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DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
EN CUANTO AL ARTE O LA BAJEZA DE COMENTAR
(O “la pobreza infinita de las cuquitas koljosianas”)
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“El Penthouse de Heriberto” lo concebí pensando en amigos valiosos que carecían de otra forma de que la gente supiera que otros estaban escribiendo cosas verdaderamente hermosas pero que las mismas estaban predestinadas a dormitar en el fondo de la gaveta de arriba o en la oscuridad tecnológica de los circuitos informáticos (más o menos, lo que ha pasado siempre a personas como nosotros, tan poco dadas a hacer lo oportunistamente correcto). Con el paso del tiempo, y debido a distintas razones, esto fue variando; y hoy es un lugar donde yo mismo escribo y expongo textos de opinión, reflexiones, memorias, asuntos personales, música, vídeos de música, y textos y poesía de otras personas, amigos, muy amigos y desconocidos, basta que me guste o que me interese aquello que dice. Es un reflejo de mi propio piso, en el que no logro poner nada en orden y a cada rato el desorden me ataca de forma violenta y entonces tengo que darme un respiro para desbrozar la maleza. Otras, simplemente, el follaje me traga como si fuera un dragón de hojarasca.
Pero a pesar de todo ese desorden que inevitablemente ya va conmigo dondequiera que me mueva, nunca ha dejado de existir un mínimo de preocupación por mantener un nivel de buen gusto y de concordancia con lo que yo pienso (desde siempre) y con la forma en que soy, tanto artística como políticamente. En este segundo aspecto la característica predominante se llama VERTICALIDAD. Comprendo las debilidades del ser humano, pero creo que todo tiene un precio, como también lo tiene esa misma verticalidad e independencia mía. Nunca me puse una chaqueta que tuviera que cambiarme. Por el contrario, con suma frecuencia y facilidad me he visto afectado por la impostación correspondiente que acompaña a cada chaqueta que otros muchos han usado y siguen alternándose entre ellos como si se tratara de un préstamo interminable.
Llámesele “síndrome de Estocolmo” o como se quiera, pero en gran parte debo agradecer al ostracismo y la anulación vivida social y políticamente bajo el comunismo cubano, el que nunca me haya visto expuesto ni tentado a escalar peldaños superiores. Siempre he tenido miedo de que me descubrieran. ¿Pero de que me descubrieran QUÉ? Que yo tenía vida propia, allá dentro, muy adentro, muy escondida, que en los arrebatos extremos de extroversión, se comunicaba por jeroglíficos. Pero si me expresaba de tal manera, entonces ¿qué quería decir aquel lenguaje de códigos? ¿Y por qué no podía manifestarme como el resto de las cuquitas koljosianas? ¿Por qué tenía que ser “especial” según ellos? Mi cuerpo se ha desarrollado dentro de un ceñido corsé de silencio, gestos y miradas veloces, que el otro –si había otro— debía aprehender en pleno vuelo, y luego, cuando estuviera lejos de las cuquitas koljosianas, volver a pensar en lo que había visto u oído, o en lo que le parecía haber entendido. No soy una persona normal, lo cual no me hace ni mejor ni peor, sino simplemente extraña, y esa extraña proyección se siguió manifestando aun a pesar de haber alcanzado otro margen de libertad. La libertad no cura las heridas ni los traumas ni las paranoias. Esa pudrición que nos dejó dentro la ideología y el totalitarismo se abren paso a través de los resquicios de luz y opacan su diafanidad: soy una persona enferma.
En mis escritos yo no suelo tratar magnificencias sublimes. No me interesa insultar, ni siquiera ridiculizar, a los dioses del Olimpo que han marcado esa enfermedad mía. Dudo de las causas nobles, de los aspavientos heroicos, de palabras altisonantes. Insisto una vez más que las ideas –acertadas o no- no las mueve el viento, sino el hombre. Y si de una idea aviesa se aprovecha un hombre para utilizar a su antojo, entonces vamos a tener unos cuantos afectados, o unos cuantos desafectos, o unos cuantos afectos. Además, ustedes no pueden valorar lo doloroso que es darse cuenta de que todos hablan en el mismo tono, utilizan los mismos modismos, se pasan los gestos y ademanes unos a otros como si fueran balones de rugby; y todos están contagiados de una pobreza infinita, que es “la pobreza infinita de las cuquitas koljosianas”.
Allí, en ese lugar de donde parte esta enfermedad que padezco, todo está organizado e institucionalizado según monopolios de control. Por encima de todo está el Monopolio de la Represión, del que se ramifican todos los demás. Uno de ellos es el Monopolio del Intelecto y las Artes, ubicado en una bella mansión de El Vedado, barrio otrora y actualmente burgués con unas ciertas zonas deprimidas. El sitio se llama Unión de Escritores y Artistas de Cuba, conocido popularmente por sus siglas UNEAC. Es donde fabrican la literatura, la poesía, el baile, las artes plásticas, y hasta las ideas filosóficas. Y entre ellos se premian, se alaban, se besan socialmente, se soban unos a otros. Se tiran confeti y se ofrecen entre sí representaciones en el extranjero o becas (siempre en el extranjero, pero el extranjero para ellos es un universo que excluye a Corea del Norte, por ejemplo, porque eso sería como mandarlos al lado de atrás del espejo). Eso que hablan de EL CAMBIO lo comenzaron ellos, cuando se dieron cuenta de que no serían parte del efecto dominó y entonces supieron que era el momento en que debían aprovechar para hacerse con el poder. La política les siguió, ellos fueron más rápidos. Así se fueron esparciendo por el mundo con una pátina de disidencia intelectual, ligera, comedida, que no ofreciera bruscos cambios al cambio para que no los acusaran de extremistas, sino paulatinas y suaves, de nuevo otra vez con “la pobreza infinita de las cuquitas koljosianas”. Claro, a alguien tenían que poner de “malo” y escogieron a Abel Prieto (ya defenestrado “a lo dicremón” como decían las locas cursis de Camagüey tipo PacaGarza LaActiva), Nancy Morejón y Miguel Barnet (estos dos últimos, miembros iniciales del desaparecido ipsofacto Grupo de El Puente), pero, sobre todo, este último, con mucho mejor bagaje y más porte intelectual que el resto de ellos. Sea lo que sea, no es un ser indigno: hasta ahora sigue en su papel, defendiendo lo que representa y le da de comer. Los seres indignos son los cientos que han dejado el barco pero que consideran mucho más importante el curriculum repleto de insignias de la UNEAC que sus propias vidas, pues no tienen otras que aquellas que una vez disfrutaron durante diez minutos representando lo irrepresentable y que quieren perpetuar durante el resto de sus miserables vidas, que, claro está, consideran muy por encima del resto de los que por suerte nunca nos pusimos esa chaqueta. Y esos son, paradójicamente, los que reconocen los escritores e intelectuales del supuesto mundo libre, los Vargas Llosa, los Muñóz Molina, los Javier Marías, cualquiera. ¿Alguien arregla eso?
Nadie.
Si Cuba comunista hubiera caído en aquella fila de fichas de dominó, nadie los conocería. ¿Quiénes eran los homólogos de estos tristes y oscuros personajes en tierras eslavas y rusas? Ya nadie lo sabe. Se los tragó la rapidez del cambio. Y ese si fue un cambio, para bien, para mal, para todo.
En los últimos tiempos, el paripé del “intercambio cultural Cuba-USA” (que se produce solamente desde Cuba hacia Estados Unidos) ha tomado un cariz especial pues se ha introducido la figura de una poeta oficial del Monopolio del Intelecto y las Artes. Indiscutiblemente yo no tengo influencias para saber de dónde parte el dinero con que se sufraga ese viaje y las lecturas y presentaciones de la poeta, parece ser que muy bien acogida por el resto de sus antiguos compañeros con los que comparte curriculum y viejas representaciones de un régimen totalitario que, como el nazismo y el fascismo, no debía ya existir sobre la faz de la tierra. Y los que sí tienen, o forman parte de ese asqueroso entramado de influencias de no sé qué oscuras intenciones, han salido a defender a su poeta fetiche.
Debido a tales acontecimientos, tanto yo como otras personas, hemos publicado textos que no están de acuerdo con lo sucedido, y con lo que irremediablemente seguirá sucediendo porque forma parte de una trama política bien delineada por La Habana. No se trata de ser más facha o menos facha, se trata de ser consecuente. Y yo no puede tenderle la mano a esa señora porque yo nunca he escrito ni escribiré un solo verso loando a Fidel Castro, y ella sí lo ha hecho. Eso quiere decir que no somos iguales.
Producto de ello, al buzón del blog llegan bastantes comentarios sin autoría en términos ofensivos tanto hacia mi persona como hacia otros. Yo sé diferenciar entre un anónimo y un “anónimo”.
Simplemente quiero volver a señalarles que mantener un blog que, entre otras cosas, toca temas sobre Cuba, aunque por lo general de manera no convencional ni conservadora en lo patriótico-patriotero, con un mínimo de presencia, cuidando la relación texto-ilustración, es algo que a veces me lleva algunas horas. Y no voy a permitir que ningún desaprensivo lo estropee.
David Lago González
Madrid, 15 de julio de 2011.
14 comentarios:
Pues muy bien dicho David.
Saludos,
Brillante texto.
Excelente David.
Aunque mi personal opinión: Dedicarle tiempo y neuronas a la "Siguaraya Insular" no hace sino darles un poco más de importancia, hacerlos más conocidos, ponerse a su altura (o bajeza), en fín, perder el tiempo.
Ellos seguirán viajando, publicando, dandose a conocer, y por supuesto ganando dinero (verdes) para llevar a casa, y vivir mejor que los otros. Por qué? Pués porque alguien se los paga. Quienes? Los que tuvieron que marcharse de allá a causa de estas mismas personas, y que de hecho, muchos no pueden regresar a causa de los mismos.
No se trata de un rompecabezas, no, nosotros sabemos de que se trata.Siempre lo afirmo (con perdón), son dos orillas, pero con la misma esencia.Teatro, puro teatro.
Ignora esos comentarios, no los publiques, ni comentes al respecto.
Un abrazo amigo. Y buen fín de semana.
Directo al grano!, como siempre hace Ud. y por lo cual nunca dejo de leerle, verdades incómodas o irreverentes que auspician su independencia y donde la mía encuentra perfecta pareja (me niego a usar el otro maldito término ideologizado hasta la sUciedad) de viaje por semejante páramo; hace mucho que no entro a comentar en su blog pero esta vez no he querido perder la oportunidad, pues tratándose de tal Declaración de Principios (la que aplaudo con inmenso placer) higiene y decencia obligan. Y a propósito de intelectuales e hipocresía : ¿cree Ud. que si el caso Padilla no hubiera existido ( es decir, que la desgracia no hubiera tocado a su puerta ) Vargas LLosa hubiera cambiado de postura?, digo esto porque, para entonces, ya muchos cubanos anónimos habian caido en desgracia, muchos incluso en un paredón de fusilamiento, y la established intelligentsia lo sabía, pero eso no iba con ellos, lo que me hace pensar que el sistema de castas no sólo se practica en la India ni el corporativismo es exclusivo de maestros o médicos, sepa que lo que le comento lo he vivido en primera persona, mi vía crucis -contado a orejas intelectuales españolas- no encontró crédito o receptividad porque -otra vez para mi desgracia- una carecía (y carece) de pedigree profesional y social, vamos...la nada elevada a la nada, tuvieron que pasar 10 años, para entonces mi interlocutor ya había visitado Cuba y reunídose allá con disidentes intelectuales, entre ellos Maria Elena Cruz Varela y otros que hoy "jalean" en esta parte del mundo, sólo entonces dio crédito a mis historias porque ellas las vio y escuchó de su gremio, pensó que me daba una buena noticia ("¡Oh, cuanta razón tenias!") pero yo sólo sentí tristeza e impotencia por el clasismo y subjetividad de el club bienpensante, desde entonces no me merecen respeto (por supuesto, hablo en general ) ni ningún otro tipo de consideración. ¿Y los virulentos "anónimos" que se cuelan en su blog? pasar de ellos es el mejor remedio, aunque reconozco que de haberlo hecho Ud. nos hubiéramos perdido su magnifica Declaración de Principios (y lo de "cuquitas koljosianas" es digno de copyright)
Saludos y larga vida a su blog!
Valeria.
A aprepararse David que la antologia de poesia del exilio la prepara Reina Maria en La Habana en mano a mano con una escritora cubana de Miami cuyo nombre no me dijeron pero se puede averiguar.
(de Facebook)
Sofía Jesús Serra Giráldez
Decirte algo después de haber leído estas palabras tuyas con lo que en ellas expresas y cómo lo expresas me resulta hasta sacrílego, David.
El Viernes a las 22:57 ·
David Lago-González
Gracias Sofía. Tal vez debería agregar una coletilla para lectores no cubanos trasladando la realidad al supuesto de que cuando el franquismo se hubiera creado una Organización de Escritores Franquistas y fueran ellos los que siguieran mandando en la actualidad y los únicos que son reconocidos como válidos.
El Viernes a las 23:42
Sofía Jesús Serra Giráldez
Se entiende perfectamente, David. En realidad tampoco quería comentarte nada por eso mismo, porque bastante duro es la realidad concreta de donde parte como para extrapolarla, pero tal vez es esa la valiosa trascendencia de tus palabras, que sirven para cualquier tipo de..¿cómo decirlo?... imperio de la falta de ética, de inconsecuencia, de usurpación, de abuso de "poder" , de influencia en las sociedades, de circunstancias promovidas por los mismos que aceptan el hecho de la injusticia. A mí ni siquiera me hizo pensar en el franquismo, me "retrotrajo" a momentos más actuales en esta España cultural y a poderes inflingidos, por que este tipo de poderes se inflingen, se perpetran contra, por todo aquel que no "contesta" una injusticia, de cualquier tipo, y aprovecha engañabobamente su posición para ni siquiera darse cuenta de que está subiéndose al carro de aquello mismo contra lo que ha luchado. La falta de visión, la estulticia, el auto engaño con el inri de pensar que porque ellos son tontos (y muy listos), todos los demás lo son. Pero como te digo no quería aludir a esa extrapolación por puro respeto a lo que contemplo como realidades más duras. En esencia es la congruencia del espíritu que hay detrás de tus palabras, ese tuyo, el que me ha hecho enmudecer...de alegría podría decirse. No suelen encontrarse personas como tú, David. Un beso.
Ayer a las 0:11 ·
Klaritza Morales Calvo
Estremecedor hasta las lágrimas!!! cuántas verdades dichas con tanta honorabilidad!!, es un orgullo querido David estar "enfermo"de tu "enfermedad" antes que de la que padecen ellos...Te escribo por mail..
A TODOS, MUCHAS GRACIAS por sus comentarios.
A VALERIA en particular, expones una hipótesis en la que nunca realmente se me ocurrió pensar antes. Por lo general, y sobre todo cuando la gente está tan alto (según lo que cada cual considera "altura" y eso va en dependencia de su mediocridad o de su grandeza), necesita siempre un detonante fuerte para reaccionar, y a lo mejor solamente son capaces de reaccionar en torno al hecho sucedido, pero son incapaces de concatenar todas las piezas de la cadena. Y es hasta lógico, qué quieres que te diga, si a los que hemos vivido allí nos resulta a veces inconcebible la mayor parte de las cosas, qué pueden comprender los demás lejos de la miseria del Magnífico Monstruo.
Saludos a todos.
(de Facebook)
Margarita Garcia Alonso
esto me hizo llorar, como una tonta, no sé si es porque me tienen también el correo repleto de ofensas, o por lo bien que cuenta, o porque se me parten los ojos cuando veo a lameculos de Castro, y de oportunos comeraspas con puesto fijo en la fama y las alianzas... en fin, ni de reojo las cuquitas. Recontrafin, tengo lo que me merezco, no quiero ser como el che!
Diana Paralosamigos
David, águilas no cazan moscas... Y tú eres un águila adorable.
Margarita Garcia Alonso
tremendo piropo!!! asi es Diana, asi es.
vendredi, à 22:35 •
David Lago-González
Pues sí, es muy lindo eso que ha dicho Diana Forfriends. Muchas gracias.
David Lago-González
No hay que llorar: ellos ganaron, pero que entiendan ya también que los 10 minutos de reina no son para toda la vida. Que dejen vivir a los demás. Que se callen. Que se pongan a limpiar la casa, a borrer, a bordar. Pero NO, claro, por Dios, ellos son inteleSSStuales.
Ay, qué buena, de otra antología castrista en la que me censurarán. Honor que me hacen. Tu artículo es más claro que el manantial.
DAVID
Solo para decirte, aquí, después de esta magnífica declaración y aclaración de principios, que es un honor ser tu amigo.
Soy como tú...¡me basta la sombra!
Aprovecho también para agradecerte el envió del libro en esa bella edición y que me estremeció otra vez, como tu lectura en Paris.
Un fuerte, sincero y profundo abrazo
Ricardo VEGA
Hora de que alguien le avisara a estos “reyes” que están desnudos. Excelente, David. De un tiempo a esta parte he decidido festejar por cosas que valgan la pena, como un amor, y hasta por un desamor, por qué no. Festejar por algo que realmente valga la pena en la vida, como este texto, David, por el que, por supuesto, festejo.
Esa cofradía vive en un quiste, una realidad paralela demasiado ambivalente y confusa, un auténtico panchatantra al que no le parece suficiente llevar medio siglo dando cátedra de hipocresía e intolerancia y sale a por más. Ahora mismo esa cofradía es un caldo de cultivo a punto de ebullición. ¿Razones? Vamos, siempre ha existido una única ra$$$$ón.
Gracias, David.
envío
GRACIAS otra vez a todos.
Ahora estoy tan disgustado con la resurrección política que han hecho Barquet y sus malas compañías en La Habana, que realmente necesito ponerme a caminar. Me voy a la calle.
Lo normal es lo usual, lo más común y corriente, lo que más abunda. No tiene que ser algo bueno, y mucho menos lo mejor. Nada extraordinario es normal; no puede serlo. Y sobre las cuquitas de marras, hay que reconocer que los que carecen de verdadero valor y mérito, pero insisten en tener "categoría," no la pueden conseguir a las buenas, y por eso se prestan a las malas. Desgraciadamente, tal elemento es mucho más "normal" que gente verdaderamente valiosa, por no hablar de grande.
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