras, informó, cuando todo el mundo se fue y la tertulia se acabó. La idea era publicar libros, de todas las partes, y ya tienen cinco títulos, entre ellos un libro del poeta José Kózer y Los años de Orígenes, de Lorenzo García Vega. Su primer espacio fue el Edificio del Segundo Cabo pero se han mudado para el noveno piso del Instituto Cubano del Libro en Obispo y Aguiar. •

2 comentarios:

Zatisi dijo...

Gran amiga de Yayabo la Sra. Connor. Di tu. Qué mezcolanza.

David Lago González dijo...

Zatí, the friends of my friends ar NOT NECESSARILY my friends.