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Falsas películas de Nijinski en YouTube
(La ingeniería informática crea secuencias de baile a partir de fotos antiguas)
ROGER SALAS
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Todo el siglo XX estuvo esperando este hallazgo, y ha sido Joan Acocella en The New Yorker Literary Review quien ha cortado las alas al supuesto descubrimiento: películas de Vaslav Nijinski. Acocella es una de las más reputadas y rigurosas especialistas que hay en el mundo sobre los Ballets Russes de Serguei de Diaghilev. Es una entusiasta hormiga de biblioteca, en el mejor sentido del término. Ya estuvo en Granada en 1989 en el encuentro sobre Massine y “El sombrero de tres picos” (su tesis sobre Picasso es canónica) y asombró por su rigor y lo avanzado de sus planteamientos: dos décadas después le han dado la razón en casi todo.
Pero el asunto que nos ocupa empieza “casi ayer” en Youtube. Allí aparecieron hace apenas tres semanas unos fragmentos mudos de filmaciones de Vaslav Nijinski. Como bien dice Acocella, en los albores del siglo XX, todos los bailarines y coreógrafos desconfiaban del cinematógrafo (menos Anna Pavlova, que era una enferma de la publicidad). Viendo los artistas de entonces sus evoluciones positivadas, les parecían un juego de niños absurdo, en parte, por los clásicos problemas de acople entre la velocidad real del baile y la que aportaban gráficamente los rudimentarios fotogramas. Hasta Diaghilev mandó a destruir las placas de una sesión de fotos en el Patio de los Leones del Alhambra de Granada por consideran que eran vulgares. Así las cosas, no había hasta hace 21 días nada de Nijinski, el que es (o puede ser) el mayor bailarín del siglo XX, el mito del vuelo suspendido en el aire. El hecho de que su carrera fuera tan corta (hay que señalar que enloqueció a los 28 años y murió prácticamente encerrado a los 50) propone un hueco si se quiere más dramático. Pero estamos en el siglo XXI. Y para muchos hoy, la magia existe.
(Nijinski y Karzavina)
En Youtube, un usuario nominal colgó unos deshilachados fragmentos mudos bajo el epígrafe de “La siesta del fauno”, y escribía al margen que procedían de 1912. Poco a poco, el mismo usuario, agregó otros fragmentos más de Nijinski bailando “El espectro de la rosa”, “Scherezade” y “El Dios Azul”. En total, los ocho fragmentos colgados que llegan a los tres minutos de metraje, y resumen prácticamente, todos los ballets en los que intervino en su etapa parisiense como primer bailarín a las órdenes de Diaghilev, su jefe y amante. Todas las obras fueron, en su tiempo, éxitos controvertidos, pero ninguno como “La siesta del fauno”, que en realidad es lo único que sobrevive en verdad de su labor creativa (el resto, como “La consagración de la primavera”, “Jeux” o el “Till Eulenspiegel”, son aproximaciones o reconstrucciones en la medida que lo facilita la arqueología coréutica y la imaginación entusiasta).
(Nijinsky_(1890-1950)_photographed_at_Krasnoe_Selo,_summer_1907)
Había entonces en París un seudo-aristócrata, fotógrafo artístico de origen alemán, el barón –se autotituló así- Adolph de Meyer (París, 1868 – Los Ángeles, 1946), que hizo, con la anuencia de Diaghilev, una detallada serie de fotografías de “La siesta…” que, paso a paso, recorría toda la danza de la obra. Dice Joan Acocella, que ver el filme en Youtube fue para ella “como ver a la Atlántida resurgir del mar”. Pero la magia y la fascinación duraron poco, como suele ocurrir con toda mitología basada en el engaño, sobre todo al ojo de una especialista que conocía al dedillo las fotografías de marras, pues todo aquello se parecía demasiado a la estética de esfumados postizos de Meyer. Adolpd de Meyer luego se convirtió en el jefe de fotografía de Harper´s Bazaar y su estilo marcó hasta al mismo Cecil Beaton. Tuvo la desgracia que su archivo europeo se perdió casi completamente en la segunda guerra mundial, pero esa es otra historia.
(Vaslav Nijinsky in L'Apres Midi d'un Faun Posters)
La cruel (y esta vez engañosa) realidad cortó las alas a todos: los fragmentos colgados en Youtube son ingenios mecánicos generados por ordenador y realizados por el especialista Christian Comte, que tiene un sofisticado estudio en Cannes con la infraestructura tecnológica necesaria para fraguar el fraude, porque en esto hay fraude, a pesar de que Comte ha reconocido la autoría de lo colgado en la red, y de paso, en sus declaraciones, aprovecha para hacerse publicidad acerca de un método de animación que ha inventado. Para justificarse ha dicho: “Esto no difiere básicamente de la manera en que Steven Spielberg logra que los dinosaurios corran en Parque Jurásico”. La comparación entre el dinosaurio y Nijinski es sencillamente obscena. También se obstina en aseverar que él no intentó “pasar” los fragmentos como auténticos, y el equívoco se acentúa al fechar al margen los estrenos de los ballets: 1910, 1911, 1912, sin datar la fecha del vídeo como tal.
Nijinsky en Monte Carlo (Foto tomada por Stravinsky en 1911)
Las reacciones en Youtube han sido clamorosas, unas de obnubilada admiración, otros de reproche puro y duro. Enfrente a estas dos posturas diametralmente opuestas, hay quienes sostienen que Comte simplemente “juega con su propia magia de pericia técnica” o que “se trata de una forma de arte personal”. Pero volviendo a Acocella, que es quien en verdad ha desvelado el entuerto, dice muy certeramente que Nijinski, para muchos, no es un bailarín, sino un icono que en su historial tiene el del artista incomprendido, el genio loco y hasta el homosexual sacrificado por las circunstancias, con lo que el asunto es mucho más grave a las luces globales de la red. Sus drásticas conclusiones, en castellano, vienen a decir algo asó como que estos segundos de falsa poesía de la danza son el chocolate del loro.
© 2009 Roger Salas
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