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(Shi Pei Pu)
Un día después de los fastos, muere Shi Pei Pu, cantante de ópera china y espía, a la que se le concede la mitad de la página de "obituarios" de El País (http://www.elpais.com/articulo/Necrologicas/Shi/Pei/Pu/cantante/opera/china/espia/elpepinec/20090705elpepinec_2/Tes). Pienso en Shi Pei Pu como en el summum de la delicadeza --y además de delicada, china--, y doy por hecho que solamente se expresaría en mandarín, ese bisbiseo de emperadores y concubinas. Como una verdadera y frágil mariposa. ¿Podría imaginarla alguien en medio del populacho "arrollando Trocha abajo" del brazo de un chulo venezolano de cabeza pequeña, asimetría realzada por la inyección directa de los esteroides (¿o asteroides?) en sus brazos y su pecho? ¿Se la imaginan trepada a una carroza al lado de una drag queen de Lavapiés o un transexual de la primera ola a la que ya casi se le ha escurrido toda la silicona? La vanguardia gay, agresiva y militante, dirá que sí y que seguramente Shi Pei Pu habría estado muy orgullosa. Pero se equivoca. Hay una cosa llamada "buen gusto", de lo cual las masas carecen.
Yo nunca me he sometido al "día del orgullo gay". Verdaderamente no tengo nada que celebrar. Por ejemplo, soy calvo --el destino lo quiso así--, ¿tengo por ello que celebrar "el día del orgullo bald"? No me voy a poner a medir el nivel del represaliado pero creo que lo fui tanto como puede haberlo sido una persona de mi edad que naciera en España y que viviera, por tanto, bajo el hechizo de otra dictadura. Al respecto de ese tipo de falta de expresión, diría que vivo más tranquilo desde que en 1982 regresé a este país, pero la forma en que muevo la mano sigue siendo la misma y por ello no creo que tenga que sentirme más orgulloso ni celebrar cada año el ademán: ¡ya bastante es cumplir otro aniversario!
Lo que veo en la televisión no me gusta. Por encima de lo grotesco, todo me parece de un mal gusto apabullante. ¿Tengo yo que ver con eso? Anoche, en el programa de Tele5 "La Noria", hubo intentos de llevar adelante dos debates, uno sobre El Día y otro sobre la bisexualidad, y más bien parecía que estaban hablando de lo que ellos creen que es La Revolución Cubana y Cuba misma, o sea, aquello ni llegaba a terminar porque una chancleta (o una gresca) siempre se interponía entre principio y fin. Indiscutiblemente en cada tema existen aspectos distintos, incluso antagónicos, y en numerosísimas ocasiones lo que une desune.
Esta mañana me llamaba un amigo preguntándose si con el paso del tiempo se estaba produciendo en él una involución porque no compartía para nada la alegría del desfile ni la forma en que se manifestaba. Yo creo que la involución se produce en el colectivo. Entonces me proponía: "debemos hacer una manifestación de los que no estamos de acuerdo con dar esa imagen". Eso nos convertiría inmediatamente en parte de la imagen, le dije. Al final convenimos crear una especie de logia masónica ultrasecreta a la que puso un nombre que a mí se me olvidó.
Hay que dejar cierto margen a la naturalidad. No forzarla, porque entonces deja de serlo. Y hacerlo dentro de un armario también tiene su encanto, sobre todo si la madera es noble: el olor del cedro unta el misterio y el delirio.
(C) 2009 David Lago González
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1 comentario:
Hola David, me ha gustado mucho este post tuyo, menos la parte que das a entender que eres feo porque estás calvo...no señor, eso no debería ser así...
Besos
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