martes, 22 de junio de 2010

El ex-militar cubano no quiere volver a Cuba

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cocksure

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y se subió al alféizar de la ventana amenazando con tirarse al vacío (que media entre una segunda planta y la acera) porque, después de tres años de espera por el asilo político, el Gobierno español se lo niega.

En su alharaca con los ertxainas algo me llamó la atención.  Él gritaba que había sido testigo de cómo fusilaban en Cuba a jóvenes militares.  Si te apellidas “Nadie” y la posición social y política obedece a ese apellido, es bastante improbable que se tenga acceso a presenciar un fusilamiento.  El comunismo, y específicamente el cubano, no suele cometer errores visibles en cuanto a sus vergüenzas.

Posteriormente, su novia comentaba a la televisión que él perteneció en Cuba a la clase militar y había sido chófer de gente importante de la política (sic, esa señora).

Bueno, el caso es que, más que trágico, resultaba patético ver “encaram’o” en la ventana a aquel mulato con una barriga más grande que la de Raúl Rivero, con una camisetilla blanca a través de la cual se adivinaba (y se veía) la cargazón de collares de santería que se habría hecho con todos los santos habidos y por haber para agotar el riesgo de que alguno pudiera fallarle en tan enigmática y mercantilista religión afro-cubana.

Creo que fue internado en la sección psiquiátrica de un hospital.  Y, ¡cómo no! ha emprendido una huelga de hambre.  Qué fashion es el tío!!!!!!

DLG

1 comentario:

Zoé Valdés dijo...

Ah, eso cambia todo. Pero, los vecinos del Cano, en Cuba, eran testigos de fusilamientos en esa zona militar, sin ser ellos militares. Pero si ya la novia lo declaró, entonces, que se la mame.