martes, 22 de julio de 2008

historias de perdedores

Hace poco supe de algo terrible que le había sucedido a un amigo. Lo supe por una tercera persona, pues este amigo no es dado a comentar anécdotas de su vida, y mucho menos una tan delicada y triste, e irónica y terrible, como ésta.

Su padre perteneció al bando republicano durante la guerra civil española. No sé en qué grado ni me importa ni tengo prejuicios en cuanto a esa parte específica de la historia de España. No sé si simplemente vivía en zona republicana y, por tanto, los nacionales lo consideraron "poco conveniente". El caso es que lo fusilaron.

Muchos años después publicó su primer libro de poesía. La persona que le ayudó a publicarlo, o que le editó el libro, había participado en el fusilamiento de su padre. Tiempo después, no sé cuánto, se enteró.

Omito su nombre por respeto. Si él lo lee, ya sabrá entender que estoy a su lado.


David Lago González
(Madrid, 22 de julio de 2008)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola David.
A día de hoy se siguen buscando los restos de gente fusilada en España cuando la Guerra Civil.
En Agüero, cerca de Huesca, Aragón, encontraron una fosa hace más de un mes con cuatro o cinco fusilados de la zona. Lo increíble, es que aún se persista, y sobretodo, se encuentren huesos. De los familiares de estos rescatados de la tierra, no conozco a nadie. Pero no importa. Conozco que la huella dejada por esta guerra en España ha sido grande, y muy triste.
Cerca de Zaragoza, en Belchite, se mantiene el pueblo de la época en ruinas, como un museo verdaderamente de guerra.

Un abrazo.